18. ❝Dèjá vu❞🌙
Parte de aquella noche y la mañana siguiente, el único pensamiento que recordaba y recordaba constantemente era que la responsable de «mi ecuación» soy yo, que Jordan en ese aspecto, podría decirse que está al margen.
Es decir, por mi culpa no puedo superarlo. Siempre lo fue, y lo supe. Lo sé, mejor dicho. Todos los días fui consciente de que yo hacía algo mal, pero Concie me ayudó a descubrir que lo incorrecto soy yo, en mi totalidad. La persona desastrosa soy y siempre fui yo, no él. No servirá de nada hacer una lista con sus defectos, si los que culminan son los míos.
Durante la hora del almuerzo tuve la mirada perdida en la comida por un largo tiempo, pensando aún en lo obvio. Eso de que también regresen algunos recuerdos que creíste haber enterrado te quita el apetito.
En varias ocasiones alguno de mis amigos (mayormente, David) intentaba incorporarme en la conversación, pero les dejé bien en claro que no estoy de ánimos para hablar de lo que sea que estén hablando. Bueno…, por un momento pensé eso, pero luego supuse que charlando me sería de ayuda para despejarme.
La conversación comenzó a basarse en películas, luego de deportes, después del sistema nervioso, de los cuadriláteros, de Picasso, de los astronautas, luego un poco sobre nosotros, de las lombrices, después sobre nuestros primos y por último de que deberían darnos más tiempo para comer ya que la campana que da fin al horario del almuerzo acaba de sonar interrumpiendo la interesante historia que estaba relatándonos Victoria de su prima.
Chloe y ella ya no tienen asignaturas por el día de hoy (el profesor que les corresponde está enfermo), pero como David y yo sí, nos despedimos de ellas acordando que nos reencontraremos en el patio más tarde.
Llegamos a la sala de Música y están solamente unas quince personas (incluido el profesor) y ha sido necesario esperar unos minutos más para que llegasen los restantes. No muchos minutos después, el docente comienza a pasar asistencia y como faltan siete alumnos avisó que a la tercera falta es capaz de reprobarte. Luego de su advertencia, inició con las interpretaciones llamando por orden alfabético de apellidos.
—Hofmann —llama buscándome con la mirada, aunque no sepa quién soy, después de que hayan pasado unos cuantos compañeros.
—Aquí —respondo, levantando mi mano derecha.
—Instrumento y canción.
Me pongo de pie, apartándome de mi amigo.
—Piano, y “Hello”.
—¿Artista?
—Evanescence.
—Bien, te escuchamos. ¿Sólo piano o voz también?
—Sólo piano.
Siente con la cabeza, y no demoro en dirigirme al órgano. Tomo asiento, y espero a que me permita comenzar. Mientras tanto, no puedo evitar cantar la canción para mis adentros.
«Playground school, bell rings, again» Patio de recreo, la campana de la escuela suena, otra vez.
«Rain clouds come to play, again» Nubes de lluvia vienen a jugar, otra vez.
«Has no one told you she’s not breathing?» ¿Nadie te ha dicho que ella no está respirando?
«Hello, I am your mind» Hola, yo soy tu mente.
«Giving you someone to talk to» Dándote a alguien con quien hablar.
«Hello.» Hola.
«If I smile and don’t believe» Si sonrío y no creo.
«Soon I know I’ll wake from this dream» Sé que pronto despertaré de este sueño.
«Don’t try to fix me» No intenten arreglarme.
«I’m not broken» No estoy rota.
«Hello, I am the lie living for you» Hola, yo soy la mentira viviendo por ti.
«So you can hide» Para que te puedas ocultar.
«Don’t cry.» No llores.
«Suddenly I know I’m not sleeping» Repentinamente sé que no estoy durmiendo.
«Hello, I’m still here» Hola, todavía estoy aquí.
«All that’s left of yesterday…» Todo lo que queda de ayer…
Lentamente alejo mis manos de las teclas, y dejo ambas sobre mis muslos. Respiro profundamente y de a poco dejo escapar el aire, intentando tragar las malditas lágrimas, ya que no creí que esto sucedería. Aun así, luego de lo ocurrido ayer, debí haberlo visto venir. Jordan, Jordan y más Jordan dando vueltas delante de mí.
Las primeras veces que había oído esta canción (la conocí luego de terminar con él) sentía la misma presión en el pecho que ahora y el mismo nudo en la garganta, haciendo que ésta arda y no pueda articular palabra alguna.
Puede que no sea la única, pero siempre la he interpretado y comprendido como de que trata de una persona sin amigos, sin nadie que la consuele; a excepción de ella misma, su mente, que intenta hacerla avanzar, haciéndole creer que todo es un sueño, que al despertar regresará a la normalidad, y que en esa «realidad» podrá creer y sonreír. Pero descubre que no es una pesadilla, no está durmiendo… y que sólo hay lugar para una cosa: o creer o sonreír. Se da por muerta, al estar devastada y sin esperanzas. Repite que no está rota por esa razón; nadie podrá repararla si ella no respira. Se obliga a no llorar, pero sabe que lo único que le queda es su mente, el recuerdo de lo ocurrido y la famosa mentira «estoy bien» para ocultar cómo se encuentra verdaderamente.
Los intentos para tranquilizarme no fueron efectivos y sé que si me levanto del banco es posible que las piernas me tiemblen y terminen fallándome, pero aun así lo hago y de la manera más rápida posible voy hacia David luego de recibir las felicitaciones del profesor Miller.
—¿Estás bien, Natt? —Yo asiento, procurando que me creyera, en el momento que mi vista comienza a nublarse un poco, con las lágrimas queriendo salir. Pero no lo harán, no lloraré—. Okay… —murmura ahora. Inspecciona mi rostro, y aparto la mirada. Suspira—. Bueno, yo no te felicitaré porque sabes que eres excelente tocando el piano.
Volteo y me sonríe haciendo que sus ojos parezcan más pequeños de lo normal.
—Gracias.
—Pero sí diré que me has sorprendido. Fue muy distinto a lo que oí ayer mientras practicabas. Se notó que estabas muy concentrada, y adem…
—Janner. —Lo interrumpe la voz del docente.
Aun mirándome, responde.
—Yo.
—Instrumento y canción.
—Guitarra y “Counting Stars”.
—¿Artista?
—One Republic.
—¿Sólo guitarra?
—No, guitarra y voz.
Se levanta, toma el instrumento, y lo que sucedió a continuación fue responsable en hacer que sonriera de verdad por primera vez en el día.
En pocas palabras, ha sido sorprendente. Lo había escuchado cantar ya, pero fue a capela y fragmentos. Una canción entera, con más ganas, y con la guitarra de fondo hace que cambie de forma completa.
Si me preguntaran por mi parte favorita de la canción, sin lugar a dudas contestaría cuando lo he oído pronunciar, con aquella voz tan bonita que sólo él tiene, lo siguiente:
«Everything that kills me makes feel alive» Todo lo que me mata me hace sentir vivo.
En una parte le he escuchado cantar algo respecto a la esperanza y sus nueve letras, y aquello me hizo pensar. Esperanza. Supongo que aquella es la respuesta a cómo superar a Jordan, después de todo. Esperanza. Debo tenerla para estar convencida de que podré lograr lo que me proponga sin que nada tenga la capacidad de poder empujarme.
Recuerdo la parte final, cómo se ha ido su voz… cómo lo he sentido en aquel momento. Pareciese que David no estuviera cantando sólo por cantar, sólo porque el docente así lo haya pedido. Lo hizo por algo en especial. Y lo noté más que cualquier otra cosa.
«Take that money» Toma ese dinero.
«Watch it burn» Míralo arder.
«Sing in the river» Canta en el río.
«The lessons are learnt» Las lecciones aprendidas.
—¿Y? —pregunta, al haber regresado, a la vez que guarda ambas manos en sus bolsillos delanteros. Parpadeo un par de veces, haciendo a un lado mis pensamientos para que dejasen de estorbar.
—Excelente, cantas muy bien. Me gustó mucho.
—Gracias, pero no creo ser mejor que tú.
Las comisuras de mis labios se elevan, y no dejando que pasara mucho tiempo, le digo:
—Uhm, ¿sabes? Soy tu fan, David. Tu fan número uno. —Sin más guiño mi ojo izquierdo y, seguido a eso, él sonríe de una manera muy diferente a las veces anteriores.
—No. El único fan aquí soy yo.
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