- ¿Quién quiere pasar primero a mostrar sus dibujos?

De inmediato apagué mi celular y presté atención a lo que Lars decía. Oh, mierda, olvidé hacer el estúpido dibujo.

Podría dar de excusa que ayer mis padres estuvieron discutiendo mucho y escapé a la plaza para relajarme un rato, de hecho, eso pasó de verdad, aveces lo digo como un pretexto con los otros profes y no pasaba nada, quería dar este pretexto real con Lars y no me atrevía, pude haberlo hecho en una semana y no a última hora. ¿Por qué ahora es que me preocupo por mi flojera siendo que nunca lo hice antes?

Algunos alumnos pasaban adelante y dejaban sus croqueras sobre la mesa del profesor, y hablando del profe... el viejo no vino de nuevo y por eso Lars estaba tomando riendas de el asunto, me hice la dormida sobre el pupitre cuando en realidad, yo no paraba de admirar a mi ahora único amigo.

Hablando de eso... sí, nos juntamos en los recreos y conversamos con frecuencia, no es que estemos juntos todo el día, él está con sus colegas de la universidad aveces y no me gusta interrumpirlo, se me hace de muy mala educación, ¿vale?

Luego de unos quince minutos en que tomara fotografías a cada uno de los dibujos y los pasara a la computadora, comenzó a proyectarlos en la pizarra. No es que mis compañeros de clase fueron las más grandes Da Vinci o alguna mierda de ese tipo, de hecho, dibujaban fatal pero al menos se veía cierto esfuerzo en el trabajo que hacían, había sentimiento.

Demasiados sentimientos, desde paisajes bonitos que algunos visitaron en sus vacaciones aquí mismo en Florencia, hasta cosas demenciales, cada uno explotó su imaginación al límite, es como si cada una de las palabras que Lars les dio la semana pasada para alentarnos haya hecho algún efecto mágico para sacar lo más profundo de cada uno de nosotros... Bueno, al menos de la gran mayoría. Me hizo sentir mal que sólo yo y las que alguna vez consideré mis "amigas" hayamos sido las únicas sin hacer nada, porque me dio la sensación de ser una perra que no logra valorar toda esta maravilla.

Aunque... no niego que me cuesta valorarlo, digo, lo hago pero a partir del miedo.

La extrema felicidad que denotaban los paisajes soleados, los dibujos de los museos de acá con gran majestuosidad, los autorretratos llenos de profundidad, otros dibujos eran melancólicos. Demasiado profundos, era como si cada una de las cosas presentadas pudiera sentir la energía, el aura del autor a la hora de dibujar, cosa que me hacía sentir demasiado incómoda, las mil y un sensaciones nuevas, negativas en mi no me agradaban.

Era como si cada una de las cosas representadas en las fotografías que Lars tomó me atacaran psicológicamente. Además, él pedía que cada uno interpretara de diferentes maneras lo que veíamos, entonces, oír los puntos de vista y asociarlos a la belleza retratada me ponía más y más nerviosa. Mi estómago se revolvía demasiado, me estaba mareando y tenía ganas de vomitar, a pesar de que se tratara de algo demasiado hermoso, no lograba contener tanta maravilla, no sabía qué estaba pasando conmigo.

Al momento en que los dibujos se acabaron.

- ¿Quieren ver una pintura que hice esta semana en mi hora de descanso? -consultó y varios pedían que la enseñara.

Ahí buscó entre los archivos de su celular en las fotos de la cámara, entre esas pude los bocetos que me enseñó el otro día y fotos al paisaje desde los balcones del segundo piso, que el otro día tomamos juntos también.

Hasta que abrió el archivo y varios quedamos flipando, otros hacían gestos de asco y los aracnofóbicos como yo, nos cubrimos los ojos.

Seré breve: explicó que andaba aburrido y como muchos les temen a las arañas, inspirándose en las obras de Lovecraft, dibujó una especie de humanoide arácnido, citó aquella frase del famoso escritor inglés que el mayor miedo del hombre es a lo desconocido y vaya... sí que tenía razón, de dos cosas tan comunes y corrientes surgió aquella locura.

Si ya antes me sentía mal, agregarle mi fobia a las arañas lo empeoró todavía más. De la manera más desubicada posible, me levanté de mi pupitre y salí corriendo afuera del salón, sintiendo las miles de miradas curiosas en mi, lo siento mucho, no era mi intención ofender a mi único amigo con lo que iba a hacer pero corrí al baño para directamente vomitar.

Luego que botar todo lo que comí hoy e incluso lo de ayer, reventé en llanto casi sin razón aparente, no podía controlarme, todo mi cuerpo temblaba sin cesar y era una sensación atroz lo que sentía, todo lo malo que podía pasarme, creo que lo estaba viviendo en aquel instante.

Me quedé ahí, impotente, hasta el final de lo que era la clase y tocó la campana para salir a recreo. Todavía temblando, me levanté del suelo y me miré al espejo, lavé mi rostro con agua fría para tratar de calmar un poco los nervios que no se iban con nada.

Hasta que me digné a salir, todavía con los ojos llorosos y la nariz roja como Rodolfo el Reno, más encima mis piernas temblaban como si me la hubieran metido y quedara coja, temía que inventaran cosas a partir de eso, sin embargo, mi corazón aceleró demasiado su pulso cuando alguien conocido me tocó el hombro.

- Sophi, ¿estás bien? Te vi saliendo del aula, no te veías nada bien, ¿qué pasó?

- Me sentía enferma -mentí, no del todo, pero mentí en cierta forma.

- Oh, ya veo... Cambiando de tema, ¿te gustó mi extraño dibujo? A tus compañeros les asustó un poco, al parecer...

- Sí, es bonita... -hice una mueca- Pero me dan miedo las arañas...

- Oh, ¡lo siento mucho! -se echó para atrás sorprendido- No sabía eso, no pretendía...

- No importa... -forcé una sonrisa- Eres muy talentoso.

- Gracias -sonrió con dulzura-. Yo creo que también lo eres, aunque no te vi dejar tu dibujo sobre el escritorio como los demás...

- Me dio vergüenza... -mentí, vaya, cada mentira me dolía pronunciarla.

- ¿Por qué?

- Creo que no soy lo suficientemente buena, para nada, en todo lo académico, es un asco...

- Oh, ya veo, eres de bajo rendimiento... -posó una mano sosteniendo su barbilla.

- Sí, estoy con riesgo de reprobar el año escolar, el último por culpa de... mi flojera -admití por fin, a lo que me frunció el ceño.

- Repetir el curso es muy feo, ¿sabes? -asentí- Te entiendo, en Dinamarca era un estudiante fatal, hasta que en la universidad me corregí y ahora soy la persona, más o menos culta que soy ahora...

- ¿Te consideras a ti mismo "culto"? Vaya...

-¿Qué? No sólo los tontos que buscan atención se autodenominan así, ¿vale? -ambos reímos- Sé lo suficiente de cultura general para llamarme a mi mismo de esa forma y puedo demostrártelo.

Parpadeé sin comprender mucho, confundida.

- ¿En serio? ¿Cómo?

- ¿Te parece si mañana después de clases vamos a dar una vuelta y te voy contando todo lo que sé?

- ¿Algo así para llamar mi atención? -bromeé y volvimos a reír.

- Ehh... algo así -esbocé una gran sonrisa.

- Pues... claro, sería genial -no pude evitar sonrojarme, ¿era una cita lo que me pedía? No, Sophia, no seas tonta, una simple salida de amigos, eso es todo.

- Entonces... ¿mañana a la salida? -asentí- Bien, déjame anotarlo en mi muuy apretada agenda -bromeó, siempre gasta bromas acerca de su gran vida social inexistente.

A diferencia de mi, Lars aunque no sea de muchos amigos, logra llevarse bien con las masas y simpatizar bastante, cosa que yo nunca lograré hacer. Me encantaría ser como él, en serio...

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Nota: Espero no tener muchas lectoras aracnofóbicas porque no pretendo herir a nadie D: La pintura de multimedia se llama "La araña sonriente" y es de Odilon Redon, lo digo por si quieren buscarla o re-matar al que la hizo(?

Como ven, dejo diferentes pinturas en los capítulos porque... bueno, así vamos aprendiendo un poco más XD Aparte de que, como Lars es un loco por el arte, pues algunas pinturas son claves para lso capítulos como pueden ver uwu

Ojalá les esté gustando la novela uwu

Besos y abrazos pa' todas ♥