Capítulo 13: La importante charla.
Finalmente, llegó el muy esperado día sábado, aquella mañana me desperté sabiendo que iba a saber la verdad acerca de ese beso y que por favor, rogaba con que no haya sido sólo un error del momento. Recibí la llamada suya para confirmar que podíamos juntarnos, que va, si ni pedí permiso para salir, cuándo quedaban unos minutos para nuestra junta salí corriendo a máxima velocidad oyendo como mis padres daban gritos tremendos para que yo regresara.
El punto es que me escapé pero valía la pena, mejor estar con la persona que amo que con un par de engendros que no dejan de pelear entre sí por cualquier tópico habido y por existir.
Curiosamente, justo a la salida de mi casa, pillé una carta a mi nombre que la recogí, y ahí fue cuando salí corriendo, me pillaron y empezaron los gritos. Va, la cosa es que cuando me alejé lo suficiente, la abrí con mucha confusión, ¿cómo? Sé que soy mayor de edad pero no hay necesidad de que me envíen cartas, ¿serán del estado, alguna deuda? No, yo nunca he trabajado y siempre pago en efectivo.
...era otra carta de Lars.
Era una imagen impresa de un cuadro super famosísimo cuyo nombre no me acordaba en ese momento, era de una pareja besándose pero ambos individuos tenían sus identidades cubiertas -literalmente, con un manto-, era muy bonita y perturbante al mismo tiempo. Más abajo existía un manuscrito que señalaba la imagen y dictaba:
"Lo que tú y yo somos ahora."
Mi corazón comenzó a latir demasiado rápido para mi gusto, tan así que empecé a dudar si iba al lugar del encuentro con Lars o no, ya era demasiado tarde, quedaba poca distancia para llegar al centro de Florencia, aquel centro turístico, en la plaza no muy poblada a estas horas cosa que no suele ser normal.
Allí estaba él, con su típica sonrisa angelical que me hacía delirar, nerviosa le devolví el gesto y nos saludamos con un beso en la mejilla, hicimos la típica charla inicial para saber cómo estábamos, hasta que la confusión me mataba y solté:
- Oye... -casi no fue audible ese llamado.
- ¿Um? -contestó todavía con la gran sonrisa, ambos estábamos sentados sobre unas bancas- ¿Ocurre algo, Sophia?
- La carta que me mandaste...
- Oh, creí que lo captarías... -hizo una mueca y rascó su nuca.
- Creo que lo capté pero no del todo -hice una mueca también en vergüenza.
- Oh, bueno... supuestamente la pintura es de dos amantes que no pueden estar juntos y... eso -suspiró-. Así es como me siento yo contigo -murmuró dirigiendo su mirada al suelo, yo le contemplé fijo a los ojos, con la boca abierta en impresión.
- Yo... ¿te gusto?
- Creí que la cosa era demasiado evidente, ¿no? Regalos, cartas, estamos sólo tú y yo todo el tiempo... -suspiré- ¿No crees que tarde o temprano uno de los dos resultaría enamorado? En amistades de este tipo siempre sale uno lastimado y en este caso soy y...
- ¡No! -interrumpí alzando la voz- No sales lastimado.
- ¿Uhhmm...? -abrió los ojos como platos en busca de una respuesta inmediata.
- Tú... -inhalé mucho aire y aclaré mi garganta para poder escupir mis sentimientos- Me gustas también.
- Vaya -esbozó una ligera sonrisa-, que lindo eso -rió con dulzura-, cuando tu amor es correspondido, no obstante... -de nuevo una mueca- Sigue siendo imposible.
- ¿Imposible?
- Claro, si no te haz dado cuenta, la diferencia de edad es muy obvia entre los dos. Seis años. Tú dieciocho y yo veinticuatro.
- Pero no pasa nada, digo... soy legal -hice una sonrisa nerviosa.
- Legal para mantener relaciones sexuales pero no legal académicamente porque sigues siendo una simple estudiante.
- Pues... en pocos meses más termino la escuela o... hago el año de nuevo, creo que no pasa nada. Si ambos nos queremos...
- Eso es a lo que me refiero, sigues siendo una "niña" para mucha gente, lo que me deja muy mal parado como aspirante a profesional de la educación que soy.
- Vaya, primera vez que te preocupa el qué dirán -comenté sorprendida.
- No es que no me preocupe, simplemente no me doy el tiempo de llorar todas las noches porque sé que no lo agradaré a todo el mundo, tengo la voluntad para ser fuerte para afrontar todos los rumores que se atrevan a decir de mi. Sin embargo, ésto nos involucraría a los dos, tú también sales afectada y no puedo permitir que a ti te hagan daño.
Joder, que bonito todo.
- Lars -no, los ojos húmedos de nuevo, ¡no!-, no importa si empiezan a decir cosas, por ahora podemos tener algo más privado o no sé... aunque igual mis compañeros ven algo medio raro entre los dos.
- Es que cuando hay amor, todos se dan cuenta.
Reímos incómodamente.
- Bueno, Sophia, podemos por ahora sólo ser, um, "andantes". Ya sabes, algo no muy serio y si disimulado para evitar problemas. ¿Te parece?
- Claro -sonreímos de manera sincronizada.
- Um... te... -suspiró- Te quiero, ¿vale? -me abrazó por la cintura tras pronunciar eso, me sobresalté un poco pero luego me relajé.
- Yo también, Lars, también te quiero -confesé y nos miramos directo a los ojos.
Y ahí nuestros labios se unieron de forma mucho más apasionada que la primera vez, la emoción me estaba comiendo viva y creo que hasta temblaba por ello.
Pasamos el rato allí en la plaza hasta que empezó a llenarse de gente y optamos por despedirnos. Al regresar a casa me comí mil regaños, gritos e incluso insultos acerca de mi acto de rebeldía. No negaré que me dolió mucho y me tiré varias horas llorando por lo duros que fueron conmigo a pesar de que me lo merecía, ah, pero si alguien pregunta, odio a mis padres y lo que me dijeron no me importó para nada.
Sí, otra vez escapando de los problemas.
Ya les dije una vez: soy mejor escapista que Houdini, eso nadie me lo puede negar.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro