Al cruzar las gigantes puertas de aquel bar se sorprendió al ver a demasiadas personas en la pista de baile. Literalmente el lugar estaba lleno, rebosante de personas.

Vaya sitio. Había escuchado a su hermano hablar de este lugar, más por el tiempo, jamás pudo visitarlo.

Quiso entrar en ambiente y mezclarse con los demás, así que se acercó a la barra. Notando de primera a una linda rubia de ojos marrones yendo en su dirección.

—Hola guapo, primera vez que te veo por aquí —dijo la rubia— ¿deseas tomar algo?

—¡Hey!... si soy nuevo. No frecuento mucho estos lugares.

—Lo noté... ¿Tienes alguna bebida en mente chico nuevo?

Seokjin rió entre dientes— la verdad... no. ¿Qué me recomiendas?

—¿Qué te parece un Whisky?— recomendó con una sonrisa pícara

—Se oye bien, dame uno.

—¿No quieres primero saber que contiene? —interrogó con sorpresa.

Seokjin se encogió de hombros— Linda por una vez en mi vida quiero disfrutar, y no me importa si al día siguiente aparezco desnudo en medio del desierto.

La rubio lanzó una carcajada y negó con la cabeza— Que simpático, sale un Whisky de las rocas para ti guapo.

Con una sonrisa en sus labios, giró en el banco, apoyó su codos en la barra y recostó su espalda en esta. Observó el lugar en su total esplendor. La tenue y seductora luz neón adornando cada rincón. Las personas del segundo piso descansando en las sillas mientras bebían de sus cócteles y conversaban entre ellas mientras los de la planta baja bailaban al son de la música, muy pegados el uno con el otro.  En los rincones de aquel bar estaban quienes con descaro se frotaban uno con el otro y compartían besos candentes .

Sin duda alguna un lugar agradable para pasar el rato. Debía salir más a menudo con su hermano.

Vio a lo lejos al susodicho bailar junto a Baekyung, el último parecía burlarse de su hermano mientras que este se veía avergonzado. Ya podría hacerse una idea de lo que hablaban.

—Muñeca, ¿me das un vodka por favor? — habló seductoramente alguien a su costado.

Volteó su cabeza por mera curiosidad, topándose con un hombre más o menos de su misma altura, quizá tres centímetros mas bajo que el, cabello largo y ondulado. Por la luz neón no podía distinguir bien el color de su cabello, apenas y podía ver el perfil de aquel chico.

No pudo voltear el rostro y fingir no haber estado observando, cuando este miró en su dirección, peormente cuando le sonrió de lado al notar su mirada fija.

Sus ojos fijos en los contrarios, eran un imán para Seokjin.

Los grandes ojos de aquel chico lo habían maravillado. Negros como la noche, una constelación se reflejaba en aquellos orbes, tan profundos que parecieran ocultar miles de cosas. Era muy atractivo e hipnotizante en demasía. 

No podía quitar su vista de los orbes contrarios y la verdad es que no quería hacerlo.

Un carraspeo sacó a ambos de su trance, haciendo que prestaran atención a quién les hablaba.

—Guapo, disculpa la demora —dijo extendiendo la bebida hacia Seokjin. Este solo asintió en silencio —Cariño mío, aquí tienes tu Vodka tal y como te gusta —extendió su brazo hacia el desconocido chico.

—Gracias muñeca —agradeció con una sonrisa a la rubia, quien correspondió con cariño y con un último vistazo se retiró con una mueca en su rostro 

Kim se sintió extraño al quedar "solo" junto al chico a su costado. Jamás se había sentido tan confundido y fuera de lugar como hace unos segundos.

—Apuesto a que es la primera vez que vienes a este sitio ¿verdad?—indagó el chico— no te eh visto antes —Seokjin se tensó cuando el chico se acercó a su oreja para decir lo último con su caliente respirar.

Tragó grueso y mojó los labios con la lengua, tratando de amainar la calentura de sus mejillas.

Volteó la cabeza teniendo de a primeras el sonriente rostro del chico. Notó como este se levantaba del asiento y pasaba por su costado, rozando con la punta de sus dedos la cadera de Kim.

Fue inevitable no seguirle con la vista, captando con su orbe cada movimiento realizado por el chico. Vió como le dedicaba una última sonrisa -a su parecer- y como se disolvía entre la gente.

[ ... ]

Se atrapó a si mismo preguntándose, con el pasar de los minutos, dónde había ido el chico o que estaría haciendo.

Llamó su atención el cambio de música, Confident de Justin Bieber resonaba por todo el lugar, incitando a todos las parejas en el centro del lugar a pegarse más de lo que ya estaban, rebosaba lo lacivo.

Quizás fue el trago haciendo efecto en su sistema pero, entre la multitud de personas encontró al chico con sus ojos posados en su persona.

El balanceo circular de las caderas tenía su completa atención. Una danza erótica que a su parecer, era solo para él, pues el chico no dejaba de mirarlo mientras subía una de sus manos por su abdomen, haciendo un recorrido por encima de la ropa hasta que llegaba al cuello y aplicaba presión a la vez que tiraba su cabeza hacia atrás.

Kim sintió el tirón de su parte baja. Llevó su bebida a los labios y tragó todo el contenido, importando muy poco que este le quemara la garganta.

Dejando el vaso a su costado en el mostrador, volvió la vista en el chico, notando que este ahora no estaba solo, si no que alguien se había pegado a su espalda al igual que una garrapata.

Apretó su mandíbula con fuerza al ver como el tipo detrás molía su erección con los glúteos del chico, con sus manos en su cintura y diciendo algo estando ya muy cerca de sus labios.

Se levantó de su asiento, sus pies moviéndose en una sola dirección.

Apartó de un manotazo las manos de tipo garrapata y jaló al chico del brazo llevándolo consigo a los baños.

Luego tendría tiempo para pensar en lo que hizo.