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08

El timbre de su apartamento sonando lo despertó. Gruñó levemente acomodándose entre sus sábanas, sin embargo, el molesto sonido seguía allí una y otra vez. Estiró su brazo hasta la mesita ratona al lado de su cama y tomó su teléfono encendiendo la pantalla. Sus ojos se entrecerraron acostumbrándose a la luz, pero alcanzó a ver que eran las siete de la mañana. ¿Quién narices tocaba su puerta un domingo a las siete de la mañana?

Bufó levantándose y importándole poco como se veía, solo quería que el molesto timbre dejara de sonar y volver a la cama, por lo que decidió abrir.

Le tomó unos instantes llegar hasta la entrada, y cuando lo hizo tomó el pomo de la puerta abriéndolo, sus ojos un poco más abiertos ya, lo suficiente como para distinguir a SeokJin, quien ni siquiera esperó para entrar.

—Claro, pasa. —le dijo restregando uno de sus ojos con su mano, mientras que con la otra cerraba la puerta de nuevo.

—No tienes derecho a quejarte cuando apenas me has dirigido la palabra durante estos días —respondió el mayor notándose indignado, mientras colocaba una bolsa encima de la barra de la cocina—. Mamá me pidió que te trajera de sus panecillos de mora.

JungKook lució interesado hasta que vio dentro de la bolsa. Había un solo pastelillo.

—Siempre te los comes. —se quejó cerrando la bolsa con el postre dentro y dejándola la encimera. Tal vez se lo comería después.

—Como para intentar llenar el vacío que dejaste en mí.

JungKook rió, el sueño desvaneciéndose cada vez más. SeokJin era un dramático de primera.

—Lo siento, estos días me la he pasado estudiando. —le dijo encogiéndose levemente de hombros.

—Con que así le dices ahora a salir con TaeHyung. —respondió el mayor con una ceja enarcada y cruzando sus brazos.

Eso tomó por sorpresa a JungKook, quien no tuvo mucho tiempo antes de sentirse levemente expuesto, por lo que sonrió avergonzado y se rascó un poco la nuca.

—En realidad sí estudié, tal vez no tanto pero... ¿Tú cómo sabes que he estado saliendo con él?

—Esa información no es relevante ahora —dijo con rapidez, evadiendo su pregunta—, aún sigo molesto porque no sólo te olvidas de mí, ¡sino que no me cuentas lo que ha sucedido con TaeHyung! Me siento traicionado, sabes. Y duele, aquí. —eso último lo dijo señalando con su dedo al lugar de su pecho donde se encontraba su corazón.

JungKook quiso reír ante lo gracioso que le parecía la situación. Bueno, tal vez su amigo sí tenía razón que últimamente le hablaba con menos frecuencia y no le había informado sobre lo de TaeHyung, pero es que simplemente a veces el tiempo se le pasaba con ese chico con personalidad más dulce que la miel.

También había gastado otro poco de su tiempo en estudiar, tal como lo había dicho, y otra pequeña porción la había usado para investigar más sobre su "enfermedad" para ver si de allí podía encontrar alguna explicación sobre aquel brazalete morado que podía ver brillar.

Morado. Si quiera pensar en que sabía cómo se veía ese color aún le causaba un cosquilleo por todo el cuerpo.

Ese detalle sí había pensado en contárselo a su amigo dias atrás cuando lo había llamado, sin embargo, el mayor le había dejado muy en claro esa mañana que ver algo a color no era una posibilidad para él. Sabía que no lo hizo con mala intención, sólo había repetido lo que todo médico y especialista al que había ido le afirmó. De igual forma, creyó que sería mejor mantenerlo oculto hasta que obtuviera más información, cosa que por el momento no había conseguido.

—Sólo no he tenido tanto tiempo. —explicó intentando calmar a su amigo.

SeokJin rodó los ojos y antes de que el menor pudiera preverlo, el chico se le acercó y lo tomó de la muñeca, jalándolo hasta el sofá donde lo obligó a sentarse, luego se acomodó en frente suyo.

—Bueno, ahora tienes tiempo, así que empieza a hablar. —el mayor le dijo con una sonrisa que le decía que era mejor que obedeciera si quería vivir.

—En realidad no hay mucho que decir. Estos días he estado saliendo con TaeHyung y bueno... Él es lindo.

"Te quiero, JungKookie".

Lindo es poco para hacerte sonreír así. —el mayor elevó sus cejas, haciendo a JungKook caer en cuenta de la brillante sonrisa que se posaba en sus labios.

Últimamente sonreía más sin siquiera darse cuenta.

—Yo lo quiero. —afirmó, siendo ese su primer pensamiento al pensar en TaeHyung y no pudo retenerlo dentro de sí mismo.

La expresión en el rostro de SeokJin dejó de demostrar su pequeña molestia por su actuación dramática que había tenido desde que había entrado a su departamento, y se tornó en una de leve sorpresa, poniendo en evidencia que lo que había salido de los labios de JungKook no se lo había esperado en absoluto.

—¿Lo quieres como querer o como querer querer? —esa fue la pregunta que salió de los labios del mayor instantes después.

—¿Cuál es la diferencia?

—Me refiero a si lo quieres como a mí —dijo a cambio y JungKook pareció pensarlo por un momento antes de negar—. ¿Entonces quieres a TaeHyung como algo más?

Y ahí la mente de JungKook se quedó en blanco. Tal vez era nuevo —extremadamente nuevo— en este tipo de temas, pero no era tonto que para saber que ese algo más era indirectamente una manera de saber si le gustaba TaeHyung.

—No lo sé —dijo desviando la mirada del rostro de su amigo—. TaeHyung, él es tan diferente a mí. Dulce, amable, alegre, le encantan las personas y parece ser tan feliz con la cosa más pequeña. Siempre tiene esa sonrisa que aunque la veo a blanco y negro parece que brilla y cuando toma mi mano se siente cálido... Es como si la pieza faltante de mi rompecabezas fuera puesta en su lugar.

SeokJin miró a su amigo todo el tiempo mientras cada palabra salía de sus labios, y perfectamente pudo notar como los ojos del chico brillaban al hablar de TaeHyung, y esa sonrisa que sin intención se pintaba en su rostro. Dios, ¿cuando había sido la última vez que vio sonreír a JungKook de esa manera?

—JungKookie —el mayor le llamó con suavidad, colocando una de sus manos en su muslo, haciendo que levantara su mirada hacia él—. Creo que te gusta TaeHyung.

JungKook sintió el pequeño vuelco que dio su corazón al escuchar aquello, y no supo porqué si él ya lo sabía. Hacia unos días se había dado cuenta de ello, pero no lo había aceptado creyendo que estaba confundiendo sentimientos, que tal vez solo se estaba apegando al chico por ser una nueva persona en su vida. No obstante, esa tan sólo era una excusa para no admitir que estaba colado por TaeHyung.

Y es que quien podía culparlo de estar asustado. Él lucía ser una persona fuerte, pero en realidad no todo es como parece, simplemente era así porque el mundo lo había vuelto de esa forma, y él podía con ello, no dejarse afectar por personas que no tenían una relación consigo mismo era sencillo.

Pero cuando se trataba de alguien a quien quería, la historia era totalmente diferente, por eso es que entre ese grupo sólo entraban sus padres y SeokJin, las únicas personas con las que sus muros no estaban levantados y era totalmente abierto y vulnerable. Por eso le asustaba que le gustara TaeHyung, porque era alguien nuevo, alguien más con quien dejaría caer sus muros y eso era algo que nunca había hecho, o no por lo menos desde que había estado en la primaria y había conocido a su mejor amigo.

No obstante, sin darse cuenta esas paredes ya habían caído ladrillo a ladrillo a mano de Kim TaeHyung, con cada acto, cada sonrisa, cada contacto, cada conversación. Y por eso no utilizaría más excusas para evitar admitirlo, porque sí, le gustaba Kim TaeHyung.

—¿Qué debería hacer? —cuestionó, de repente luciendo como un cachorro perdido.

—Tal vez podrías empezar con pedirle una cita. —SeokJin sugirió sonriéndole de forma cálida, y mirándolo como un hermano mayor lo haría con su hermano menor.

De nuevo su corazón se agitó un poco. Invitarlo a una cita, eso sonaba imposible. La última vez que intentó invitar al chico salió desastrosamente mal, ¿y ahora decirle que era una cita? No creía ser capaz de hacer algo como eso.

—¿Y si él no quiere salir conmigo? —esa pregunta se pasó por su mente y no dudó en soltarla.

—Es una posibilidad —el mayor respondió  sincero, después de todo aquello siempre era una probabilidad. La expresión de JungKook pareció decaer un poco—. Pero también está la posibilidad que diga que sí, y confío en que esa será la que pase.

JungKook se mordió el labio inferior sintiendo cierto nerviosismo recorrer su cuerpo. Era la primera vez que le gustaba alguien, y su miedo había pasado de ser porque alguien nuevo entrara a su vida, a que sus sentimientos no fueran correspondidos.

—Si no lo intentas, nunca lo sabrás. —SeokJin volvió a hablar al ver que su amigo parecía hundido en sus pensamientos. Lo último que quería es que pensara de más las cosas, tal cual como siempre lo hacía.

—Si él acepta... —intentó sonar positivo, despues de todo su amigo tenía razón, si no lo intentaba nunca lo sabría, así que estaba dispuesto a correr el riesgo—, ¿qué haré después? Yo nunca he estado en una cita, no sé...

SeokJin negó aún sonriendo, de verdad parecía bastante animado con toda la situación.

—Todos tenemos que pasar por la primera cita alguna vez, y no hay un manual. Sólo deja que las cosas vayan a su manera, no tienes que planearlo y no tiene que ser perfecto —la voz del mayor sonaba tan calma pero a la vez tan animada que lo hacía sentir un poco más cómodo—. Si él te quiere, será más que suficiente con que estén los dos juntos, de resto no importará.

Aquello no hizo más que confirmarle lo que ya sabía, de sus sentimientos por el chico del café, pues el solo hecho de pensar que pasarían más tiempo juntos hacía que los latidos de su corazón fueran más rápido.

—Y... ¿crees que mis padres se lo tomarían mal? —esta vez el contrario pareció no comprender, y JungKook lo notó por la expresión de su rostro, así que decidió explicarse mejor—. Ya sabes, el que yo salga con un chico.

—JungKookie, eso es lo de menos. Tus padres te aman y te amarán siempre, no importa qué. Estoy muy seguro de ello.

JungKook suspiró sintiendo otra pequeña inseguridad picar en sus interior. Esperaba que eso fuera así, porque él no quería poner más peso sobre los hombros de sus padres, de por sí habían tenido que superar muchas cosas debido a él, por lo que no quería traer más problemas a ellos.

—Entonces creo que lo haré. —fue lo único que halló a decir, sus labios presionándose entre sí en una fina línea. Aún no estaba seguro, pero qué más daba, estaba dispuesto a arriesgar mucho si había una mínima posibilidad de que TaeHyung lo mirara de la misma forma que él lo veía a él.

Se levantó del sofá y se dirigió a su habitación, dejando a su mejor amigo con un gran signo de interrogación encima de la cabeza al no entender porqué se paraba de repente. Ya luego el mayor entendió que había ido por su teléfono.

—¿Qué haces? —SeokJin cuestionó mirándolo desde el sofá.

JungKook no respondió, sólo se mordió el labio antes de seguir tecleando unas cosas en su teléfono y segundos después respiró hondo antes de darle click a algo en la pantalla y automáticamente bloqueó el celular, dirigiéndose de nuevo al sofá, sentándose en frente de su amigo.

—Lo hice. —dijo el menor como si ni siquiera él creyera lo que decía.

—¿Qué hiciste? —preguntó mirándolo sin entender.

—Le pedí una cita a TaeHyung.

Y con eso el mayor abrió tanto los ojos que parecieron que estos se le iban a salir. En cualquier otro momento JungKook estaría riendo por cómo se veía el rostro de su mejor amigo, pero ahora no podía casi ni moverse de tantas cosas que pasaban por su mente, y el nerviosismo presente en cada parte de su cuerpo.

—¿Qué? Pero si te acabo de decir que... —SeokJin parecía no creer nada de lo que acaba de escuchar hasta que unió cabos—. ¡¿Se lo pediste por un mensaje?!

La preocupación pareció llenarlo en el instante en que esa pregunta había abandonado sus labios en un tono medianamente alto, y JungKook sólo pudo asentir muy ido como para entender la actitud que había tenido el mayor.

—Déjame ver tu teléfono —exigió sonando más tranquilo esta vez y estirando su mano hacia JungKook. El chico dudó por un instante antes de depositar el aparato en la mano ajena. No tenía contraseña así que no le fue difícil ingresar—. Ay, JungKookie...

SeokJin se mordió el labio inferior después de ver la pantalla del teléfono antes de bloquearlo y dejarlo a un lado en el sofá. JungKook lo miró.

—¿Estuvo... Estuvo muy mal? —cuestionó en voz baja por primera vez viendo bien e intentando interpretar la expresión de su amigo.

El chico no supo responder en los primeros instantes y JungKook quiso que la de tierra lo tragara y nunca lo escupiera. En definitiva no había tomando la mejor decisión.

—Creo que puedo borrar el mensaje. —comenzó a decir con la intención de estirarse para tomar su teléfono y hacer lo dicho, sin embargo, su amigo lo detuvo negando.

—Tal vez mandarle un mensaje así fue demasiado directo y no muy elaborado para pedir una primera cita —admitió el más alto—, pero si así fue como pensaste hacerlo, está bien, después de todo debes ser siempre tú mismo, ¿no lo crees?

Una sonrisa medianamente reconfortante se posó en sus labios al terminar de decir aquello, y JungKook pareció observarlo un momento antes de querer volver agarrar su teléfono.

—No sirve de nada ser yo mismo si voy a arruinarlo —se quejó intentando tomar el aparato y fallando debido a su amigo—. Déjame borrar el mensaje.

—No —negó el mayor a pesar de sus forcejeos—. Te dije que no todo tiene que ser perfecto. ¿Que si yo lo hubiera hecho de otra manera? Sí, definitivamente, pero es porque yo hubiera pensando diferente. Si tú le gustas a TaeHyung, y él ha logrado ver como eres en realidad, sabrá que es tu manera de hacerlo, y apreciará el hecho de que seguramente te costó mucho lanzarte fuera de tu zona de confort.

JungKook suspiró rindiéndose y lanzándose de espaldas al sofá, dirigiendo su mirada al techo.

—No lo sé —sus palabras fueron lanzadas al aire, al igual que su inseguridad—. Me dejé llevar por el impulso de que si no lo hacía ahora no lo haré nunca y creo que lo arruiné.

SeokJin lo miró cubrirse el rostro con las manos. Cuando sugirió que lo invitara a salir, no creyó que su amigo lo tomaría tan literal e instantáneo, él normalmente no solía tomar iniciativas con alguien, y por eso creyó que le tomaría tiempo encontrar la manera de hacerlo, y para su total sorpresa fue todo lo opuesto.

Seguramente JungKook había creído que era mejor hacerlo de una vez antes de arrepentirse, y que le había costado bastante dar en el click de enviar a pesar de que el mensaje dijera una pequeña oración, o más bien pregunta: Tae, si te invitara a una cita... ¿aceptarías?

Se relamió sus labios, y estuvo a punto de hablar a su amigo que seguía con el rostro cubierto por su manos, cuando un sonido llegó a sus oídos.

Sus ojos se dirigieron al teléfono de JungKook, el cual tenía la pantalla encendida debido a que le había llegado una notificación.

Tomó el aparato y cuando lo observó una sonrisa inmensa se posó en sus labios, y con su mano libre golpeó con suavidad uno de los muslos de JungKook, quien se removió en señal de que dejara de hacer eso.

—Ponme atención y mira tu teléfono. —insistió el mayor extendiéndole el aparato hasta que lo tuvo casi encima de su rostro.

El chico quitó sus manos con lentitud y tomó el celular, el cual cayó directamente encima de su rostro al ver de qué o mejor dicho de quién era la notificación en pantalla.

Con su corazón incrementando su velocidad con rapidez, tomó su teléfono de nuevo entre sus manos y miró a su amigo negando.

—No puedo —musitó—. Es de Tae, no quiero abrirlo.

—Sólo dale click. —SeokJin lo incitó, intentando lucir tranquilo aunque es su interior estaba igual de ansioso y nervioso que su amigo, si no es que más.

JungKook se mordió el labio, quería abrirlo, pero el miedo de encontrar una respuesta negativa hacía que no se pudiera mover ni dar click. Tal vez hasta merecía una respuesta como esa por haberlo dicho a través de un mensaje, y no de una manera especial que alguien como TaeHyung merecería. Incluso tal vez lo merecía porque no estaba seguro de ser suficiente como para que ese chico lo viera de la misma forma, tal vez...

No, ya estaba harto de los tal vez y de su cabeza siempre jugándole en contra. Él quería a TaeHyung, ¿no podía por lo menos ser un poco egoísta esta vez y creer que podía conseguirlo?

—Si no lo vas a abrir tú, lo abriré yo. Por si no te das cuenta también estoy sufriendo aquí.

Las palabras de su amigo no alcanzaban a llegar a sus oídos, todo al rededor había queda en segundo plano en el momento en que dio click abriendo el mensaje. SeokJin vio aquello y después de unos instantes que le parecieron eternos no pudo evitar hablar ante la falta de respuesta o explicación del menor.

—¿Y? ¿Qué dice? —cuestionó ansioso, y JungKook sólo lo miró, antes de entregarle su teléfono.

Tomó el aparato sin saber qué esperarse, pero pegó un grito al ver lo que mostraba la pantalla.

—¡Aceptó! ¡Aceptó! —dijo a todo volumen, pareciendo que estaba a punto de ponerse a brincar en un pie—. ¡Quita esa cara, aceptó! ¡Tendrás una cita con TaeHyung!

SeokJin se acercó y lo sarandeó un poco, riéndose del rostro de su amigo que parecía estar en algún tipo de shock. Y no lo culpaba, el poco tiempo que transcurrió desde que el chico había mandado el mensaje, los nervios lo habían carcomido vivo hasta a él, porque aunque se esperaba lo mejor, sabía que esa no era la única posibilidad.

El mayor sonreía demostrando su felicidad y JungKook se tomó unos instantes antes de poder asimilar todo, y cuando pareció hacerlo una sonrisa se posó en sus labios al igual que un sonrojo en sus mejillas. SeokJin quisiera haberle tomado una foto de lo adorable que se veía, el chico seguía teniendo los mismos ojos de bambi que le habían llamado la atención la primera vez que lo vio en la escuela.

—Bueno, qué esperas, respóndele.

—No sé qué responder. —JungKook admitió mirándolo con una expresión nerviosa, aunque nada comparada con la de antes de recibir el mensaje de TaeHyung aceptando.

—Pues invítalo a venir, o llévalo a cenar o... —el mayor meditó más ideas pero en ese momento no se le venía nada a la cabeza—. Odio ser malo trabajando bajo presión.

JungKook pasó saliva sintiendo temor de ver que su consejero parecía pensar con todas sus fuerzas pero no encontrar una buena idea, así que por segunda vez en ese día se dejó llevar por lo que sentía estaría bien, y con la valentía que no tenía tomó su teléfono de vuelta y empezó a teclear.

SeokJin lo observó, sin embargo, no alcanzó a detallar qué escribió antes de que enviara el mensaje. Iba a preguntar, pero su amigo le ganó la palabra.

—Espero que esto salga bien. —fue lo que dijo y sonó un poco preocupado, pero la sonrisilla que se mantenía en sus labios hacía que la tensión de sus palabras fuera menor.

—Crecen tan rápido. Espero no te olvides del viejo SeokJinie, aunque ya lo hiciste estos últimos días.

SeokJin suspiró fingiendo nostalgia al verlo, y JungKook movió uno de sus pies golpeándolo en el brazo, haciendo que el mayor se quejara. Se quedaron unos segundos en silencio, hasta que la voz de JungKook se escuchó.

—¿Crees que esto signifique que le gusto a Tae?

SeokJin lo miró, notando que su vista estaba clavada en el techo.

—Claro que sí. Si no estuviera ni un poco interesado, no hubiera aceptado.

—Voy a esforzarme —habló JungKook de nuevo, esta vez incorporándose en el sofá—. Me esforzaré para que esto salga bien.

—Va a salir bien —apoyó el mayor palmeando la espalda ajena—. Y si necesitas ideas o ayuda con algo de la cita, aquí estoy. No es por presumir, pero soy bastante bueno en estas cosas.

—No creo que tu soltería esté de acuerdo con eso.

Apenas aquellas palabras llegaron a oídos de SeokJin, sus cejas se fruncieron y JungKook supo que era momento de correr.

—Iré a mi cuarto, tengo cosas que planear para mañana. —y sin dar tiempo, se levantó de donde estaba sentado y a pasos veloces se dirigió a su habitación.

SeokJin suspiró antes de sonreír con sinceridad. Sí, JungKook había herido su ego tocando el tema sensible de su soltería eterna, pero eso no pudo haberlo hecho más feliz. Últimamente su amigo parecía más suelto, más animado incluso con él, y aunque antes tenía sus sospechas, hoy acababa de confirmar que Kim TaeHyung tenía mucho que ver en el asunto.

Tal vez había sonado gracioso cuando había dicho el típico "crecen tan rápido", pero él realmente lo sentía así, porque a pesar de que JungKook ya era un adulto responsable, alto y medianamente acuerpado, por primera vez parecía abrirse al mundo, o por lo menos a una persona, y por primera vez alguien había logrado colarse en sus pensamientos y corazón de manera profunda.

Aún recordaba vívidamente ese par de ojos de bambi asustados que se había topado cuando se cambió de escuela en su niñez. Un instinto protector había despertado dentro de sí sin explicación alguna, queriendo cuidar a ese chico a pesar de que él no lo pedía, pero sus ojos gritaban que por favor alguien lo hiciera, y por eso se había acercado a él y aunque no le había sido sencillo, había logrado que el chico poco a poco cediera ante él, hasta que se hicieron mejores amigos y de ahí se habían vuelto inseparables.

—Estoy orgulloso de ti, JungKookie. —susurró levantándose del sofá, satisfecho, y dirigiéndose a la salida del departamento, girando el pomo de la puerta y yéndose del lugar.

©gguktaebae

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