No se alejen
Todos se alejaron de ella, mientras que Sara se queda espantada mirando al hombre de la túnica roja. — No... No puedo participar, mi... Mi pierna... Esta herida, voy a perder.
— Eres una victima de las circunstancias. — Contesta el anfitrión. — No podemos intervenir en los juegos del amo.
Nadie sabe que hacer. — No podemos dejarla morir de este modo. — Reclama Lan a sus compañeros.
— ¿No podemos? — Cuestiona Reed — ¡Claro que podemos! Es supervivencia, si no muere ella alguien debe morir por el resto de nosotros y ¿quien sera ese salvador? ¿Tu? — señala a Lan. — Luego apunta a Rodrigo. — O acaso ¿tu seras el héroe?.
El tiempo sigue avanzando, Sara intenta acercarse a Reed pero esto se aleja aun mas. — Por favor, no me dejen morir. — Cae de rodillas al suelo y empieza a llorar. — No quiero morir, no hoy, por favor, no hoy.
Alejandro cierra los ojos, no puede ver lo que esta pasando, se cuestiona si es correcto lo que están haciendo, tarde o temprano ella morirá, dejarla morir es hacerle un favor, no sufrirá mas de este horrible juego. Pero un pensamiento vino a su mente, tu no puedes decidir quien vive o quien muere.
— Te quedan tres minutos Sara. — Dice la mascara de cuervo que le lleva el tiempo.
Alejandro corre hacia Sara y toca su hombro. — No dejare que mueras sin la oportunidad de poder pelear.
Su bomba se activa, corre hacia Lan quien a causa del miedo retrocede lentamente. — Aléjate de mi ¡vete! no te acerques.
Antes de tocarlo lo esquiva para llegar a Reed y tumbarlo con una embestida, al estar encima de él, levanta su puño. — Esto es por acosar a Veronica. — El puño se clava en la mejilla, levanta nuevamente su puño. — Este es por no querer ayudar a Sara. — Tras darle los dos golpes se aleja lo mayor posible de este.
Reed se levanta. — Esto no se quedara así. — Corre hacia Veronica. — Debiste haberme escogido como amigo no como enemigo.
Ella empieza a huir. — Eres un cerdo. — Cuando se voltea se da cuenta que ya no es perseguida.
Engaño a todos para poder acercarse a Sara, mas que tocarla la empuja para que pierda tiempo levantándose. Aunque no fue necesario, Lan toca la cabeza de la caída muchacha mientras Rodrigo embiste a Reed, Lan corre hacia el cobarde que empujo a Sara, Veronica ayuda a sostenerlo después de que Rodrigo lo levanto.
— ¡Vete al diablo cobarde! — Lan empieza a golpearle el rostro mientras los otros dos lo sostienen. — Ella no tiene nada que ver en esto, esta indefensa ¡déjala en paz!
Los otros miran como el rostro del muchacho se desfigura con cada golpe, los hechos convirtieron a esa persona en el chivo expiatorio, a juicio de ellos se volvió en la persona menos buena.
Lo mas probable es que ya no este consciente, pero no puede dejar de golpearlo, todo el estrés e impotencia están siendo liberados en esos puñetazos. Los que lo estaban sujetando sintieron que ya fue suficiente. Al soltarlo el cuerpo cayo como un saco de plomo al suelo. Todos se alejaron, se sentaron a ver como el tiempo pasa, cada uno le da la espalda al cuerpo tirado.
— Un minuto. — Dice el que lleva el tiempo de Reed.
Ya no hay vuelta atrás, todos lo saben, todos saben que alguien debe morir no pueden cambiar eso. Algunos rostros se llenan de pesar con el paso de cada segundo otros de ansiedad solo quieren que explote para irse de allí, algo que todos tienen en común es que solo miran la salida, ninguno quiere ver como sus piernas van a volar en pedazos.
La hora llega y se escucha la explosión, sientan que algo cae, algunos empiezan a derramar lagrimas, acaban de asesinar a una persona, a diferencia de la vez anterior, ellos han escogido la victima.
El anfitrión aplaude. — Que juego mas interesante, no esperábamos que se desarrollara de esta forma, de modo que ya tenemos un perdedor, pero aun no tenemos un ganador. — Saca una pistola. — El ganador sera quien este dispuesto a disparar en la cabeza del perdedor.
Todos se quedaron congelados ante la condición para acabar el juego.
El de tunica roja quita el seguro del arma. — No podemos irnos sin un ganador, entonces ¿quien es el voluntario?
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