—Taehyung, ya puedes pasar. —el pelinegro dejó la revista y se paró, volteando a ver a su alfa, que le sonrió y se acercó a besar sus labios, haciendo al omega sonreír, volviendo a besarlo hasta que un carraspeo los detuvo.
El doctor se apoyó en la puerta mientras veía al pelinegro suspirar, mordiendo sus labios, paseando por todo su consultorio casi bailando. Habló en un suspiro.
—Nos besamos.
—Ya lo vi, lo vi, Taehyung —lo ve sonrojarse, tararear una canción suave y bailar, de nuevo suspirando. Jimin frunció su ceño, sentándose, sacando su libreta. Apuntó— ¿Nunca te haz sentido así?
Preguntó, haciendo que la sonrisa del otro se fuera por unos leves segundos. Tragó saliva antes de responder— Sí, no, digo... yo... yo no, como no podía acercarme a otros alfas... a los 15 me llegó a gustar un beta pero mi tío dijo que si se enteraba que yo tenía pareja él lo iba a mandar a golpear...
—Tu tío tenemos claro que no es nada agradable, pero hemos hablado de él, poco, pero de él si, ahora quiero aterrizar la relación con tu papá, Tae, porque quiero relacionar algunas cosas y ya estás más suelto, ya podemos aterrizarlo bien.
¿Su padre? ¿El mismo que lo abrazaba y cinco segundos después lo empujaba, rasguñando sus brazos? Taehyung acarició esa cicatriz profunda en su brazo sobre su sudadera roja, y se sentó.
—¿No podemos hablar sobre otra cosa? ¿Sobre Jungkook?
—Ya hemos hablado mucho de Jungkook, Tae, nunca hemos hablado de tu padre.
Dios. Relamió sus resecos labios, respiró, y llevó su mano a su nariz, suspirando. ¿Su padre? No tenía mucho qué decir.
Un hombre de 42 años que gustaba de tomar alcohol, que arreglaba computadoras y les instalaba sistemas que la gente no sabía y el fingía ser experto en ello, que gustaba de ver los partidos de beisbol con él, pero que una hora después se encontraba llorando, solo, en su cuarto.
Taehyung rascó su cuello, carraspeando.
—No siento que era tan malo como mi tío, mi tío sabía que estaba mal, que era asqueroso el... e-el, to-to-tocar así a-a un niño de 13 años, sie-siento que a mi padre más que nada, le afectó el abandono de mi mamá, porque antes era bueno, antes solía jugar conmigo, leerme cuentos, pero después de eso se alejó y no vio lo que pasaba con mi tío, quiero creer, porque si no, todos en esa familia estaban podridos.
—Lo lamento mucho —vio como anotó en su laptop y después volvía a su libreta, viendo de forma atenta al pelinegro— esa diferencia que dices que había con tu tío, ¿Sabes diferenciar cuáles eran? Más allá del abuso.
No había hablado tan fuerte de eso desde, nunca. Taehyung llevó una mano a su rostro para limpiar una lágrima, pero el doctor Park le dio una caja de pañuelos, diciendo que no lo oculte más. Habló.
—Mi papá solía leerme cuentos, buscar debajo de la cama para mostrarme que no había monstruos, solía comprarme nieves los domingos, de cereza con nuez, solía jugar con mi nariz, sonreír, hasta que se fue mamá, yo lo relaciono porque siento que algo se safó de él, no volvió a ser el mismo, o a lo mejor mostró lo que es en realidad, pero de todas formas, puede que extrañe eso.
—Extrañas los momentos con papá —Taehyung asiente, suspirando— y los de mamá — ahora arrugó su nariz.
—Mamá sólo jugaba conmigo en la lluvia, me hacía leche y después se iba a desmayar en el sillón como siempre, mamá, mamá era diferente, hasta papá iba en los eventos de día de las madres porque mamá estaba tan, ida.
Una sonrisa por parte del doctor, que hizo a Taehyung verlo, y limpió sus lágrimas.
—Quiero que sepas que, estás avanzando, Tae, las primeras veces que venías no podías decir más que tres frases, te lograba hacer hablar cuando hablabas de Lisa, pero ahora, sé el esfuerzo que estás haciendo para hablar sobre esto conmigo, y el esfuerzo, lo que lograrás, cuando se lo puedas contar a Jungkook.
¿Se lo podrá llegar a contar?
Taehyung vio el rostro dormido de su alfa y vio sus labios hinchados entreabiertos, sus cejas que estaban fruncidas, su rostro no tan calmado.
Había avanzado, tanto, tanto que sintió su corazón lindo cuando lo besó, sintió más que un peso profundo, sintió un alivio, un peso menos, que con ayuda y con apoyo logró quitarse, pero de todos modos Taehyung tenía miedo.
De ser el omega roto de el alfa perfecto, y ahora, que aterrizó totalmente y lo dijo en voz alta, un omega abusado desde que era niño. Taehyung se acercó más a él, buscó sus manos debajo de la cobija y lo hizo abrazarlo, suspirando.
Escuchó que la respiración de Jungkook se agitó hasta despertar, donde lo vio.
Apenas lo vio, sonrió, pero ver sus ojos llorosos la hizo fruncir su ceño. Se acercó, sosteniendo su rostro, prendiendo la lampara.
—Tae, Osito, ¿Qué pasó, todo bien? —su rostro preocupado, sus manos que limpiaron las lágrimas. El omega limpió sus lágrimas, sosteniendo las manos de su alfa. Hizo un mohín, que hizo al otro sacar uno, volviendo a acariciar su rostro repetidas veces, Habló.
—No soñé feo, sólo quería saber, ¿Aún si te enteras que estoy más roto, tú seguirás a mi lado? ¿Te seguiré gustando?
Y no esperó que el alfa respondiera de esa forma, fuerte, seguro, viéndolo a los ojos.
Sólo habló.
—No me importa porque ten seguro que yo estaré ahí, siempre, Tae, siempre trataré de darte apoyo, de tantas formas, que siempre podrás saber que siempre estaré ahí.
Taehyung se acercó a abrazarlo, asintiendo, repetidas veces mientras exhalaba en su cuello.
—En ese caso, yo también trataré de ser un apoyo para ti —y la sonrisa de su alfa, cómo lo vio, Taehyung se acercó a juntar sus labios una vez más, haciéndolo suspirar. Se separó para verlo, sólo para sentir latir más fuerte su corazón, sentir cómo le explotaba.
Cómo se emocionaba, saltaba, y pedía más. Taehyung acarició el rostro de su alfa repetidas veces, sacando un sonrojo de esas suaves mejillas, comenzando a teñirse, él mismo rió, acercándose más, acurrucándose, acariciando su pantorrilla con su pie.
¿Era más que su olor? Taehyung supo que sí al momento que abrazó a Jungkook, sólo por sentir ese calor y esos brazos reconfortantes. Sí, había caído.
Pero el sentir el latir rápido en el pecho de su alfa, era mutuo.
El mundo que le dijeron que era mejor vivir acompañado de alguien que te ame, Taehyung sonrió, suspirando.
Sí, era mejor.
Él volvió a dormir, listo para tener cualquier sueño lindo.
Y se preguntó, ¿Eso es amor?
Puede que sí, y no le molestaba.
4/5
(Cualquier error será corregido más tarde)
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro