07
Las horas pasaron rápido y ya eran las cuatro de la tarde, JungKook se hallaba sentado en una de las bancas del parque, esperando a TaeHyung.
No pasó mucho hasta que diferenció a un chico que se acercaba hacia a él, y notó que era TaeHyung al instante.
—Hola. —saludó el mayor con una sonrisa y tomando asiento en el lado vacío de la banca—. ¿Llevas mucho aquí?
—No en realidad —JungKook respondió —. Hoy fuiste muy puntual.
—Me esfuerzo —un risilla brotó de los labios de TaeHyung—. Entonces, ¿de qué querías hablar?
JungKook tomó aire y se relamió los labios. Instintivamente dirigió su mirada hacia el tobillo donde el chico había puesto la pulsera cuando se la había devuelto, sin embargo, no logró ver nada pues el pantalón del mayor la cubría por completo.
—Llevamos un tiempo de conocernos y yo quería hablarte de algo importante sobre mí. —JungKook dijo mirándolo a los ojos, notando la duda que se presentó en los orbes ajenos.
—Si lo pones así, suena muy misterioso. —TaeHyung le sonrió intentando romper un poco la tensión, sin embargo, JungKook apenas respondió con una sonrisa a labios cerrados.
—Cuando estaba muy pequeño, mis padres y yo tuvimos un accidente en auto. No recuerdo nada pero según lo que ellos me dijeron fue bastante grave —JungKook comenzó a decir, y TaeHyung no sabía cómo asimilar la información—. Estuve un tiempo en coma, pero desperté y según los estudios todo estaba bien conmigo, pero en realidad no fue así.
—JungKook... —TaeHyung intentó hablar al ver que el contrario se había detenido por un momento.
—A los cinco años me diagnosticaron acromatopsia cerebral —JungKook pasó su mirada del suelo a TaeHyung, quien parecía preocupado pero sin entender—. En el accidente una parte de mi cerebro se dañó, específicamente la de ver colores, y es por eso todo se tornó blanco y negro. No sólo lo que veo, sino mis recuerdos, los pocos que tenía perdieron totalmente el color.
—Lo lamento mucho, JungKook. —TaeHyung le dijo suavemente y no esperando para rodearlo con sus brazos.
El menor suspiró cerrando los ojos y disfrutando de esa pequeña sensación de calidez que estar en los brazos del chico le brindaba. Duraron así unos segundos más hasta que JungKook se separó.
—No es tan malo. No cuando te acostumbras. —JungKook le respondió sonriendo a labios cerrados pero TaeHyung negó.
—Pero eso no significa que te merecieras algo como eso. —el mayor le dijo con pesar, tomando una de las manos de JungKook y apretándola.
—De hecho, creo que fui afortunado. —susurró bajito, viendo su mano y la del chico juntas.
—¿Afortunado? —cuestionó TaeHyung.
—En el accidente, el auto de mis padres chocó con otro auto... Una de las personas que iba allí falleció —JungKook explicó, dando un pequeño apretón a la mano de TaeHyung—. Cuando pienso en eso, me doy cuenta que lo que me pasó a mí no es nada comprado. Ahora lo entiendo.
Hubo unos segundos de silencio antes de que el menor levantara su mirada de sus manos juntas. TaeHyung tenía la vista perdida en el suelo, y así fue durante un tiempo más hasta que JungKook decidió hablar.
—¿Tae? —dijo suavemente y automáticamente el chico pareció salir de su pequeño trance, dirigiendo su mirada ahora al menor—. ¿Estás bien?
—Sí, sólo... enterarme de esto ahora, no puedo imaginar lo mucho que has pasado cargando con esto. —TaeHyung negó triste, aún un poco perdido.
—Hey, está bien —JungKook colocó una de sus manos en su hombro en un intento de reconfortarlo—. No te conté esto con la intención de que te sintieras mal... o tuvieras lastima. Sólo lo hice porque te has convertido en alguien especial para mí y... no quería que hubiera secretos entre nosotros.
JungKook le sonrió de forma sincera, y TaeHyung le devolvió de la misma forma la sonrisa.
—Claro, sin secretos... —dijo bajito, casi para sí mismo antes de volver a posar una sonrisa en su rostro—. Te agradezco mucho que me hayas confiado esto.
—Me siento mejor ahora que lo sabes y no te lo tomaste mal. —confesó.
—¿Por qué haría eso?
—Bueno, eres la única persona a la que le he contado —sus labios se volvieron una fina línea por un segundo—, además de SeokJin, claro.
TaeHyung lo miró y asintió levemente en signo de comprensión. Que ya supiera sobre todo lo tranquilizaba, pero no sabía porqué el chico seguía pareciendo algo tenso.
—El mundo puede llegar a ser injusto, ¿no crees? —TaeHyung le preguntó mirándolo a los ojos.
—Supongo que lo es, pero hay que aprender a vivir con ello. —respondió intentando descifrar que era aquello que reflejaban los orbes color miel del chico.
—Tienes razón —asintió después de un corto instante el chico, cambiando su expresión de repente y posando su brillante sonrisa en sus labios—. ¿Te parece si vamos por algo de beber?
JungKook se extrañó un poco por el repentino cambio de tema, pero no le tomó mucha importancia, decidiendo mejor centrarse en que al final podía dejar ese sentimiento atrás de que le ocultaba algo al mayor. Aunque aún quería averiguar más sobre el brazalete que el chico cargaba en su tobillo.
—Sólo si me dejas invitarte. —respondió levantándose de la banca con una tímida sonrisa en sus labios.
—Usas tu sonrisa para chantajearme, eso es trampa. —se quejó TaeHyung levantándose también y comenzando a caminar a su lado.
—Tomaré eso como un sí —le dijo victorioso viendo el adorable puchero en los labios ajenos—. Vamos, conozco una buen sitio aquí cerca.
TaeHyung asintió, y extendiendo su mano, agarró la de JungKook quien se sorprendió un poco ante el acto pero al ver a TaeHyung sonreírle como sí aquello fuera lo más natural, decidió mantener sus manos unidas comenzando a caminar un poco más rápido y jalando feliz a TaeHyung hacia el lugar.
—Atinaste trayéndome a este lugar —habló TaeHyung antes de darle un sorbo a su bebida por el grueso pitillo y masticando las pequeñas bolitas que provenían del fondo del vaso—. El bubble tea es mi favorito incluso antes que el café de donde trabajo, pero no le digas a mi jefe.
—Tu secreto está a salvo conmigo. —respondió JungKook alzando su mano libre en señal de que le daba su palabra. Al final ambos rieron levemente.
—Entonces... —TaeHyung comenzó a decir un poco después mientras ambos salían del pequeño establecimiento—, sobre lo que me contaste, yo...
—Puedes preguntar lo que quieras. —anticipó viendo el pequeño nerviosismo ante no saber cómo decirlo.
—¿Es muy diferente? —cuestionó el chico—, es decir, claramente es diferente porque los colores no... A lo que me refiero es si hay cosas que no puedes ver, no tanto en los tonos porque es obvio que... Ugh, lo lamento.
TaeHyung bajó la cabeza avergonzado ante su enredo de palabras. Genial, siempre era bueno hasta hablando de más, pero ahora no era capaz ni de explicar con claridad su duda.
—Bueno, sí es diferente —musitó JungKook haciendo que el mayor levantara su rostro y lo mirara—, pero no tanto como crees. Para ti tal vez sería algo totalmente extraño, porque conoces el mundo como se ve en realidad, pero para mí todo siempre ha sido blanco y negro así que supongo es lo normal para mí.
—Eso tiene sentido —concordó TaeHyung.
—Pero no quita el hecho de que me gustaría ver el mundo como el resto lo ve —agregó JungKook jugando con la pajilla de su vaso—. Cuando pequeño tener acromatopsia no fue lo mejor del mundo, los niños podían llegar a ser muy crueles, y gracias a eso me cerré un poco porque sentía que yo no era normal. Fue difícil porque un pequeño de once años debería ir al parque a jugar, no a una cita con su psicóloga. No obstante, mis padres siempre intentaron animarme y con la llegada de SeokJin a mi vida, las cosas mejoraron un poco.
—¿Ustedes son amigos desde muy pequeños, no es así? —indagó el mayor haciéndolo asentir.
—En ese entonces yo lo veía como un héroe que me había defendido de los que me molestaban, y que era tan genial que ahora todos querían ser mis amigos también —admitió con una pequeña sonrisa inocente—, era mi ejemplo a seguir hasta que crecimos y se convirtió en un engreído por tener un bonito rostro —rodó sus ojos ante los recuerdos de cada vez en la que su mejor amigo le había dicho que debía respetarlo porque era el worldwide handsome. TaeHyung soltó una risilla—. Y bueno, conforme fui creciendo entendí que debía aceptar las cosas como eran, que antes debía estar agradecido por seguir con vida después del accidente.
—Eres alguien muy bueno, JungKookie —le dijo el mayor con sinceridad, antes de tomar un sorbo de su bebida.
—¿Por qué lo dices?
—Pues —TaeHyung pareció pensar un momento antes de continuar—, porque en vez de odiar al mundo por lo que te quitó, agradeces por lo que aún tienes, y eso es algo que no muchos hacen. Las personas suelen fijarse en los detalles negativos aunque sean menos que los positivos. Así como cuando hay un punto negro en una hoja, lo primero que alguien ve es el punto negro, en vez de notar que el resto de la hoja está blanca y limpia.
—Eso sonó bastante filosófico —dijo JungKook con una sonrisilla haciendo que TaeHyung se avergonzara un poco—, pero tienes razón. Aunque no creo ser la mejor persona del mundo, ese lugar está ocupado por ti.
TaeHyung lo miró masticando levemente los pedazos de boba que se encontraban en su boca y luego negó haciendo que JungKook volviera a hablar.
—Hablo enserio, Tae. Eres tan increíble, siempre preocupándote por el resto antes que por ti y dispuesto a ayudar. Además, siempre eres tan dulce y tienes una sonrisa que anima a cualquiera.
TaeHyung se mordió el labio inferior mirando al suelo antes de levantar su vista y enfocarla en el pelinegro quien hasta el momento en que sus miradas chocaran se dio cuenta de todo lo que acababa de soltar.
—¿No crees que soy infantil? —cuestionó el chico, y JungKook pudo sentir esa pequeña inseguridad en su voz.
—¿Infantil? —devolvió sin entender—. No, Tae, ¿por qué lo dices?
—Uhm, bueno, muchas veces me han dicho que parezco un niño en el cuerpo de un adulto.
JungKook frunció el ceño.
—¿Por qué te dirían algo así?
—Tal vez no estén tan alejados de la realidad... Pero no es algo que me afecte, yo soy feliz como soy —TaeHyung habló con los labios presionados en una línea—, es sólo que hay personas a las que eso no les parece tan divertido.
Escuchando eso JungKook sintió que una pequeña parte en el fondo suyo ardió con molestia, ¿alguna persona había tratado mal a TaeHyung por su forma de ser? La idea lo disgustaba totalmente, y no entendía como alguien sería capaz de algo así cuando TaeHyung desde su punto de vista era un ángel.
—Pues esas personas se lo pierden, no merecen tener a alguien tan bueno como tú en sus vidas. —su voz sonó un poco enojada al igual que sus ojos brillaban con un poco de molestia. Se demostraba ese instinto que tenía por proteger al mayor.
—Está bien —TaeHyung dijo colocando su mano en su hombro y dando un pequeño apretón allí—, igual no puedo agradarle a todos.
JungKook suspiró intentando calmarse, era de él que siempre quisiera proteger a aquellas personas que eran importantes en su vida, tal cual como sus padres y SeokJin, aunque su lazo con TaeHyung ya tenía más que claro que era especial.
Pasaron unos instantes más en los que ambos chicos caminaron en silencio hasta que se detuvieron en frente de un contenedor de basura, donde tiraron los vasos ya vacíos de sus bebidas.
—Tae, ¿puedo preguntarte algo? —JungKook rompió el silencio que en realidad no había sido nada incómodo.
—Ajam. —respondió simple el chico, motivándolo a que continuara.
—Tu brazalete, el que dejaste en mi casa, ¿dónde lo conseguiste?
—Creo que te había dicho que lo encontré en un lugar especial.
—Sí, pero me gustaría saber en dónde. ¿Lo compraste en una tienda de por aquí?
—¿Por qué preguntas? —TaeHyung cuestionó ladeando la cabeza y con el ceño levemente fruncido.
—Pues, se ve que es muy especial. —respondió no muy seguro, ¿debería decirle la verdadera razón de su curiosidad?
TaeHyung lo miró por un momento como dudando en qué decir, lo cual le pareció extraño pues tan sólo estaba preguntando el lugar donde compró el accesorio, no podía ser nada del otro mundo.
—Lo encontré en el lugar de donde vengo —musitó TaeHyung.
—¿Te refieres a Daegu? —indagó pues esa era la ciudad donde el chico había nacido, suponía que con eso se refería con "el lugar de donde vengo".
TaeHyung lo miró como si no lo hubiera entendido de nuevo, hasta que un instante después pareció caer en cuenta de lo que había dicho.
—Sí, claro, Daegu —sonrió levemente—, pero no sé específicamente de donde. En realidad lo encontré en el suelo. Me llamó la atención porque era de mi color favorito y cuando lo vi de cerca me pareció lindo, así que decidí quedármelo.
JungKook no pudo evitar sentirse un poco desilusionado ante ello. Si lo que decía el chico era verdad, sería imposible encontrar algo de información sobre el brazalete, lo cual no era bueno para entender porqué era la única cosa que en su vida había logrado ver a color.
—¿De qué color es? —JungKook se encontró interrogando aquello al caer en cuenta que el chico había dicho que era de su color favorito. Pudo notar que TaeHyung se sorprendió ante aquello.
—Es morado —respondió el chico al final—, así como las uvas, las violetas, ¡y el helado de moras! También el empaque de los chocolates milka y las berenjenas, aunque esas últimas no me gustan mucho.
JungKook sintió que su corazón se aceleró un poco. Morado. Siempre había escuchado ese color, la igual que el resto como el azul, el verde, el amarillo. Él sabía que el cielo era azul, el pasto era verde, y muchas más cosas, pero en realidad no era más que palabras en su cabeza ya que él no podía verlo, para él el cielo era gris claro, el pasto un gris más oscuro. Pero ahora él sabía cómo lucía el morado y de repente eso lo hizo sentir como si un pequeño vacío dentro suyo fuera llenado.
—¿Todas esas cosas se ven de ese color? —preguntó con su voz un poco débil, no sabía exactamente cómo se sentía.
—Sí, y es tan bonito —TaeHyung suspiró—. Me gustaría poder enseñártelo, y no sólo decírtelo.
—Ya lo has hecho. —JungKook soltó, sus ojos con un nuevo brillo en ellos.
—Pero... —el mayor lucía perdido ante su afirmación, sin embargo, lo único que pudo hacer fue sonreír antes de volver a hablar.
—Gracias, Tae —le dijo antes de sin miedo unir las manos de ambos, siendo la primera vez que lo hacía él y no TaeHyung—. Gracias por llegar a mi vida.
Bueno, TaeHyung no entendía a qué venía eso de repente, pero parecía que algo sucedía con JungKook, parecía conmovido, así que lo único que halló a responder fue:—Te quiero, JungKookie.
Y eso tomó por sorpresa al menor, pero no evitó sus siguientes palabras.
—Yo también te quiero, Tae. —correspondió sintiendo un pequeño nudo en su garganta como si quisiera llorar, pero la diferencia era que esta vez no era por miedo o ansiedad, era porque estaba feliz.
discúlpenme como siempre por tardar): es que para esta historia tengo muchas ideas pero debo que ponerlas de a poco.
por eso parece que la trama avanza un poquis lento, pero espero desde aquí empiecen a notar más cosas que dan indicios. aunque igual he puesto una que otra pista a lo largo de los caps que van.
lxs amito y gracias por leer ♡
©gguktaebae
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