Capítulo 22
—No sirve ésta cosa —el omega se quejó, pero sintió cómo su alfa llegó con una caja de herramientas. Arrugó su nariz, pero después hizo un mohín—. La lavadora no sirve, Kookie...
—Yo la arreglo en un instante, amor. —no sabía si lo hacía para sonrojarle o para recordarle que él lo dijo primero, pero el menor sólo sonrió, acercándose a recibir el beso que el mayor se acercó a darle, y chilló.
Él ya estaba comenzando a besarlo más.
Cuando Jungkook dijo que no quería hacer algo sin el consentimiento de su omega, estaba siendo brutalmente honesto, porque no lo hacía.
Hasta ahora, es el tercer beso que el alfa busca sin que Taehyung antes hubiera iniciado una sesión de besos en los labios, piquitos, antes de dormir.
Sólo sonrió, sentándose al lado de su alfa, acariciando sus rodillas mientras las abrazaba. Escuchó al otro hablar.
—Podía echar toda mi ropa de 2 semanas en una sola carga, ahora, es tu ropa junto a la mía, es una doble carga que algunas veces no me doy cuenta que es tanta, pero me encanta, me hace bien —una cabeza que se recargó en su hombro, haciéndolo suspirar, y buscó su mano.
—Es un cambio lindo si lo ves así.
—Porque todo de ti es lindo —Taehyung sonrió, jugando con la grande mano de su alfa, acariciando esos dedos. Suspiró, sonrojándose por el comentario, comenzando a creer que era verdad.
Las veces que se veía al espejo semidesnudo, con esas cicatrices, se daba asco, repulsión, pero poco a poco, dejaba de verse así, para verlas como lo que eran, una marca en la piel que Jungkook de diferentes maneras está sanando.
Física, como emocional.
La crema de avellana ya no se ocupaba tanto como antes, y Jungkook, aunque se lo decía siempre que veía al omega lavarse los dientes con su camisa de pijama, esa que le quedaba algo grande, lo decía.
—Quisiera que te vieras con mis ojos para que supieras lo hermoso que eres.
Taehyung lo comenzaba a creer, con una sonrisa. No obligado, sino, un pequeño cambio.
Ya no veía a un omega llorón ni un omega que sólo servía para hacerle de comer a su alfa todas las noches. Se veía como una persona útil, gentil, y algo linda.
O al menos esos besos, la manera en la que Jungkook lo abraza y acaricia su cuello con su nariz mientras le dice 'eres hermoso', le hace creer. Mejor dicho, saber.
Taehyung voltea a ver a su alfa, rozando sus narices, y lo besa, una vez que escupió toda la pasta de dientes.
Lo hace sonreír, sonrojar. Él lo hace igual.
Al momento en que se acuesta, recordando con una sonrisa el reflejo en el espejo de un Jungkook abrazándolo por la cintura mientras sonríe. Lo voltea a ver, que lo ve dudoso.
Carraspea varias veces, pero después sostiene su mano.
Habló.
—Mañana tienes la no-noche libre, ¿Verdad? —asiente— entonces quiero llevarte a... a cenar, a una cita... si quieres.
Esa sonrisa que le da, asintiendo, haciendo al alfa suspirar aliviado, sonriendo con dientes, acercándose a besarlo. Escucha cómo el mayor celebra, sonrojado.
Su corazón late de una manera fuerte.
Como ahora, pero no sabe por qué.
Porque es un lugar elegante, porque hay mucha gente, o porque es su primera cita con Jungkook, o se suponía.
Porque sería raro que sus citas fueran ir al mandado a comprar lo que faltaba de casa.
Tragó saliva, alisando su traje. Tragó saliva, acercándose a su alfa.
—¿No crees que hay mucha gente —la sonrisa llena de confianza de su alfa le hizo saber que lo tenía imprevisto, sacando su celular, mostrándole la reservación.
'Mesa para dos, mesa privada'. Entonces había considerado eso por él, haciéndolo suprimir una sonrisa que se escapó por la felicidad, porque ese hombre, lo que lo conocía, lo hacía bien. Suspiró, acercándose a besarlo.
Vio al alfa tomar del vino, diciendo que luego volverían en un Uber, pero Taehyung sólo ve los precios.
Traga saliva.
—¿Por qué... en un lugar tan caro?
—Bueno, porque, es elegante, perfecto para caballeros hermosos como tú, que lo merecen, aparte quería traerte por un motivo especial... espero que no amargue la noche.
Hace al omega ladear la cabeza curioso, viéndolo fijo, acercándose a verlo. El castaño sonríe, tomando de nuevo de su vino, negándose a decirlo de una forma demasiado divertida.
Toma su mano, sonríe, y se acerca a besarlo. Habla bajo, en un suspiro.
—No lo sabes, pero me haces muy feliz, TaeTae, me llenas de alegría, amor, mi vida tan sola y monógana se vio interrumpida por este brillo de sol que eres tú, llenando de todo eso mi casa, mi vida, mi corazón —lo señala, haciéndolo reír mientras cubre su boca con su mano, pero luego la vuelve a sostener— yo, en el registro civil juré siempre protegerte ante todo, y es lo que haré, TaeTae.
Vio cómo una carpeta salió de la nada, mostrándosela al menor que la abrió dudoso, esperando lo peor.
Sólo vio un informe policial y él, en la foto. Tragó saliva, volteando la foto.
—¿Qué-qué es eso? —el alfa vuelve a tomar sus manos, viéndolo, carraspeando.
—Hablé con un abogado y logré que le pusieran más cargos, con tu confesión sobre todo lo que hizo, con las de tu tía... ¿Quieres saber el mínimo que le darán en prisión? —el omega asiente, apretando la mano de Jungkook que sonríe, relamiendo sus labios— mínimo 20 años, a la gente asquerosa como él no le va bien en la cárcel, él... recibirá el castigo, TaeTae, por todo lo que te hizo, él no volverá jamás a tu vida.
—¿E-eso significa que? —cómo sus ojos se llenaron de lágrimas, pero no de tristeza. De sorpresa. Jungkook asintió, haciendo que su omega relamiera sus labios, leyera el informe con una pequeña sonrisa, y lleva sus manos a su rostro. Sonó su nariz— ¿De verdad? ¿Nunca volverá?
—Nunca lo hará, y si lo hace lo podremos volver a mandar lejos por incumplir la orden de alejamiento, él no se puede acercar a ti por 3metros, si los pasa, tendrá cargos, no puede ir a tu lugar de trabajo, a casa...
No lo dejó terminar porque saltó a él, sonriendo, comenzando a besarlo repetidas veces en las mejillas y en los labios, haciendo al castaño reír, en carcajadas, abrazándolo, levantándose para darle vueltas, ambos riendo.
Porque Taehyung, por fin recibió la justicia que merecía desde los 13 años.
El menor besó sus mejillas de nuevo, y lo abrazó, entrelazando sus brazos en su nuca y hombro.
No tendría cómo agradecer todo lo que había hecho por él, pero no tenía por qué hacerlo.
Taehyung ese día por fin, pudo dormir en paz absoluta, recargado en el pecho de su alfa.
Su alfa, que haría todo por protegerlo, y aunque lo sabía, lo había demostrado incontables veces.
Taehyung no era fan de las promesas, pero cuando Jungkook prometió que siempre cuidaría de él, lo creyó, y ahora, supo que su alfa era un hombre de palabra.
El mejor alfa del mundo, era el suyo.
El omega se acurrucó más contra su alfa, prometiéndole, en silencio, bajo el arrullo de estrellas, que él también sería el mejor omega del mundo.
Lamento la tardanza T_T
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