Marinette se encontraba sentada en la entrada de su colegio dibujando rápidamente un vestido que había llegado a su mente al ver el suave movimiento de las nubes y los árboles con el viento, en esas semanas la inspiración le llegaba de fuentes completamente insospechadas y no era la primera vez que se sentaba en cualquier lugar a dibujar.

-Hola Marinette ¿Estas disfrutando tu soledad?

La voz de Lila la había interrumpido en medio de sus pensamientos y apartando su lápiz respaldo con molestia.

-Déjame tranquila Lila

No estaba de humor para soportar a esa pequeña mentirosa, estaba esperando que se aburrirá de ella y se marchara para despedirse de Adrien quien esperaba a su chófer a un par de metros de ellas.

-Solo me preocupas Marinette, quiero que estés cómoda en tu esquina.

Marinette intentó permanecer indiferente, reaccionar a Lila solo lograba que la chica deseara lastimarla aún más y no se sentía con fuerzas para luchar con ella más.

-No me importa si mientes Lila, a estas alturas solo lo siento por todos cuando tu farsa caiga.

Adrien las veía de reojo y pensó que intervenir podría ser una buena idea cuando su chófer llegó y con un suspiro subió al auto. Marinette es una chica fuerte, estará bien pensó antes de apartar la mirada mientras se alejaban del lugar.

-Te dije que dejaras de meterte en mis asuntos.

La sonrisa amable de Lila había desaparecido remplazada por la ira y el odio brillando en sus ojos.

-Si tus compañeros desde hace años son tan estupidos para abandonarte con solo unas cuantas lágrimas mías entonces no es realmente mi culpa.

Marinette lo sabía. Si no confiaban en ella luego de tanto tiempo entonces no podía culpar a nadie, simplemente ella no era parte del grupo tan firmemente como pensó.

-Deja de mentirles Lila, lo peor será para ti cuando todo se descubra.

Lila bufó irritada, no era como si esos chicos fueran brillantes o capaces de darse cuenta que estaban atrapados en su red y habían dañado a la santurrona de Dupain Cheng, si, eran idiotas. Incluso si últimamente las imbeciles de Rose y Juleka se habían alejado de ella y seguían a Marinette ella podía volverlas parias sociales sin problemas.

-No, lo peor será para ti si sigues molestando Dupain- Cheng, voy a lograr que nadie en esta escuela te vuelva a hablar. Voy a arruinarte a ti y a tus nuevas amiguitas. Esas anormales Juleka y Rose van a odiarte cuando sepan que lo que les pasará es tu culpa.

Marinette sintió las lágrimas caer por su rostro, sus manos temblaron y se sintió terriblemente preocupada por que sus amigas pasaran por lo mismo que ella había sufrido desde la llegada de Lila.

-Te lo aseguro Lila Rossi si continúas molestando a Marinette, Rose y Juleka tu tendrás un grave problema.

Marinette estaba por hablar cuando una mano se colocó en su hombro y la dulce voz de Luka teñida de una dureza hasta entonces desconocida llegó a sus oídos. Vio su rostro serio y sus ojos azules jamás le habían parecido tan fríos.

Por primera vez sus ojos cálidos como el mar en una playa paradisíaca se veían tan fríos como un témpano de hielo y Lila que al verlo había sonreído dulcemente volvió a mostrar su expresión maliciosa al escucharlo hablarle.

-¿Tu lo evitarás héroe de cuarta?

No tenía sentido fingir con ese chico que le mostraba una fotografía suya junto a Marinette mientras su rostro estaba lleno de malicia y la otra chica parecía asustada, al parecer era amigo de Dupain Cheng y no caería tan fácil como los demás, la idiota había encontrado un chico con cerebro, una lástima que no se tragara sus mentiras por que seguramente sería una divertida distracción mientras atrapaba a Adrien y su fortuna de forma permanente.

-Si es necesario lo haré, seguramente a tu madre le encantará ver esta cara adorable de su hija cuanto esté video llegue a sus manos. ¿Debería enviarlo a su correo personal o al de la secretaría del embajador Rinaldi?

Marinette tomó la mano de Luka y el la sujeta con suavidad y ternura mientras sus fríos ojos miran a la italiana con una sonrisa irónica tirando de sus labios.

-¿Cómo sabes eso?

Nadie debía saber que su madre no era una embajadora, que era solo una miserable secretaria demasiado ocupada para dedicarle tiempo a su hija.

-Algunos no caemos con mentiras ridículas Rossi, puedo probar fácilmente en que trabaja tu madre y se también sobre tu padre y su... situación legal actual.

Luka sonreía con un ligero deje de diversión al ver a la italiana palidecer al escuchar la mención de su padre, y entonces reproduce el video, sus amenazas y la expresión maligna de su rostro nítidas en la pantalla.

-Te lo repito Rossi, alejate de Juleka, Rose y Marinette o este video estará en todas partes en cuestión de minutos si te acercas a ellas o vuelves a mentir para lastimarlas.

Lila solo miró fijamente su propio rostro en la pantalla y los ojos del chico alto, prometían un infierno si no lo obedecía pero ella no era ninguna niñita indefensa. Ella era lo suficientemente inteligente para destruirlo antes de que realmente pudiera revelar nada sobre ella.

-Si el resto son tan idiotas para caer en tus mentiras no me importa pero si lastimas a los que amo te aseguro que cada una de tus mentiras será expuesta de la manera más pública y humillante posible y si terminas Akumatizada, bueno Ladybug es excelente encargándose del asunto.

Lila maldijo en su mente, aún no sabia como pero ese chico idiota se las pagaría, lo destruiría tan rápido que no sabría de donde llegaba el golpe y sin duda después se encargaría de que Marinette supiera que todo era su culpa. Esa maldita chica le pagaría esa humillación con creces.

Con un bufido de rabia se alejó golpeando con su hombro a Marinette al pasar y alejándose tan rápido como podía. Debía pensar como destruirlos. Y rápido.

-Luka...

Marinette se enterró en los brazos del chico llorando un poco, jamás pensó que alguien la ayudaría exponiéndose a caer bajo la mira de Lila y sus mentiras.

-Lo siento pequeña pero no pensaba quedarme callado observando como esa mentirosa vive feliz a costa de tu sufrimiento, aún menos cuando encontrar las pruebas de sus mentiras fue tan ridículamente simple.

Los ojos azules de Luka la miraban con cálida ternura y se sintió especial por ser quien estaba bajo esa dulce mirada. El era un buen chico y la había defendido. Había hecho lo que sus amigos de toda su vida no, le creía y tomaba su lado en esa discusión. La apoyaba a ella.

-Nunca pensé verte enojado. Aún menos ser hostil con alguien.

Suspiro más tranquila, no se sentía asustada de Luka, podía ver que no todo en el era ternura y amabilidad, obviamente tenía un lado un poco menos agradable pero estaba segura que estaba reservado solo para aquellos que lastimaba a sus seres queridos y se alegró profundamente de pertenecer a ese afortunado grupo.

-Solo soy amable con la gente que me importa, por lo general suelo ignorar a los demás y dejarlos que arreglen sus asuntos por si mismos pero... esta vez no podía.

Luka sonreía con dulzura, le gustaba Marinette, era una chica valiente, dulce e increíble que no merecía el trato que le daban sus compañeros.

El no era un héroe, no aspiraba a serlo tampoco, pero creía en hacer lo correcto. Y apoyar a Marinette y ayudarla lo era.

Incluso si tenía que hacer uso de su lado malo para hacerlo, había sido tan fácil descubrir los esqueletos en el armario de esa chica, cada mentira podía ser refutada con patética facilidad pero la parte amable de el le exigía darle una oportunidad de detenerse y dejar a Marinette, Rose y Juleka tranquilas antes de humillar a Lila Rossi exponiendo su triste verdad.

-Gracias, aún que realmente no creo que se detenga. Seguramente encontrará la manera de molestarme.

Marinette sabía que Lila era tan terca y rencorosa que ese encuentro solo le había hecho añadir a Luka a su lista negra y lo atacaría también, aunque confiaba en Luka y que no hubiera enfrentado a Lila sin un plan de contingencia.

-Tristemente no lo dudo, pero tendrás algo de tiempo tranquila y Lila caerá pronto. Seguramente esta tramando algo contra mi en estos momentos pero ya estoy preparado para eso.

Luka sonrió animado, quería ver a esa mocosa intentar derribarlo por que no le sería nada fácil, él no era un héroe ni aspiraba a serlo pero nunca dudaría en defender a los que ama.