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Chapter VI: Revenge

A la mañana siguiente, ninguna habló de lo ocurrido. Dahyun decidió no agobiarse pensando en eso, ya que si había sido una única vez, no había por qué tomarle demasiada importancia, y no quería poner incómoda a Momo.

La japonesa, al despertar, simplemente aceptó que lo había hecho por impulso, su cuerpo había sido el que la había dirigido. Probablemente el momento tan apaciguador la había motivado.

Estaba molesta con Nayeon, no quería verla, pero tenía el deseo de hacerle sufrir lo que ella le había hecho, y el beso que había tenido con Dahyun, le había dado una excelente idea.

En ese preciso momento, Momo se encontraba en los baños de su facultad y después de mandar un mensaje, comenzó a acomodarse el cabello y modelar para sí misma levemente, solo para comprobar que aquella ropa que se había colocado esa mañana, le luciera cómo ella deseaba.

Estaba usando una camisa negra de tirantes, que le llegaba un poco más arriba del estómago, junto con un pantalón de mezclilla claro tipo cargo. Su cabello estaba suelto y aprovechó ese momento para acomodar su flequillo. Se miró con atención, aceptando que realmente estaba linda. Generalmente procuraba arreglarse para impresionar a Nayeon, y aún así no lo notaba, pero está vez, era diferente.

—Ya no más —Se dijo a sí misma, mirándose fijamente—. Soy linda para mí.

Se sonrió con cariño, apreciando el valor de su ser. Apreciando su belleza individual. Y decidió, en ese momento, que no volvería a dejar que nadie se burlara de ella de la forma en que Nayeon lo había hecho. Era sensible, sí, pero estaba decidida a mostrar una faceta más confiada, más dura y decidida. Era lo único que le agradecía a su próxima ex-novia, que le había abierto los ojos y que estaba a punto de conocer a la mejor versión de sí misma.

Mientras se miraba al espejo, Dahyun entró alterada y agitada a aquel baño con un pantalón en mano, lo que la hizo sonreír de inmediato.

—¡Estoy aquí! —habló alto con una mano en el pecho, intentando recuperar el aliento. Con rapidez arrojó su mochila al suelo y seguidamente, se acercó a la pelinegra y con las dos manos sostuvo sus mejillas, analizandola—. ¡¿Estás bien?!

Al ver su preocupación, Momo no pudo evitar soltar una risita a causa de la ternura que le daba la coreana. De inmediato, Dahyun soltó sus mejillas y la miró con seriedad.

—¿Fue una broma?

—No sabía cómo sacarte de clase…

Dahyun abrió la boca, impresionada y luego negó con desaprobación, lo que provocó que la japonesa riera un poco más.

—O sea que, me dijiste que te habías ensuciando el pantalón con tu menstruación… —Hizo una pausa y se pasó las manos por el rostro con frustración—, ¿solo para sacarme de clase?

—Lo siento, Dahyunnie… —Se disculpó sinceramente mientras intentaba acercarse a ella con una sonrisa, pero la coreana la detuvo, fingiendo molestia—. Ni siquiera estoy en mi periodo, perdóname.

—¡Ya no voy a creerte nada!

Dahyun se volteó con intenciones de salir de ahí pero la mayor rápidamente la detuvo, abrazando su cintura por detrás.

—¡No me toques, Hirai! —Intentó zafarse, pero fue inútil, pues Momo era más fuerte que ella—. No puedo creer que me hayas hecho correr a mi casillero por un pantalón que probablemente ni siquiera te quede.

—¿Por qué no lo haría? —preguntó con duda la otra, recargando su barbilla en su hombro.

—Porque claramente tienes más trasero que yo —Explicó mientras desdoblaba aquel pantalón que sostenía para mostrárselo—. Eres una idiota —La insultó mientras se soltaba de su agarre—. Dime qué quieres, por algo me sacaste de clase, que por cierto —Miró su reloj mientras se daba la vuelta, intentando ignorar la sonrisita que su amiga mantenía—, acaba en diez minutos, por lo que ya la perdí.

—Dejemos de hablar de las clases…

—No —Dahyun habló seriamente—, no creas que olvidé que hoy tenemos tutorías.

—Yo también lo recuerdo.

—Entonces, ¿Qué quieres?

Al preguntar, pudo notar que el rostro de su amiga se iluminaba con una sonrisa que parecía traviesa, lo que confirmó cuando se acercó a ella y volvió a colocar sus manos alrededor de su cintura. De inmediato cruzó los brazos y la miró expectante. Sus rostros se mantenían cerca, cómo si Momo estuviera por contarle un secreto.

—Tengo un plan.

—¿Un plan?

—Sí —dijo con emoción, dándole un toque en la nariz para después afirmar—. Un plan.

—¿Y por qué siento que estoy involucrada?

—Porque lo estás, preciosa.

Dahyun alzó la ceja, confundida, pero las caricias de Momo en su cintura comenzaron a distraerla, por lo que rodó los ojos y la aventó levemente, pero la mayor no la soltó a pesar de esto.

—¿Vas a toquetearme o a decirme de qué se trata?

—Te involucra a ti, porque es un plan para vengarnos de nuestras ex novias.

—Estas comenzando a darme miedo —dijo negando, queriendo volver a soltarse, pero Momo no lo permitió e intentó mantener la atención que le estaba dando.

—Oye… —Le habló bajo y de cerca—, confía en mí.

—Lo hago —Dahyun confesó, moviendo ahora sus manos al pecho de su contaría—, pero, ¿Cómo vas a vengarte?

—Vengarnos, en plural —corrigió ella.

—¿Por qué supones que quiero vengarme?

—¿Por qué no querrías? —La miró divertida—. Recuerda que Nayeon me hizo mucho daño… —Fingió comenzar a llorar, a lo que Dahyun alzó la mano y empujó suavemente su rostro hacía un lado, siendo consciente de que estaba exagerando a propósito.

—¿Y qué tienes en mente?

Momo sonrió con emoción, pues al menos estaba dispuesta a escucharla, pero cuando abrió la boca para explicarle lo que tenía en mente, el timbre que anunciaba la siguiente clase resonó en toda la facultad, provocando que Dahyun se soltara por fin de su agarre.

—Sea lo que sea, tendrá que esperar. No pienso perder otra clase por tu culpa.

—¡¿Y el plan?!

—Te veré en la biblioteca, Momo —le dijo antes de darse la vuelta.

Momo suspiró de frustración y dió un par de pasos hacía atrás, recargándose en el lavamanos y observó a Dahyun, quién recogía su mochila del piso, segundos después, la miro girarse rápidamente y procedió a aventar el pantalón a su rostro, cosa que no pudo esquivar.

—Vuelve a sacarme de clase diciendo algo cómo eso y te juro que a la próxima, no traeré ningún pantalón. Aunque sea cierto que te hayas ensuciado. —Le advirtió antes de salir, pero a este punto, Momo ya se encontraba riéndose de lo sucedido.

Cuando las clases terminaron, la japonesa se dirigió con prisa a la biblioteca, muy ansiosa de contar lo que tenía en mente a Dahyun, lo que provocó que llegara incluso bastantes minutos más temprano de la hora que siempre acordaban, por lo que tuvo que esperar con más desesperación.

Su pierna se movía de arriba hacía abajo, y constantemente miraba el reloj de su teléfono, rodando los ojos al sentir que pasaban horas y tan solo habían pasado dos minutos. Notó que en todo el día, no había recibido ningún mensaje de Nayeon, lo que la hizo negar con fastidio de solo pensar en que no le importaba, pero todos esos pensamientos desaparecieron cuando vió a Dahyun llegar, por lo que de inmediato se cruzó de brazos y la miró seria.

—¿Dónde estabas?

La coreana la miró con obviedad.

—En clase.

—¿Y por qué tardaste tanto?

Al escuchar su tono receloso, Dahyun decidió continuar su juego, así que rodó los ojos, se sentó y respondió:

—Porque estaba besándome con muchas chicas.

De inmediato, Momo abrió los ojos con impacto, incluso abrió la boca y colocó una mano en su pecho, con indignación. Dahyun sonrió de solo verla actuar así, y se preguntó si de verdad estaba celosa.

—¿Acaso no soy suficiente para ti?

Aquella pregunta resonó en su cabeza, seguida del recuerdo de la noche anterior de sus sollozos, cosa que le impidió continuar con el juego, pues realmente le preocupaba cuidar los sentimientos de la mayor.

—Tú jamás serías insuficiente. Eres demasiado.

Momo sonrió ante su respuesta y Dahyun acarició el dorso de su mano con cariño antes de buscar su mochila para sacar algunos libros. Cuando los sacó y comenzó a buscar páginas específicas, se dió cuenta de la atenta mirada de su amiga.

—¿No piensas estudiar?

La japonesa asintió levemente y antes de que se diera cuenta, se acercó para besar su mejilla brevemente. Sorprendida, la miró en busca de alguna explicación de aquel acto espontáneo, pero Momo solo sonrió con dulzura para después sacar las cosas que necesitaría. De forma inconsciente, Dahyun sonrió mientras no era vista y se mordió el labio inferior con ciertas dudas.

Mientras estudiaban, notó que Momo se comportaba un poco más cariñosa, y la había atrapado varias veces mirándola. Sentía su necesidad de estar cerca de ella, algo que no le desagradaba, al contrario, de hecho era muy cómodo tenerla cerca, tan solo, su aroma cautivante constantemente la distraía mientras intentaba explicarle algunos temas, y si se concentraba demasiado en ello, perdía el hilo de la conversación. De hecho, justo ese día, habían tenido que parar de estudiar varias veces, puesto que la presencia de la otra estaba distrayendolas, aún así, se notaba el empeño que la japonesa estaba poniendo.

Después de un par de largas horas, ambas salieron de la biblioteca, con los hombros rozándose mientras caminaban lentamente y en silencio. Luego de un par de minutos, con auténtica curiosidad, preguntó con cautela:

¿Cuál es el plan…?

Al escucharlo, la de flequillo sonrió ante su pregunta y abrazó sus hombros con su brazo, atrayéndola hasta poder hablar cerca de su oído.

—¿Te invito un café?

Un rato más tarde, ambas chicas se encontraban sentadas en una banca de un parque cerca de la universidad, las dos con vasos en mano, mientras la coreana miraba de forma incrédula a la más alta, quién bebía de su malteada de fresa.

—A ver si entendí, tu magnífico plan es: ¿fingir que estamos iniciando una relación —Momo asintió con la pajilla entre sus labios, aún bebiendo—, para que en toda la escuela corra el rumor y que nuestras aún novias se enteren que las estamos engañando y que se den cuenta que perdieron a unas divinas mujeres cómo nosotras? —Volvió a asentir con una sonrisa y Dahyun negó—. Ahora entiendo por qué tus calificaciones son tan bajas.

La pelinegra mayor río levemente y le arrojó una servilleta hecha bolita por su falta de seriedad, para después acercarse un poco más a ella.

—¿Qué piensas?

—Creo que es la idea más estúpida que he escuchado.

—Estoy hablando en serio, Dahyunnie —dijo mientras le daba un pequeño manotazo.

—Yo también lo hago —Aclaró riendo—, por dónde quiera que lo veas, suena cómo una mala idea.

—¿Qué no tienes ganas de vengarte?

—Por supuesto que sí —Bebió de su frappé—, pero también quiero salir limpia de todo esto. Me dan ganas de tener paz mental, tranquilidad… —La miró divertida—, ¿Acaso no quieres vivir sin problemas?

—¿Aceptas o no?

Dahyun la miró de forma analítica, intentando ignorar todo lo que pudiera salir mal. En parte, Momo tenía razón, les habían hecho daño y divertirse haciéndoles lo mismo era cómo darles una cucharada de su propia medicina, por lo que finalmente, accedió.

—Bien. —Suspiró resignada—. Tú ganas.

Momo sonrió victoriosa y se mordió el labio inferior, casi ansiosa, incluso se sentó mucho más cerca de Dahyun.

—Empecemos desde ahora —dijo para después acercarse rápidamente y robarle un beso casto a Dahyun, quién ni siquiera pudo corresponder, seguidamente, abrazó sus hombros y la atrajo para que recostara su cabeza en su pecho.

La coreana rodó los ojos, pero finalmente aceptó el contacto e incluso abrazó su pecho, y eso fue el inicio de todo.

Pasaron las semanas, y prácticamente Dahyun vivía evitando a Sana. Hacía días que había dejado de dormir en el dormitorio que compartían, ahora, estuviera sola o no, Dahyun dormía en la cama de Momo cada noche sin falta. Momo continuaba viendo a Nayeon, aunque solo de vez en cuando, dónde lo único que hacía era enviar mensajes a Dahyun sobre lo aburrida que estaba y lo mucho que ansiaba verla.

Su relación, poco a poco se volvió más estrecha e incluso personal. Procuraban besarse en la universidad, dónde había mucha gente, en los baños y en el dormitorio cuando estuviera la compañera de cuarto de Momo. Paseaban de la mano, almorzaban juntas e incluso, Momo acompañaba a Dahyun por ropa a aquel dormitorio en el que ya no dormía.

¿Funcionaba? Un poco. Sana constantemente bombardeaba a Dahyun con mensajes, preguntando dónde estaba, e insistiendo en hablar para “arreglar” lo pendiente. Preguntaba acerca del por qué ya no dormía con ella en el dormitorio y por qué siempre la evitaba, lo cuál Dahyun ignoraba completamente, sin embargo, al leer los mensajes en la bandeja de entrada, nunca sospechó que fuera Momo con quién estaba.

En cuanto a Nayeon, el cambio fue bastante radical y notorio. Al no sentir la atención de Momo, la castaña se empeñó en intentar recuperarla. La buscaba para que salieran, le llamaba todos los días, le enviaba mensajes al despertar y había dejado de acostarse con otras chicas, incluyendo a Sana, la diferencia era que a Momo, ya no le importaba.

Los estudios de la de flequillo mejoraron notablemente. Incluso habían sido reconocidas como la mejor pareja del campus, la que había tenido los mejores resultados. Al final del proyecto, siguieron estudiando, pues intentaban mantener lo que las había unido.

Alrededor de un mes después, Jihyo y Jeongyeon, quienes estaban al tanto del fabuloso plan, notaron que la relación que mantenían, probablemente estaba rebasando los “límites” que ni siquiera habían acordado, pues con el paso de los días, parecía que realmente parecían una pareja enamorada.

Sus encuentros ya no eran solo frente a la gente, pues Jeongyeon le contó a Jihyo, un momento íntimo del cual había sido testigo.

Flashback:

“Después de un rato aguantando las ganas de ir al baño para no perderse la clase, Jeongyeon salió del aula sin hacer ruido para no interrumpir a su profesor. Intentó caminar velozmente hasta los baños del último piso, pero cuando estaba por entrar al pasillo, reconoció a una parejita, que se encontraba muy acaramelada en el pasillo vacío.

Momo estaba recargada en la pared mientras abrazaba la cintura de Dahyun, y está acariciaba sus brazos de forma cariñosa.

Aquello llamó su atención de inmediato, por lo que se escondió levemente y decidió espiar un poco, simplemente con deseo de averiguar lo que sucedía.

—Estoy cansada —Escuchó la voz de Momo—. Creo que necesito dormir contigo diez horas más para poder prestar atención a las clases.

—¿Conmigo?

Momo asintió y la miró fijamente.

—Sí, estás semanas que has estado conmigo he dormido mejor que en toda mi vida —Alzó la mano para acariciar su mejilla—. Estoy comenzando a sentir adicción a ti.

—¿Ah, sí? —Dahyun se rió levemente y abrazó su cuello, Momo volvió a asentir—. ¿Sientes que descansas más junto a mí?

—Sí. Y no solo eso, me siento tranquila a tu lado —dijo susurrando, por lo que Jeongyeon tuvo que prestar más atención—. Cómo ahora, estaba cansada de escuchar a la profesora Bae hablar de un tema que tú ya me explicaste, y ahora te veo y ese fastidio ha desaparecido por completo.

—Yo sé que sientes fastidio —Dahyun acarició su cuello—, pero aún así tienes que prestar atención. Te servirá cómo repaso.

—Contigo aprendo más —Confesó su amiga para después besar su mejilla—. Además, solo podía pensar en que me abrazaras como ahora.

—¿Me extrañabas?

Momo asintió y pudo notar que se mordió el labio inferior. Desde dónde estaba, no podía ver el rostro de Dahyun, pero después de un momento de silencio, alcanzó a ver cómo su amiga se acercaba lentamente al rostro de la más bajita. Y por la forma en cómo Momo la miraba atentamente, la reconocía por completo. Ya lo había visto antes.

Momo miraba a Dahyun cómo anteriormente había mirado a Nayeon.

Dahyun ladeó la cabeza y cómo tal par de imanes, sus labios se juntaron en un beso lento y pasional, Jeongyeon siendo testigo de aquello sin saber que era la primera vez que se besaban a solas después de haber elaborado el “plan”.

Al sentir aquel momento tan personal, Jeongyeon dejó de mirar, y lo único que pudo escuchar era el sonido que hacían sus labios al chocar. Incluso sintió nervios cuando escuchó un jadeo, el cuál reconoció cómo el de Dahyun, y lo confirmó cuando miró de reojo para darse cuenta que la mano de Momo estaba en su espalda baja, por debajo de su camiseta.

Después de unos largos minutos, en los que Jeongyeon esperó con paciencia a que terminaran para poder pasar junto a ellas e ir al baño, la campana sonó para anunciar el final de las clases, y fue cuando escuchó que aquella sesión de besos terminó, por lo que caminó por el pasillo para fingir que no había estado espiandolas, encontrando solo a Momo.

La saludó con un pequeño abrazo y su amiga la animó a acompañarlas a comer, avisando que incluso tenían planeado invitar a Jihyo. Jeongyeon aceptó, anunciando que primero entraría al baño, a lo que amablemente Momo manifestó que las esperaría, pues Dahyun también se encontraba en el baño.

Al entrar, encontró a la pelinegra limpiándose el labial corrido, para después retocarselo. Cuándo la vió, le sonrió inmediatamente, aunque con leve sorpresa. Jeongyeon comentó que Momo había propuesto comer juntas, por lo que Dahyun dijo que en tal caso, la esperarían afuera.

Cuándo salió del baño, encontró a ambas chicas recargadas en la pared, con Dahyun abrazando cariñosamente el brazo de su amiga, mientras esta la miraba con una sonrisa y los ojos brillosos.

Cómo si estuviera enamorada.

Dudaba que después de semanas continuaran fingiendo, pero aún así, estaba feliz por sus amigas, más por Momo, quién aquella noche dónde habían probado la infidelidad de Nayeon se había derrumbado frente a ella.

Después de haber sido testigo de un momento tan empalagoso, sabía que pronto tendría que hablar seriamente con su amiga, y Jihyo con la suya.”

Y el día de aquella plática, estaría por llegar.

Hola genteee, ¿Cómo están? ¿Cómo les va?

Les traigo un nuevo capítulo, que espero que les guste. Recuerden, esta es una historia corta, por lo que el salto de tiempo era necesario, aunque espero que les haya gustado el pequeño resumen de todo. SE VIENE LO BUENO. Quedan varios caps (alrededor de 6, no me acuerdo), así que les ruego estén pendientes.

Espero que les haya gustado, si es así no se olviden de regalarme su voto, me anima mucho. Los quiero mucho, gracias por leer.

Nos vemos el próximo viernes, antes de navida' jsjsjs, cuídense mucho.

–B. A. F.



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