Me sentía mejor.

Hablar con Hobi de alguna forma me ayudó. No sé cómo pero me siento un poco más aliviada. Al parecer ahora estaba en la hora de salida de la universidad. Estaba caminando y mirando a mi alrededor con mis mano derecha aferrada a la correa de mi bolso, cuando de repente, una chica manchó mi camisa con batido de; al parecer, arándanos.

—Lo siento, estúpida. —aquello no me lo esperaba pero respondí casi automático.

—Gracias por disculparte... torpe. —le devolví. La vi acercarse amenazante con sus dos amigas detrás, pero no iba a moverme. No podía permitir que me golpearan ya que se acercaban con esas intenciones—. ¿Qué harás? —hablé solo para ella, las otras dos no me importaban—. ¿Me golpearás? —inquiri divertida—. Sí, ya qué. —levanté la mirada del suelo para enfrentarla—. Eso es lo único que sabes hacer.

Ella se detuvo a unos cuantos pasos lejos de mí, la observé reír pero realmente estaba furiosa y eso me divertía a mi.

—Mira estúpida no te responderé esta vez ya que estoy muy apresurada... —hizo una pausa—. Pero ya verás mañana.

—Ok —hice una pausa sabiendo que mañana era sábado, la miré otra vez divertida—. Te espero el lunes perra torpe.

La oí gruñir. Sonreí, realmente era una perra. Sin darle más de mi tiempo retrocedí de vuelta a la universidad, directamente al baño. Debía quitarme esta humedad y pegajosidad.  

Me cambié de ropa y con una servilleta húmeda me limpié la piel pegajosa. Una vez lista, con mi ropa ancha una vez seca y limpia puesta sonreí para mi misma y me fui rumbo a mi casita.

Había llegado hace unos días (dos, para ser exactos) y me gustaba mi familia, pero era sola aquí. Esas chicas me molestaban pero se sorprendieron de que les respondiera cuando trataron de humillarme (al parecer, una vez más) en frente de todos. Seguro que la chica era una sumisa, pero yo no me dejaría amedrentar por ninguna perra necesitada. Le escribí un par de notas a Su, esa era mi nueva identidad: Lee SuYon.

Mientras pasaba por el salón de notación vi algo que no me gustó ver: había alguien voca abajo sobre el agua. Corrí y mientras lo hacia solté mi bolso y me tiré al agua, donde descubrí que no sé nadar ni una mierda. Y mientras me ahogaba y pataleaba por mi vida una fuerza en mi cintura me elevó y pude respirar tranquila.

Me aferré a esa fuerza como si fuera un koala que abrazaba un árbol. Temblé, hacía frío. Seguro ya estaba muerta. Otra vez.

Cuando sentí otra mano unirse a la de mi cintura abrí mis ojos lentamente y me separé despacio del cuello de "la fuerza" que me había salvado A MÍ de morir. Tenía labios muy rellenitos y ojos tan pequeños que podría jurar que si los entrecerraba no podría verme. Su cabello era castaño y estaba empapado. Me sonrió y confirmé mi suposición sobre sus ojos, solo se veía aquella fina línea que hacía pensar que los tenía cerrados.

—Hola linda Su. —saludó coqueto—. Sabía que estabas coladita por mi pero no sabía que a este punto.

—T-tu... n-no me g‐gustas —apretó su agarre en mi cintura, con una sonrisa pícara y alzando una ceja. Tragué y cambié el tema aún con mis manos sobre sus hombros—. ¿En qué pensabas?

—Tranquila no me iba a suicidar si eso pensabas. —me dejó en la orilla.

—¿Ah no? ¿Y qué fue lo que vi? —dije exprimiendo mi cabello y mi polo.

—Solo pensaba. —pronunció subiéndose al borde para sentarse a mí lado—. ¿Y tú? —lo miré y él ya me miraba—. ¿Que hacías?

—Solo pasaba, escuché el sonido del agua y al verte voca abajo creí lo peor... a si que corrí. —su mirada intensa me estaba poniendo de los nervios. Mis mejillas estaban muy calientes.

—Awww y aún sin saber nadar te tiraste para salvarme —concluyó él solo—. Eres tan tierna —apretó mi mejilla y se puso de pie.

—Oye! —me quejé levantándome igual—. Eso me dolió. Y dime, de verdad ¿Qué hacías?

—Ya te dije: estaba pensando. Estar dentro del agua me ayuda a pensar. Me gusta pensar dentro del agua, es buena energía para mí, hay silencio, tranquilidad —cerró sus ojos.

—Oye y... amm... ¿podrías...?

—¿Besarte? Con gusto —se acercó y yo coloqué mi mano para que no se acercara más.

—¿Qué!? ¡No! Baboso —pronuncié asustada—. Solo te preguntaba si querrías enseñarme a pensar de esta forma tuya —alzó una ceja y se cruzó de brazos—, es que en verdad necesito pensar sobre muchas cosas.

Y no mentía, últimamente había una voz que me decía: "debes pensar en todo lo sucedido" "recapacita sobre tus actos del pasado" "debes hacerlo antes de que sea demasiado tarde". Creo que todo lo que me pasa conociendo a estos chicos es necesario, juro que por más que intento entender no lo hago y eso me vuelve loca.

—Sobre mi por ejemplo... —dijo aquello como si fuese real que debía pensar en él. Pff.

—¿¡Qué!? ¡¡No!! Haaag! olvídalo me voy. —cogí mi bolso, ya comenzaba a sentir frío.

—En mi casa mañana a las nueve. —fue lo último que escuché.

Salí corriendo luego de agarrar mi mochila.

.....

Estaba en mi habitación pensando. ¿Qué más tengo que aguantar? Quiero respuestas, necesito a alguien que me diga algo de lo que está pasando. Y entonces como si el universo me escuchara una luz apareció, pero no podía irme, aún no he terminado aquí entonces cuando creí que me iría de ese lugar para aparecer en otro, de esa luz aparecieron visiones.

—¿Pero qué...? —inquirí confundida.

—HaNeul , has superado todas nuestras pruebas. Ahora solo debes pensar. Piensa con claridad, pronto volveré a ti y te diré lo que enfrentarás luego de lo próximo que vendrá.

—Wow que lindo acertijo —dije sarcástica—. ¿Pero sabe? No soy buena ni en matemáticas. Sea más clara... luz —bromee.

—Eres inteligente, lo entenderás por tu cuenta.

Y de repente comenzó a sonar una cosa, abrí mis ojos y miré a mi lado resultando que era una alarma. ¿A quién se le ocurre colocar una alarma ¡hoy sábado!? Miré al frente de nuevo y ya la luz no estaba sino que ahora estaba la luz del día.... esperen.... miré la alarma.... 8:31am.... esa alarma es para ir a casa de ese ¡chico! Es cierto yo la coloqué ayer. Me levanté de la cama y entré al baño, me duché para luego vestirme, después bajé a desayunar y salí de casa.

Por alguna razón llegué a ese lugar, no sé cómo supe la dirección pero bueno, aquí estaba. Me acerqué y toqué el botón del timbre para que segundos después apareciera un chico detrás de la puerta. Tenía el cabello castaño claro, estaba serio pero tenía cara de bebé, se hizo a un lado y pude entrar. Me quite los zapatos y esperé a que él pasara primero y así fue, él sin decir nada me guió hasta que apareció una cabellera rubia deteniendo nuestro andar.

—Hola —saludó el chico de ayer—. Bienvenida preciosa. —me invitó a que pasara hasta el living y así lo hice. Al llegar al salón habían muchas miradas sobre mi y eso me puso de los nerviosa. Y lo que más me sorprendió fueron todas las caras que identifiqué.

—Ho-hola a todos. —pronuncié nerviosa y levanté la mano saludando para bajarla rápidamente y jugar con ambas.

—No seas tímida —llego el chico junto a mi y con total confianza pasó su brazo por la parte trasera de mi cuello y sobre mis hombros—. Aquí no te vamos a molestar. —o sea que, ¿ellos molestan a la chica esta? Vaya mundo de niñatos adolescentes—. Ven siéntate —me invitó a sentarme junto a él—. Te los presentaré mira: él es Kim SeokJin, el mayor de nosotros; él, es Kim NamJoon, nuestro líder; él es Min YoonGi, el que más duerme; Jung HoSeok nuestro bailarín, es el hermoso, tierno, agradable y el esperanzo del grupo —no pude evitar sonreír por aquellos recuerdos—. Luego estoy yo, ya me conociste ayer, soy Park JiMin, el más sexy de aquí —se adulo el solito—. Luego él, Kim TaeHyung el más "raro" y el pequeño kookye, es un encantito... —escuché un gruñido y dijé mi vista en el último chico, la verdad es que los dos últimos jamás los había visto—. ¿Qué Kooko? No te enojes, sabes que eres un galletito muy tierno.

—Déjame en paz idiota. —gruñó con enfado.

—Bueno no peleen—intervino el mayor.

—Pero–

—Ya para Park. —gruñó Nam.

—Ok —dijo JiMin enojado de repente—. Vamos linda Su, te prometí algo. —le dio una mirada a todos, sostuvo mi mano y me haló. Yo quería hablar con ellos, saber más, pero algo que llamó mi atención fue que ellos comenzaron a hablar mientras el menor de todos se quedó mirando a mi dirección, me veía de una forma que no pude descifrar—. Bien es aquí. —llegamos a una puerta, la abrió y entramos. Señaló sobre la cama—. Ahí hay ropa mía para que la uses mientras te ahogas en tus pensamientos —rió—. La bañera está llena de agua —dijo—, ya lo había preparado todo, hay toallas limpias en el estante del baño has lo que quieras. —soltó mi mano y se limpió el sudor de estas de su pantalón—. Mientras, estaré abajo charlando con los chicos. —se iba pero sostuve su brazo.

—JiMin —me miró—. No sé si deba. —dudé. Se puso frente a mi y colocó sus manos en mis brazos, se puso a mi altura buscando mi mirada y sonrió cuando lo miré.

—Tranquila no pasa nada, mi casa es tu casa ¿vale? —asentí—. Ahora bajaré, has lo que gustes. Y si quieres algo solo grita mi nombre y subiré en seguida. —asentí, el también asintió, dejó un beso en mi frente y se fue corriendo.

—Yo... quiero hablar con alguien sobre... todo esto ....

—No puedes —dijo una voz de tras de mi, me volteé rápidamente y vi la luz blanca otra vez

—¿¡Por qué no!? ¿¡Por qué no puedo desatar este nudo en mi garganta ¡ah!? Estoy mal, los chicos allá abajo... todos ellos... ¿son mi prueba?

—Debes averiguarlo... —señaló al baño. Miré en esa dirección y luego al frente, frunci el seño llena de valor por descubrir lo que estaba pasando

—Muy bien.

°•♡•°

HOLAAAAAAA.
Volví.

Se que van a decir, pero Sandy...
O quizás no dirán nada pero bueno.

Aquí está, un nuevo capítulo.
Si actualizo el seis,
los próximos vendrán más seguido,
así que
estén pendientes.
🙈💜

Tengo 11 días de actualizaciones rápidas, porque es Septiembre 😔💅
En fin.
Decirles quiero que soy ganadora en un concurso, (en Multimedia está el diploma) se llama: Mini Concursos