No sé que es esto que siento pero no cambia mi opinión.

Mi Alma lloró al darme cuenta de los errores que cometí, pero... es que soy tan infeliz. Me hace falta amor. A una niña pequeña le hacía falta afecto maternal o paternal pero nunca lo tuve... y es muy difícil cambiar de parecer de un día para otro después de ser maltratada durante diez años.

Me dormi y salí de aquel cuerpo, fui lejos de ahí. Mi alma vagaba sola por las calles y no tenía miedo pues nadie podía verme ni escucharme. Estaba cerca del acantilado sentada pensando cuando de repente escuché sonidos y me asusté. Me acerqué para ver qué pasaba y vi a un chico: estaba llorando sin parar.

Miró al cielo y luego cubrió su rostro entre sus rodillas. Entonces sacó unos frascos de medicamentos y una botella de agua... corrí lo más rápido que pude al cuerpo de aquella chica que había dejado tirada en un baño público, al llegar había un montón de gente a su alrededor cuando entré a su cuerpo todos se asustaron y salí corriendo.

Al llegar él estaba tirado en el suelo, lo abracé por el estómago y lo apreté muy fuerte y varias veces. al ver que no funcionaba introduje mi dedo en su boca hasta la garganta y al fin lo hice vomitar.

—Al fin... creí que te había perdido . Me asusté... —dije mientras me recostaba en el césped y lo escuchaba vomitar.

—¡¿Estás loca?! ¿Quién eres?

—Hola lindo. Mi nombre es Yu SongMi pero puedes decirme "Mi salvadora" —extendí mi mano formal pero él se suso de pie para irse—. Oye... ¿a dónde vas?

—Lejos de "Mi salvadora" —imitó mi voz.

—Oye... así no es mi voz. —lo seguí durante un rato—. Amm lindo ¿me podrías decir tu nombre? —se detuvo y me miró luego de poner sus ojos en blanco.

—Soy "el salvado" para tí. —y siguió su camino.

—¿Y que tal si te digo: "My Hope"? —se detuvo y me miró—. ¿Qué? ¿Qué pasa? ¿No te gusta? Entonces te diré...

—HoSeok... soy Jung Ho-Seok... y puedes decirme J-Hope...

—¿Hope? —dije para mi y luego lo miré—. ¿Hope? O sea... ¿acerté? Vaya!

—No sé si me conoces, pero yo a ti no. Y por favor, no vuelvas a hacer... lo que sea que hayas hecho.

—Lo siento ¿si? Hope ¿te... gustaría que hablemos? No sé cuál es tu razón pero yo también lo intenté. ¿Podemos hablar? Quiero escucharte.

—Yo no quiero hablar. —declaró bajando la mirada.

—No guardes eso que sientes... —salió una lágrima—. No voy a decir que sé lo que sientes, pero me siento muy mal por ti.

—¿Por qué? ¿Por qué sientes lástima? No me hubieras "salvado" como dices. ¡No me hacía falta! ¡Quiero morir!

—¡Yo también! —grité haciéndolo exaltar—. Pero ahora mírame! Estoy en no sé donde, hablando contigo!! Tratando de convencerte de que no es la mejor forma de solucionar los problemas ¡¿abes?! Nunca tuve a alguien a mi lado cuando lo intenté la primera vez —dije más bajito—. Yo no tuve a alguien que me abrazara y me dijera, "Estoy aquí, no te preocupes, jamás soltaré tu mano, te salvaré, tranquila estoy contigo". Nunca nadie me lo dijo!. "La muerte no es la mejor solución a los problemas tranquila, buscaremos otra solución", yo no tuve a nadie que me lo dijera! A diferencia de ti. Y hoy yo estoy aquí para ayudarte aunque en este momento no quieras, y si quieres morir ahí —señalé—, hay una larga caída de cuatro o seis metros podemos saltar ahora, podemos ser libres ahora ¿qué te parece? —sonreír—. Pero, en este mundo quizás sí tenga familia, y el padre que nunca tuve —me acerqué al borde—. Quizás en este mundo mi mamá si me quiera, pero yo sufrí mucho en mi mundo y ahora quiero que en este mundo sufran ellos... —dije al punto de saltar, pero tomaron mi mano y luego sentí como me abrazaron. Era él y estaba llorando.

—¿Qué crees que haces? —dijo bajo mientras lloraba—. Tienes razón no tiene sentido morir, quédate conmigo. —colocó su mano en mi cabeza y me abrazó con más fuerza.

—Por favor déjame hacerlo... quiero librar mi Alma ya de este sufrimiento. J-hope ya mi esperanza no existe, nunca existió. Déjame irme. —lloré más.

Quiero morir. Quiero desaparecer.

—¡No! Tu esperanza soy yo como mismo tú te acabas de volver la mía. —hablo duro y serio—. No te dejaré... y por favor, tú no me dejes.

Me abrazó y sentí como mi cuerpo se relajaba por completo hasta que ya no sentí nada más, me había desmayado.

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