Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

35. ❝Desaparecido❞🌙

Hoy he tenido Filosofía. El profesor William Sharman habló durante toda la hora sobre la felicidad. Lo primero que salió de su boca fue un «La felicidad es interior, no exterior. Por lo tanto, no depende de lo que tenemos, sino de lo que somos» y aquello hizo que oyera atenta y absolutamente todo lo que tenía para decirnos.

Sí, lo sé; de seguro creíste que estaría dibujando o alguna de esas cosas, pero la verdad es que no. En ninguna de las asignaturas. Y eso está más que bien porque lo que debería hacer todos los días es prestar atención. Así que sí, a la hora del almuerzo me encuentro orgullosa de mí misma. Durante tres horas he sido una adolescente cumpliendo con sus obligaciones. No sucede a menudo últimamente, y para mí es algo por lo que habría que festejar. Haber ingresado a este internado me ha hecho un poco rebelde en algunos aspectos, ya que antes no quería perderme ni siquiera cinco minutos de las clases. Es bueno saber que estoy regresando a los viejos hábitos.

Después de recoger el almuerzo con una sonrisa, voy de un lado a otro con mi bandeja como una estúpida en modo «Buscando a Luke Crawley» porque no aparece por ninguna parte. Me gustaría expresarle mi felicidad. Porque, como ha dicho el profesor, la felicidad depende de lo que somos, y yo estoy feliz por la Natalie Hofmann en la que me estoy convirtiendo.

Pasan los minutos y sigue sin aparecer. No creo que continúe en clase ya que al tocar la campana debe ser el primero en salir, pero tampoco creo que quiera perderse la comida… Dentro de poco debería aparecer. Aunque no tengo ganas de seguir de pie en el medio de la cafetería esperándolo a que se digne a venir, así que decido comenzar a comer yo sola.

Me dirijo a la mesa donde acostumbramos estar estos últimos días y luego de los primeros bocados, dos personas se posicionan delante de mí. Levanto la cabeza con el entrecejo fruncido y me encuentro con Chloe Bewster y Christopher Gilbert. Ambos me observan con una mezcla de enfado y contento, cosa que me extraña y sorprende al mismo tiempo.

—Hola, Natt —saluda éste último mientras que ella toma asiento a mi lado. Yo les sonrío. Debe ser una buena oportunidad para hablar un rato luego de todo lo que viene ocurriendo.

—Hola.

—¿Por qué estabas aquí sola, Cenicienta?

Chris decide sentarse al frente mío.

—Luke anda desaparecido. —Agarro mi vaso y bebo de él antes de notar que ellos han traído su almuerzo consigo.

Chloe toma su tenedor y se la ve pensativa durante unos momentos.

Luego, mirando su plato, dice:

—David nos ha contado algo sobre un tal Luke y después también desapareció. Qué casualidad, ¿verdad?

¿Cómo es que no han pasado tres minutos siquiera y ya lo mencionan? Pareciese que el mundo conspira en mi contra o algo similar.

—¿Sabes qué, Natalie? —pregunta Christopher, supongo que queriendo ir al grano sin rodeos—. Me gustaría saber qué es lo que te sucede. Andas más extraña de lo usual, y estás distanciándote de nosotros. Y no nos has dicho por qué. ¿Hemos hecho algo malo?

Antes de que pudiese pensar en qué responder, Chloe comenta:

—Se nota muchísimo que faltas tú. Realmente es muy raro… ¿Qué te sucede?

Me encojo de hombros, para que vean que no tienen que tomarle importancia a lo que diré después.

—Es que… ustedes están todo el tiempo con David. No los culpo, son sus amigos también, pero no es que yo quiera tenerlo cerca.

—¡Lo sabía! —exclama ella alzando ambos brazos, luego de soltar los cubiertos—. Le he dicho que no sea tan empalagoso porque sino, tú, te espantarías. Al parecer no hizo caso.
Dejo un mechón de cabello detrás de mi oreja, a la vez que suelto un largo suspiro. Algo me dice que ellos tampoco lo entenderán.

—Ese no es el problema —digo—. Bueno, no completamente. Me molestó algo que ha hecho y quiero… tenerlo lejos. Tal vez por un tiempo… o puede que… por siempre.

—Dumbo es el amor en carne y hueso, no pudo haberte hecho algo malo.

—Créeme, Chloe —murmuro, mirándola a los ojos—; lo hizo.

Si es el amor en persona como tanto dice, con mucha más razón debo dejar de ser su amiga. El «amor» es lo que vengo queriendo evitar hace más de tres años. No dejaré que él venga, haga su alboroto y luego se vaya.

—¿Y por qué no solucionan sus… diferencias? —cuestiona Christopher—. Como personas normales.

—No somos personas normales. —Pongo los ojos en blanco—. Él es muy positivo y yo soy muy negativa. Eso no es de gente normalita, ¿no crees?

—Chris… —le llama ella, en un tono que indica que dirá algo obvio que ya debería saber—. Es su primera pelea. Natalie es tan orgullosa como David tierno. Ella no…

Me adelanto a que pudiese terminar con la frase.

—Si estarán en mi contra sin saber lo que ocurrió realmente, será mejor que se vayan. Prefiero estar sola, luego de esto.

—Se ve que nombrar a tu futuro esposo te ha puesto de mal humor, mi querida amiga. ¿Te digo algo? Necesitas de mis chistes para estar mejor… A ver…, ¿qué le dice una puerta a una pared?

«No, por favor; no.»

Yo no digo nada de nada, y ante su mirada inquieta pidiéndome a gritos que lo preguntara, lo hago:

—¿Qué le dice?

Ruedo los ojos, y Christopher la observa esperando una respuesta.

—Pues nada. Las puertas no hablan, boba. —Suspira, tal vez queriendo decir con ello: «Ésta es más idiota que yo» y luego continúa—: Te contaré una historia… Había una vez un ciego que vivía en Bella Vista y se llamaba Casimiro. Falleció viendo la sombra.

—Qué interesante, sinceramente. Me he emocionado —comunica él, dejando su refresco sobre la mesa. Es lógico que ella no se da cuenta del sarcasmo que abunda en aquellas palabras.

—¡Lo sé! —grita—. Gracias, Pocahontas. Muchas gracias.

☀ ☀ ☀

Quinta nota celeste.

Después de debatirme por unos momentos en si tomarla o no, arranco el papel de la puerta con el número «72» y me adentro en la habitación dando un portazo. Arrugo la hoja sin leer haciéndola un bollo y la lanzo a mi cama. Bueno, en realidad a la cama del que se supone que es el compañero de habitación de Luke. Él me ha contado que su nombre es Peter Courtenay. Anteriormente lo había oído, aunque la verdad es que no recuerdo quién es ni quién me lo mencionó.

Mi nuevo amigo también dijo que Peter durante las últimas dos semanas estuvo pasando las noches con su novia, y por esa razón yo puedo quedarme aquí. Hasta ha dejado su tarjeta. Por ello tengo una propia.

Hemos hablado bastante sobre ese tipo, y Luke me ha dicho que, en una ocasión, Peter Courtenay le contó que había ido a dormir con aquella novia que tiene y que la compañera de cuarto lo ha golpeado. Siendo lo más sincera que puedo, no pude evitar reír en el momento que lo dijo… Esa chica que le pegó debe estar loca…, como yo. Supongo que en su lugar hubiese hecho exactamente lo mismo. Él no perdía absolutamente nada si no compartía la cama con su novia, según pienso.

Olvidando a Peter por un momento, avanzo hacia el armario de la habitación y lo abro para sacar de ahí mi pijama, dejando el estante vacío. Lo único que tengo es esto y el uniforme prestado de Chloe. Es muy deprimente, y más eso de tener que lavar la ropa día por medio para no vagar desnuda por el internado.

Me cambio de manera rápida y después me acuesto sacando los auriculares de Luke de abajo de la almohada. Los conecto a mi celular, y canto en voz baja mientras se reproducen las canciones. No mucho tiempo después me acuerdo de la maldita nota y la busco entre las sábanas. Al encontrarla no demoro en alisarla un poco para poder leerla, ya que he cambiado de opinión:

«5) No sabía que valieses tanto para que dos hombres se peleen por ti. Atte: M.A.R.K.S.D.J❤» «A-NH»

Parpadeo un par de veces, sin encontrarle sentido a las palabras. Así que, por ello, dejo la nota a un lado y hago de cuenta como si no la hubiese leído. Realmente quien me viese creería que lo he logrado por completo, porque he vuelto a cantar con todo el sentimiento que me es posible concentrándome sólo en la canción que se oye de los auriculares.

—All of my hate cannot be found; I will not be drowned by your thoughtless scheming; so you can try to tear me down; beat me to the ground I will see you screaming; thumbing through the pages of my fantasies; pushing all the mercy down, down, down; I wanna see you try to take a swing at me; come on, gonna put you on the ground, ground, ground. Why are you trying to make fun of me? You think it’s funny? What the fuck you think it’s doing to me? You take your turn lashing out at me; I want you crying when you’re dirty ass in front of me*.

———————————————
*“Todo mi odio no puede ser encontrado. No seré ahogado por tus pensamientos intrigantes así que puedes intentar derribarme, vencerme en el suelo. Te veré gritando. Hojeando las páginas de mis fantasías, derribando toda la misericordia; quiero verte intentar golpearme. Vamos, te voy a poner en el suelo. ¿Por qué estás intentando divertirte conmigo? ¿Piensas que es divertido? ¿Qué mierd* piensas que estás haciéndome? Tomas tu turno arremetiendo contra mí. Quiero verte llorando en el suelo cuando estés sucio frente a mí.”
———————————————

El asunto se prolonga durante los siguientes sesenta minutos. No me importaba nada de nada, más que cantar. Sin embargo, cosa de las 10:00 p.m., me callo. Me doy cuenta que no he visto a Luke Crawley en todo el día.

Comienzo a preocuparme; preocuparme de verdad. Camino por la habitación, yendo de una punta hacia la otra, y suelto un grito cuando lo veo ingresar por la puerta. No obstante, aquel grito de felicidad, termina transformándose en uno de horror. Me acerco a él, más que preocupada, y lo observo. Veo moratones en su rostro y brazos descubiertos. Su camisa blanca se trasluce un poco y logro ver que también algunas manchas se esconden detrás de ella. Apenas puede caminar, y veo sus manos magulladas. Le falta un zapato, y se ve su calcetín roto.

—¡Dios mío! —exclamo, entre nerviosa y asustada a la vez, y lo ayudo a sentarse en su propia cama—. ¿Te has caído de las escaleras o qué? Parece que te has tirado desde allí unas cinco veces, sin exagerar… ¿Estás bien? ¿Qué te duele? ¿Eres suicida, acaso?

—No exactamente… —Hace una mueca cuando dejo mis manos en sus hombros y lo empujo para que se recueste—. ¿Qué te pasa? Con amor, nena. Con amor.

—No sé qué me sucede… —contesto, sintiendo que las manos me tiemblan demasiado—, no tendría que estar preocupada. ¿Verdad? Debo tener fiebre, no es normal en mí preocuparme por un hombre de esta manera… pero, como me caes bien y eres mi amigo, tal vez no sea tan grave… Tan grave a como lo estás tú…

—No hablaba de eso.

—Ah. —Tengo que agachar la cabeza para poder mirarlo a los ojos—. ¿Qué ha pasado para que termines… así?

Intenta removerse para recostarse de una manera más cómoda, y lo ayudo como puedo.

—Me he peleado con alguien, pero no importa. Vete a tu cama, voy a dormir. En un rato estaré mejor; es la falta de sueño.

—¿Falta de sueño? —Me paro a pensarlo unos instantes—. Me parece razonable. Pero, dime, ¿quién te dejó así? «La falta de sueño» no es la que golpea.

—Pues, un imbécil. Pero olvídalo, ya te dije que estaré bien.

—Hay muchos imbéciles aquí. ¿Cómo se llama?

Una parte de mí desea que responda «Derek Smith» porque si se peleó con el novio de Victoria, dudo mucho que haya salido intacto. Aun así, la otra parte no quiere que pronuncie ese nombre porque significaría que el otro sabe defenderse muy bien. Realmente muy bien.

—No voy a decirte, vieja cotilla —contesta.

Me alejo de él, retrocediendo unos cuantos pasos, y cruzo mis brazos.

—¿«Vieja cotilla»? —repito—. ¡No lo soy! ¡Apenas cumpliré diecisiete en seis meses! Además, estoy preocupándome por ti, idiota.

—Me vale mierda si tienes dieciséis o no —ladra, lo que me hace alzar una ceja—. Déjame dormir. ¿Quieres, Hofmann?

Intenta apartar las mantas para cubrirse con ellas, pero no lo logra al no poder levantar su cuerpo de la cama.

—¿Con quién te has peleado, Luke? —inquiero, intentando no balbucear de los nervios a pesar de estar algo enfadada también.

—No tomes el papel de madre de un adolescente de dieciséis años que sabe manejarse pero que no quiere verlo de todas formas. Cierra la boca y déjame en paz.

¿Acaso tan difícil es responder a mi pregunta?

—Si no me contestas me pondré a cantar —decreto—. Y no creo que quieras eso.

—Bien, hazlo. —Cierra los ojos, y casi al instante hace una mueca de dolor—. Canta todo lo que quieras porque no te diré, no es algo que deba importarte.

—Por favor… No seas cabeza dura.

—No.

—¿Eso es sinónimo de «okay, te diré»?

—No.

Aclaro mi garganta. No pensé que llegaríamos a este punto… Ahora que prepare sus tímpanos. Si aquellos golpes dolieron, que se prepare para lo que viene.

—Dancing in the mirror, singing in the shower.

Como aquella parte corresponde al estribillo de una canción de amor y a mí me desespera…, supuse que a él también. Sin embargo, me sorprendo cuando se pone a cantar conmigo unos cuantos segundos después.

☀ ☀ ☀

—Hello, hello, remember me? I’m everything you can’t control; somewhere beyond the paint; there must be a way to believe* —Alargo la última sílaba lo más que puedo, quedándome sin aire, e ignoro mi dolor de cabeza como en los últimos veinte minutos para continuar.

——————————
*“Hola, hola. ¿Me recuerdas? Soy todo lo que no puedes controlar. Algún lugar detrás del miedo, debe haber una manera de creer.”
——————————

—¡Joder! ¡Ya cállate! —exclama, quejándose, antes de que tuviese la oportunidad de empezar una nieva canción—. ¡Cantas horrible, Hofmann! ¡Horrible! Si sigues así, jamás te diré que me he peleado con… —Se interrumpe enseguida dándose cuenta lo que estaba a punto de hacer, y agrega—: con alguien.

—Por lo menos su inicial… —le pido, ya casi dándome por vencida—. Por favor.

—Que no.

Pongo los ojos en blanco.

—Púdrete.

Ya cansada de seguir insistiendo regreso a mi cama, y me coloco los auriculares para quitarme mi canto de la cabeza reemplazándolo por otros mucho mejores. Por más de que no me lo diga, si llego a cruzarme con alguien golpeado mañana, aquél será.

—¡¿Podrías apagar la luz?! —pregunta Crawley a los gritos sobre el sonido de la música. Lo ignoro—. ¡Por favor! Sé que estás oyéndome.

—No.

—¡¿No qué?!

—No estoy escuchándote.

Mis dedos tocan una tecla tras otra contestando el mensaje que he recibido.

—¡Entonces, si no estás oyendo, no podré decirte con quién fue mi pelea…!

No perderé nada poniendo condiciones si de todos modos en algún momento tendré que apagar la luz. Pauso la canción cuando está casi al final, y volteo hacia su dirección. Él me sonríe.

—No iré al interruptor hasta que lo digas —advierto.

—¿Verdaderamente su inicial te basta?

—Sí.

Su sonrisa se agranda, y luego parece pensárselo un rato. Sé que es un idiota y que solamente habrá ido a clases dos días (vive suspendido o se las saltea a propósito), pero nunca creí que ni siquiera serviría para saber qué letra es la inicial de tal palabra.

—¿Estás segura que quieres saberlo?

Odio que esté haciéndose el misterioso.

—Sí, ¿dejarás de dar vueltas ya?

Sonríe una vez más antes de responder:

—“J”.

«¿Por qué sonríe tanto si ese tal “J” lo ha hecho puré? Misterios de la vida.» 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro