Nayeon asistía a una escuela donde el solo nombre de Mina significaba problemas. Algo prohibido.

La gente tenía miedo. Pánico ante esa presencia. Porque Mina podía aplastarte. Mina podía terminar contigo si te ponías en su camino.

Nayeon se puso ahí.

En las primeras dos semanas en su nueva escuela ella se hizo amiga rápidamente de Jihyo y Tzuyu. Dicen que los grupos de tres no siempre funcionan, mas para ellas resultó perfecto. Jihyo hablaba mucho y Tzuyu era tímida. Nayeon compartía un poco su personalidad con ambas, comprendiendo muy fácil como tratar con las dos.

Pero algo que no esperaba sucedió.

──Creo que hoy ya-sabes-quien volverá── comentó Jihyo a Tuzyu, quien pareció temblar ──. La habían suspendido dos semanas, ¿verdad?

──Sí, tienes razón.

Nayeon notó sus susurros y las miró. Jihyo sostenía la mano de su amiga Tzuyu, quién estaba... en otro mundo que no era ese.

──¿De qué hablan?── se interesó Nayeon.

──Bueno, tú no lo sabes así que es mejor prepararte para-

El sonido de una motocicleta alertó a todos los estudiantes reunidos en la entrada de la escuela. Jihyo no pudo terminar su oración. Pronto la gente empezó a moverse, el ambiente era tenso y eso alertó a Nayeon.

──¿Qué suced-

Otra que no pudo terminar de hablar. Miró hacia atrás, encontrando a una chica bajar de su motocicleta. Usaba casco, así que Nayeon no sabía quién era. Mas al ver su uniforme ella frunció las cejas. En lugar de la falda, la extraña usaba el pantalón de los chicos unas tallas más grandes que la suya, la corbata mal puesta y el saco sin abrochar. Tampoco usaba los zapatos negros, sino unas simples Jordan blancas.

Nayeon se quedó paralizada cuando la chica se quitó el casco rojo.

Tenía el cabello teñido, era negro con mechas rubias. Usaba ligeramente un poco de maquillaje, un piercing en el labio y ojos oscuros que no se molestaron en devolver ninguna mirada.

──Mina.

──¿Ah?── preguntó Nayeon sin entender qué había dicho Tzuyu, su voz normalmente es baja, así que la coreana mayor estaba acostumbrada.

──Ella es Mina── aclaró Jihyo ──. Estuvo suspendida dos semanas por incendiar el auto del profesor de matemáticas después de que fallara su examen. La hubieran echado, pero su familia es influyente en la economía escolar, así que no pueden perderla.

Cuando volvió a verla por simple curiosidad, Mina estaba apoyada sobre la motocicleta roja. La chica buscó algo en sus bolsillos y sacó de estos un encendedor y un paquete de cigarrillos. Se llevó el cigarro a la boca y estaba por encenderlo hasta que siente como se lo quitan de los labios.

Jihyo y Tuzyu parpadean por un momento. ¿Cómo llegó Nayeon hasta Mina tan rápido? ¡¿Qué demonios hace enfrentándola?!

Mina arruga su frente ante el arrebato descarado.

──¿Y tú quién eres?── dice Mina.

──¿Tú quién eres?── hizo énfasis en el "tú" mientras la señalaba con el cigarro.

──No me respondas con preguntas.

──Cállate.

Ni las moscas querían hacer ruido. Todo el patio delantero del instituto estaba en silencio, atento ante esa discusión comenzando. Jihyo se pensaba si sería bueno interrumpir y Tzuyu se despedía mentalmente de su amiga, había sido bueno conocerla.

Mina se inclinó para adelante, quedando a la altura del rostro de Nayeon.

──No eres nadie, bonita, no puedes decirme qué hacer a mí.

Nayeon soltó una risa nasal. No esperó ninguna otra palabra de Mina.

──No cumples el código de vestimenta, tu cabello no puede estar suelto y teñido, tampoco están permitidas las perforaciones faciales y lo más importante── tiró el cigarrillo al suelo y usó su pie para pisotearlo ──, no se puede fumar ── sonrió como angelito ──. ¿Ves? Puedo decírtelo.

Mina asintió sonriendo. Se inclinó de nuevo hacia atrás, y aseguró bien su motocicleta. Agarró su mochila y comenzó a caminar con las manos en los bolsillos de su pantalón mientras tanto. Nayeon sólo la observó.

──Me gustan los retos, bonita, así que será divertido.

Desde entonces, Nayeon se había convertido en una molesta piedra en el camino de Mina.