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Capítulo 1

Hacía frío, mucho frío.

No sabía cuáles eran las tareas de un omega, pero Taehyung supuso que lo primero que debía hacer era la cena a su alfa. Con una mano se acomodó su pelo, la otra la llevó al libro de cocina que tenía frente a él para hojearlo suavemente, tocar la tersa hoja que mostraba una receta para un buen sándwich monte cristo al horno.

Comenzó a batir, a calentar, y sólo escuchó un carraspeo venir de la entrada de la cocina, ahí estaba. A su lado, colgaba su saco en el perchero que estaba en la puerta. Taehyung ya no se asustaría tan fácil al verlo ahora sabiendo de dónde vino, algo que había dejado Jungkook ahí de forma delicada, hasta con cuidado de no hacer algún ruido que lo perturbara.

Jeon Jungkook era un alfa que había conocido en una fiesta de Año Nuevo, compañero de trabajo de una amiga, y hace unas semanas lo había marcado por petición de él.
El mayor no se negó.

Hasta lo había marcado con cuidado, no mordiendo, sólo enterrando sus dientes, preguntando si estaba bien, y lo había cuidado hasta que dejara de arder tanto y que la fiebre se fuera de su cuerpo.

Sabía poco de Jungkook, era profesor de Historia en el colegio privado que estaba a 14 minutos de su casa, tenía un buen sueldo, su olor era menta, y le gustaba observar mariposas, como el dibujarlas. Era un hombre calmado, con linda sonrisa, y voz suave que podía calmarlo con el decir 'está bien', y él, nunca usaba su voz de alfa.
Era perfecto.

En la entrada de la cocina le cedió esa sonrisa calmada, tratando de transmitirle ese sentimiento. Taehyung sólo le devolvió la sonrisa, partiendo lo que tenía que partir. La voz lo interrumpió, haciéndole dar un pequeño salto.

-Yo iba a hacer la cena, Tae -el pelinegro sólo negó mientras volteaba a verlo, dejando el cuchillo en la barrita.

-Jungkook, fuiste muy amable al dejarme quedarme aquí y marcarme, el seguir llevándome a la universidad, el darme una segunda oportunidad, esta es mi forma de agradecerte y no sentirme como un bulto en esta casa.

Escuchó un carraspeo, un suspiro, y después le sonrió, demostrándole que no podía hacer más ante los argumentos del pelinegro. Ese mismo asintió repetidas veces.

-¿Cómo te fue en el trabajo?

-Bien, los adolescentes no les importa la historia, eso es cosa de generación al parecer, porque recuerdo que a mis compañeros tampoco les gustaba la historia, aún así, a mi sí, y me gusta enseñar lo poco que sé.

-Yo creo que sabes todo, no sabes poco...

-Nadie sabe todo, todos sabemos poco, todo es una enseñanza de la que debemos aprender, nadie nace sabiendo ni muere sabiéndolo todo, ley de vida -Taehyung asintió- ¿Y a ti cómo te fue? ¿Todo bien? ¿La uni fue buena?

-Sí, lo de la marca le llamó la atención a unos compañeros, Lisa se sorprendió al saber que fuiste tú -Jungkook asintió repetidas veces mientras mordía su pulgar, hacía un mohín, y después se acercó a Taehyung, haciéndolo voltear a verlo.

Dos semanas llevaba en esa cama y sólo veía a el castaño en las comidas, fines de semana, y aún así, Jungkook era demasiado reservado con él, si era la palabra. Y lo agradecía.
Porque no se acercaba a abrazarlo, no dormían juntos y el contacto físico sólo se limitaba a una palmada en el hombro al momento de irse a trabajar.

Por lo que no supo cómo reaccionar cuando el mayor llegó a él y le tomó por el hombro, sonriendo sin dientes. Habló.

-¿No necesitas nada de la tienda? -negó-es sólo que iré, necesito comprar cigarros, ¿realmente no quieres nada? -el menor volvió a negar y el castaño sólo lo vio, asintió, y se fue, tomando su saco del perchero y saliendo sin decir nada, en un silencioso acto que dejó a el estudiante sin el calor que estaba sintiendo.

La casa de Jungkook tenía calefacción, sabía cómo prenderla, pero de todos modos tenía un frío y temblor que no lo dejaba en paz, y supuso que fue la marca lo que lo comenzó a hacer actuar así, de ese modo.
De ese modo de necesitar a su alfa, de sentir su calor, y de saber, que Jungkook no lo había marcado.

Lo había hecho, de la forma física, la mordida, pero no había dejado su calor en él, no estaba dejando su rastro, su olor, y aunque no le dolía, le molestaba, levemente. Sólo cerró sus ojos mientras suspiraba, llevando la cena al horno mientras esperaba con los brazos cruzados a que Jungkook o que la comida saliera. La primera opción llegó primero, y Taehyung lo vio.

-La cena sale en 4 minutos.

-Perfecto, mira, te traje un té, en la fiesta de Lisa dijiste que te gustaba demasiado esa bebida -y por eso era tan fácil vivir con Jungkook.

Esa preocupación, el recordar cosas como esas la hacía una persona perfecta, era el alfa que no lo obligaba a dormir con él, el que volvía a dejar las cosas como estaban, y le sonrió, aceptando la bebida al mismo tiempo que le servía de la cena con cuidado en su plato.

El castaño lo vio, sonriendo.

-Se ve rico.

-Es sólo un sándwich -asintió, avergonzado- pero gracias.

Taehyung sólo llevó su comida a su plato y lo vio, sólo lo vio, y sintió, que podía respirar en calma.
Por primera vez.

No tenía que malpensar, se sentía cómodo con Jungkook, pero hasta ese momento, después de dos semanas, dos grandes semanas donde no había recibido ningún grito, ningún abuso o ningún uso de la potente voz de alfa, se sintió a salvo, y eso, era sinónimo de lejos de su padre.

Mientras intentaba comer sintió una cálida lágrima recorrer su mejilla, luego otra, y al final comenzaron a caer más, más hasta robarle la respiración y que tenga que sollozar, después, ver a Jungkook, y que este salte de su asiento para abrazarlo, verificar que esté bien, pero Taehyung estaba perfecto.

Libre, sano, bien. Lloró más fuerte mientras sujetaba a Jungkook, lo abrazaba por su cuello y se escondía en su pecho, sollozando mientras inhalaba ese olor a menta y no había ningún rastro de alcohol, aceite, tampoco hubo golpes ni reclamos por llorar.

Sólo la voz del mayor, caricias en su cabeza, y aunque lo sabía, necesitó las palabras. ''Todo está bien''.

Y sin saber, que todo estaría mejor.

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