Su celular en el bolsillo esta vibrando, a estas alturas no necesita ver quien es ni que le intentara decir. Comprender muy bien que si llega a decir una palabra al respecto estará muerto y si él no muere, alguien mas lo hará. — No se que significa ese nombre, aunque lo he leído en Internet ¿A que se debe la pregunta? 

  — Sucede que llevo un buen tiempo buscando a esa persona, pero las dos veces que lo he arrestado, encontré que las muertes misteriosas siguieron ocurriendo.

  — ¿No podría haber mas de un Whatkill?  — Alejandro noto que esta es una oportunidad para conocer mas de la persona detrás de todo esto.

  — Eso he pensado, pero en ese caso solo actúan uno a la vez, ya que en los años que llevo investigando, jamas he visto a mas de uno trabajar. Ademas esos sucesos solo ocurren en esta ciudad, no pareciera que planea expandirse.

  — Disculpe mi intrusión pero... ¿ Como llego a involucrarse tanto en todo esto?  

  El hombre apoya los codos en sus rodillas, junta sus manos y las aprieta con fuerza. — Por que parte de esto es mi responsabilidad.

Alejandro se queda sin palabras al escuchar eso.

Antes de que pueda decir algo, el policía empieza a explicar.  — Whatkill y yo eramos hermanos, mejor dicho el primer Whatkill y yo eramos hermanos, si somos específicos soy dos años menor, todo paso tan lentamente que nadie se dio cuenta, aunque si el cambio hubiese sido rapido, tampoco lo hubiesen notado, debido a que toda la atención se proyecto en mi.

 En la mente de Alejandro todo se volvió un caos ¿el hermano menor de Whatkill? —¿Por que toda la atención estaba en usted?  

  — Nuestra familia es poseedora de una gran riqueza, reflejada en grandes empresas, negocios internacionales e incluso marcas deportivas conocidas a nivel mundial, de modo que tienen un estándar de perfección muy estricto, de modo que cuando mi hermano nació se tenían grandes expectativas en el heredero. Pero a la edad de cuatro años ese niño cayo del pedestal sobre el cual lo estaban elevando.

— ¿Pedestal?

— Un enemigo de la familia secuestro a mi hermano, mi familia invirtió en detectives privados, dio donativos a la policía para que pudiesen encontrar al secuestrador con la mejor tecnología.

El joven escucha con total atención cada palabra.  — ¿Lo encontraron?

 — Lo encontraron, pero no como esperaban, en una de las compañías que mi padre mando a cerrar después de haber comprado, hallaron al niño de cuatro amarrado a una silla, con una mascara de gas en su rostro y un cartel en su cuello "Uno menos, falta uno"

 —  ¿Que tiene que ver eso con el que la familia se halla olvidado de tu hermano y que les halla "fallado"

El hombre trago saliva, a pesar de que han pasado años sigue siendo duro para él contar esto, pero sabe que es el único modo de que la gente coopere para atrapar a este criminal.  — Cuando sacaron la mascara de gas, vieron que la mitad de su rostro se hallaba paralizado. Al ser atendido por un medico se llego a la conclusión de que alguien había provocado en el pequeño una embolia cerebral.