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11

Era un nuevo día y JungKook iba camino a casa de sus padres, en una de sus manos llevando una bolsa con algunos ingredientes que su madre le había pedido comprar en el camino, seguramente le faltaban para terminar de preparar el almuerzo.

He ahí la razón por la que había cedido a ir, la mujer lo había seducido con prepararle su comida favorita: ramen y brochetas de cordero.

Y bueno, ¿quién era él para negar comida deliciosa y gratis?

Caminó por unos minutos más hasta que por fin divisó aquella linda casa en la que se refugiaban todos sus recuerdos de la infancia, y sin dudar se acercó hasta la puerta, donde con su mano libre tocó el timbre.

—Ya llegó mi bebé. —dijo su madre con una suave sonrisa al verlo antes de abalanzarse a abrazarlo.

—Traje lo que me pediste. —resaltó el menor, devolviendo el cálido abrazo con su única mano libre.

—Siempre tan obediente. Ven, pasa y deja las cosas en la cocina.

YangMi lo soltó y se hizo a un lado para que entrara, ya luego cerró la puerta tras de ambos agilizando su paso hasta llegar a la cocina, donde JungKook entró seguidamente.

—Alcánzame el jengibre y el ajo, ¿quieres, cariño? —YangMi le pidió mientras se ubicaba de nuevo en su posición frente a las ollas encima de la estufa.

—Ten. —JungKook obedeció al instante pasándole los dos ingredientes que había traído consigo.

Ella los tomó y el menor no podía comprender cómo los había pelado y rebanado tan rápido sin haberse cortado un dedo. Su madre siempre había sido apasionada por la comida y le salía de maravilla, JungKook no se podía quejar de un solo platillo que ella le hubiera puesto en la mesa, pues no sólo era delicioso sino que le hacía feliz ver a su madre sonreír cuando le daban cumplidos por su preparación.

—Creo que esto ya está listo. Saca los platos mientras voy por tu padre.

Dicho eso, su progenitora le sonrió y dejó la cuchara con la que revolvía lo que parecía ser el ramen para luego apagar los fogones tanto de esa olla como de la parrilla con las brochetas de cerdo. La vio quitarse el delantal y salir de la cocina, por lo que ya estando solo se giró en busca de los platos para servir. No le costó mucho bajarlos de la encimera gracias a su cómoda altura, así que en un abrir y cerrar de ojos tuvo todos los necesarios encima del mesón.

Con cuidado pues todo estaba caliente, tomó los utensilios necesarios y comenzó a servir en cada plato quedando al final tres tazones de ramen y tres platos con dos brochetas de cerdo cada uno. A JungKook se le hacía agua la boca, definitivamente haber aceptado ir a casa de sus padres había sido la decisión correcta.

Y es que en realidad no le disgustaba ir, de por sí él amaba a sus padres, tanto que estaba seguro de que no podría tener unos mejores, sin embargo, últimamente habían estado muy interesados en su vida y en las personas que estaban en ella, y él había intentando evadir aquello porque no sabía muy bien qué decir. Sospechaba fuertemente que sus progenitores ya tenían ideas y estaban indagando más debido a su mejor amigo SeokJin.

Ya luego le reprendería por contarle cosas de su vida privada a sus padres.

—¡Ya está puesta la mesa! —entonó con un poco de fuerza momentos después, esperando que llegara a oídos de sus padres en el segundo piso.

Y así fue, pues casi al instante los vio bajar a ambos por las escaleras hasta llegar al comedor.

—Hijo, cuánto tiempo sin verte. —su padre musitó feliz enseñando su aconejada sonrisa.

Si se preguntaban de dónde la había sacado JungKook, ahí tenían la respuesta.

—No ha sido tanto tiempo, papá. —dijo negando con un poco de diversión al ver como el hombre se le acercaba para abrazarlo.

—Qué dices, si has crecido un montón desde la última vez que te vimos —DongSun continuó palmeando un poco su espalda antes de separarse del abrazo—. Ya te olvidas de tus agradables viejos, ¿por qué será?

—No lo hago, sólo que la universidad no me da tanto tiempo para venir seguido.

Su respuesta no era del todo mentira, pero tampoco era una verdad en su máxima expresión, no al menos que pasar gran parte de su tiempo con cierto chico contara como alguna forma de aprendizaje.

—Bueno, sentémonos que mi pequeño debe tener hambre, ¿o no? —esta vez fue su madre quien habló, y lo hizo asentir de acuerdo. Ese día no había desayunado así que su estómago ya rugía en busca de algo de comida.

Los tres tomaron asiento en el pequeño comedor, quedando un solo asiento vacío. JungKook se sentó y apenas tomó los cubiertos probó el ramen llevando un poco a su boca y confirmando que sabía tan delicioso como se veía, incluso más.

—Enserio haces el mejor ramen, mamá. —JungKook dijo en automático al sentir lo felices que estaban sus papilas gustativas.

—Así fue como me conquistó.

Su papá habló también luciendo feliz con su comida y YangMi rio levemente.

—Debía amarrarlo de alguna forma, él era un hombre muy guapo. —ella se encogió de hombros llevando una primera cucharada de ramen a su boca.

—Tu madre era muy energética, ella fue la que me persiguió para que saliéramos —DongSun contó haciendo que su mujer lo mirara y le diera un pequeño golpe en el brazo—. ¿Qué? No te culpo, ciertamente solía tener ese efecto en las mujeres.

—En esos tiempos no sabía en lo que me estaba metiendo. —se justificó la mujer suspirando y ganándose una mirada indignada de sus esposo.

JungKook sólo pudo reír. Sus padres solían ser animados bastante parte del tiempo, y molestarse entre ellos, más porque eran una pareja que se habían casado jóvenes, sin embargo, el amor que tenían era de los más bonitos y puros que había visto. Era uno de esos ejemplos que realmente te motivaban a encontrar el amor.

—Pero bueno, ya basta de nosotros —continuó la señora Jeon al ver la intención de sus esposo de responder—. ¿Cómo has estado? ¿Has comido bien? ¿Qué tal la universidad?

—Muchas cosas que leer y trabajos para hacer, pero nada fuera de lo normal. —su respuesta fue simple, antes de llevar una de las brochetas de cerdo a su boca y morderla.

—¿Estás seguro que no es muy pesado? SeokJin nos contó que has estado bebiendo mucho café.

Lo que dijo su madre lo sorprendió pero no del todo, después de todo ya se sospechaba algo como eso.

—¿Qué más les dijo? —cuestionó casualmente, siguiendo con su comida.

—Nos habló de que no estaba de acuerdo con el sistema educativo, porque por cada trabajo que entregaba tenía diez nuevos, también se quejó de que la comida allá no era la mejor —su madre rio levemente recordando al chico que era como su segundo hijo—. Ya sabes cómo es él.

—Pero, linda, olvidas lo que nos contó sobre el chico que JungKook conoció.

Y el mencionado casi se atora con su comida al ver que su suposición había sido cierta.

Por otro lado, YangMi negaba con la cabeza hacia su esposo.

—Te dije que no fueras a decir eso y es lo primero que haces. —le recriminó.

—¿Qué es lo que saben de ese chico? —JungKook cuestionó, no muy seguro de qué hacer, no estaba preparado para hablar con sus padres del asunto.

—No mucho, cariño —su madre le contestó—. Sólo que lo habías conocido hacía más de un mes tal vez, y que parecía que lo querías mucho.

El azabache se mordió el labio, ese querer mucho tal vez se quedaba un poco corto.

—Papá, mamá —no sabía cómo hacer eso, pero debía hacerlo ahora, no podría evadirlo para siempre—. ¿Qué pasaría si yo lo quisiera mucho pero... más que co-como un amigo?

La pareja le observó, como asimilando la pregunta que había brotado de sus labios, y en ese tiempo que sólo hubo silencio, el corazón de JungKook no dejaba de latir acelerado, el miedo creciendo con cada segundo que pasaba.

—¿Te gusta ese chico? —YangMi le preguntó con suavidad, y JungKook no pudo sostener la mirada, así que la desvió a otro lado.

Pocos segundos después asintió.

El silencio se abrió paso en la mesa de nuevo y JungKook no era capaz de levantar la cabeza. Tenía miedo de ver su reacción porque a pesar de que sabía que sus padres lo amaban, lo que acababa de decir no era cualquier cosa.

Sin embargo, su miedo se esfumó al escuchar la risa de su padre.

—Quita esa cara de tragedia, hijo. —le dijo el hombre, aún con una sonrisa en su rostro.

—¿Ustedes no...? —su voz salió bajita, insegura.

—Te gusta un chico, ¿y qué? No tiene nada de malo —su madre dijo como si nada, encogiéndose de hombros—. Mejor cuéntanos, ¿cómo es él?, ¿es guapo?, ¿cuántos años tiene?

La presión en el pecho de JungKook se esfumó, y se sintió realmente agradecido de tener a esos dos como padres.

Él sabía que podía amar a quien quisiera, y que siempre estaría bien, no importaba lo que el resto pensara, no obstante, para nadie sería fácil vivir sabiendo que tus padres no te apoyan, o por lo menos para él no, le sería imposible vivir así. Sus padres eran uno de los pilares en su pequeño mundo, y por eso ahora que lo sabían y lo habían tomado bien, un peso enorme había sido quitado de sus hombros.

—Mujer, no hagas de este momento un interrogatorio —DongSun habló—. Más bien deberíamos celebrar que por fin a nuestro hijo le gusta alguien, ya comenzaba a pensar que sería el viejo de los gatos.

—Pero JungKook es alérgico a los gatos. —su madre replicó.

—Eso era lo que mantenía mi fé de que aún había esperanza.

El señor Jeon dramatizó y terminó riendo junto a su esposa. JungKook también se hubiera reído de no ser porque ahí es donde comenzaba la vergüenza al darse cuenta de todo y lo real que era. Le iba a hablar a sus padres de TaeHyung.

Eso era un paso gigante, más para él.

—Su nombre es TaeHyung y trabaja en una cafetería donde lo conocí —comenzó a explicar deteniendo automáticamente toda la atención de sus padres—. Hemos salido varias veces ya y realmente me siento bien cuando estoy con él... Él es especial.

—Ay, cielo, nuestro JungKookie está enamorado. —su madre le dijo a su padre con una suave sonrisa en el rostro. DongSun asintió de acuerdo.

—Yo aún no... —quiso empezar a decir, sus mejillas calientes. Él aún no sabía si estaba enamorado, ni siquiera sabía qué era estarlo, pero en realidad soltar aquella palabra pensando en TaeHyung no se sentía mal.

—Deberías traerlo a casa para que lo conozcamos. —DongSun sugirió y YangMi asintió enérgicamente.

—Sí, podrías traerlo para la cena —apoyó ella luciendo emocionada—. ¿Le gusta el pescado? Hay una nueva receta que quiero probar.

—Yo... Supongo que podría hacer eso.

El pensar en sus padres en una misma habitación que TaeHyung, conociéndose, hacía que se sintiera emocionado y nervioso.

Era gracioso ver cuantas emociones nuevas y sentimientos tenía desde que conoció a TaeHyung, ya que en ese poco tiempo, había logrado que experimentara muchas más que en toda su vida.

—Perfecto —su madre pareció dar unos pequeños aplausos mientras sonreía—. Habla con él para arreglar que noche pueden venir y esa noche será.

JungKook asintió.

—Había otra cosa de la que quería hablarles —el menor de los Jeon aprovechó para decir—, o bueno, dos.

Sus padres se mantuvieron en silencio mientras comían de sus platos, lo que tomó como un mensaje tácito para que continuara pues lo estaban escuchando.

—Quiero sacar la licencia para conducir.

—Eso es otra gran noticia. —su madre alegró, sin embargo, esta vez su padre no parecía tan entusiasmado.

—¿Estás seguro de eso, hijo?

JungKook asintió, decidiendo no pensarlo mucho. Si quería seguir avanzando, debía afrontar sus miedos, aunque no quería llamarlos miedos, porque no le puedes temer a algo que no has probado.

DongSun pareció pensativo, pero al final asintió también sin decir nada más. Notó que su madre había estirado su brazo y depositado unas pequeñas caricias en la espalda de su padre, y lo miró a los ojos diciéndole algo sin necesidad de usar palabras. 

Y JungKook entendió aquella reacción.

Desde que tenía memoria, su padre siempre había estado ahí para darle su mano y ayudarlo a recorrer cada fase del camino, buscando como todo padre que su hijo fuera feliz. Y aunque él quería que su pequeño experimentara cosas nuevas y viviera tal cual como las demás personas, siempre hubo ciertas cosas que le causaban temor.

Porque él sabía que JungKook era especial. Y claro que lo era, a sus ojos su hijo era lo mejor que pudo haberle sucedido, pero más allá de eso, sabía que tenía una característica que lo diferenciaba del resto.

Y sabía que eso había sido causado por él.

Ese sentimiento de culpa era algo con lo que se tuvo que acostumbrar a vivir a pesar de que su esposa y el propio JungKook intentaran quitar ese peso de sus hombros.

Por eso siempre habían ciertas cosas que temía que su hijo probara, y conducir era una de ellas, porque sentía miedo de sólo pensar que a JungKook podría pasarle algo de nuevo.

Él no se lo podría perdonar.

No obstante, él también entendía que no podía meter al chico dentro de una caja de cristal para siempre. Debía dejarlo vivir y apoyarlo en cada nuevo paso para hacerlo sentir seguro, eso era lo que un padre debía hacer.

—Muy bien, yo arreglaré las cosas para lo del pase de conducción, ¿vale? —YangMi le dijo instantes después, haciendo que pasara la mirada de su padre a ella. Asintió—. ¿Qué era la otra cosa que nos querías decir?

JungKook tragó saliva.

Esa segunda cosa era algo que en realidad no quería tocar, pero desde que había ido a esa heladería con TaeHyung, necesitaba saberlo, y creía que ya tenía la edad suficiente para afrontarlo.

—Es sobre el accidente.

Las palabras salieron de sus labios y los tres sintieron como un recuerdo que se había intentado dejar en el olvido, se aferraba a ellos de nuevo.

—¿Qué es lo que quieres saber, cariño? —no le sorprendió que fuera su madre la que hablara primero.

Para todos era inevitablemente un tema de sensible, sin embargo, para Jeon DongSun lo era mucho más.

—El carro con el que chocamos, ustedes me dijeron que una de las personas adentro había muerto —JungKook explicó—, pero nunca me dieron detalles.

Vió que en los ojos de su madre se reflejaba un poco la confusión del porqué quería saber eso, pero su padre habló antes de que ella pudiera cuestionar. Y eso tomó por sorpresa a los otros dos Jeon.

—Iban tres personas, una pareja con su hijo —el señor Jeon musitó con la mirada gacha—. El pequeño fue quien falleció, tenía dos años más que tú, no toleró el choque.

—Por eso fuimos afortunados. —su madre completó.

Algo en la cabeza de JungKook hizo click.

El señor de la heladería había estado en el auto con el que habían chocado hacía diecinueve años. Era el padre del pequeño que falleció.

—Creo que estoy muy lleno para comer un trozo más de comida —la voz de su padre lo sacó de sus pensamientos—. Llevaré mis platos a la cocina.

Dicho eso, el hombre sonrió levemente a labios cerrados antes de levantarse y hacer tal cual lo que dijo.

Tanto JungKook como su madre lo observaron hasta que se perdió de su vista, ninguno deteniéndolo al entender que no sólo se había ido por no poder probar un bocado más.

—¿Puedo preguntar porqué querías saber eso? —YangMi cuestionó con suavidad y tranquilidad ya cuando ambos estuvieron solos.

JungKook se preguntó si debía contestar con la verdad, y era la primera vez que lo hacía pues nunca le ocultaba nada a sus padres.

En este caso creyó que esa sería le mejore opción por el bienestar de ellos.

—No lo sé, sólo sentía que quería saber más.

Ella pareció no tomar por completo su respuesta al principio, pero en realidad su hijo estaba en todo el derecho de saber eso y más así que decidió no darle importancia.

Pasaron uno momentos más en los que ambos compartieron charlas triviales pero amenas mientras terminaban la deliciosa comida. Y cuando fue así, ambos se levantaron dirigiéndose a la cocina con sus platos en mano.

Allí se encontraron con DongSun terminando de lavar algunos trastes.

—¿Sabes que no es el día de la madre, verdad? —la señora Jeon bromeó acercándose a su esposo y colocando sus platos sobre la encimera.

—¿No lo es? —él fingió sorpresa haciéndola reír.

JungKook se sintió mejor al ver que su padre estaba bien, sólo había necesitado un pequeño espacio.

—Haz como que no dije eso hasta que termines con nuestros platos también. —YangMi le sonrió guiñándole un ojo, y DongSun no hizo más que ceder ante su voluntad al ver como más platos eran agregados al lavabo.

Su madre también se le acercó para tomar sus platos y dejarlos en el lavabo.

—Gracias por la comida, estaba deliciosa, mamá —el menor de los Jeon musitó, haciendo que la única mujer allí sonriera—, y gracias por lavar los platos, papá.

El hombre ni siquiera pudo reaccionar ante sus agradecimientos pues estaba más concentrado en seguir las indicaciones de su esposa, y era entendible al ver como ella le había dicho "Friega bien ahí. Si quedan sucios te haré volverlos a lavar".

JungKook miró la hora en el reloj de pared que había allí. En la casa de sus padres sólo tenían de esos relojes al igual que él en su departamento.

—Creo que me iré ahora, hay algo que quiero hacer antes de que anochezca. —habló al ver la hora.

—Está bien, cariño, anda con cuidado —su madre cedió y él se acercó para abrazarla—. Recuerda llamar para arreglar la cena con TaeHyung.

Luego palmeó la espalda de su padre.

—Sí, y no te olvides de tus viejos de nuevo, eh. —él apoyó haciéndolo reír.

—No lo haré. —respondió antes de despedirse con la mano y salir de la cocina.

Dio unos pasos más hasta llegar a la puerta y la abrió saliendo de allí.

El fresco viento de la tarde lo recibió y agradeció por ello, en definitiva ese buen clima le sería perfecto para acompañarlo en su caminata.

Se le hizo extraño no tener dónde meter sus manos al caminar, pues siempre que las llevaba vacías solía meterlas en los bolsillos de su chaqueta o sudadera, sin embargo, ese día llevaba tan solo una camisa manga larga, pues no había tenido tiempo de lavar y el resto de su ropa estaba sucia.

Los minutos comenzaron a pasar y JungKook mantenía su paso. En realidad no estaba muy seguro de a qué iría a ese lugar, sólo sentía una necesidad, más después de lo que se había enterado en el almuerzo con sus padres.

Y por eso se sintió bien cuando divisó aquella heladería.

No obstante, algo llamó su atención. Algo brillante, algo...

Y sintió esa sensación de déjà vu de tiempo atrás cuando había encontrado el brazalete de TaeHyung en la sala de su casa.

Un chico que salía de la heladería tenía ese mismo accesorio morado.

No alcanzó al ver su rostro, pero el brazalete lo tenía en su tobillo y eso hizo que su mente viajara a un solo lugar.

¿Qué hacía TaeHyung allí?

gracias por leer, votar y comentar. espero tengan un lindo día

©gguktaebae

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