Capítulo 19.
Emma POV's.
Finn me había invitado a tomar un café a Starbucks, estaba algo nerviosa era la primera vez que le hablaría directamente.
Pero Finn tardo milenios, me dejó esperando casi 40 minutos.
Estaba desesperada, no podía seguir esperándolo.
Me dejó plantada.
Era demasiado bueno para ser cierto, jugó contigo linda, eras solo un pasatiempo, claro, Finn Harries de la noche a la mañana te empieza a hablar, tú de ingenua le creíste, tonta.
Todas esas palabras no dejaban de dar vueltas en mi cabeza, todo eso me provocaba un nudo enorme en la garganta, pero no se merecía mis lágrimas.
Así que decidí darme la vuelta, tomar un taxi e irme a casa.
Pero unos brazos en mis hombros me detuvieron.
Finnegan.
—Emma— Me dijo algo agitado.—Había muchísimo tráfico y por venir tan rápido se me pincho una llanta y... Uffff... Perdón, perdón, perdón.
—Oh si, si claro. No hay problema emm, emm... ¿entramos?.
Tonta, tonta, ¿por qué hablas tan rápido?
Asintió mirándome con cara de "Okay..."
Después de entrar, pedimos.
Yo un café expreso y Finn un té helado.
Pasaron como 5 minutos y nadie había hablado, odiaba el silencio incomodo. Solamente no dedicábamos a tomar nuestras bebidas, yo no sería la primera en hablar, soy muy tímida, así que sólo me quedé mirando los ojos de Finn.
Eran verdes con toque color miel, podías perderte en ellos horas y no te cansarias de ver lo hermosos y perfectos que son.
—Así que...— dijo Finn. ¡Ja! Yo gané— ¿Cómo conseguiste mi WhatsApp?
—Estábamos saliendo de clase de literatura y te vi darle un papelito "fosforescente" a un tipo, sacó su teléfono y tecleó algo, pero después tiró el papel. Yo soy una persona muy curiosa ¿vale? Así que tome el papelito y revise que había en él. Un número telefónico, lo agregué a mi celular y posteriormente abrí mi WhatsApp, busqué el contacto nuevo y vi una foto tuya. Y... pues... te empecé a mandar mensajes... después me contestaste, me invitaste aquí, y... pues ahora ya sabes todo.
—Oh, bueno...— Seguí mirando sus ojos, me perdía en ellos hasta que me miró. — ¿Qué?
—¿Qué de que?
—¿Por qué te quedas mirándome a los ojos?
—Oh no, yo no— me sonroje al no darme cuenta que había estado perdiendome en sus ojos tanto tiempo.
—Me caes bien — me sonrió sutilmente.
Después de acabar con nuestras bebidas, solo estábamos contando chistes malos, anécdotas, y muchas más tonterías.
Después subimos a su auto, y me llevó a casa, insistió tanto que no pude resistirme a sus pucheros. Estaba lloviendo, eso me hacía muy feliz, y con la canción que puso Finn, el viaje hacía mi casa fue genial.
—Aquí es— le dije a Finn para que se detuviera, después de bajarme me despedí de él.
—Fue agradable pasar un rato contigo— me dijo Finn.
—Lo mismo pienso...— Y antes de poder decir algo más, puso su mano en mi hombro y me dio un beso en la mejilla.
—Adiós Emma.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro