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¿WHAT IF . . .?

Wade y Peter nunca se
hubieran conocido

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Antes de que se conocieran, Wade y Peter estaban en momentos decisivos en su vida.

El mercenario había comenzado a intentar ser mejor persona por su hija Eleonor, conociendo a Spider-man en el proceso, logrando todas sus metas y teniendo una mejor vida de la que había imaginado; pero como en esta historia nunca conoció a el superhéroe arácnido, las cosas cambiaron, no tuvo a alguien que lo guiara en el camino de la redención, alguien que lo inspirara a ser mejor persona y que le recordara que lo estaba haciendo bien por el hecho de estarlo intentando...

En el año 2041, Deadpool acababa de cortarle el cuello al último miembro de una banda a la que le habían encargado asesinar, caminó en medio de los cuerpos al tiempo que llamaba para confirmar que el trabajo estaba terminado.

Al colgar vio que la pantalla de su celular se iluminaba mostrando el recordatorio de que era navidad; rápidamente se fue a su pequeño departamento para bañarse y quitarse toda la sangre, se cambió a un atuendo más abrigador e encubierto se dirigió a una casa acogedora al otro lado de la ciudad; cuando llegó al lugar se mantuvo oculto atrás de una estatua de un Santa Claus. A la distancia, a través de una ventana observó a Eleonor tener una cena navideña con su familia adoptiva; luego de que su madre muriera, la justicia le negó la custodia aunque sí la hubieran aceptado no serviría de mucho ya que Ellie no quería verlo.

Justo cuando se le escapaba una lagrima se dio cuenta de que su hija lo había visto; se escondió rápidamente pero no sirvió de mucho, ya que segundos después, esta había salido a su encuentro.

—Ellie bonita —saludó con voz baja.

—Hola —respondió de forma seca— ¿Qué haces aquí? —cuestionó con molestia.

—Solo quería verte un momento, ya me iba te lo prometo.

—Más te vale, por si lo olvidaste, mis padres te pusieron una orden de alejamiento —le recordó con severidad.

—¡Yo soy tu padre! —gritó con pena—, quiero dejar de verte de lejos, quiero pasar tiempo conti...

—Ya basta —no lo dejó terminar y alzó su mano para que se callara—, no tienes ningún derecho a reclamar algo de mi y no quiero tener nada que ver con un asesino —dicho esto puso sus manos dentro de su casaca y empezó a caminar hacia su casa, hasta que paro en seco—, te olvidaste de limpiar una mancha de sangre en tu brazo, por cierto, tu última masacre apareció en las noticias —esto hizo que el contrario agachara la cabeza—, feliz navidad.

Una vez que Ellie se fue, Wade se permitió llorar con libertad, todos los años eran lo mismo y él nunca aprendía la lección, ganándose con esto el odio de la única persona que le importaba en la vida.

Después de un rato interminable, se marchó y comenzó a caminar sin rumbo.

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Por otro lado, a un año de ser adoptado por Steve y Tony, nuestro amigable vecino arácnido, empezaba a sentir una presión interna para llenar los zapatos de sus padres, quería ser tan honorable como el Capitán América o tan inteligente como Iron Man, sumando el hecho que aún tenía los problemas que conllevaban ser Spider-man se sentía muy presionado; al conocer al mercenario bocazas pudo liberar el estrés que iba acumulando, a la par que tenía alguien que le recordaba todos los días lo especial que era...

Sus constantes intentos de superar la grandeza de sus padres lo llevó a alejarse de ellos, también se alejó de sus amigos, familiares y los demás vengadores; se había vuelto una persona muy solitaria, que en cuanto tuvo la oportunidad, se marchó de su hogar y se mudó a un pequeño departamento que apenas lograba pagar, ya que no quería recibir ayuda, ni siquiera para conseguir un empleo.

Su vida ahora solo se enfocaba en ser Spider-man, ya no Peter; aún con un enfoque más directo a su lado de superhéroe, su propia esencia había cambiado, volviéndose más agresivo a la hora de combatir por lo que también su nivel de rechazo se incrementó con el pasar de los años.

En el año 2041, un adulto Peter Parker —ya que había decidido quitarse el apellido de sus padres hace unos años—, vigilaba en la cima de un edificio si había algún crimen para encargarse de el, para su desagrado recibió una llamada de sus padres, interrumpiendo su trabajo.

—Hola ¿Qué pasó? —saludó. Si bien no uso un tono hostil, su voz sonaba distante.

—Hola hijo ¿Cómo estás? —preguntó Steve Rogers.

—Ocupado con el trabajo ¿Me necesitan para algo urgente?
 
—Solo queríamos llamar para saber como estabas, no tenemos noticias de ti, han pasado semanas desde tu última llamada —recordó con tristeza.

—Tengo cosas que hacer, igual que ustedes. Vi que desmantelaste otra organización criminal eso debió haberte mantenido ocupado —contó a la defensiva, recordando que el no había logrado hacer eso en bastante tiempo.

—Tuve mucha ayuda, nunca hago las cosas solo, tú tampoco deberías y recuerda que estamos para ti si así lo necesitas —informó tratando de que su hijo aceptara.

Peter no respondió, mientras pensaba, escuchó como otra persona tomaba el celular, captando en seguida que se trataba de su otro padre.

—Hola hijo, ¿Vendrás hoy? Sabes que al Cap le gusta celebrar navidad, Morgan también esta preguntando por ti y seria bueno que estuvieras con nosotros —habló Tony Stark.

—Ya dije que estoy ocupado, ¿Por qué no pasan la navidad en alguno de los lugares a los que donas dinero?

—Mira Peter —escuchó que caminó un poco, supuso que para alejarse de su otro papá—, el Capi no quiere darse cuenta pero yo ya lo he hecho desde hace bastante tiempo; deja de compararte con nosotros, sabes que nunca te pediríamos ser alguien que no eres, aunque para ser francos, si quiera ¿Tú recuerdas quien eres? —cuestionó, cansado del comportamiento de su hijo.

—Nunca lo entenderían, ustedes son maravillosos, inalcanzables para todos los demás —expresó con sarcasmo.

—Hijo, solo queremos que estes con nosotros —pidió con tristeza como nunca antes—, ya van dos navidades que no vienes, tampoco tu cumpleaños, hasta May dijo que no atiendes sus llamadas, nosotros solo...te extrañamos —lo último lo dijo acompañado de Steve, por lo que supuso que lo había puesto en alta voz.

Peter estaba a punto de ceder, pero la corteza que el mismo había construido le impidió dar ese paso.

—Me tengo que ir, feliz navidad.

Dicho esto colgó y apagó su celular, sabía que sus padres podrían fácilmente saber dónde estaba pero que nunca se acercarían si este no se los permitía.

Abrumado, decidió irse a otra parte a vigilar, pensaba que al balancearse todos sus pensamientos desaparecerían, obviamente estaba equivocado.

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Después de balancearse un buen tiempo, llegó a un edificio casi apartado de la ciudad; apenas aterrizó en el techo vio a un hombre algo mayor que él sentado al borde comiendo unas chimichanga. Antes de que pensara en irse el hombre volteo su cabeza hacia el costado y lo miró.

—Yo llegué primero —habló con la boca llena—, consíguete tu propio edificio.

—Ninguno está tan apartado como este —comenzó a caminar hacia él y se sentó a su costado quitándose la máscara, importándole poco su identidad secreta.

—Ah, tú también vienes a deprimirte entonces —aseguró—, las postales que dicen que en la navidad todas las personas son felices son mamadas —expresó casi molesto y dio otra mordida a su chimichanga.

—Totalmente —apoyó y lo miró, dándose cuenta de quien era—, tú eres Deadpool, el mercenario.

—Ese mismo —le entregó su tarjeta—, escríbeme por WhatsApp si quieres acabar con alguien, tengo una promoción de dos muertes por uno.

—Debería llevarte con las autoridades ahora mismo —amenazó y el otro lo miró observando su traje.

—Yo también se quien eres —lo apuntó con un dedo—, antes eras considerado el amigable vecino Spider-man, vaya que la publicidad es engañosa —volvió a mirar al frente—, tu tampoco eres un santo, dicen que te haz vuelto violento como ninguno, tú y yo no somos muy diferentes.

Peter quería rebatir pero sabía que el otro tenía algo de razón así que solo se quedó callado y miró al frente.

Pasaron un largo rato en silencio hasta que el mercenario volteó a verlo, logrando que el superhéroe arácnido también volteara.

—¿Qué? —preguntó Peter.

—Mi alma chismosa tiene una duda —mastico su comida—, antes se te veía muy unido con los vengadores, con el Capitán América y Iroman principalmente. ¿Qué pasó? —inquirió curioso.

—¿Qué te hace pensar que te voy a decir?¿Crees que soy ingenuo?

—¿Por qué lo creería? Tal vez eso es lo que piensas tú de ti mismo —contestó Wade haciendo que el otro se quedará pensando.

—Digamos...que a veces no actuamos como deberíamos —confesó sin saber porqué— ¿Qué me dices de ti? Dijiste que te estabas deprimiendo aquí y haces chistes pero sin estar feliz realmente.

—¿Por qué piensas eso?

—Yo también soy observador; tus ojos están rojos y me imagino que algo muy malo te debe haber pasado —respondió y el otro terminó de masticar su penúltima chimichanga.

—A veces queremos ser otra persona pero no sin querer cambiar realmente, perdiendo a las personas que queremos en el proceso.

Silencio otra vez, ambos pensaban como sus palabras se parecían mucho de alguna manera, también se preguntaban porque estaban contándole este tipo de cosas a prácticamente un extraño.

En eso, el mercenario recibió un mensaje, lo leyó mientras se levantaba y cuando terminó de leer se giró hacia el contrario.

—Me agradas Arañita —se sacudió la nieve de su ropa—, pero ahora me tengo que ir a matar más personas.

—No me llamo Arañita, soy Spider-man y debería arrestarte.

—Me encanta estar esposado pero no hablemos de eso antes de la primera cita —antes de que el otro se quejara, el mercenario sacó su última chimichanga y extendió su mano para dársela al contrario—, no creo que me la vaya a comer así que la puedes tener tú.

El superhéroe extendió su mano para tomar la chimichanga haciendo que sus dedos rozaran suavemente haciéndolos sentir algo así como si les hubieran dado una pequeña descarga de electricidad; ambos ignoraron completamente el hecho. Spider-man se levantó también y se puso su máscara.

—Feliz navidad —dijeron ambos al unísono.

Se despidieron con un movimiento de cabeza, yendo en diferentes direcciones, pensando que nunca más se volverían a ver de esta forma, olvidando el detalle de que Wade le había dado su tarjeta a Peter.

Eso no aseguraba nada, pero la ventana estaba abierta, una nueva posibilidad se había establecido; las cosas podrían ser iguales a como las conocemos o tal vez no, ya que las posibilidades son infinitas. Lo único que sabemos con certeza, es que un solo suceso puede desencadenar una gran historia.

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GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS 💖💖💖. No puedo creer que sean 100 capítulos (Porque las notas cuentas ¿Okay? 😅) de esta historia que inició siendo un pequeño proyecto; no pensé que recibiría tanto apoyo y cariño, es casi casi como un hermoso sueño que no sabía que tenía; me hace feliz que les guste mis historias y si con ellas logro que les dé también algo de felicidad siento que ya gané en la vida. Las quiero mucho 💗

Eso es todo por ahora, nos leemos en la próxima 😉