Un juego ruso
Los seis estan parados alrededor de una mesa redonda, la cual tiene frente a cada uno, unos paños que cubren algo.
El anfitrion se ubica detras de Rodrigo. — A los dieciocho años Whatkill veia la vida como un revolver con una sola bala, vivia en la incertidumbre de saber si lo que hacia era correcto, si acaso perjudicaria a alguien o solo le heriria él. Retiren el trapo frente a ustedes.
Cada uno tiene un revolver al frente.
Lan levanta la cabeza y mira el techo de la bodega. — Genial, ahora resulta que jugaremos a la ruleta rusa.
— Tomen sus pistolas. — Ordena el anfitrion.
Todos toman las armas.
— Presten atencion, cada ronda pueden escogee disparar a su compañero de la derecha o izquierda o a ustedes mismos, pero en la siguiente ronda no pueden repetir la misma opcion. En caso de haber apuntado a un compañero, deberan apuntarse por obligacion.
Alejandro coloca el arma debajo de su barbilla. — Reglas simples y claras. — Dice mientras presiona el gatillo, pero nada sucedio.
Ahora es el turno de Lan, cierra sus ojos mientras coloca el revolver en su sien. — Sera rapido e indoloro. — Se dice a si mismo mientras apreta.
Al ver que Lan tuvo exito Rodrigo le coloca la pistola en la frente. — Lo lamento, tengo planeado llegar al final de esto.
Lan se queda quieto ni siquiera se le siente respirar. Al ver que la bala no sale, toma una gran bocanada de aire.
Noelia coloca la pistola en la nuca de Rodrigo. — En el fondo eres un cobarde. — Tras decir esas palabras presiona el gatillo pero tampoco se dispara la bala.
Sara se coloca la pistola en la garganta, tampoco es la victima, en la proxima ronda debera escoger a quien disparar, si es que nadie muere antes.
Karen mira su revolver, lo apreta con fuerza y bruscamente lo coloca en la cabeza de Sara. — Lo lamento, no quiero morir y Alejandro es el favorito en este juego, solo me quedas tu. — No hay rastro de bala.
— Empezamos la ronda nuevamente. — Recuerda el anfitrion.
El joven tiene a Lan y Karen a su lado, no esta seguro sobre a quien quiere disparar.
Lan se le acerca y coloca la pistola en su propia cabeza.
— ¿Que... Que estas haciendo?
— Solucionandote un problema, adelante, apreta el gatillo.
Al presionar el gatillo los dos cierran los ojos por temor al resultado, para alivio de ambos, nada paso.
Lan se da media vuelta, se aproxima a Rodrigo, quien lo mira de modo desafiante. — No voy a morir estando tan cerca de la orilla.
El se ubica debajo de su barbilla. — Nada esta asegurado en este juego.
Al presionar, Rodrigo se salva de haber sido asesinado.
Este empieza a sonreir de modo engreido. — Te lo dije, estoy demasiado cerca de la orilla como para ahogarme.
Se coloca el arma al interior de su boca.
Todos lo miran extrañados.
— Les mostrare mi suerte, tropa de perdedores. — Se burla mientras tiene el cañon del arma en su boca.
Todos escuchan el sonido del arma, observan como la cabeza retrocede de un modo brusco a causa de la fuerza del impacto.
La suerte de Rodrigo se acabo.
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