Capitulo 8
Estaba completamente furiosa, arrojar cosas al suelo de su habitación no era suficientemente destructivo para Lila que paseaba por su habitación intentando pensar en algo.
Algo grande que arruinará totalmente a esa mojigata de Dupain-Cheng. Algo tan malo que lo recordará toda su patética vida y borrara esa sonrisa alegre y asquerosa de su cara. La odiaba, la odiaba tanto que deseaba verla destrozada y rota.
Deseaba verla con los ojos muertos y sin ser capaz de sonreír, pero esa maldita chica había logrado conservar algunos de sus amigos y luego estaba ese Luka Couffaine arruinando sus planes.
Tenia que hacer algo. Lo que fuera que dejara a Dupain-Cheng hundida en la miseria y entonces Adrien sería suyo.
La arrogante Chloe no le suponía un problema, con sus acciones se habia encargado ella misma de que el inocente y bien intencionado Adrien no la viera como una pareja romántica nunca.
Pero Marinette era la clásica chica buena.
La muy idiota estaba tan enamorada del rubio que si él se lo pidiera estaba segura que sería incluso su tapete y estaba segura que el rubio estaba tan jodidamente necesitado de amor que se aferraria a esa idiota y su ciega devoción a él sin dudarlo para poder fingir que no estaba solo.
Se asomó por su ventana, dejó sus maliciosos ojos verdes vagar por el paisaje buscando algo, no sabía aún que buscaba pero estaba segura que lo encontraría y entonces notó a un grupo de chicos de apariencia sospechosa molestando a una chica en el parque frente a su casa y sonrió.
Lila tenía una idea... y Marinette caería.
.x.X.x.
La tarde estaba ligeramente fresca ese día, había sido un día gris y lluvioso por la mañana y pese a que la llovizna se había detenido hacia un tiempo el cielo continuaba de un apagado tono gris que la deprimia bastante.
Caminaba rápidamente hacia una entrega completamente sola por primera vez en mucho tiempo, su vacío bolso se sentía ligero y una extraña sensación de intranquilidad la atacaba como si algo estuviera terriblemente mal.
No estaba acostumbrada a no tener a Tikki a su lado y sentía una opresión en el pecho, algo parecido al miedo. Pero esa tarde su pequeña amiga estaba en la caja de los Miráculous con el resto de los Kwamis y ella estaba siendo paranoica. Era solo una entrega rápida y nada más, pronto volvería a casa y todo estaría bien.
Era una tarde ocupada en la panadería y sus padres le habían pedido hacer una entrega, al parecer era para una mujer mayor que vivía bastante lejos de la panadería. Su madre le había explicado que la nieta de la mujer deseaba hacerle un regalo por que no podría visitarla ese día por cuestiones de trabajo pero deseaba compensarlo aún cuando fuera un poco.
Había algo que la inquietaba sobre tener que ir tan lejos justo cuando Tikki no estaba con ella pero se dijo una y otra vez que estaba siendo ridícula y con una sonrisa se encaminó hasta el lugar.
—Hola guapa... ¿Necesitas compañía?
Marinette se estremeció al escuchar una voz masculina cerca a sus espaldas y giró sobre su eje tan rápido que un ligero mareo la atacó dejándola aturdida.
Frente a ella había dos chicos de apariencia extraña, ropa vieja y algo sucia, Marinette algo asustada dio un paso atrás solo para ser sujetada contra un tercer chico que olía a alcohol y tabaco rancios.
—Vamos guapa tu vendrás con nosotros y te cumpliremos tus fantasías si eres una buena chica.
El chico que la sujetaba por la espalda le hablo al oído mientras sus manos la sujetaban por las caderas con fuerza y Marinette nunca había estado tan asustada.
Ellos no eran Akumas, no estaban tras sus pendientes ni deseando acabar con París, esos tres la miraban con descaro de los pies a cabeza con intensiones nefastas y abrazó la caja de macarrones como si pudieran salvarla.
—Estas muy callada... vamos, seguro te vas a divertir mucho.
Marinette fue brutalmente arrastrada por las muñecas y en un momento de pánico gritó, gritó por ayuda pero las calles vacías le regresaban el eco de su voz y no pudo más que resistirse intentando clavar los talones al suelo y llorar.
—Por favor... solo déjenme sola.
Sabia que su voz era un murmullo roto pero su garganta desgarrada a esas alturas no daba para más. No sabía cuántas cuadras la habían arrastrado cuando vio una reja y se sujetó a ella con fuerza logrando que el tipo la soltara un segundo.
Otro de los tipos al parecer cansado de su resistencia la golpeó con fuerza en el rostro haciéndola sentir mareada y a punto de desmayarse pero se negó a soltarse.
Preferiría morir que ir con ellos, deseó que Tikki estuviera allí con ella, recordó a sus padres y a Luka, esa imagen le dio la fuerza de sujetarse más aún por que tenía que volver a ellos.
El mismo chico que la había golpeado la sujetó violentamente del cabello y lo vio levantar el puño de nuevo. Marinette cerró los ojos con fuerza esperando un golpe que nunca llegó, la mano en su cabello la soltó de pronto y un gruñido de dolor llegó a sus oídos.
—Vuelve a tocarla y un hueso roto será el menor de tus problemas.
Los ojos de Marinette se abrieron sorprendidos al escuchar la voz de Luka, fría, cortante y furiosa.
Francamente escalofriante.
Luka estaba sobre el chico que la había golpeado, la rodilla de Luka lo mantenía de cara al pavimento y sostenía su brazo derecho en una posición antinatural aparentemente muy dolorosa por la mueca agónica en el rostro de su atacante.
Los otros dos miraban a su amigo con la intención de ayudarlo pero el sonido de una sirena lleno el aire y ambos corrieron abandonando a su compañero sin miramientos.
El oficial Roger detuvo su patrulla y saltó de inmediato a detener al chico en el suelo en cuanto Luka lo soltó y el delincuente cojeando intento huir.
Marinette aún en el suelo aferrada a la reja fue abrazada por Luka y se hundió en sus brazos llorando silenciosamente mientras temblaba de miedo y alivio.
—Tranquila Marinette, estoy aqui... estas a salvo.
Luka estaba colérico, dislocar el hombro de ese cabrón no le bastaba, hubiera deseado poder estampar su cara contra el concreto un par de veces al menos pero la asustada chica en sus brazos era su prioridad y por nada del mundo la dejaría sola.
Se apartó un poco para quitarse la chaqueta y la cubrió con ella antes de tomarla en sus brazos al notar que ella parecía no poder sostenerse por sí misma y vio al oficial meter al bastardo en la patrulla y cerrar la puerta.
—Otra unidad está buscando a los otros dos pero con el testimonio de este delincuente no será difícil atraparlos. Gracias por llamarnos chico, se que mantenerse racional es difícil en momentos así.
Luka había estado camino a casa luego de su última entrega del día a un cliente habitual cuando escucho gritos y había llamado a la policía de inmediato. Pero al estar más cerca había reconocido la voz de su Marinette y su cuerpo se había movido por si solo.
—Lo único importante es que ella esté bien...
Su cuerpo había actuado y cuando volvió a sus sentidos estaba sujetando al bastardo contra el suelo y el lejano sonido se sirenas policíacas lo había regresado por completo a la realidad antes de tomar la cabeza del sujeto y machacarla contra el pavimento.
—Debemos ir a la estación de policía para tomar sus declaraciones y presentar cargos. Llamaremos a sus padres en el camino.
Luka apretó más fuerte a Marinette que lloraba muy bajito en su cuello, lo aferraba como si temiera que se fuera a desvanecer y murmuraba una y otra vez que no la dejara sola.
Y Luka se juro que no lo haría.
Nunca más.
....
Honestamente no se que decir, creo que Lila, esta Lila está honestamente loca.
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