03
—Puedes hacerlo. —JungKook se decía mirando su propio reflejo en el espejo de su habitación.
Llevaba aproximadamente una hora o más intentando idear la manera correcta de hacer lo que tenía en mente.
Quería invitar a salir a TaeHyung.
—Vamos, sólo debes decirle —JungKook respiró hondo y soltó el mismo aire antes de pararse correctamente frente al espejo y hablar—. Um, hola, Tae... —se detuvo negando—. Cómo le vas a decir Tae, tal vez no le guste que abrevien su nombre —se relamió los labios e intentó de nuevo—. Hey, TaeHyung, qué casualidad encontrarte por aquí... Ah, cómo no lo voy a encontrar ahí si es donde trabaja todos los días —se regañó mentalmente suspirando y pasando su mano por el rostro ya un poco frustrado—. Por favor, por favor, sal conmigo... Joder, que así parezco acosador —lloriqueó el azabache antes de alejarse del espejo y tirarse de espaldas a su ya tendida cama.
Su mirada se dirigió al limpio techo y se perdió allí durante unos segundos en los que su mente aún no dejaba de maquinar.
Se sentía un poco ridículo. Ya llevaba intentando bastante frente su espejo y no hallaba una forma normal de pedirle al chico que saliera con él.
Ni si quiera debería ser la gran cosa, es decir, ¿qué tanto era salir? No era nada formal, la palabra "salir" daba campo a muchas cosas, lo cual era muy beneficioso pues ni JungKook sabía qué era lo que buscaba con esa salida.
—Ah, maldición. —JungKook se quejó volteándose y hundiendo completamente su cabeza en la almohada, soltando uno que otro quejido más en ella.
Creería que duró así un par de minutos hasta que sintió un peso que hundía el espacio de cama libre a su lado.
Probablemente una persona normal se habría asustado y comenzado a gritar, pero alguien que tiene por mejor amigo a un SeokJin, hubiera sabido perfectamente que sólo era él haciendo su rutina de cada sábado en la mañana.
—Buenos días, eh. —le dijo el azabache sacando su cara por fin de la mullida almohada y acomodándose para tomar asiento en la cama.
—Oh, estás despierto. Buenos días, JungKookie. —saludó alegremente el mayor sin realmente mirar a su amigo, pues su vista se centraba en el televisor frente a ellos mientras en su mano tenía el control con el que parecía manejarlo.
JungKook respiró hondo, preparándose para tener una pequeña charla con su mejor amigo sobre la privacidad, sin embargo, el contrario se le adelantó.
—¿No has pensando en comprar Disney Plus? —fue lo que salió de los carnosos labios del mayor, aún sin que este desviara su mirada de la pantalla plana—, hay muchas cosas buenas allí, y aquí entre nos... Netflix se empieza a quedar atrás. —terminó de decir al tiempo que negaba lentamente con lo que parecía un rastro de decepción.
Las cejas de JungKook se arquearon y parpadeó un par de veces sin creer lo que veía y escuchaba. De por sí su amigo se había metido en su casa, y en su cama sin avisar, abusando de la copia de llaves de su departamento que tenía en poder, sin importarle que ya le había dicho que sólo lo hiciera cuando era estrictamente necesario; y ahora venía a juzgar su Netflix y decirle que debería comprar Disney Plus.
—Además que tienes puras películas gore, deberías...
Y SeokJin fue callado con un contundente almohadazo directo en su rostro.
—Feliz sábado para ti también. —dijo JungKook riendo en voz baja, ya sintiéndose un poco mejor después de haberse descargado por medio de ese almohadazo.
La cara de SeokJin era un poema en ese momento. Por primera vez le había dirigido la mirada a su amigo en esa mañana, y de hecho era una bastante indignada teniendo el cuenta el impacto al que acababa de sobrevivir. JungKook se mordió el labio en un pequeño intento de detener su risa, y al ver la mortal mirada que le dirigía el mayor negó suavemente con la cabeza decidiéndose a hablar.
—Perdón pero son las siete de la mañana y entraste como si nada sólo para juzgar mi Netflix. —el azabache se justificó encogiéndose de hombros.
—Sabes, hay mejores maneras. —contraatacó el mayor de ambos.
—Son menos efectivas. —JungKook se volvió a encoger de hombros.
—Pero más humanas.
—Entonces, ¿a qué venías? —el menor cambió de tema ignorando a su indignado mejor amigo al tiempo que se levantaba de la cama para dirigirse a su clóset dispuesto a sacar algo de ropa para ponerse.
—Mocoso —le dijo rodando los ojos pero resignándose a pelear y más bien sorprendiéndose al ver que su amigo parecía alistar algo de ropa—. ¿Y eso? ¿Vas a algún lado?
La pregunta tomó por sorpresa a JungKook, pero no dejó de hacer lo que hacía, escoger un atuendo.
—Sí. Sobretodo ya que has llegado a molestar. —le dijo com una sonrisa satisfecha que el contrario no pudo ver, pues estaba a sus espaldas.
—Qué dices, si soy la única persona que toleras y la única que te hace salir a cosas que no sean estrictamente de la universidad. ¿Me he perdido de algo?
Y en eso tenía razón SeokJin. Él era el único amigo real y cercano de JungKook, en efecto también el único con el que se permitía salir a hacer algo o pasar el rato.
—Bueno... —esta vez el azabache sí detuvo su búsqueda de ropa volteándose para encarar a su amigo, sin saber exactamente qué decir—. Yo iba a ver a alguien... creo.
—¿Quedaste con alguien? —la sorpresa en la voz del mayor era más que palpable—. Tú Jeon JungKook, y sobretodo... ¿a las siete de la mañana?
El menor pasó saliva y dirigió su mirada al suelo rascándose levemente la nuca sintiéndose un poco incómodo, o más bien, sin saber qué decir. Ahora que lo escuchaba en voz alta saliendo de los labios de su amigo sonaba bastante, no, demasiado extraño.
Al ver la expresión perdida en el suelo y un poco de cachorro con la cola metida entre las patas de su mejor amigo, el mayor rápidamente comenzó a negar haciendo señas con las manos.
—No-no me mal entiendas, eso está genial, es sólo... Ya sabes, es nuevo.
Y como la mayoría de veces, su amigo tenía razón. Ver que JungKook iba a buscar a alguien que no fuera él, y más aún sin decirle era en definitiva un evento especial.
JungKook como ya se sabía, no era bueno con la gente, y no sólo porque no pudiera, sino porque en realidad no quería. Él simplemente no se abría a la idea de conocer nuevas personas y dejarlas entrar a su vida, no era una idea que le llamara la atención.
En realidad la única persona que veía esa faceta de JungKook que iba más allá del chico cerrado y callado era SeokJin. A pesar de que se conocían desde hacía muchísimo, a JungKook le tomó tiempo el irse soltando pues nunca lo había hecho completamente, ni si quiera con sus padres. Y el mayor se sentía realmente agradecido de que el chico confiara tanto en él como para poco a poco ir mostrándole la hermosa persona que era.
Más allá de su capa dura con sus tatuajes, ropa negra y mirada seria, JungKook era un chico genial. No solamente era aplicado, obediente, extremadamente inteligente y talentoso; la cosa iba más allá. El menor tenía un corazón de oro, era increíble ver como a pesar de que el mundo no había sido el mejor con él, él seguía poniendo al resto por encima de sí mismo. Sobretodo a las pocas personas a la que realmente quería como lo eran sus padres y SeokJin.
Era divertido, honesto, bastante paciente desde el punto de vista de su mejor amigo pues lo soportaba cada día. También era demasiado dulce y leal. En realidad, JungKook era un chico con demasiadas cualidades, tantas que era un poco triste ver como el mundo lo había hecho cerrarse y que pocos las pudiera ver.
—Mejor cuéntame, ¿quién es? ¿La conozco, o lo conozco? —SeokJin preguntó, esta vez con una expresión más alegre adornada de su perfecta sonrisa—. Anda, dime que quiero saber.
JungKook decidió que lo mejor sería tomar asiento, por lo que se dirigió a su cama y tomó asiento frente a su mejor amigo quien parecía entusiasmado.
—Por dónde empiezo... —JungKook rió un poco nervioso—. En realidad, no he quedado con alguien, más bien iba algo así como a... ¿buscarlo?
SeokJin ladeó la cabeza en señal de que no entendía mucho, sin embargo, no habló, silencio que el menor tomó como una señal para que siguiera hablado.
—Quería invitarlo a salir. —dijo algo de corrido, siendo incapaz de mantener la mirada de su amigo, agachando un poco la cabeza y jugando con sus manos que mantenía en su regazo.
Esta vez los ojos del mayor de los dos se abrieron un poco por la sorpresa ante lo que había escuchado. JungKook invitar a salir a alguien... Se mantuvo en silencio esperando un poco más como la vez anterior, pero esta vez nada más llegó a sus oídos por lo que habló.
—Vale, me dices ir a buscarlo, invitarlo a salir, pero no me dices nombres. Necesito nombres —SeokJin le dijo y JungKook tardó unos segundos antes de levantar la cabeza y dirigirle la mirada de nuevo.
El mayor podía jurar que parecía el pequeño Bambi perdido cuando lo miraba así.
—TaeHyung... el chico del café. —soltó JungKook en algo que había parecido un suspiro.
—Joder... —la sorpresa del mayor en ese instante era inmensa al igual que la "o" que formaba su boca. Le tomó unos segundos analizar aquello y otros pocos para comenzar a unir cabos—. Entonces, por eso ya no tomas café en el campus y siempre llegas ya con uno a la primera clase... Todo este tiempo has estado yendo al café donde trabaja TaeHyung para ir a verlo —la mirada de SeokJin brillaba como si acabara de hacer el descubrimiento más increíble del mundo—. ¡Te gusta! ¡Te gusta! ¡Te gusta TaeHyung!
El menor no pudo asimilar cuando su amigo comenzó a saltar en la cama mientras gritaba como un loco.
—¡Hyung! ¡Deja de gritar, por favor! —JungKook tuvo que subirse a la cama para intentar detenerlo, sin embargo, su amigo estaba tan hundido en su mundo de jardín de flores que no lograba ni perturbarlo un poco.
—¡Te gusta, te gusta! ¡A JungKook le gusta alguien!
—¡Agh, basta! —JungKook gritó cayendo en la cama, y colocándose una almohada con fuerza encima de su rostro.
El mayor de los dos por fin se dignó a mirar a su amigo y viendo la reacción de este decidió dejar de lado su escándalo y se sentó a su lado antes de com voz más calmada hablar.
—Ya, no te pongas así. ¿Por qué no te podría gustar ese chico?
El pecho de JungKook subió y bajó en señal de que había tomado una profunda respiración, luego habló, cosa que el mayor no entendió ni en lo más mínimo debido a la gran almohada que el chico tenía encima de su rostro.
—Perdón pero no hablo taka-taka —le dijo antes de quitarle la almohada del rostro y lanzarla a algún punto en la habitación—. Puedes proseguir.
JungKook rodó los ojos.
—Que no lo sé. —fue lo que le dijo.
—Vaya, gracias, todas mis dudas han quedado solucionadas. —respondió el mayor con sarcasmo al tiempo que negaba con la cabeza.
—Pero es que eso es —replicó JungKook en un tono neutral dirigiendo su mirada hacia el techo—. No sé qué es gustar de alguien y mucho menos sé qué es lo que sea que sea que va con TaeHyung. Cuando tiene que ver con él es... extraño.
—¿Extraño? —SeokJin replicó queriendo que le explicara más.
—Quiero saber más de él, ver más de él, pero no sé por qué. Es como algo que me dice "ve, ve, ve". —la vista de JungKook pasó de la blanca superficie que estaba unos metros encima suyo, a su mejor amigo.
Este último abrió la boca y la cerró un par de veces, haciendo unos gestos raros y probablemente desde algún punto de vista graciosos.
—Vale, entonces... ¿estás escuchando voces?
—¿Ves eso de allí? —preguntó JungKook señalando la puerta—. Así como la usaste para entrar, la puedes usar para salir.
—Eh, eh, no te pongas agresivo. Sólo intento comprenderte, lo cual no es fácil cuando me hablas más confuso que el maestro de filosofía y letras. —el mayor se defendió.
Y bueno, tal vez en eso el chico sí tenía algo de razón. Pero, ¿cómo explicaría algo que ni si quiera él podía entender?
—Es sólo que a mí nunca me ha llamado la atención alguien. Y ahora de repente aparece este chico del café en mi vida y me hace sentir como si debiera convertirme en su acosador personal —JungKook se relamió los labios—. Eso no puede ser normal.
—Amigo... tienes que dejar de ver tantas películas raras y gore. En serio.
—Y tú tienes que empezar a tomarte esto en serio, que si te lo digo es por algo. —JungKook sonaba serio esta vez y SeokJin pasó saliva.
—Perdón, pero es mi método de defensa cuando no sé qué decir en realidad —el mayor sonaba sincero. JungKook se acomodó mejor en la cama, sentándose y recostando su espalda en el respaldo de la misma—. Yo había tenido mis sospechas sobre tú con el chico del café, pero no pensé que tuviera tantas vueltas como me lo pones ahora. Simplemente creí que el mundo por fin te había puesto en frente a la persona que te podría enseñar algo más allá.
JungKook suspiró. Él tampoco entendía por qué simplemente no podía asegurar que lo que pasaba es que el chico le gustaba. Sería extremadamente raro, hasta podría darle un poco de miedo lo que eso podría traer con ello, pero al menos sabría qué era lo que le pasaba con TaeHyung.
¿Por qué todo en su vida tenía que ser tan complicado?
—A veces odio ser yo. —JungKook susurró más para sí mismo, sin embargo, SeokJin lo escuchó.
—Hey, no digas eso, ¿sí? —el mayor sabía que esta vez aquello no iba tan en serio, pero no quería escucharlo salir de sus labios de su mejor amigo, pues le recordaba momentos difíciles en los que esas mismas palabras iban con una carga y un dolor que sólo el mismo JungKook podría saber—. Lo mejor será que borres todo eso de tu mente y por primera vez no intentes controlar todo. Déjate llevar. Sea lo que sea si dejas que las cosas fluyan tal vez encuentres ese "algo" que no logras entender.
—Sabes que ese no es mi estilo. —JungKook dijo, no sintiéndose muy seguro ante esa idea.
—Lo sé, pero hombre, ¿no crees que ya has pasado por mucho y es momento de abrirte a algo más?
—No lo sé, yo no...
—Date una oportunidad, JungKookie, por favor —el mayor le interrumpió—. Sea lo que sea, por primera vez alguien te incita a salir un poco de la monotonía sin tener que esforzarse como la mierda, es decir, no como yo.
—Me asusta que algo salga mal. Sabes que no soy una persona totalmente normal... —comenzó a decir JungKook pero su amigo lo interrumpió.
—Tener una discapacidad no te hace anormal, JungKook. Ya hemos hablado de eso. —el tono de voz de SeokJin se había tornado un poco más serio.
—Creo que iré a tomar una ducha para alcanzar a cuando abran el café —JungKook dijo cambiando el tema de repente y levantándose de la cama—. Gracias por la ayuda.
Y con una sonrisa a labios cerrados JungKook se adentró al baño. SeokJin suspiró.
Hacía unos minutos que había salido de sus casa, dejando a su mejor amigo que se había quedado viendo una serie animada en su televisión.
De igual manera SeokJin no lo había dejado salir antes de darle unas últimas recomendaciones. Le dijo que se relajara, que respirara, y que lo tomara como si fuera un día más en el que iba al café y intercambiaba unas palabras con TaeHyung.
Y su amigo tenía razón. Él ya había hablado varías veces en los últimos días con el chico del café, aunque en realidad no podía decir que fueran las mejores charlas ya que él no era el mejor conversador tampoco. Era más del tipo que daba respuestas concisas y cortantes.
No le encantaba ser así, pero tampoco podía hacer mucho para cambiarlo.
Y entre lo perdido que estaba en sus pensamientos no se dio cuenta de la caja que estaba a pocos metros suyo, que por la un poco apurada caminata que llevaba no demoró en estar en frente suyo, haciéndolo tropezar.
—Maldición. —susurró ya estando en el piso, sobando su rodilla derecha pues había caído justo encima de ella.
—¿Estás bien? —escuchó a una conocida voz preguntarle.
JungKook levantó la cabeza para ver a la persona y para su sorpresa era TaeHyung.
—Oh dios, JungKook, ¿te encuentras bien?
—Y-yo, sí... —el menor apenas pudo tartamudear entre el tener a TaeHyung allí preocupado y la vergüenza de que por su falta de atención terminó tropezado con una caja de forma bastante estúpida.
Estupenda manera de empezar, se regañó mentalmente el menor.
—Ven, te doy una mano. —le dijo el chico ofreciéndole su mano derecha.
JungKook la tomó y con esa ayuda se levantó del suelo.
—Gracias. —dijo ya de pie, pasando un poco de saliva e intentando calmarse un poco ante la situación un poco incómoda.
—No es nada, de hecho me disculpo. Estas cajas no deberían estar aquí afuera pero hoy mi compañero ha llegado un poco tarde y he tenido que llevarlas adentro solo. Me ha tomado más de lo debido. —TaeHyung sonaba un poco apenado.
—No, no, no —JungKook negó—. Yo debí centrarme más en la acera por donde camino que en mi cabeza —el menor notó como los ojos del contrario se abrían un poco al escuchar esto último, la curiosidad brillando en ellos, por lo que antes de que le preguntara algo sobre ello, continuó—. ¿Te... ayudo con las cajas? Puedo hacerlo... Si quieres claro.
Sería equívoco decir que el mayor de los dos no se sorprendió un poco por aquella propuesta, pero no se iba a negar, de hecho, por el contrario, agradecía en demasía la ayuda pues sus brazos no eran la mejor herramienta para cargar un montón de cajas.
—Soy indirectamente responsable de que tropezaras y en vez de gritarme te ofreces a ayudarme con las cajas. —TaeHyung dijo un poco divertido mirando al menor, quien sólo se relamió los labios.
—Bueno, si lo pones así tal vez no debería...
—Ey, ey, ey —TaeHyung lo detuvo—, alto ahí velocista. Ya te ofreciste, no te puedes arrepentir. Mejor toma una caja y sígueme —terminó de decir riendo de nuevo al tiempo que él mismo tomaba una caja.
—Vale. —fue todo lo que JungKook respondió en señal de rendición mientras tomaba una caja entre sus manos también, con un indicio de lo que sería una sonrisa en sus labios.
Tardaron unos minutos en terminar de entrar todas las cajas al local, TaeHyung quedando sorprendido con la facilidad y velocidad con la que JungKook llevaba las cajas adentro. Incluso una vez lo había visto llevar dos al tiempo, cómo rayos...
—Recuérdame nunca meterme contigo porque esos dos —dijo TaeHyung refiriéndose a los dos brazos del menor—, son armas mortales.
¿Eso era algún tipo de cumplido? JungKook no pudo evitar soltar una risilla ante ello, sus mejillas sintiéndose un poco calientes.
—No es para tanto. —negó.
—¿Que no es para tanto dices? —TaeHyung parecía indignado y totalmente en desacuerdo con eso—. ¿Puedo tocarlos?
Y ahí JungKook no supo qué decir en realidad. TaeHyung quería tocar sus brazos, ¿qué se respondía a eso? Sentiría que aquello fue raro de no ser porque en lo poco que llevaba conociendo a TaeHyung sabía que había que esperar lo inesperado pues él estaba lejos de ser igual al resto.
El menor abrió su boca en un intento de decir algo más aún así nada salió. En ese momento vio cómo TaeHyung abultaba su labio inferior en un pequeño puchero y en realidad él se veía tan adorable que simplemente...
—Supongo...
El mayor sonrió como niño pequeño, sus ojos achicándose un poco y su boca haciendo una sonrisa que desde el punto de vista de JungKook era bastante particular, bastante linda en realidad.
¿Era normal que se sintiera tan bien ser el causante de ella?
TaeHyung con cuidado pasó sus manos por los brazos de JungKook, apretando un poco, y luego riendo. Las manos del chico se sentían cálidas en sus brazos, y esos largos y finos dedos eran suaves y delicados con ellos.
El menor frunció sus cejas extrañado de que aquel contacto no le pareciera incómodo.
Fueron unos cortos segundos antes de que TaeHyung tomara distancia y dejara de detallar los brazos ajenos antes de hablar.
—¿Vas al gimnasio? —preguntó curioso el mayor.
—A veces. —JungKook quisiera hablar más pero aún estaba trabajando en ello.
—¡TaeHyung!
El aludido dio un pequeño saltito al escuchar su nombre siendo gritado desde adentro del café.
—¡Debes volver al trabajo o te van a regañar! ¡Ven y ayúdame a acomodar estas cosas que ya debemos abrir! —de nuevo esa voz que el mayor estaba más que seguro pertenecía a su amigo JiMin.
—Creo que debo ir a trabajar —dijo riendo un poco apenado—. Gracias por la ayuda, JungKook. Supongo que te veo después.
—Eh, TaeHyung, yo... De hecho quería preguntarte algo. —el menor se apresuró en hablar al ver las intenciones de irse del chico.
—Oh, claro. Lo que sea dime. —como siempre él siendo tan dulce.
—Mm, yo... —ese era el momento para el que tanto había pensado y practicado. Él podía hacerlo—. Estaba pensado si quizás, ¿te gustaría salir?
JungKook terminó de decir al tiempo que metía sus manos en los bolsillos de su pantalón como si eso le fuera a ayudar con el pequeño rastro de nerviosismo que sentía.
Las cejas del mayor de alzaron en sorpresa. ¿JungKook lo estaba invitando a salir? ¿Qué estaba pasando ese día? Primero lo ayudaba con las cajas, y ahora esto. La palabra confusión se quedaba pequeña para lo que sentía TaeHyung en ese momento, es decir, él creía que estaba lejos de agradarle a JungKook, que el mismo sólo le hablaba porque trabajaba en su café favorito.
—Vaya, eso sería genial —a pesar de la extrañeza de aquello, TaeHyung le respondió animado y con la sonrisa más dulce del mundo en sus labios—. ¿A dónde vamos a ir?
Oh maldición, eso no podía estar pasando. De verdad, ¿JungKook no había pensando en a dónde irían?
—Podríamos... ya sabes... tal vez —Mierda, mierda, mierda, ¿cómo olvidaste pensar en a dónde iríamos?
TaeHyung frunció un poco el ceño y ladeó la cabeza ante los tartamudeos del contrario. ¿Acaso no había pensado un lugar? En realidad le causó bastante ternura ver por primera vez al chico así, y no con cara dura.
—Escuché que hay una feria de paso en la ciudad, tal vez mañana podríamos...
—Sí, la feria, claro. Justo también había pensado en eso —JungKook le interrumpió hablando un poco rápido—. ¿Te parece mañana a las seis?
—Sí, me parece más que bien. —TaeHyung aceptó aún un poco enternecido por la forma de actuar del contrario.
—Entonces mañana a las seis. —reafirmó el menor así asintiendo con una leve sonrisa. Y se hubiera ido de ahí de no ser porque la voz contraria llegó a sus oídos.
—Creo que sería bueno si te doy mi número, así podemos arreglar mejor el dónde nos veremos y eso. —el chico le dijo en tono de sugerencia y JungKook se golpeó mentalmente por no haber pensado en eso.
—Eso estaría bueno. —esta vez el menor no pudo salvarse de aceptar su fallo.
Sólo tomó un par de segundos que JungKook sacara su teléfono y anotara el número que TaeHyung le dictó.
—Ahora sí debo entrar. Nos vemos mañana, JungKookie. —y con eso el mayor se adentró en el café.
Al ver aquello JungKook cerró por un segundo sus ojos antes de respirar hondo y darse la vuelta para comenzar a caminar en dirección a su casa.
Si tenía en cuenta el hecho de que mañana saldría con TaeHyung, las cosas no habían salido tan mal. Pero si recordábamos que no había planeado a dónde irían, y de que casi se va sin el número del chico, bueno...
De igual manera JungKook se sentía más tranquilo ahora que habían quedado para verse. No había tenido mucho tiempo para reaccionar al hecho de que irían a un parque de diversiones.
Un lugar lleno de gente, con cosas y situaciones nuevas que seguramente no podría controlar.
JungKook sacudió su cabeza ante esos pensamientos. No quería dar muchas vueltas en ello, después de todo había quedado con su mejor amigo que dejaría las cosas fluir y eso había hecho, ¿no?
Mañana intentaría pasarla bien, esperando ver si podía llegar más a fondo sobre aquel "algo" que tenía TaeHyung.
ha pasado tanto, y ya extrañaba escribir esta historia): espero puedan darle su amor a pesar de mi terriblemente largo hiatus. les amo y muchas gracias por leer ♡
©gguktaebae
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