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Chapter VIII: Desire (Part I)

—Hey…

Momo sintió que era levemente sacudida, y llamada entre sus sueños.

—Momo —Escuchó una voz susurrante y poco a poco comenzó a despertar—. ¡Por Dios! Despierta…

Con dificultad abrió los ojos para encontrar a Chaeyoung, su compañera de dormitorio, con algunos libros en mano y una gran mochila colgando de su hombro.

—¿Qué?

—Lamento despertarte —habló bajito—. Solo quería decirte que no llegaré a dormir esta noche —Anunció con una sonrisa pícara—, así quizá Dahyun y tú puedan terminar lo que interrumpí anoche.

Momo no soportó la vergüenza y aún sin haber despertado totalmente, se cubrió el rostro con las mantas de su cama, escuchando inmediatamente una risita por parte de la rubia seguida del ruido de la puerta abriéndose y cerrándose.

Con pesadez suspiró y después de unos segundos descubrió su rostro para mirar el techo y luego a Dahyun, quién dormía plácidamente a su lado. Gracias a Chaeyoung, la vergüenza de la noche anterior volvió a su memoria.

Flashback

Después de pagar la cuenta, Dahyun y Momo se dirigieron al dormitorio de la última con una tensión palpitante entre ellas, en silencio. Al llegar, tan solo bastó para que Dahyun cerrara la puerta y Momo se lanzara a ella y la acorralara contra la pared para besarla con desesperación.

Aún con la excitación presente por el momento vivido, la coreana respondió con la misma intensidad e incluso más, ya que mientras sus labios estaban juntos, Dahyun abrazó con su pierna la cintura de la contraria para acercarla mucho más, cosa que fue aprovechada por ella, ya que de forma inmediata, sintió una de sus manos acariciar su pierna por debajo de su falda.

Minutos después, en medio de la excitación y motivada por el deseo, Momo abrió a la fuerza la camisa de Dahyun, tirando algunos botones en el intento para seguidamente acercarse a besar su cuello, pero el sonido de la puerta abriéndose las hizo separarse inmediatamente, por lo que pudieron ver a Chaeyoung entrando y sonrojarse de inmediato, pues gracias a que Momo había botado algunos botones, el sostén negro de Dahyun estaba completamente a la vista.

Obviamente la pelinegra se cubrió con vergüenza y se movió con rapidez por el cuarto para tomar algo de ropa para después encerrarse en el baño. Momo miró a su compañera y sonrió intentando buscar una excusa, pero Chaeyoung simplemente se rió de su compañera.

Momo gimió de frustración al recordar todo ese momento, y ansío lo que hubiera podido pasar de no haber sido que Chaeyoung hubiera llegado de sorpresa. Estaba muy apenada, eso era verdad, pero se pasó gran parte de la noche pensando en los besos de Dahyun y el cómo la había acercado a ella.

El volverlo a repasar en su mente la hizo suspirar, y el hecho de que Dahyun estuviera justo a su lado, no mejoraba la situación.

Al voltear para mirarla, encontró una vista fascinante: tenía la camisa ligeramente alzada, dejando ver parte de su espalda baja y sus shorts cortos se pegaban cómo una segunda piel a sus glúteos.

El deseo que sintió en ese momento actuó por ella antes de que pudiera pensarlo, y se acercó para abrazar su cintura, juntando sus cuerpos totalmente. Al sentir el olor de Dahyun invadiendo su naríz, cerró los ojos, completamente deleitada, y aunque intentó contenerse, finalmente hizo a un lado su cabello para dejar su cuello descubierto y así acercarse a besarlo tan solo una vez, intentando drenar una mínima parte de su deseo, sin imaginar que Dahyun ya estaba ligeramente despierta, puesto que escuchó a Chaeyoung salió salir del dormitorio y además, suspiró a propósito, intentando alentarla.

No obstante, Momo se paralizó ante aquello pensando en la probabilidad de que la había despertado por accidente, por lo que decidió parar de inmediato —y así no quedar al descubierto—, y levantarse, sin embargo, cuando intentó soltar su agarre, Dahyun sostuvo sus brazos con fuerza, obligándola a mantener su abrazo e incluso, pegando aún más sus glúteos contra su pelvis, lo que le indicó que claramente ya estaba despierta y que no deseaba que se detuviera, pero para reafirmar, suspiró a propósito en su piel para mirar cómo de erizaba y escuchó claramente el cómo reprimía un jadeo.

Para darle una señal de que podía seguir, la coreana dirigió su mano a su muslo desnudo, incitandola a acariciarla, para después retirar la suya y suspirar audiblemente, fingiendo acomodarse mejor en la cama cómo si estuviera durmiendo. Aquello hizo sonreír levemente a Momo, y atrevidamente volvió a acercarse a su cuello, comenzando a dejarle besitos húmedos en esa zona, provocando ligeros y bajos jadeos de parte de la menor.

Orgullosa de provocarle agitación, continúo ahora lamiendo brevemente su piel en cada beso que daba. Al tomar suficiente valor, después de varios besos, mordió suavemente su hombro, que había descubierto segundos atrás, trayendo consigo un audible gemido de parte de Dahyun, quién incluso buscó su mano para sostenerse al sentir tanto placer, aunque fuera algo mínimo.

Ansiosa de brindarle más placer, la de flequillo buscó con sus labios su oreja mientras su mano subía con lentitud desde su muslo hasta su cintura, alzando su camiseta en el proceso, y Dahyun, quién estaba totalmente entregada a su toque, suspiró por esto y aunque deseó tomar su mano para dirigirla a su estómago, no lo hizo. Cómo siempre esperó a que Momo fuera quién tomara la iniciativa.

Y gracias a Dios, lo hizo, pero no cómo esperaba.

—Sé que estás despierta —Escuchó su voz susurrante e inmediatamente sintió cómo la volteaba con brusquedad para después colocarse encima suyo y así, poder besarla con intensidad.

Sorprendida, cerró los ojos inmediatamente cuando sintió sus labios y apenas pudo llevar sus manos a su cuello cuando Momo coló sus manos bajo ella para abrir sus piernas y así poder estar más cómoda. Dahyun jadeó, separando sus labios al hacerlo, pues sintió el roce de su pelvis contra la suya.

Incentivada por los sonidos que salían de la boca de la coreana, Momo alzó levemente pero solo para retirarle la camisa con desesperación, arrojarla y luego inclinarse para besar su pecho. Dahyun gimió, sintiendo la calidez de su saliva en su piel, pues de vez en cuando la lamía y elevó sus caderas en un intento de sentir algo en la zona dónde más necesitaba algún tipo de contacto. Momo, entendiendo esto, bajó una de sus manos y la colocó en la espalda baja de Dahyun, apretándola contra ella, aunque no se movió.

—¡Ah...! —Dahyun casi gritó, manteniendo los ojos cerrados, abrazando sus hombros e intentando mantenerla lo más cerca posible, y sin soportar mucho tiempo separada de sus labios, buscó sus mejillas para atraerla a un nuevo beso cargado de excitación.

Ambas, sin control, pelearon con sus bocas por el control de la situación, y cuándo Dahyun lo tomó —siendo por primera vez que tomaba la iniciativa —, abrazó a Momo para rodar en la cama y quedar encima suyo, y mientras colaba ambas manos por debajo de la camisa de la japonesa para sentir la piel de su estómago, se inclinó para tentarla con un beso lento.

Primero, metió un poco la lengua entre sus labios para luego besarlos cortamente, repitiendo aquel acto en varias ocasiones, pero Momo, quién estaba encantada por las caricias en su piel, no siempre podía seguir el ritmo de su boca pues no podía evitar gemir sobre sus labios, y lo único que podía hacer, era apretar los muslos de su contraria, disfrutando de aquel contacto.

Cuándo Dahyun mordió suavemente su labio inferior, Momo soltó un gruñido hambriento, y dispuesta a terminar con los juegos, subió sus manos por su espalda, buscando el broche del sostén de la coreana, y cuándo logró deslizar su dedo medio debajo de él, una alarma resonó en toda la habitación, haciéndolas saltar por el susto de volver a ser interrumpidas. La menor separó sus labios, y llevó una mano a su boca al darse cuenta de la posición en la que estaban, ya que gracias a su deseo, se había dejado llevar y ni siquiera había meditado lo que estaban haciendo.

—Tenemos que ir a clase —Se excusó para darse cuenta que Momo miraba su pechos cubiertos completamente hipnotizada, por lo que palmeó su mejilla un par de veces rápidas para llamar su atención—. Mis ojos están más arriba.

—¡Sí! —gritó exaltada, cerrando los ojos con fuerza, procesando la vista que acababa de tener—. ¡Ya los ví!

Dahyun sonrió al notar su nerviosismo, pues incluso llevó sus manos a su rostro para cubrirlo con rapidez. La coreana le dejó un beso en el cuello y luego se levantó con rapidez y fingió para sí misma que no había hecho eso, pero fue inevitable ignorarlo gracias a que Momo ahogó un jadeo, quedándose totalmente quieta e intentando procesar lo que acababa de pasar.

—¡Tenemos que irnos! —gritó para no hablar de lo que acababa de pasar—. ¡Apresúrate!

Después de que Dahyun se diera una larga ducha fría, dónde se quitó los restos de su excitación, esperó pacientemente a Momo para que pudieran ir a clases. Frente a todo el mundo, cómo acostumbraban, la tomó de la mano y la llevó hasta la entrada de su facultad.

—Nos veremos más tarde… —se aseguró mientras juntaba sus caderas con las suyas y abrazaba su cintura—, ¿No?

—Para estudiar —aclaró Dahyun con una sonrisa, sin separarse—. Te veré en la biblioteca.

—¿A qué hora? —preguntó la mayor, conociendo la respuesta, simplemente deseando quedarse más tiempo con ella—. Creo que lo he olvidado.

—No te creo para nada —Sonrió Dahyun, abrazando inconscientemente su cuello, a lo que Momo acercó un poco más sus bocas—. Sabes bien la hora.

—¿Y si me recuerdas?

—¿Cómo podría? —respondió mirándola con intensidad.

—Tal vez… —susurró sobre sus labios—, si dejaras de pensar e hicieras caso a lo que realmente quieres, —explicó rozando sus comisuras, provocando un suspiro en la menor—, cómo está mañana —agregó—, te sería más fácil adivinar cómo —dijo con tono seductor, al cuál, Dahyun cayó.

Momo juntó sus labios, y la forma con la que Dahyun correspondió, de forma totalmente entregada, le hizo sentir un cosquilleo agradable en el vientre, pues pudo notar su ansia de volver a sentirla. Al menos no era la única.

Las manos de Dahyun acariciaron su nuca con suavidad y encanto, lo cuál estaba comenzando a hipnotizar a Momo, haciéndo sentir su piel sensible ante su toque, luego sus manos bajaron por su espalda hasta su cintura, haciéndole sentir un escalofrío demasiado agradable, por lo que incluso jadeó sobre sus labios, provocando que Dahyun sonriera en medio del beso, y para evitar que se separara, Momo llevó sus manos hasta su cuello para mantenerla cerca, y cuándo abrió la boca para que sus lenguas pudieran juntarse, una voz las interrumpió.

—Espero que este estudio de la cavidad oral y la anatomía les esté siendo de utilidad —Habló la señorita Kang con sarcasmo, asustandolas y provocando que se separan de inmediato, ambas con las mejillas rojas—, pero me temo que mis clases están por iniciar —Anunció comenzando a subir las escaleras de la entrada a la facultad—, y si la señorita Kim no está para cuando tome asistencia, no la dejaré pasar —Avisó dándose la vuelta, con una sonrisa—, y eso será —miró su reloj—, en menos de diez minutos.

—Lo siento, señorita Kang —Dahyun se disculpó por ambas—, nosotras solo…

—Nos estábamos despidiendo —Momo intentó excusar su comportamiento.

—Pues les sugiero que para las próximas “despedidas”, busquen un cuarto.

—Lo haremos —Momo respondió de inmediato, sin darse cuenta de lo que estaba diciendo, ganándose un puñetazo de Dahyun en el muslo y una mirada de reproche por la profesora—, quiero decir, no, no volverá a pasar.

—Gracias, espero no volver a ver estas despedidas tan sentimentales —Les sonrió a ambas—, señorita Kim, ¿Entramos?

Dahyun asintió de inmediato y cuando la señorita Kang se dió la vuelta, con prisa le dió un beso en la mejilla a Momo, sacándola del trance de su vergüenza para después alzar cinco de sus dedos, indicando la hora a la que debían verse con una sonrisa y luego correr tras de la profesora. Momo sonrió al verla huir y con el corazón latiendo a mil por la situación y por aquella verdadera despedida, se dió la vuelta para dirigirse a su facultad.

La coreana pasó la mayor parte de la clase con las mejillas rojas, pues de vez en cuando, la señorita Kang le daba miradas de reproche al notar su evidente desconcentro al recordar aquel beso compartido con Momo antes de entrar, que lo único que había logrado era calentarla más, y que su mente comenzara a vagar acerca de sus encuentros que nunca habían podido finalizar, lo que le generaba evidente frustración, pero sobre todo, ansias.

—¿Por qué estás tan sonrojada? —preguntó Jihyo a su lado, susurrando—. ¿Qué? ¿Acaso tú y Momo por fin tuvieron algo?

—Cállate, Jihyo —La obligó a guardar silencio, olvidando negar lo que suponía—, solo cállate.

—¿Tuvieron sexo por fin? —preguntó con emoción, sin darle tiempo de contestar—, tienes que contarme todo. ¿Cómo es? ¿Te dolió? —sonrió con picardía, decidiendo bromear sobre el asunto—, ¿Te metió un pene de plástico?

Aquello fue lo último que dijo, pues lo único que pudo escucharse en salón fue un audible y escandaloso “Auch”, que fue totalmente ignorado por la señorita Kang, mientras tanto, Momo, se encontraba en clase, aunque eso no significaba que realmente prestara atención, pues lo único que podía era pensar en Dahyun.

Su calentura estaba excediendo el límite que podía soportar, por lo que se la pasaba bebiendo agua fría y tratando de concentrarse para intentar calmar esa sensación incontrolable, pero lo único que podía imaginar era que volvía a romper la camisa de Dahyun y que por fin terminaba eso que había empezado sin ninguna interrupción. De repente, un mensaje la distrajo de sus pensamientos, cuando una notificación iluminó la pantalla de su teléfono.

Im Nayeon
Hola, nena. Hace tiempo que no coincidimos para… Tú sabes.
12.16 p.m.

¿Te gustaría salir hoy a cenar y nos perdemos durante la noche?
12.18 p.m.

Aquel mensaje le hizo rodar los ojos, pues claramente ni siquiera estaba pensando en Nayeon, pero el leerlo le dió una idea increíble que estaba dispuesta a no desperdiciar, por lo que abrió el chat de Dahyun con discreción, cuidando que la señorita Bae no la descubriera.

H. Momo
Entonces, a las cinco, para estudiar, ¿No?
12.19 p.m.

Kim Dahyun
Sí, a las cinco. Probablemente llegaré antes.
12.21 p.m.

H. Momo.
Ojalá sea así.
12.22 p.m.

Kim Dahyun.
¿Por qué?
12.22 p.m.

H. Momo.
Porque no puedo dejar de pensar en ti, Dahyunnie.
12.23 p.m.

Al leer el mensaje con cautela, Dahyun no pudo evitar sonreír, sintiendo un subidón de temperatura en todo su cuerpo, por lo que continúo aquel juego que Momo estaba empezando a jugar.

Kim Dahyun
Estoy segura de que ni siquiera puedes prestar atención.
12.26 p.m.

H. Momo.
Si lo dices es porque a ti también te pasa.
12.27 p.m.

Kim Dahyun
Tal vez.
12.28.

H. Momo.
¿Te es muy difícil admitirlo?
12.28 p.m.

Quién lo diría, la segura Kim Dahyun no sabe admitir que alguien le prende.
12.29 p.m.

Kim Dahyun.
No he dicho que no.
12.29 p.m.

Pero quizá por mensaje de texto no es la forma en la que quería decírtelo.
12.30 p.m.

Ahora tendrás que imaginarlo sola.
12.30 p.m.

H. Momo
Espera.
12.30 p.m.

Kim Dahyun.
Te veré a las cinco.
12.31 p.m.

El dejarla con las palabras en la boca le había hecho sentir a Momo más excitada que incluso Nayeon en una de sus mejores noches. Se sentía ansiosa por ver a Dahyun, y si no podía tocarla podría conformarse con simplemente oler su perfume o sentir su mirada sobre ella.

Con pesadez, las horas finalmente pasaron, y dieron las cuatro con treinta minutos y Momo ya se encontraba fuera de la biblioteca, aguardando desesperadamente por Dahyun, quién había pasado al baño antes de encontrarse con ella para refrescarse un poco, ya que realmente lo necesitaba, algo que no funcionó cómo ella deseaba.

Cómo siempre, se sentaron la una al lado de la otra, y la simple presencia de Momo la hacía sentir un asfixiante calor, por lo que tuvo que quitarse la chaqueta, quedando solamente en una camisa ajustada de tirantes negra, que dejaba ver también, los mismos tirantes del sostén que utilizaba, que era del mismo color, y al notarlo, Momo soltó un audible suspiro.

Dahyun estaba excitada, sí. Sentía su piel caliente y tenía que cruzar las piernas para calmar la sensación que sentía e incluso rogaba al cielo para que sus pezones no se marcaran en su camisa, pero sobre todo trataba de mantenerse centrada en lo que estaba haciendo, porque sabía que estudiar era importante para Momo.

Con el paso de los meses, Dahyun comprendió que una de las maneras en las que le era más fácil a Momo entender los temas, era leyendo para ella, por lo que en ese momento intentó con todas sus fuerzas concentrarse en ello, aunque era muy complicado ignorar su mirada deseosa y su sonrisa coqueta.

—¿Estás entendiendo?

Momo desvío su mirada de sus labios a sus ojos y asintió muy lentamente, incitando a Dahyun a continuar, disfrutando de sus nervios y su voz temblorosa en ocasiones, que lo único que le provocaba era unas inmensas ganas de besarla sobre aquella mesa dónde se encontraban. Al ser consciente de que le estaba siendo complicado a Dahyun leer en voz alta por primera vez, decidió hacérselo levemente más complicado.

—Creo… —fingió una mueca—, que no entendí bien eso último.

—¿Desde aquí? —Dahyun señaló una parte del texto, lo que Momo aprovechó, pues se acomodó mejor en la silla y se acercó para recargar su brazo derecho en el respaldo de la silla de Dahyun, juntando su pecho contra parte de su espalda, invadiendo su espacio personal, y luego tomó su mano y la deslizó suavemente hacia arriba, señalando una parte en el texto.

—Aquí —susurró en su oído para luego bajar su mano y colocarla sobre su muslo izquierdo—. Creo que si lo repites, podré entenderlo esta vez.

Dahyun asintió, y se aclaró la garganta suavemente para volver a leer en voz alta, aunque de forma más agitada pero con los deseos de no ser demasiado evidente, a lo que Momo comenzó a acariciar su muslo, de arriba hacia abajo, desconcentrandola. Al sentir esto, la coreana tuvo que tragar saliva pesadamente y hacer varias pausas, fingiendo anotar algunas cosas en su cuaderno, pero lo único que intentaba, era calmarse.

El bendecido momento en el que la lectura terminó, Dahyun agradeció a Dios puesto que estaba segura que no iba a aguantar tanta tensión por más tiempo.

—¿Esta vez entendiste? —preguntó sin mirarla—. De cualquier manera hice algunas notas, puedes llevarlas y si tienes dudas, en el dormitorio podríamos repasar.

—Llevaré tus notas —Anunció la pelinegra juntando los libros que tenían que dejar—, así podré adelantar mi proyecto mientras tú sales con Jihyo.

Dahyun asintió con una sonrisa, intentando no mirarla, pues sentía sus piernas flaquear de solo hacerlo, siento esto notado por su contraria. Apresuradamente, guardó su cuaderno en la mochila de Momo, para luego tomar su botella y beber de ella un gran trago de agua fría bajo la atenta mirada de la japonesa, quién segundos después colocó su mano en su barbilla para incitarla a que la mirara.

—Acompañame a acomodar los libros…


Hola, gente. Feliz navidad, aunque me imagino que leerán esto hasta mañana:'). De cualquier forma les deseo una excelente noche con su familia o, con sus mascotas. Cuéntenme, ¿Qué cenarán o qué cenaron? 👀

Espero que este capítulo les haya gustado, ATENCIÓN, se viene todo lo bueno:'). Y toca prepararse, porque estamos cerca del final 🫶

Nos vemos el día viernes, ya que como son dos partes de este capítulo, actualizo doble esta semanita, aunque con los finales no será así, juasjuasjuas, me gusta hacerloa sufrirs. Los quiero mucho, pasenla excelente.

–B. A. F.

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