Miles estaba sumido en un mar de confusión y dolor en aquella soleada tarde en la playa. Había seguido sigilosamente a Frigga y su novio hasta el acantilado, motivado por un mal presentimiento y el deseo de alejarse de sus padres, cuya noticia del divorcio debido a una infidelidad había sacudido su mundo sin dejar caer una sola lágrima de sus ojos.

Aunque su rostro permanecía impasible, por dentro se sentía como un barco a la deriva en medio de una tormenta. Todo en su vida parecía estar desmoronándose, y sus emociones se tambaleaban sin rumbo fijo. Se preguntaba si debía llorar en silencio, gritar su frustración al viento o simplemente dejarse caer y rendirse ante el caos.

En medio de ese torbellino emocional, sus sentimientos por Frigga se aferraban como un ancla en un mar embravecido. Aunque sabía que ella estaba involucrada con alguien más, esa conexión era lo único que le proporcionaba un atisbo de familiaridad y estabilidad en medio del caos. Paradójicamente, incluso dolía menos verla con otro que ver a Ashur y Keila juntos, una ironía dolorosa que le recordaba lo frágil y complicado que puede ser el amor.

Mientras observaba desde la distancia, su corazón se apretó al ver a su eterno amor platónico conversando con su novio en lo alto del acantilado. Aunque se había mantenido alejado para no interrumpir, su sentido arácnido se activó de repente, como un presentimiento sombrío. En un instante, presenció horrorizado cómo Frigga era empujada hacia el borde y caía al vacío. Sin pensarlo dos veces, se lanzó al agua y nadó con determinación hacia el lugar donde ella iba a impactar.

Mientras se acercaba, vio el impacto de Frigga con el agua, notando cómo se hundía rápidamente. Conocía su miedo al agua y eso solo lo motivo a aumentar el ritmo de sus brazadas, decidido a no perderla de vista. Sumergiéndose bajo la superficie, buscó desesperadamente a Frigga, la vio con los ojos cerrados, lo cual le provocó un escalofrío de temor. Agarrándola firmemente, comenzó a ascender hacia la superficie, cada segundo parecía una eternidad mientras luchaba contra el peso del agua.

Finalmente emergieron, y Miles tomó una bocanada de aire con alivio al alcanzar la superficie. Notó que Frigga no se movía y su piel estaba pálida, una señal de peligro inminente. Arrastrándola hasta la orilla, la recostó en la arena y comenzó a realizar compresiones en su pecho, recordando las técnicas de primeros auxilios que había aprendido en el complejo de la asociación de superhéroes. Cada compresión era un latido de esperanza mientras luchaba por revivirla, rezando en silencio para que ella volviera a respirar y abrir los ojos.

—No, no, no, no, no —repetía de manera desesperada—. No te vas a ir, no te dejaré.

Con determinación y urgencia, Miles apretó su nariz y le proporcionó respiración boca a boca a Frigga, seguido de compresiones en su pecho. El tiempo parecía dilatarse en un torbellino de esfuerzo y esperanza mientras repetía incansablemente este ciclo vital. No podía calcular cuántas veces llevó a cabo este proceso vital, pero cuando finalmente Frigga expulsó el agua de sus pulmones, un suspiro de alivio recorrió su cuerpo exhausto, sintiendo como si el aire regresara también a sus propios pulmones.

La visión de la princesa asgardiana recuperándose, tosiendo y escupiendo el agua, fue como un faro de esperanza en medio de la oscuridad. Sin perder un segundo, Miles la ayudó a sentarse, sintiendo una mezcla de gratitud y alegría al verla luchando por volver a la vida. Las lágrimas brotaron de los ojos de Frigga, su rostro empapado reflejaba el terror y la gratitud entremezclados.

Sin embargo, en la mente de Miles, el momento en el que él estaba "besando" a su amor platónico quedó relegado a un segundo plano. Lo único que importaba en ese instante era verla recuperada y a salvo. El superhéroe arácnido la envolvió con fuerza en un abrazo reconfortante, sintiendo cómo su corazón latía con alivio y gratitud por tenerla de vuelta. Le acarició la espalda suavemente, transmitiendo todo el apoyo y la calma que podía ofrecer en ese momento crítico.

—Tranquila, estás bien, estás viva —le decía Miles en tono suave mientras la abrazaba con ternura.

—T-tenía tanto miedo —decía Frigga entre sollozos—, él me... me engañó todo este tiempo.

—Ya lo atraparemos, lo importante ahora es que estés bien —respondió Miles con determinación, sintiendo la rabia crecer dentro de él hacia aquel que había lastimado a Frigga.

Frigga se separó de él, mirándolo con ojos llenos de gratitud y alivio. —Gracias, Miles, gracias —expresó con sinceridad, sintiendo cómo el nudo en su pecho se desvanecía gradualmente al saber que estaba a salvo y que tenía a alguien como Miles a su lado.

Se abrazaron por algunos minutos antes de volver a separarse, esperaron a que la rubia se sintiera mejor para que los teletransportara a ambos al complejo con su poderes, cuando lo hizo ambos aparecieron en el patio un poco mareados. Raven esta volando por ahí y cuando los vió fue rápidamente hacia ellos; no hubo necesidad de decir nada porque, en solo unos segundos, la hechicera había leído la mente de ambos.

—Les diré a los demás para ir a buscar al que te hizo este —se dirigió hacia Frigga y con un movimiento de su mano secó la ropa de ambos—, pero ahora tienes que ir con tu padre, el parto se está complicando y el solo quiere verte.

La rubia asintió—Mandame hacia él, mi magia aún no esta bien del todo

Antes de que Raven la mandara con sus padres, Frigga apretó la mano de Miles en señal de agradecimiento. Él solo pudo caminar hacia el complejo, una vez adentro se encontró con su hermana y con Gwen, a quienes les contó todo lo que había pasado, sintiéndose un poco más ligero, ya que ahora, la mayoría de sus pensamientos estaban ocupados por lo que había pasado hace unos momentos y no en todos los problemas que tenía.

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Frigga permanecía afuera de la habitación donde su papá Loki estaba dando a luz, sufriendo por los gritos que resonaban y por las palabras de aliento que intentaba dar su papá Thor. Cada grito de dolor parecía resonar en su propio corazón, recordándole los momentos de angustia en el acantilado y el instante de caída que le había dado el último empujón para tomar una decisión crucial.

A pesar de los intentos de los doctores por detenerla, Frigga ignoró todas las barreras y avanzó con paso firme hacia sus padres. Ambos la miraron con una mezcla de sorpresa y emoción. Thor le dedicó una sonrisa llena de orgullo, mientras que Loki no pudo contener las lágrimas al verla acercarse. En ese momento, las palabras sobraban, ya que las miradas y los gestos hablaban por sí solos.

Frigga tomó la mano libre de sus padres y los tres se aferraron con fuerza, formando un vínculo de apoyo y amor inquebrantable. Ahí, en medio de ese doloroso momento pero unidos como familia, decidieron que de ahora en adelante hablarían con sinceridad sobre cómo se sentían, enfrentando juntos cualquier desafío que la vida les pusiera en el camino.

A pesar de que el dolor de Loki era casi insoportable, saber que tenía a su familia a su lado le dio la fuerza y la determinación necesarias para enfrentar lo que venía y salir adelante, sabiendo que no estaba solo en esa lucha.

Después de horas de angustia y espera, el dios de las mentiras, Loki, dio a luz a un pequeño príncipe al que llamaron Baard. Sin embargo, la alegría fue momentánea ya que Loki tuvo que ser llevado de inmediato a una cirugía de urgencia, dejando a Thor y Frigga preocupados y ansiosos.

Finalmente, fueron autorizados a ver a Baard en la incubadora. Para Frigga, ver a su hermanito recién nacido fue una experiencia abrumadora. Sus ojos contemplaron al pequeño ser, tan frágil e indefenso, y en ese instante, sintió una oleada de amor y protección que inundó su ser. No necesitó más que unos segundos para darse cuenta de que el amor a primera vista no se limitaba a las historias románticas, sino que también se manifestaba de manera poderosa en el lazo entre hermanos.

Prometiéndose a sí misma que lo protegería con su vida, Frigga acarició suavemente la mejilla de Baard a través de la incubadora, transmitiéndole un amor incondicional y una determinación férrea. En ese momento, cualquier preocupación o temor se disipó ante la certeza de que estaría allí para su hermanito, sin importar qué obstáculos se interpusieran en su camino.

La búsqueda para capturar al exnovio de Frigga había dado inicio, aunque decidieron mantener la información lejos de sus padres para no añadir más preocupaciones en ese momento tan delicado.

A pesar de algunas complicaciones, la cirugía de Loki resultó exitosa. Esta noticia se compartió con todos, generando un breve pero reconfortante momento de paz y tranquilidad en la familia. Aunque tanto la recuperación de Loki como el tiempo que Baard necesitaría en la incubadora se estimaban en semanas, esto marcó un período de tregua y estabilidad. Sin embargo, como es bien sabido, la paz es efímera y no perdura para siempre . . .

Conversaciones:

Tommy 💨 y Conan 🎤:

Estados:

Frigga 💅🏻:

"Bienvenido al mundo, hermanito 🪄"

Miles 🌆:

"Me representa"

Antman 🐜:

"Es lo que más espero 🤩"

Morgan 🤓:

"Estoy muy tentada a hacer un Connor en la vida real 😍"

Visión 👁️:

Star Lord 🕺🏻:

She Hulk 🐸:

"Desde que Scott me obligó a ver Betty La Fea no puedo parar con los memes 😂"

Nora 🏹:

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Bueno, eso es todo por el capítulo de hoy, nos leemos en la próxima 😉