06
JungKook pasó saliva e intentó calmarse. Recordó las instrucciones que la doctora le había dado desde siempre para situaciones que lo hicieran sentir de esa manera.
Comenzó a respirar tal cual como le había explicado de pequeño e intentó relajar su mente. Le tomó unos momentos estar más calmado, pero lo logró, y ya estando estable pudo pensar mejor.
¿Qué se suponía que debía hacer? ¿Si quiera estaba seguro de que eso era real?
Lo único que atinó fue llamar a SeokJin. Fue por su teléfono e intentó no sonar alterado cuando al otro lado de la línea le contestaron.
—¿Hola? —esa era la voz de su mejor amigo.
—Hyung. —JungKook respondió intentando sonar neutral.
—¿Pasa algo? —cuestionó el chico al otro lado de la línea—. Pensé que estarías ocupado con TaeHyung.
—No, él tuvo que irse hace un rato —explicó—. Llamaba porque quería preguntarte algo.
—¿A éstas horas?
—Quería preguntarte antes pero creo que hasta ahora me animé. —la verdad se sentía orgulloso de lo real que había sonado su mentirilla.
—Bueno, dispara. —el mayor le dijo decidiendo no cuestionar más.
—¿Tú crees que sea posible que yo vea algún color? —murmuró. Se sentía extraño que esa pregunta saliera de sus labios, no cuando no lo había hecho desde hacía muchos años atrás.
—Kookie, tú sabes que... eso no es posible. —la voz de SeokJin sonó un poco baja.
JungKook pasó saliva.
—¿Estás seguro? —insistió. Debía haber un mínimo chance, ¿o si no cómo explicaba la pulsera?
—¿Por qué me estás preguntando esto? —devolvió a cambio la voz al otro lado de la línea.
—Sólo responde, por favor. — masculló. En ese momento entrar en detalles era lo último que quería.
—Kook, no entiendo...
—¿Estás seguro de que no hay una mínima posibilidad?
—No, no la hay. Tu problema no es de visión, JungKook, va más allá. Los doctores ya te han dicho que tiene que ver con tu cerebro y es imposible solucionarlo— se escuchó como SeokJin suspiró al otro lado de la línea—. Tú te sabes esto de memoria, así que no sé porqué me estás...
—Tienes razón, me lo sé de memoria —lo interrumpió, cayendo en cuenta que su amigo tenía razón, preguntar o insistir no cambiaría lo que ya sabía—. Lamento haberte molestado con esto... Ten buena noche, hyung.
—Kook...
Y la llamada se cortó.
JungKook lanzó su teléfono a la cama y luego se sentó él. Dirigió su mirada a su mano de nuevo. Ahí seguía, la pulsera se veía diferente que al resto de cosas que lo rodeaban.
¿Qué mierda pasaba?
Se relamió los labios y miró el accesorio más de cerca. Era bastante sencillo, no tenía ningún dije, tan sólo era una pulsera lisa, pero sin dejar de ser linda.
Era obvio que el objeto no era suyo, por tanto JungKook pensó un momento, de dónde...
—TaeHyung... —susurró para sí mismo.
¿Si no era de TaeHyung, de quién iba a ser?
Hacía una semana nadie iba a su departamento debido a su horario consumido por los estudios, y justo la pulsera aparecía la noche en la que aquel chico había ido.
JungKook se levantó de la cama y dio unos pocos pasos hasta que alcanzó la mesa ratona que tenía en su habitación. Depositó allí el accesorio y se quedó mirándolo por un segundo.
Había algo en el fondo suyo que se sentía feliz, demasiado. Esa pequeña parte que creía que era un milagro y que estaba recobrando lo que había perdido cuando tan sólo era un bebé.
JungKook negó con la cabeza, borrando la sonrisa que inconscientemente se había posado en su rostro.
Aquello era estúpido y él lo sabía. No existía cura para la acromatopsia cerebral. Se lo habían dicho los doctores desde que lo diagnosticaron, se lo habían dicho sus padres cada vez que preguntó si dejaría de ver a blanco y negro, se lo había dicho momentos antes su mejor amigo.
Después de quince años él debía tenerlo más que claro.
JungKook sintió un nudo en su garganta. ¿Por qué tenía que haber pasado eso? ¿Por qué tuvo que haber estado en ese maldito accidente?
Debió haber muerto quizá.
Ese era un pensamiento que le dijeran lo que le dijeran, hicieran lo que hicieran, siempre estaba presente.
Instintivamente su mano izquierda fue a su muñeca derecha, apretando allí un poco y sintiendo la pequeña cicatriz.
Se tragó el nudo en la garganta y apartó los pensamientos que comenzaban a nublar mente. Tal vez lo mejor en ese momento sería irse a dormir.
Apagó las luces de la habitación para luego meterse en su cama. Mañana sería un nuevo día, y pensaría mejor las cosas.
Ya era el día siguiente y JungKook se encontraba camino a la cafetería en busca de TaeHyung.
Había dicho que pensaría mejor las cosas cuando despertara y así fue, toda la mañana había estado encerrado en su habitación mirando el bendito accesorio con miles de preguntas sin respuesta rondando su mente.
Al final creyó que lo mejor sería empezar por devolverle la pulsera a su dueño, así tal vez podría indagar más sobre el objeto. No obstante, realmente no estaba muy seguro si eso le iba a servir de algo.
JungKook suspiró apretando sus manos en el bolsillo de su sudadera, sintiendo como el pequeño accesorio se presionaba dentro de su puño derecho. Dio una mirada rápida a la puerta del café y sin pensarlo más entró.
Escuchó como la típica campanilla que indicaba que un cliente nuevo había entrado sonó, y sus pasos se dirigieron a la caja de la tienda.
Antes de él sólo había una persona en la fila, por lo que eso no le impidió ver que la persona que atendía no era TaeHyung. Eso lo extrañó.
Barrió con la mirada el lugar en busca del familiar rostro del chico, sin embargo, no lo encontró por ningún lado. ¿Dónde estaba? Se suponía que debía estar allí, a esa hora ya había entrado a trabajar.
—Disculpe, ¿va a ordenar algo? —una voz ajena llegó a sus oídos y lo sacó de sus pensamientos, haciéndolo darse cuenta de que era su turno en la fila.
—Sí, claro. —respondió adelantándose hasta llegar a la caja.
—¿Qué desea ordenar? —el chico le sonrió amablemente y JungKook lo reconoció al detallarlo mejor. Era el amigo de TaeHyung.
—Un captain crunch Frappuccino. —respondió dirigiendo su mirada hacia la placa que tenía el contrario en su delantal. "JiMin" era lo que allí decía.
—Vale —le respondió JiMin tecleando lo que seguramente era su bebida en la caja—. Son cinco mil wons.
JungKook asintió sacando la billetera del bolsillo de su pantalón y buscando la cantidad de dinero antes de extendérsela al chico. JiMin recibió el dinero y segundos después le dio el cambio, indicándole que ya prepararía su bebida.
JungKook terminó de guardar su dinero en su billetera y se dirigió a donde entregaban los pedidos, disponiéndose a esperar por su café. Volvió a mirar a su alrededor buscando a TaeHyung sin éxito, y se dio cuenta de que duró en eso unos minutos pues el chico que se llamaba JiMin, lo llamó para entregarle su orden.
—Disfrútalo, y que tengas un buen día. —fue lo que le dijo al entregarle su bebida. JungKook notó la intención que tenía de irse por lo que rápidamente habló.
—¿Te puedo preguntar algo? —soltó un poco nervioso, sobretodo porque el chico era un desconocido para él, pero aún así necesitaba saber.
—Claro. —JiMin le respondió un poco dudoso, pero sin dejar de sonar amable.
—¿Sabes... Sabes si TaeHyung está aquí? —cuestionó directo y notó como el chico con delantal elevó sus cejas en signo de sorpresa.
—Verdad que tú eres JungKook —JiMin dijo más para sí mismo, como cayendo en cuenta de algo—. Tae habla mucho de ti —le dijo como si nada y JungKook se sintió avergonzado de pronto. ¿TaeHyung le había hablado de él? ¿Por qué haría eso?—. Volviendo a tu pregunta, él no ha llegado hoy, lo cual es muy extraño teniendo en cuenta que...
Y la voz del chico se vió interrumpida por la campanilla de la entrada y la puerta del local abriéndose, dejando ver a un chico un poco desarreglado.
—Olvídalo, ya llegó. —JiMin rió un poco divertido apuntando hacia donde su amigo se encontraba, viendo que JungKook giraba su mirada hacia él.
TaeHyung se veía un poco... diferente. Parecía tener el cabello un poco despeinado y su ropa estaba un tanto desordenada. Su camisa no estaba bien metida dentro de su pantalón, y ahora que lo pensaba bien, ¿esa ropa no era la que había usado la noche anterior cuando había ido a su departamento?
JungKook frunció el entrecejo antes de ver la cara de sorpresa del chico al verlo allí, seguramente no se esperaba encontrarlo en el café a esa hora. TaeHyung comenzó a caminar hacia donde se encontraban JungKook y su amigo JiMin.
—Hey —saludó amigable cuando llegó a ellos.
—Llegaste un poco tarde —JiMin dijo—, y pareces un poco desarreglado. ¿Se te han pegado las cobijas? —molestó riendo un poco.
TaeHyung pareció sonreír a labios cerrados, mirando al suelo, tal vez avergonzado.
—Lo lamento, he tenido algunos problemas. No volverá a pasar. —JiMin era su amigo pero también compañero de trabajo, y entendía si había alguna represalia por haber llegado tarde.
—Sólo molestaba —el más bajo explicó sintiéndose un poco culpable al ver la expresión de su amigo. Luego miró a su lado reaccionando al hecho de que JungKook seguía ahí—. Iré a atender, para dejarlos que hablen, JungKook te estaba buscando —Park habló técnicamente para ambos y antes de irse agregó: —Y no te preocupes, mientras yo te sigo cubriendo.
Tanto JungKook como TaeHyung vieron como el chico se alejó con una sonrisa, dirigiéndose a la caja donde comenzó a atender a las personas de la fila.
—¿Me buscabas? —cuestionó TaeHyung. JungKook lo detalló, y aunque estaba su típica sonrisa en su rostro, por alguna razón sintió que su voz sonaba cansada.
—Yo... —quería preguntarle si había pasado algo, pero se mordió la lengua y decidió no meterse en lo que no le incumbía—. Venía a preguntarte si esto es tuyo.
TaeHyung ladeó la cabeza ante la pregunta y dirigió su mirada hacia la mano del menor, que la había extendido y cuando obtuvo su atención abrió el puño para ver lo que tenía en él.
—¡Lo encontraste! —su mirada brilló de repente con ilusión, el rastro de cansancio de segundos atrás desapareciendo—. Pensé que lo había perdido, no sabes lo agradecido que estoy. —farfulló emocionado.
—Estaba en la sala de mi casa —JungKook le explicó dándole el accesorio—. No estaba muy seguro si era tuyo porque nunca te lo había visto.
TaeHyung tomó el objeto, su sonrisa expandiéndose cada vez más, y demostrando lo contento y aliviado que estaba en ese momento.
—Es porque lo uso donde nadie suele verlo —puntualizó, agachándose para subirse un poco el final de su pantalón y colocando la pulsera alrededor de su tobillo. Luego se paró de nuevo para encarar a JungKook—. No sabes lo angustiado que estaba cuando vi que no lo tenía. No sé cómo sucedió, en realidad nunca se me había caído.
—Me alegra saber que no se extravió, parece ser muy importante para ti. —sonrió a labios cerrados.
—Más de lo que crees. —TaeHyung murmuró mirando el tobillo donde tenía el accesorio.
—¿Te lo regaló alguien especial? —a JungKook no le gustaba meterse en asuntos que no le correspondían, pero quería ver si podía sacarle más información sobre la pulsera a TaeHyung. Tal vez de donde provenía o algo.
—No realmente. Más bien, digamos que lo encontré en un lugar especial —corrigió y JungKook ladeó la cabeza. ¿Un lugar especial?—. Pero bueno, eso no es importante. De verdad te agradezco habérmelo devuelto, no podría vivir sin él.
JungKook se tuvo que morder la lengua por segunda vez en ese momento. Quería saber más del tema pero no creía poder hacerlo sin dar más detalles de lo que sucedía.
—No es problema —respondió antes de desviar el tema de la conversación con una idea en mente—. ¿Tienes algo que hacer esta tarde?
—Debo trabajar. —TaeHyung rió creyendo que eso era un poco obvio.
—Claro —JungKook rascó su nuca un poco apenado, obviamente que el chico tenía que trabajar, así era todos los días—. ¿Cuando tienes tiempo libre? Necesito hablar contigo de algo.
—¿No podemos hablarlo ahora? —cuestionó de vuelta.
—No —negó—, me gustaría que fuera en otro lugar, donde estuviéramos tranquilos... solos.
—¿Es algo importante? —TaeHyung preguntó ladeando un poco la cabeza. JungKook asintió—. Ya veo, déjame ver —el chico hizo una pequeña pausa, luciendo pensativo—. Tal vez pueda pedir que me dejen salir antes y luego hacer unas horas adicionales en otro turno.
El chico asintió contento ante su solución y JungKook se sintió un poco apenado de repente.
—O si quieres podemos esperar al otro fin de semana, no quiero que tengas que... —farfulló con rapidez. No quería que TaeHyung tuviera que incomodarse, él podía esperar, después de todo no estaba muy seguro de si su idea iba a servir de algo.
—No, no, no —TaeHyung le interrumpió negando con una sonrisa—. ¿Te parece vernos a las cuatro en el parque de aquí cerca?
JungKook se relamió los labios aún no muy seguro, pero aún así asintió.
—Vale, entonces nos vemos allí —dijo el mayor—. Ahora iré a trabajar. Gracias de nuevo por mi pulsera.
TaeHyung se le abalanzó encima contento rodeándolo con sus brazos. JungKook correspondió al rápido abrazo y luego se apartó permitiendo que el chico comenzara alejarse hasta perderse de su vista detrás de la puerta para empleados del fondo del local.
Respiró hondo apretando los labios antes de salir de salir de allí, casi olvidando su bebida que había permanecido todo el rato en el mesón de donde entregaban los pedidos.
Le dio un sorbo notando que estaba más líquido de lo normal debido a que el hielo se había derretido en el tiempo que estuvo charlando con TaeHyung.
Miró el vaso para comprobar su teoría, y efectivamente lo hizo, pero también encontró algo más, específicamente algo escrito con un marcador negro.
"Es la bebida favorita de Tae, pero apuesto a que eso ya lo sabes ;)".
JungKook casi se atraganta con su café y sus mejillas automáticamente se tiñeron de rojo.
juro que no sé porqué me quedan tan largos los capítulos. intento hacerlos más cortos pero no me sale):
y por cierto, lo que le escribió jimin en el café sí cabe, okk. era un vaso grande 👍🏻
gracias por leer ♡
©gguktaebae
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