Días más tarde yo ya estaba harta. De ser tan sumisa con la gente que busca hacerme daño, de dejarme llevar tan fácilmente y que me tratasen de esa forma. Rabeaba tanto por tener esa impotencia de odiarlos a todos y no poder hacer nada para que te tengan respeto.

Hice algo estúpido pero creo que fue efectivo: alejarme de todos. No sólo mis falsas amigas, sino también de mi familia y cualquier otro ser humano. Deambulo solitaria por los patios y pasillos del colegio, como si de un fantasma se tratara, con una expresión facial neutra y el volumen de la música a tope para tratar de no oír las feas palabras que me gritaban algunos alumnos de mi clase o incluso, niños pequeños.

Porque claro, si no estoy rodeada de puras mujeres, soy "lesbiana" o "autista", se nota que estos niños de ahora insultan sin saber qué significan esas palabras que no son para ofender, desgraciados... No faltaba el chistoso o chistosa que me señalara y diga "pobrecita, ¡no tiene a nadie!", porque claro, las chicas normales si se quedan solas se vuelven hipócritas y se meten en cualquier grupo fingiendo eterna amistad por pena. Mientras que yo no soy ninguna cobarde y prefiero estar sola que mal acompañada, soy abucheada. Que mierda es esta gente.

Pasaron dos días. Dos miserables días en donde pareciera como si el tiempo no transcurriera, me sentía como la niña de The Ring -Samara creo que se llamaba-, merodeando sin rumbo alguno por todo el colegio, dando pena y motivo de burlas a los inmaduros. No sabía qué hacer.

En el último recreo, sentí que alguien gritaba mi nombre, seguramente llamaban a otra persona y lo ignoré. Digamos que Sophia es un nombre bastante común, podían referirse a cualquier otra tipa que SI tenga personalidad para siquiera saludar a alguien.

El llamado fue tan constante que hasta me tocaron el hombro, creí que sería alguien que me molestaría, entonces, alcé el puño estando a la defensiva para agredir a quién me hablaba y mis mejillas acabaron rojas de vergüenza.

- ¡Lo siento! -exclamé y bajé el puño.

- No pasa nada, te estaba llamando de hace rato -contestó con amabilidad Lars, me limité a sólo sonreír con nerviosismo-. No más quería preguntarte porqué tan sola, ¿por qué no estás con tu grupito de amigas? ¿Se han peleado?

Asentí. En realidad, me alejé de ellas y ni cuenta se dieron, bueno, sí, se pusieron a tirarme mierda pero ni se preocuparon en preguntarme porqué me alejé o algo de ese estilo.

- Vaya, y para colmo todas te dejaron tirada, que pesadas, ¿no? -volví a asentir- ¿No te molesta si te hago compañía? Mis colegas se quedaron haciendo unos trámites y me dejaron solo el día de hoy, y bueno, me gusta mucho hablar con la gente, no me gusta estar en silencio absoluto todo el rato.

A eso le llamo ser alguien admirable. No es como la típica tonta que te dice "Ay, amiga, nunca hablamos pero igual eres mi best friend y mira, que te quiero mucho, ¿sabes que tuve tal problema?", junto a un largo "blah, blah, blah" lleno de hipocresía. Lars era diferente, de inmediato me explicó bien lo que sucedía y me preguntó si podía estar a mi lado para no invadir mi espacio personal. ¿No creen que las personas deberían aprender un poco más de él?

- Um, te han dejado tirado igual que a mi... que mal -hice una mueca y a la vez sonreí para mis adentros porque había desbloqueado un nuevo logro: hablar con alguien.

- Sí, pero me da igual, regresarán de todas formas -sonrió con gran encanto-. ¿Y tú? Te veo de hace días merodeando como Samara Morgan por los pasillos. ¿Acaso te han abandonado por completo?

Vaya, sabía que yo no era la única que pensaba que me parecía a ella.

- Lamentablemente... sí.

- Joder, que pesadas... -miró a todas partes y comenzó a hablar mucho más despacio- No le digas a nadie pero que bien que te haz separado de ese grupito tan... um, fácil.

- ¿"Fácil"?

- Ya sabes, ellas son... fáciles. En cualquier momento te podían mal influenciar.

Y lo han hecho, no podía dejar de pensar en lo bonitos que son sus ojos verde claro, como esmeraldas recién pulidas. Me daba asco el hecho de que prefería pensar de manera superficial y no lo simpático que era él como persona. Sí, es culpa de mis falsas amigas.

- En todo caso... -contesté con una mueca.

- Y... ¿qué cuentas de bueno por la vida? -cambió de manera brusca el tema mientras caminábamos por los pasillos, ahora éramos The Ring y la de Ju On, lo digo porque ambos teníamos el cabello largo y conservábamos el aura negativo.

- Uhh... nada -hundí los hombros-. ¿Y tú?

- Um, no mucho -también hundió los hombros-. ¿Cómo te va en clases?

- ¿En qué sentido...?

- ¿Académicamente?

- Mal.

- ¿Socialmente?

- Mal.

- ¿Moralmente?

- Terrible.

- Vaya... -hizo una mueca- Eres un poquito pesimista.

- Se podría decir que sí...

- Bueno, es comprensible si todo tu grupo de amigas te abandona y llevas días sin comunicarte con nadie en los recreos, es feo eso -sólo asentí ante sus palabras, sin dar ninguna opinión-. ¿Y no haz planeado buscar otro grupo en donde te traten mejor? -hundí los hombros- ¿No conoces mucha gente aquí? -negué- ¿Eres nueva en este año? -volví a negar- Wow, yo llevo un par de semanas y ya conozco a medio mundo, que curioso todo...

- Ah, cierto...

- Podría yo buscarte un grupo de amigos...

Negué, vamos, eso era humillante.

- O... Puedo YO ser tu amigo.

Mis ojos se abrieron en impacto y le contemplé asustada, dejé de caminar.

- No creas que soy un pedófilo, ¡te lo juro, no lo soy! -ahora solté una leve risa.

- Tengo dieciocho en todo caso, no pasa nada...

Mentalmente me di una bofetada por eso, ¿en serio dije esa mierda? ¡He quedado como una completa fácil enfrente suyo! ¡Qué humillación!

- Ah, bueno, entonces, nadie podrá decir que es pedofilia estar cerca tuyo porque no pasa nada, bien, eso es genial -levantó el dedo pulgar-. Ah... entonces... ¿Qué cosas te gustan hacer?

- Escuchar música, caminar en círculos... como ahora y, y... no sé -sonreí-. ¿Y tú?

- Dibujar, pintar, admirar arte ajeno y el propio, tratar de buscarle algún significado.

- Ah, que genial...

- Sí, hablando de artes... ¿ya tienes listo el dibujo que pedí el otro día?

- Claro, claro... Ah, está en mi casa la croquera eso sí -forcé una risa-. Tendrás que seguir esperando para ver lo que tengo.

- Pues esperaré -rió también pero de manera sofisticada-. ¿Te gustaría ver lo que he dibujado hoy en el tren mientras venía para acá?

- Claro, a ver... -él sacó su celular y me mostró una foto de un dibujo un tanto... extraño, que se me hacía familiar- Ah, creo que ese dibujo lo conozco de algún lado, um...

- Me inspiré dibujando los personajes de la pintura "Guernica" de Picasso, ¿no crees que es genial?

En realidad, el chico tenía talento. Jamás consideré muy bonito ese tipo de arte pero de verdad que para ser un simple boceto hecho en unos minutos en el tren, considerando que el movimiento dificulta la acción de dibujo y más por las mañanas cuando el tren está lleno. Estaba muy bien elaborado, para ser sincera.

- Sí, es muy bonito... -comenté a su vez que me mostraba los diferentes bocetos.

- No soy mucho de admirar el cubismo pero en realidad adoraba esa pintura, me era imposible no inspirarme en ella -me decía tras luego enseñarme la pintura original.

La admiré un par de segundos para por fin obtener una interpretación clara de lo que veía. Una madre llorando la muerte de su hijo, caballos con "misiles" de guerra, gente muerta, dolor, desesperación... no. Esas dos últimas palabras no eran para describir la pintura, era para describir lo que yo sentí al verla, joder, que mal rollo daba, comencé a sudar en frío y mi vista fue directa al suelo para tratar de tranquilizarme un poco.

- Oye... ¿ya almorzaste? -negué- ¿En serio? Es que yo me muero de hambre, ¿quieres que te compre algo? -negué- Oh, vamos, que me hace sentir culpable comer delante de alguien que no lo está haciendo.

- Vale, está bien... -dije en algo similar a un gruñido, se me hacía feo hacerlo gastar dinero por las puras.

De ahí fuimos al kiosco del colegio para comprar un envase de patatas fritas para cada uno, mientras charlábamos de... bueno, artes, paisajes bonitos de acá, cosas que a él le encantan y yo las hallo tan feas y comunes, no sé, cada loco con su tema dicen.

Después tocaron la campana para regresar a clases y nos despedimos. He de admitir que fue divertido pasar el rato con Lars a pesar de que sus pinturas sean raras y sea un loco por ellas, me asustaba pero me gust... No.

----

Nota: Bueno, en multimedia se vería más o menos cómo serían los bocetos que hizo Lars, obviamente, no sé quién los hizo a pesar de que en varias partes leí que los hizo el mismo Picasso pero como no eran fuentes confiables no me creí náh :'v Créditos al que los hizo y...

Espero que les haya gustado el capítulo c: