02
—¿Buscas a alguien? —JiMin le preguntó mientras se secaba las manos con un trapo y luego lo ponía de nuevo encima del mesón—. Tierra llamando a Tae.
—¿Mh? ¿Dijiste algo? —el más alto pareció ponerle atención al fin, sin embargo, no dejaba de barrer suavemente el lugar con la mirada.
—Te pregunté que si buscas a alguien o a algo, llevas un rato mirando por todo el café.
—Oh —esta vez el chico sí dirigió su mirada a su amigo, riendo un poco, avergonzado—, en realidad sí, ¿recuerdas al chico de la ropa negra que venía seguido? —JiMin asintió—. Bueno, hace unos pocos días no viene, y no sé si es mi culpa...
—¿Y por qué sería tu culpa?
—Pues... —TaeHyung rascó su nuca apenado—, tal vez fui un poco intenso o no lo sé. Puede que me haya tomado el atrevimiento de cambiarle la bebida porque siempre pedía lo mismo y quería ver si le podía gustar algo nuevo, menos aburrido —hizo un puchero—. ¿Y si fue demasiado? Minnie, yo no quería hacer algo mal, sólo...
—Ey, no seas tonto, no es para tanto —el mayor le tranquilizó mientras se volteaba para sacar un pastelito de la vitrina y colocarlo encima de un plato en una bandeja—. Tal vez no ha tenido tiempo de venir o algo.
—Pero ya han sido cuatro días con hoy —TaeHyung dijo haciendo un puchero de nuevo—. Ah, tengo que aprender a controlarme con la gente nueva.
—No puedo decir que no a eso —JiMin rió y el contrario cruzó sus brazos en queja—, pero al tiempo te hace tú, así que, si no ha vuelto por eso, él se lo pierde. Aunque la verdad sigo sin creer que sea por ello.
TaeHyung asintió a pesar de no estar seguro, realmente lo hizo más porque no había mucho que pudiera hacer, así que puso de nuevo una sonrisa sonrisa en su rostro y se centró en preparar uno de los pedidos que debían despachar junto a JiMin.
—Igual, ¿por qué te importa tanto? —JiMin le preguntó curioso.
—La verdad, no lo sé —TaeHyung confesó mientras echaba los ingredientes a la licuadora—, siento que me llamó la atención porque es muy diferente a mí.
JiMin lo miró de reojo sin dejar de trabajar.
—Digo —el moreno prosiguió—, se viste totalmente de negro, sólo lo he visto venir con alguien una que otra vez y no parece hablar mucho, de hecho, la única conversación que tuvimos fue la última vez que lo ví, y fue porque la empecé yo.
—Bueno, cada quien con su cosa —el de cabellos platinados se encogió de hombros—, no todos pueden ser una bolita de energía como cierta persona que conozco.
—Oye, cómo que bolita, ¿me estás diciendo gordo?
—Te estoy diciendo que dejes de pensar en eso y más bien te centres en el trabajo —el mayor dijo sonriendo y TaeHyung le miró indignado—, ¿creíste que no me di cuenta de que en vez de votar el vaso sucio a la basura votaste la cuchara?
TaeHyung enrojeció.
—Oye...
—Tú lavarás esa cuchara.
TaeHyung suspiró aún apenado, sin embargo, el sonido de la risa de su mejor amigo llegando a sus oídos lo hizo relajarse y terminó riendo junto a él.
—No demores tanto cerrando, ya es tarde y no quiero tener que preocuparme por tu ida a casa —JiMin le dijo serio mientras se colocaba su pesado abrigo, dispuesto a salir.
TaeHyung negó rodando los ojos ante la voz preocupada del mayor.
—Minnie, yo sé cuidarme solo, además lo único que me falta es ir por mis cosas y colocar los candados —el más bajo lo miró no muy convencido, y él le sonrió—. Prometo que no voy a tardar, ¿sí? Ahora ve para que alcances a ver tú novela, sé que la pasan a esta hora.
El mayor suspiró y se acercó a TaeHyung alborotando un poco su rosado cabello, haciendo que el chico arrugara tiernamente su nariz.
—Está bien, nos vemos mañana. —dicho eso JiMin sí salió del lugar metiendo sus manos en los bolsillos a los lados de su gran abrigo, TaeHyung perdiéndolo de vista en instantes.
Cuando se vio solo, el chico fue por su bolso al lugar donde estaba dispuesto para que los empleados dejaran sus cosas. Se cambió rápidamente su uniforme por sus propias ropas y respiró sintiéndose ahora un poco más cómodo.
Comenzó a tararear una canción que no sabía dónde había escuchado, pero que por alguna razón últimamente tenía mucho en su mente. Sus pasos eran alegres mientras iba en busca de los candados que debía colocar en la puerta para poder cerrar.
Tomó aquello junto con las llaves y se comenzó a dirigir hacia la salida cuando sintió que algo le faltaba, se golpeó mentalmente al notar que no traía su bolso consigo. Miró a su alrededor buscando la pequeña mochila de pikachu y segundos después dio con ella, tomándola y colgándola en su espalda.
Se dirigió a la salida y cerró colocando los dichosos candados. Ya cuando terminó, guardó las llaves en su bolso y se volteó dispuesto a comenzar a dirigirse a casa, sin embargo, algo lo detuvo, o más bien alguien.
En la otra acera de la calle se veía un chico vestido todo de negro, caminando con las manos metidas en sus bolsillos.
TaeHyung ladeó su cabeza ante lo familiar de ello.
Intentó afinar su vista entrecerrando un poco son ojos color miel, y ahí fue cuando entendió por qué se le hacía conocido.
—¡Hey! —TaeHyung llamó, pero no captó la atención del chico por lo que volvió a intentar—, ¡JungKook!
Esa vez sí pareció lograr su cometido pues el aludido levantó suavemente su cabeza luciendo levemente confundido.
TaeHyung rió ante ello y comenzó a agitar sus manos en el aire hasta que la mirada del menor chocó con él. JungKook pareció apretar más las manos dentro del bolsillo de su saco y no hizo más que mantenerle la mirada, por lo que el mayor decidió acercarse.
A pesar de que a esa hora las calles no eran tan transitadas debido a que era bastante tarde, miró a ambos lados de la carretera y al notar que no venía ningún auto caminó hacia la otra acera.
—Hola. —saludó animadamente TaeHyung cuando llegó frente al chico.
JungKook quería hablar, pero su voz no salía, simplemente no tenía ni la menor idea de qué decir.
El mayor tomó ese silencio como algo malo.
—Uh, ¿te estoy interrumpiendo? —preguntó un poco incómodo de repente, también avergonzado—. Perdón, siempre me tomo atrevimientos que no debo y... Será mejor que me vaya y te deje tranquilo, sí...
Una risita nerviosa abandonó sus acolchonados labios y se sintió un poco intimidado por la pesada mirada que el contrario le dirigía, sin ninguna palabra de intermedio.
TaeHyung rápidamente se volteó y golpeándose mentalmente como nunca, sintió el calor subir a sus mejillas con una rapidez increíble y decidió comenzar a caminar, sin embargo, un mano agarrando su muñeca lo detuvo.
Giró un poco su rostro dirigiendo su mirada al final de su brazo viendo como la mano de contrario lo agarraba suavemente. Levantó su vista un poco más hasta dar con el rostro del chico.
Él miraba fijamente hacia donde estaba su propia mano agarrando su muñeca. Intentó descifrar su rostro, y le pareció raro ver la sorpresa impresa en él, como si JungKook estuviera sorprendido de lo que él mismo acababa de hacer.
TaeHyung no tuvo más tiempo para analizar la situación, pues aquel contacto duró sólo unos cortos segundos, ya que en ese instante el menor soltó con un poco brusquedad su muñeca.
—Yo no... es d-decir, tú... t-tú no interrumpes —JungKook parecía un poco aturdido más aun así habló por primera vez en ese tiempo—. No... no iba a ningún lado en realidad.
La cálida risa de TaeHyung llegó a oídos del menor.
—Si no ibas a ningún lado, ¿qué haces afuera caminando esta hora? —preguntó curioso sintiéndose de repente más relajado.
—¿Caminata nocturna? —JungKook respondió no sabiendo ni él mismo la respuesta con certeza.
—Ya veo —el mayor asintió—, supongo que fue una linda coincidencia que pasaras por aquí, hace unos días no te veía en la cafetería.
JungKook levantó sus cejas un poco sorprendido ante lo dicho por el chico. ¿Él había notado su ausencia los últimos días?
—¿Ahora es muy tarde para un café? —el menor preguntó y juró que no se reconoció al cuando eso salió de sus labios.
TaeHyung abrió sus ojos sorprendido.
—Acabo de cerrar... —comenzó a decir, sin embargo, una idea cruzó su mente—, pero supongo que puedo atender un último cliente.
El chico le sonrió y algo dentro de JungKook se sintió cálido por alguna razón.
El mayor le hizo una seña con la cabeza al contrario indicándole que le siguiera a la otra acera donde se encontraba el café.
JungKook respiró hondo y mordiendo su labio inferior con un poco de nerviosismo, lo siguió.
Cuando llegó al otro lado de la calle y estuvieron frente al café, vio como TaeHyung sacaba unas llaves del interior de su mochila de pikachu. Parecía un niño pequeño buscando algo en su maleta de la escuela.
El chico abrió todos los candados, tomándose un poco más de tiempo en el superior debido a su altura.
—Entra —le dijo animando al menor—. Anda, no seas tímido.
JungKook pasó saliva y aunque él técnicamente se había metido en eso debido a su inexplicable impulso, entró a pasos dudosos.
Cuando ambos estuvieron dentro, el mayor cerró la puerta y automáticamente se dirigió detrás del mostrador.
—Lo bueno de haber venido V.I.P es que tienes al mejor preparando café a tu disposición —de alguna forma TaeHyung logró halagarse a sí mismo, con falsa y graciosa modestia—, lo malo es que no podré enseñarte mis mejores habilidades porque ya apagué las máquinas, así que tendré que darte algo sencillo.
El menor de los dos no sintió la necesidad de responder al ver como el contrario se ponían manos a la obra detrás del mostrador al instante.
Miró a su alrededor sintiéndose extraño, aún no se explicaba cómo ni por qué había llegado a esa situación.
Él estaba lejos de ser una persona que se dejara guiar por impulsos y mucho menos cuando se trataba de una nueva persona, pero ahí estaba de nuevo ese sentimiento de necesidad de saber más sobre TaeHyung.
Se suponía que esa noche debía haberse mantenido en casa descansando, tanto sus padres como SeokJin se lo habían dicho. Sin embargo, apenas ellos le habían dejado solo por primera vez en esos días, comenzó a sentirse ansioso, como si necesitara algo.
Había salido a caminar para ver si tomar un poco de aire le ayudaba con eso y cuando se dio cuenta, estaba en la calle frente al café.
Había visto a TaeHyung cerrando, pero no se atrevió a acercarse, sin embargo, no se esperaba que el chico lo llamara. Y allí estaban ahora.
—Okay, no es mucho, pero es trabajo honesto. —la voz de TaeHyung llegó a los oídos del menor.
JungKook dirigió su mirada hacia el chico, y vió como este después de tomar un pitillo, se comenzó a dirigir hacia él, mientras ponía dicha pajilla en el vasito que traía en manos.
Cuando el mayor le entregó el vaso, un "gracias" salió de sus labios, y TaeHyung sólo asintió sonriendo.
—Está delicioso. —JungKook dijo, viendo cómo TaeHyung había vuelto tras el mostrador, comenzando a arreglar las pocas cosas que había usado para hacer el café.
—¿Te parece? —el chico le preguntó de vuelta, y JungKook asintió—. Supongo que eso es bueno, aunque tal vez un café a esta hora no te ayudará a dormir.
—Dormir es lo último que quiero hacer ahora. —confesó bajito, suspirando.
—Oye, dormir es una de las mejores partes del día.
JungKook se sorprendió al notar que TaeHyung lo había escuchado. Lo que había dicho era más para sí mismo.
—Mm, bueno... debo estudiar.
El mayor lo miró antes de asentir lentamente, y un silencio se prolongó por unos segundos, hasta que el moreno finalmente decidió preguntar: —¿No hablas mucho, verdad?
JungKook miró como el chico había terminado con lo que estaba haciendo y se apoyaba en el mesón, haciendo que quedaran frente a frente, como cuando JungKook iba a pedir su café.
El menor suspiró.
—No soy muy bueno con la gente...
—Un chico tímido —TaeHyung le dijo—, eso es genial, ¿sabes? Hay veces en las que me gustaría ser así, más callado tal vez.
—¿Por qué lo dices? —JungKook se atrevió a preguntar después de unos segundos.
—Como supongo que has notado, yo suelo ser muy, cómo decirlo... —el mayor se rascó su nuca un poco avergonzado—. Suelo hablar o actuar de más, y eso a veces me trae problemas.
—No creo que eso sea malo —el menor habló pasando su mirada al café en sus manos, jugando con la pajilla del mismo—. A mí me gustaría ser así, como tú.
—¿Como yo? —el moreno preguntó sorprendido.
—Sí —JungKook afirmó—. Me gustaría ser así de feliz.
TaeHyung al escuchar aquello no supo bien qué decir, miró a los ojos del chico que también lo observaban a él. Se quedaron unos segundos así y cuando el mayor pareció intentar hablar, JungKook le interrumpió.
—Creo que ya es un poco tarde —le dijo mirando el reloj que estaba colgado en una de las paredes del lugar—. Será mejor si me voy ya, así tú... —en ese momento el chico pareció recordar algo—. ¡Oh, cierto! ¿Cuanto te debo? —le preguntó luciendo un poco apenado—. Olvidaba pagarte el café.
Al ver como el de sudadera negra tanteaba sus bolsillos, como buscando su billetera, TaeHyung se apuró a hablar.
—No, no, no —negó haciendo gestos con las manos—, esto corre por la casa.
JungKook levantó su mirada dirigiéndola hacia él.
—No, mira tú abriste de nuevo y...
—No te preocupes —aseguró—. Mejor ve a casa, es cierto que ya es tarde.
JungKook pareció no muy seguro, e incluso pareció querer insistir, pero aún así guardó su billetera de vuelta en su pantalón. TaeHyung le sonrió y cogió las llaves que había dejado tiempo antes encima de una de las mesas, y ya con eso en mano se dirigió a la salida siendo seguido por el contrario.
—Gracias. —JungKook le dijo ya cuando el mayor había abierto la puerta.
—No es nada. —respondió el moreno en tono tranquilo, negando suavemente con la cabeza.
—Eh, bueno... —JungKook se tardó un poco en pensar qué decir, sin embargo, no salió mucho—. Adiós.
TaeHyung rió y asintió.
—Adiós, JungKook. —se despidió y después de eso vió como el chico se comenzaba a alejar con el casi vacío vaso de café en manos, no sin antes haber hecho una pequeña reverencia, claro.
—Tan feliz como yo... —susurró para sí mismo, pensando un poco en lo que el menor le había dicho antes, y al tiempo yendo a buscar su mochila de pikachu.
Esperaba que ésta vez el chico de negro sí volviera al café.
a pasitos de bebé se van conociendo, recuerden q jungkook es muy cerrado y callado, pero hay algo q lo hace querer más de tae, así q verán como va ><
muchas gracias por sus comentarios lindos, sé q no los respondo todos, pero créanme sí los leo y me alegran el día ♡
©gguktaebae
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