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Cumpleaños De Milo [Parte 3]

Habían pasado el resto de la tarde buscando un buen regalo para el bicho. Para su desgracia no habían podido encontrar dicho objeto, Surt se sentía cansado mientras el galo se le veía a lo lejos el estrés y desespero que tenía por encima.

—Camus... —quejo—, podríamos ir por lo menos a comer algo, vaya son las cinco de la tarde y tengo hambre —siguió quejándose.

—Está bien —hablo dando un fuerte suspiro.

Ambos se habían sentado en una cafetería y pidieron unos pasteles con una malteada de chocolate, esperaron unos minutos, hasta que Surt se le dio hablar.

— ¿Y si mejor no le das nada y problema solucionado? —dijo fastidiado.

— ¡No Surt!, no puedo hacer eso cuando él me da cosas a mí —hablo molesto.

—Ah, por favor, a mí no me vengas a regañarme, las cosas se dan de corazón, no porque el otro siempre te da algo tienes que darle algo sin que de verdad tú no quieras —refunfuño el asgardeano.

Camus quedó en silencio, para ser sincero tenía razón, las cosas se dan de corazón y no por que otro siempre te regale y tienes que darle uno sin que te salga de corazón o por qué lo hagas por obligación.

—Vez, y ni respondes ante eso. Camus, si de verdad quieres darle algo a Milo, hazlo de corazón, así como el té a dado todos esos regalos de corazón.

Camus lo medito un rato, tenía mucha razón.

—Tienes razón Surt, debería darle un regalo no porque sea su cumpleaños si no porque me sale de corazón darle un detalle.

—Por fin entiendes a lo que me refiero —hablo sereno rodando los ojos.

— ¡Cállate! —le dio un golpe en el antebrazo.

— ¡Auch!, ¡eso duele! —replico molesto.

—Eso te pasa por fastidioso —hablo burlón soltando tremenda carcajada, quien también lo acompaño el pelinaranja.


[❄°🍎]

— ¿Entonces iremos a la cafetería de siempre? —pregunto el castaño mirando a sus compañeros.

—Pues si Milo quiere iremos a la cafetería de siempre —hablo el gemelo menor mirando al heleno.

—Pues por mí está bien, además ahí venden unos pays de manzanas muy buenos —dijo emocionado.

— ¿Pues que esperamos?, Vamos rápido a la cafetería, tengo mucha hambre —dijo el castaño

Ambos asistieron y se fueron a la cafetería donde siempre se mantenía los ratos libres comiendo y haciendo estupideces, no les faltaba mucho, si no unas cuantas cuadras, hasta que Aioria recordó que tenía que comprar algo, le informo al gemelo menor para que lo acompañara. Dicho esto, el gemelo accedió avisándole a Milo que se adelantará que en un rato lo alcanzarían el heleno asistió y siguió su trayecto, una cuadra más y al frente estaría la cafetería que siempre se mantenía por ratos, al pasar por la esquina algo lo dejo helado. En ese momento no sabía cómo reaccionar, estaba molesto, enojado, pero más que nada, decepcionado y triste, ¿de verdad es bueno morir por amor?, No sería buena opción, Milo veía como Camus se divertía con Surt en la cafetería, se veían felices, ahí era donde el galo estuvo toda la mañana y tarde, con Surt, y no con él. Le dolía que por mucho saber de qué el galo nunca lo elegiría, siempre terminaría sufriendo por él, se dio cuenta de que prefiero estar con el asgardeano que, con él, y en especial el día de su cumpleaños. Que odio y rencor, ese estúpido no lo merecía, Camus no merecía estar con él, pero que estaba pensando, se estaba mintiendo a sí mismo, él y Camus no eran absolutamente nada más que amigos, no podía hacer nada más que apoyarlo, pero ese dolor de ver a la persona que amas con alguien más, es más intenso el dolor. Miraba al galo sonreír, se veía tan feliz, su mirada estaba un poco oscurecida, veía con detenimiento aquella escena que lo dejó marcado. Ambos se habían abrazado, Milo jamás había recibido un abrazo de parte de Camus, este siempre se los rechazaba. Definitivamente era el peor cumpleaños de su vida, le dolía el pecho, sentía unas grandes ganas de salir corriendo, pero no podía, sus piernas no le respondían.

Surt se había separado de Camus, prosiguieron a sentarse nuevamente a platicar, nuevamente el francés volvió a su seriedad mientras el asgardeano hacia lo que fuera para verlo reír de nuevo, no sabían que cierta personita los estaba viendo de lejos con su mirada oscura y marchita.

Por otro lado, Aioria y Kanon habían visto eso, querían acercarse al heleno y decirles miles de cosas al galo por hacerle eso a Milo, Kanon estaba tan furioso juraría que si no fuera por Aioria que lo estaba deteniendo en esos momentos le daría un merecido por hacer sufrir a Milo. Querían acercarse más empezó a pasar mucha gente quien no los dejaba proseguir, solo veían como Milo tenía la mirada baja, apretando sus puños.

Camus sin notar la presencia de Milo o de los otros dos se marchó de ese lugar con Surt, tenía aun que buscar un buen regalo para Milo y no podían perder tiempo, y tiempo es lo que no tenían en esos momentos.

Aioria y Kanon trataban de acercarse al heleno, pero cuando la gente fue disminuyendo él ya no estaba ahí, se preocuparon un poco, su amigo llegaba a ser locuras cuando estaba mal, no sabían a donde ir, cuando goteras gigantes de agua empezaron a caer. Estaba empezando a llover fuerte, no les quedó de otra que correr a escampar en la cafetería.


[❄°🍎]

Caminaba sin rumbo alguno, su mirada estaba baja mientras veía el suelo, era lo único que veía en esos momentos. No tenía ánimos de alzar su mirada y ver a su alrededor, empezó a sentir goteras caer en su cabeza, diciendo que se avecinaba la lluvia, poco le importo, solo sentía que la gente medio corría a escapar en los locales, más el, solo se dejaba mojar, sentir la lluvia, y pensar que todo estaría bien.

Había empezado a llover aún más fuerte, poco le importaba si llegaba mojado a casa o no, eso ya no le importaba en absoluto, no sabía a donde iba, estaba caminando solo en la calle sin trayecto alguno. Las gotas caían con ferocidad, mientras el, estaba solo, vacío, destrozado, enamorarse es fácil, el precio se empieza a pagar cuando intentas olvidar, y para el olvidar, no era fácil, sabía que sus amigos estarían preocupados por él, pero que más le daba, si todo lo que hacía por el amor de su vida le salía mal, talvez su destino no era estar juntos como pensó todo este tiempo desde que lo conoció.

Dicen que el tiempo lo cura todo, más el no creía en eso, ambos en mundos opuestos, al parecer estaba equivocado con todas esas fantasías que soñaba con él, tenerlo bajo suyo, tener una familia.... ser.... felices.

Estaba completamente empapado, había llegado a un jardín de hermosas flores, encontró gran cantidad de flores de diferentes colores y clases. Se sentó en una banca mientras la lluvia lo mojaba con intensidad, no iba a llorar, ya no lo haría, ya no más, se quedaría ahí a mirar esas hermosas flores, el cielo gris mientras llovía.


[❄°🍎]

— ¡¿Quién demonios se cree el en jugar con los sentimientos de Milo?! —hablo Kanon molestia, estaba harto de ver a su amigo infeliz por Camus.

—Cálmate Kanon, por favor estamos en una cafetería —intento calmar al gemelo menor que estaba muy alterado, para el igual era duro saber que su amigo sufría.

—Pero no puedo calmarme, ese imbécil siempre lastima a Milo, no soporto ver más su sufrimiento, no quiero verlo llorar más. Aioria por favor entiende Milo no merece esto, él no lo merece y tú más que nadie lo sabe —hablo al borde de la desesperación, ya la situación de que el galo siempre lastime al heleno lo estaba hartando.

—Lo se Kanon, lo sé, más pido que por favor te calmes, la gente nos está mirando raro —hablo preocupado el castaño por la actitud de su compañero.

— ¡Me importa una mierda lo que piensen la gente! —grito ya harto de la situación, la gente que se mantenía dentro del local escampando escucharon el tremendo grito del peliazul, mirándolo raro y murmurando cosas sobre él, ya que estaba haciendo un alboroto.

—Solo te pido que te calmes y ya, por favor Kanon —suplico.

—Ahh... está bien, lo hare solo porque me lo pides —suspiro fuerte para tranquilizarse.

—Ah... —suspiro con fuerza—. Mira Kanon, sé muy bien que lo que le hace Camus a Milo no es correcto, además, se que ellos no estaban atentos a que Milo los miraría abrazarse, Camus siempre le rechaza los abrazos a Milo y por eso de seguro se puso así. Además, ambos sabemos que Camus ama con locura a Milo, más se le dificulta demostrarlo, al parecer el necesita ayuda, alguien que en toda su vida ha vivido aislado de la gente y solo no sabe cómo expresarse con la gente y en especial con la persona que ama.

—Pero eso me molesta demasiado Aioria.

—Calma, aquí hay mucha gente como para empezar un escándalo. Tú sabes que Camus es una persona muy resguardada, así que no sería su estilo demostrar amor delante de la gente como nosotros —hablo sereno.

—Lo sé, pero... de verdad me duele ver a Milo así, somos sus amigos y en estos momentos no sabemos en dónde está, está lloviendo y él está solo haciendo no sé qué cosas, tú sabes de lo que es capaz de hacer milo ¿y si hizo una tontería?, o ¿le habrá pasado algo? —hablo un tanto alterado.

—Tranquilo, Milo estará bien, sabes que él es fuerte, no se dejaría vencer por nadie.

—Pero si por Camus... —susurro amargado.

Tal vez Aioria tenía razón, se sabía que el bicho era uno de los más fuertes de la orden dorada, pero su debilidad era lo que le hacía caer tan bajo, y su debilidad, era Camus de Acuario.


[❄°🍎]

— ¿Entonces le comprarás eso? —pregunto iluminado.

—Sí, se ve muy hermoso —su alma entro en paz al escuchar al galo decir eso.

— ¡Por fin!, Llevamos todo el día en esto, por fin te decidiste que darle—dijo esperanzado.

—Sí, ya puedes morir en paz —lo miro con seriedad. El pelinaranja se hecho a reír.

—Camus solo era una broma no es para tanto, además si es verdad que llevamos todo el día en esto, así que pagale a la señora para irnos de una vez, ya estoy bastante cansado de andar de un lado a otro.

—Está bien —sonrió para ir al mostrador— disculpa, ¿podría empacarme esto?

—Por supuesto que sí señor, son mil francos —respondió la señora con una sonrisa.

—Oh claro.

Después de pagar y salir de aquella joyería Surt se sentía liberado, como si hubiera estado encerrado durante diez años, mientras Camus estaba contento, por fin había conseguido el regalo perfecto para su bicho, y se lo daría esa misma noche en la fiesta de cumpleaños del bicho.

Después de un rato Surt se había despedido de Camus ya tenía que ir al hotel donde se hospedaba mientras Camus seguía su trayecto, se notaba grandes charcos de agua, ese día había llovido muy fuerte en Grecia, estaba emocionado, iría a Acuario se organizaría he iría a la fiesta del bicho, solo faltaba dos horas para que Kanon y Aioria llevarán al bicho al santuario.


[❄°🍎]

Ya muy tarde, había estado ahí durante horas, estaba mojado, nuevamente caminando sin trayecto alguno. Veía a los niños jugar en los charcos de agua, como se divertían y sonreían, sonrió un poco al ver eso, le recordó su infancia. Empezó a ser frío, esta vez no podía ignorarlo su ropa estaba toda empapada, eso no lo ayudaría a calmar el fría que tenía en esos momentos, no le quedó de otra que regresar a casa, a darse una ducha con agua caliente y quedarse el resto de la noche en su habitación pensando.


Maratón 3/5

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