Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo II

Se subió al gran auto negro del chofer de su padre que estaba estacionado frente a la reja principal de la escuela. Casi al instante un par de brazos se abalanzaron alrededor de él. Hazel, su hermana, lo soltó y después le sonrió desde el otro lado del asiento del coche.

— Nico, ¿por qué tardaste tanto? — reclamó. Sin embargo, el chico sabía que no lo decía en serio — Jules-Albert podría perder su empleo si llegamos tarde

"Bueno, quizás si era en serio" pensó. Dirigió una mirada de disculpa al chofer, que comenzaba a arrancar el coche.

— Lo siento, Jules-Albert

El chofer le sonrió y negó con la cabeza.

— No es nada, joven DiAngelo — comentó en tono amable y formal —La señorita Hazel solo bromea

Nico sonrió y miró a su hermana con un gesto de falso reproche. Sin embargo, una parte de sí no pudo evitar sentir un poco de culpa. Después de todo, por algo a él no le había costado nada creer la broma. Su padre sí que solía ser muy estricto con el tiempo. El trabajo siempre le tomaba demasiado, y entre reuniones con inversionistas en el extranjero y visitas a la empresa, casi era un milagro que pudiera pasar tiempo con sus hijos. "Tenemos muy poco tiempo en la tierra, no hay porque malgastarlo en cosas sin sentido", solía decir su padre. Nico se preguntaba con frecuencia si él era parte de aquellas "cosas sin sentido". No importaba. Nico lo prefería así, o al menos eso le gustaba pensar. Que de alguna forma todo era mejor sin su padre respirando sobre su hombro. Había pasado hace mucho por la etapa de querer llamar la atención de su padre, y si algo había aprendido, era que no iba a conseguirlo. Las ocasionales comidas con excesiva formalidad eran suficiente para no olvidar que seguía teniendo un padre.

Dirigió el rostro hacia la ventanilla del coche. Observó a sus alrededores, como usual entre a esa horas, la calle estaba repleta de personas tratando.de llegar a sus hogares. Una pareja caminaban tomados de la mano un poco apresurados. Una mujer de cabello castaño con ropa deportiva paseaba a su perro. Se imaginó por un momento, cómo sería la vida de esas personas. Si serían vida tranquila, calmada. Se imaginó que debían tener una casa cómoda, con muebles modernos y fotos familiares en las paredes. "Sí,  claro,  como si realmente las cosas fueran así " pensó, un poco desanimado. La acera brillaba con el reflejo del sol de la tarde. Un par de margaritas crecían entre las grietas de la banqueta. El cielo se veía de un azul radiante. La sonrisa brillante de cierto chico rubio se coló entre sus pensamientos. Sintió el rostro un poco caliente. Casi de inmediato, Nico trató de apartarlo.

La voz de su hermana lo distrajo.

— Alguien tuvo un buen día— dijo en tono de sorpresa — ¿qué te tiene tan alegre?

Nico advirtió que estaba sonriendo. Trató de disimularlo, avergonzado, con una sonrisa sarcástica.

— ¿Qué? No, no... estuvo regular — le respondió a su hermana, quizás con demasiada rapidez.

Hazel contuvo una sonrisa. Sabía que Nico no hablaría más del tema. Ya le preguntaría más adelante de que se trataba. Sacó un papel de su mochila y lo puso frente al rostro de su hermano.

—Si tu lo dices.. Hablando de otra cosa, gané el concurso de dibujo — le dijo con tono alegre — ¿Que tal eh?

Nico tomó el papel que ella sostenía, un reconocimiento de primer lugar. Lo devolvió tras verlo por unos momentos.

— Sabía que ibas a lograrlo, Haze — La felicitó mientras la abrazaba con fuerza.

Ella le sonrió con entusiasmo.

— La verdad es que no pensé ganar el primer lugar. La competencia fue bastante difícil

Nico negó con la cabeza. Hazel estaba siendo modesta. No había un concurso de arte en la escuela que no hubiera ganado ya. Estaba por decirle algo sobre lo orgulloso que estaba cuando sintió el auto detenerse frente a la gran casa de estilo antiguo en la que vivían casi todo el tiempo.

— Hemos llegado al destino, jóvenes — anunció Jules-Albert — Como siempre, fue un placer atenderlos

Los chicos asintieron con la cabeza y dieron las gracias al chofer, antes de bajar del auto. Casi de inmediato, Nico sintió como si algo se revolviera en su estómago. Entraron en la casa en silencio.

Un mayordomo esperaba junto a la puerta. Los saludo con una educación visiblemente ensayada y tomó sus cosas, alegando que ya era algo tarde. Su padre esperaba en el comedor desde hacía un par de minutos. Nico asintió con la cabeza y ambos se dirigieron al encuentro de su padre.

El hombre yacía sentado a la cabecera de la mesa. Llevaba su usual traje ajustado a medida negro. El cabello, tan oscuro como el de Nico, peinado hacía atrás con elegancia. Nico y Hazel se sentaron en silencio a su costado. "No esta acompañado" pensó Nico un poco sorprendido. Pensó que la novia de su padre estaría con ellos ese día. Sin embargo, sabía que era mejor no comentar nada al respecto. Saludó a su padre con educación y de inmediato trato de excusar la tardanza. No le sorprendió que la atención de su padre siguiera absorta en el pliego de papeles que sostenía con la mano izquierda.

— Así que, ¿Cómo han estado chicos? — preguntó su padre, después de un rato donde el silencio se había vuelto tan incómodo que Nico había comenzado a preguntarse si su padre realmente estaba ahí sentado, y no había sido reemplazado con una estatua de cera. El adolescente permaneció en silencio, sin ánimos de responder.

Hazel lo miró con calidez, tratando de aparentar tranquilidad y soltó sus cubiertos por un momento.

— Yo... gané un concurso de arte hoy, papá — dijo con un tono de inseguridad en su voz

El hombre sonrió un poco, "wow, si puede hacerlo después de todo" pensó Nico

— Bueno felicidades, Hazel — Comentó, volviendo a su usual rostro inexpresivo, dirigiendo una mirada rápida al reloj de su muñeca — ¿Cuándo podremos ver la pieza ganadora de tal hazaña?

Hazel sonrió de nuevo, un poco tímida. Nico pudo notar un ligero rubor en sus mejillas

— Van a colocarla junto a las otras, en la exhibición de arte de la escuela — comenzó a decir — ... la próxima semana

Hades negó con la cabeza. "Como si en serio le importara no poder asistir" pensó Nico, comenzado a hartarse.

— Bueno es una pena, por desgracia no podré verla hasta que te permitan recuperarla — respondió en tono tajante, dejando por terminado el asunto. Miro a Nico, cambiando el tema — ¿Qué hay de ti, Nico? ¿Algo nuevo en el club de... cuál era el nombre?

Nico resopló, un poco molesto.

— El club de literatura, papá — Respondió, tratando de sonar lo más tranquilo posible — No hay nada nuevo que decir al respecto.

Hades no se inmutó, siguió comiendo en silencio por un tiempo.

— Bueno, creo que aquí hemos terminado, chicos — dijo poco después, en cuanto terminó su plato — Hazel, por favor dile a tu madre que no podré alcanzarla en Alaska hasta la próxima semana.

La chica asintió con la cabeza casi en automático. Abrió la boca para decir algo, sin embargo, su padre ya no prestaba atención.

Hades se levantó de la mesa, dejando su plato vacío, y al par de adolescentes aún comiendo con rostro casi lúgubre.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro