Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

16. ❝Amor y odio❞🌙

Bostezo mientras guardo mis horarios dentro de la mochila. La puerta del ascensor de desliza dándome el paso por la planta baja, y caminando (tambaleándome al mismo tiempo) voy hacia la cafetería para desayunar y reunirme con mis amigos. Sin embargo, sólo están Chloe y Victoria.

—Buenos días —digo sentándome al frente del asiento vacío, y luego dejo mi morral en el suelo.

—Buenos días —repiten ambas al unísono con una sonrisa.

—¿Todo en orden?

—Sip —responde Chloe—. Y por lo que veo, tú también estás bien.

—Por suerte, sí —acepto, y elimino arrugas inexistentes de mi falda con las palmas de mis manos—. ¿Dónde está David?

—En el mostrador —contesta Vic—. Fue a buscar su desayuno.

—Ah… Yo también debería ir a buscar el mío.

Ellas asienten y me levanto lo más rápido posible para dirigirme al mostrador. Pero, a medio camino, encuentro a David que por poco no me tira su bandeja encima.

—Oh, lo siento.

Intento mostrar la mejor de mis sonrisas.

—Si me hubieras bañado con café, ni un «lo siento» lo habría arreglado… Aun así, no sucedió, así que no te preocupes.

—Y no creo que ocurra porque no quiero problemas contigo.

—Yo tampoco. —Nos quedamos observando unos segundos a los ojos sin nada para decir, hasta que carraspeo. Retomo la charla para avisarle—: oye, si no te molesta, iré a buscar algo para comer. Nos vemos de nuevo en la mesa.

Antes de que pudiera moverme de mi sitio, contesta:

—Eh, no es necesario que hagas la fila y esperes el desayuno… Tomé algo para ti también. Creí que seguirías mi consejo y dormirías un rato más.
Me encojo de hombros.

—Iba a hacerlo, pero no cambié el horario de la alarma. Y gracias.

—De nada —sonríe—. Vamos con las demás.

Eso hacemos. Minutos más tarde, al finalizar cada uno su desayuno y hacerse la hora de ir a clase, juntos vamos en silencio al pasillo número cinco. A mí me corresponde Literatura y a él Física.

Cuando ya estamos al frente de la primera, se despide besando mi mejilla y se aleja con las manos en sus bolsillos. Tomo las correas del bolso para acomodarlo en mi hombro, e ingreso al salón. Me recibe Alexander Sharman, el profesor, y al percatarse de mi presencia, dice:

—Buenos días, señorita Hofmann. Qué bueno que haya llegado a tiempo.

Para no agregar otro reporte a la lista ignoro su comentario y voy hacia uno de los bancos desocupados del fondo. A mi lado izquierdo está una chica pelirroja, y del lado derecho un asiento vacío.

Segundos más tarde comienza la clase y lo único que hace el profesor es hablar sobre los libros que leeremos este año. Cuando los comienza a nombrar, me doy cuenta que algunos ya los he leído.

Estos libros, son los únicos materiales que debemos conseguir nosotros; es decir que la directora no nos los da. Hay que llamar a casa y pedirles a nuestros familiares que los consigan y alcancen al establecimiento lo antes posible.

Transcurrida la hora, camino dos corredores hacia la derecha para ubicar Biología. La profesora durante todo el rato habla sin respirar sobre célula y al sonar la campana por el cambio, nos dice que la próxima clase tomará ya un examen. El salón entero, a excepción de mí, se queja; y yo no hago más que encogerme de hombros mientras busco mis horarios.

—Buenos días, alumnos —saluda el profesor de Filosofía, una vez que todos hemos ingresado, luego del receso de quince minutos. Tiene cabello castaño, ojos marrones y, además, es el hermano mayor de los profesores de Literatura y Matemática. Creo que ya lo había mencionado, de todos modos.

—Buenos días —contestan unos pocos sin entusiasmo.

—Apenas es el tercer bloque, ¿y ya están agotados? Supongo que les conviene prestar atención a este tema, posiblemente les interesará. Hoy debatiremos sobre los sentimientos, pero en especial del amor y odio.

Al oír sus palabras, se me hace imposible no maldecir mentalmente. Parece a propósito. ¿Cómo me podré escapar para evitar hablar sobre el amor? Tal vez si voy corriendo a un baño y me encierro en un cubículo por el resto de la hora… Hum, no. No será una buena opción, después de todo.

—Comencemos… ¿Alguien de aquí sabe lo que es el amor?

Apenas termina de formular la pregunta, la chica pelirroja que comparte Literatura conmigo levanta la mano derecha.

—¿Nombre?

—Katherine Shern.

—Katherine…, ¿qué es el amor?

—Pues… el amor es un sentimiento hacia algo o alguien, al que se le desea todo lo bueno.

—Bien —dice, sonriendo. Recorre el lugar con la mirada, y al llegar a mí y ver que estoy haciendo dibujitos en una hoja; decide interrogarme—. Hofmann, ¿sabe algo que quiera agregar?

—Eh, supongo… —Alzo la mirada para encontrarme con sus ojos—. Bueno… en realidad, el amor es una paloma.

Algunos se ríen y yo vuelvo a prestarle atención a mi obra de arte que consiste en círculos deformes.

—¿Por la libertad?

—Obviamente, no. —Lo observo de nuevo—. Es un problema, te arruina la vida.

—¿Y qué tiene de relación en sea una paloma, a que sea un problema? ¿Las palomas son problemáticas?

—Lo denomino así simplemente porque llega como si nada, tal vez en un momento que no esperas, te caga y sigue con su camino. Se va a cagar a otras personas.

Se oyen las carcajadas de gran parte de mis compañeros. Sin embargo, no sólo de ellos, sino que también del profesor.

—Natalie, ¿no? —Yo asiento con la cabeza—. Primero… que lo digas de esa manera no es correcto ni apropiado. ¿Podrías repetirlo, pero usando otras palabras, por favor?

—¿Cómo quiere que diga? ¿Que te hace de sus necesidades encima y sigue volando?

Antes de que él contestara, una chica habla en su lugar. Sophie Wymer.

—Que el amor haya sido un problema para ti, no quiere decir que lo sea para todo el mundo.

«Ella, cómo no.»

—Bien, continuemos… —El docente, con una estúpida sonrisa, pasa por alto sus palabras—. Y, Natalie, ¿qué es el odio?

—Todo lo contrario al amor.

«Es decir, ¿qué clase de pregunta es esa?»

—A ver si entendí… —La voz chillona de ella (mi paciente narigón) está comenzando a darme dolor de muela—. Según tú, el amor es una paloma. Y el odio…, ¿un lobo?

—Sophie, hazme el favor de cerrar la boca —gruño, evitando levantarme del asiento y darle un golpe—. Estoy hablando con el profesor Sharman, no contigo.

Él nos observa a una y a la otra sucesivamente, emocionado, creo. ¿Está pasándolo de lo lindo con que estemos debatiendo o qué tiene?

—¿Creen que hay alguna relación entre el amor y el odio?

Agarra una tiza de su escritorio, y se dirige al pizarrón. Nadie responde.

—Bueno, yo seguiré hablando. Si alguien tiene una duda, pueden interrumpirme, ¿de acuerdo?

»¿Alguna vez ha oído que “no hay amor sin odio”? En uno de los extremos, odiamos a una persona cuando realmente queremos amarla. ¿Por qué? La mayoría de los que «odian» lo hacen por envidia, competencia o celos. El odio es una forma disfrazada de amor. Van juntos, tomados de la mano. Son opuestos, pero uno depende del otro. Por ejemplo, la paz y la guerra. La paz representaría al amor, y la guerra representaría el odio. Ahora bien… Ninguna de las dos es totalmente independiente. Sin paz, hay guerra; y sin guerra hay paz.

—Es decir, que… —Una chica morena del frente de la clase, le pregunta—: ¿se puede amar y odiar a la vez a una misma persona? Usted dijo que el odio es una forma disfrazada del amor.

—Sí, es posible. Lacan  lo llamaba «odioenamoración». Pero, es importante saber identificar algo…  Amamos a alguien que queremos odiar, o quizá no odiar; pero sí dejar de tenerle cariño; y otra cosa muy diferente, es querer amar a alguien que odias. Como Lacan lo llamó odioenamoración; yo, y muchas otras personas, lo llamamos «la vida real». Es algo común y estoy seguro de que todos, o a su gran mayoría, han pasado por algo similar. A cualquiera puede sucederle, y en cualquier momento de su vida. ¿No creen?

☀ ☀ ☀

Después de la clase de Filosofía (dirigida por William Sharman) y dos horas más oyendo a los maestros hablar sobre su asignatura favorita, arrastro mis pies al comedor. Los tres me reciben con una sonrisa, y simulo no haberlo notado. El profesor que acabo de nombrar ha hecho que mi hermoso día comenzara a empeorar. Y, como si fuese poco, David menciona algo relacionado con ese horroroso tema que quiero evitar. A ver, amigos, ¡«amor» es una palabra prohibida, aunque todos ignoren ese detalle! ¡Ya basta! ¿Acaso es tan difícil de comprender que no me siento cómoda hablando sobre eso?

La próxima comenzaré a repartir patadas, sinceramente.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro