¿Qué puedo decir acerca de mi para que me conozcan? Me llamo Sophia Valastro, soy una floja de mierda que tiene un carácter terrible y por eso no le agrado a nadie.

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Disculpen aquella informalidad mía, simplemente no puedo lidiar con el entorno social que llevo en la actualidad. El día de hoy mis vacaciones cesaron y fui obligada a ir a la cárcel -o más conocida como "colegio"-, es el segundo semestre de clases y estoy harta de mi actitud tan intolerante con la de los demás. Aunque hayan cosas malas que me merezco por ser tan mala, considero que cargo con mucha estupidez humana últimamente. Digo... ¡Tener malas calificaciones por ser floja no es motivo para que mis "amigas" me menosprecien! ¡O que mis padres dejen de tenerme el mismo cariño de antes, que me ignoren! Me considero una persona con estabilidad emocional tan baja que por eso sólo tolero a mi entorno, mientras que en el interior me voy muriendo de a poco.

Era de las primeras horas del día y el horario de clases dictaba que era la hora de artes visuales, el profe nunca venía entonces ni me molesté en traer la croquera para "dibujar" -cosa que nunca hacía-, no más me recargué sobre mi pupitre, pretendiendo escuchar la conversación de mis supuestas amigas, quizás hablaban de zapatos o del tamaño del pene de sus novios, no tengo ni idea, pero no saben hablar de otra cosa, sinceramente, eso no es mi tipo.

Tampoco es que tuviera mucha voluntad para salir de ese círculo de amistad y buscar uno mejor, el resto de los alumnos en mi clase me daban mal rollo y me asustaba el sólo hecho de acercarme a... sí, a todo el mundo, incluso mi familia porque tengo miedo de causar problemas o ser víctima de burlas, entonces, me conformo con las tontas que están sentadas a mi alrededor.

El silencio reinó el salón de clases cuando algo que me impactó sucedió: El profe de la asignatura había venido pero no estaba solo, había un chaval acompañándolo, no muy viejo, de hecho, se veía de mi edad. Como era de esperarse, éstas se ponían a cuchichear las cosas bonitas y feas del sujeto desconocido, de qué cosas le faltan para ser un "papito sexy", que según ellas eran muchas. Para mi gusto personal no estaba TAN mal, se hecho, su cabello largo recogido con una coleta se me hacía atractivo, apesar de que no sea típico en mi eso de calificar a los hombres, bueno, esas tontas me dejaron pegada esa costumbre y me sentí culpable por hacerlo de manera mental, eso no correspondía, ni se había presentado aquel hombre y yo sólo me fijaba en lo superficial.

Vamos mal, Sophia.

Bueno, por mientras se demora mi clase en guardar silencio, puedo decir que tengo dieciocho años cumplidos el mes pasado, voy en el último año de escuela y que soy de Florencia, la gente adora vivir aquí por el hermoso paisaje y los museos artísticos que hay, pero a mi criterio personal se me hacen aburridos o incluso perturbadores en algunos casos, no sé, me hubiera gustado nacer en cualquier otro lugar. O... mejor no haber nacido.

Vaya, según explica el profesor de artes, el sujeto que lo acompaña es un profesor en práctica que viene desde el extranjero para realizar su práctica universitaria como profesor de artes visuales aquí en Florencia, al terminar de hablar él, comenzó a hacerlo el sujeto en cuestión.

- Bueno, chicos, mi nombre es Lars Ulrich, tengo veintitrés años y vengo de Dinamarca para cumplir mi sueño de enseñar mi amor al arte a jóvenes como yo. Estaré paseándome por la sala cada clase de artes, resolviendo dudas y ayudando al profesor presente alguna que otra tarea. También haré algunas intervenciones para yo hacer clases por mi propia cuenta... ¿Alguna duda?

Sonreí de manera inconsciente, se veía mucho más animado que el viejo amargado que nunca viene, no sé, eso me agradaba, pero bueno, no valía la pena verme tan emocionada porque quizás alguien creería que me quiero liar al profe en práctica y eso no es bueno.

La clase siguió de manera corriente, todos conversando, el profe haciendo nada y el practicante paseándose por los pasillos del salón. Estaba tan aburrida que miré por la ventana, se veían unas bellas montañas al fondo, el sol radiante las alumbraba y había mucha flora adornando los prados lejanos, los contemplé por un tiempo, el suficiente para comenzar a sentir mareos al tener la mirada tan fija y mi estómago se revolvía. Pestañeé varias veces en busca de relajación, sabía que las tontas de mi lado me trataban de hablar pero la música de mis audífonos sonaba tan alto que estaba sumergida en otro mundo.

Mi mirada se posó en una mesa que estaba al fondo del aula, encima estaba la mochila del practicante y había una especie de "postal" de un paisaje invernal muy bonito, sobre ésta, junto a unas llaves... admiré la postal, agradecí tener buena vista y admiré a mayor detalle, me costaba leer las letras por la distancia pero al rato descubrí que era una postal de Dinamarca, lugar de donde proviene este sujeto. La postal era tan bonita que me dio escalofríos... sí, suena ridículo sin embargo fue así, ni idea porqué, algo iba yendo mal hoy en mí hoy y no sabía qué era.

Quizás sólo me estoy poniendo paranoica por levantarme con el pie izquierdo, sí, eso es todo...