Espero que les guste~

Nota: Gente, no se tomen nada de lo que escribo como algo personal, porfis. No busco ofender ni molestar, solo escribir y poder contar una historia que puedan disfrutar

Resulta ser que llegaron a un bonito lugar de aspecto paradisiaco llamado "Vacay Island", donde parecen que todos viven de vacaciones permanentes. Luce como una isla, una playa grande y muy limpia a simple vista, con isleños altos y muy pacíficos, siempre dispuesto a dar la bienvenida a cualquiera que llegue allí.

O por lo menos, eso es lo que suponen.

-¿Necesitan una mano para bajar?- el dueño del rostro con el que se encontraron, un isleño de tonos suaves y bigote corto que les sonríe con amabilidad, extiende su mano en su dirección en un ofrecimiento obvio.

-Bueno...- JD se asoma por el borde, haciendo una mueca ante la altura en la que están, y alzó la vista para mirar al extraño. -...un aventón nos vendría muy bien- asintió con una gran sonrisa, dando grandes pasos para subirse a la mano ajena. Los demás no tardaron mucho en unirse, mirando a su alrededor mientras el más grande se movía para bajarse de la pared de escalada en la que estaba trepando para llegar al suelo sanos y salvos, agachándose para dejarlos sobre el piso arenoso.

-¡Gracias, señor!- Poppy saludo con una gran sonrisa mientras seguía Cooper, quien se movía con toda la curiosidad del mundo. Darnell no dudo en unirse a su hermano, encantado con todo el bonito entorno y sacando fotos con ese dispositivo raro que saco de su pelaje, mandándolas a sus padres de seguro, mientras el sobreviviente se quedó al lado del gran isleño, queriendo hacer una pregunta pero el más alto se le adelantó.

-Me gusta ese tono de gris que tienes, amigo- sonó tan sincero, con algo genuino a pesar de su expresión relajada y tranquila, que Branch no pudo evitar bufar ante el extraño alago.

-Bueno, gracias- choco su puño contra el más grande, sonriendo con diversión pero recordando un pequeño detalle. -Una última cosa...- el isleño lo miro, esperando a que continuar. -...¿has visto a un troll con la piel de ese color...?- señalo a John Dory, quien parecía estar mirando a su alrededor en busca de su hermano "el rompecorazones", llegando a sacar binoculares de su cabello. -¿...pero de cabello violeta quizás?- el más alto tarareo, pensativa, haciendo un sonido de realización a los pocos segundos.

-Oh si, de seguro te refieres a Bruce- señaló hacia una dirección. -Tiene un restaurante muy bueno con su esposa no muy lejos. Solo deben seguir derecho por aquí, lo encontraras fácilmente porque tiene su nombre en la parte de arriba- hizo un gesto.

-Gracias- sonrió, aliviado de tener al menos una pista.

-Fue un placer~- se enderezó, de seguro dispuesto a volver a sus actividades. -Vuelvan cuando quieran vacacionar- hizo un gesto de despedida antes de darles la espalda, un grupo haciéndole gestos para que se acercaran y así, los trolls quedaron solos una vez más.

-Muy bien, ya sé a donde ir primero- anuncio, deteniéndose cuando se volteo y se encontró con el rostro de la reina, quien lo miraba con ojos brillantes y una lenta sonrisa dibujándose en su rostro. -¿Qué?- avanzó, sintiéndose algo juzgado de repente.

-Es tan genial verte siendo toda una "mariposa social"- ríe con alegría pura y él bufa con burla ligera, avanzando, dejando que ella caminara a su lado.

-No sé si tanto así, me siento más como una polilla que una mariposa- su cola se agitó, mientras la de ella se sacudía con mucho ánimo. La reina era energética, la envidiaba un poco.

-Siempre pensé que serias más un gato- comentó Cooper con una gran sonrisa, sin verse afectado por el ceño fruncido en el rostro del troll gris que se volteo a verlo, sus orejas ardiendo mientras escuchaba la risa de los presentes.

John Dory se quedó atrás por el momento, mirándolos, sintiéndose tan fuera de lugar que daba muchas ganas de enterarse en la arena o volver a Rhonda. Era bueno que Branch había logrado hacer amigos después de todo, porque el bebé había decidido que pasar tiempo con ellos y la abuela era suficiente socialización para él, pero enviaba una punzada de envidia a su pecho cada vez que el menor le dedica una mirada de muerte a él y lucia tan cariñoso con ellos.

Solo podía esperar que el viaje ayudará a apaciguar un poco ese resentimiento en el menor.

Encuentran el restaurante con gran facilidad, el nombre en la parte superior ayudando mucho en ello, adentrándose y moviéndose con paso cauteloso. Esta lleno de isleños comiendo y hablando, con copas en mano, disfrutando del buen día que tiene la isla.

Entre todos ellos, está el troll que habían estado buscando.

-Muy bien, en seguida viene su orden- asintió hacia algunos clientes, anotando cosas en su libreta, mostrando una suave sonrisa antes de empezar a alejarse y es entonces que JD reacciona.

-¡Spruce!- llama y avanza con grandes pasos, la cola del troll con cabello violeta tensándose notablemente.

-Ah, siempre temí que este día llegará- bufo, sin darse vuelta siquiera. -Escucha, se que me puedes reconocer como un integrante de BroZone y puedo darte una autógrafo o lo que quieras pero tienes que mantenerlo bajo- avanzó con decisión, mientras Branch no podía evitar rodar los ojos.

-Aun eres un maldito creído, ¿no es así?- bufo con burla, cortando sus palabras bruscamente. Spruce pareció sorprendido, volteándose con toda la intención de contestas y quizás echar a quien había dicho eso, solo para detenerse en seco.

-¡Hey, hermano!- JD abrió los brazos con una gran sonrisa, esperando un abrazo al aparecer, pero el otro solo lucia más confundido.

-¿John Dory?- parpadeo. -Vaya, los años te trataron mal- hizo una mueca, haciendo un gesto con una de sus manos, aunque no tardo mucho en sonreír con cierta burla.

-Hablo el que parece que puede rodar fácilmente por la escalera- rodó los ojos, bajando los brazos con decepción. Solo quería ser bien recibido por alguno de sus hermanos, ¿era demasiado pedir?

-¿Qué puedo decir? Perdí la línea y quede en curva pero me gusta esto- se encogió de hombros con desinterés, acariciando su panza con una de sus manos. Noto al resto del grupo que los miraba, enarcado una ceja hacia ellos. -¿Y ustedes?-

-Por favor, dime que puedo...- el sobreviviente miro a la reina con súplica, agitando su puño cerrado en una gesto tan claro que hizo que JD se moviera para salir del camino por seguridad.

-Branch, no- Poppy mantuvo voz firme y amable, colocando su mano sobre la ajena para hacerlo bajar el puño pero eso fue suficiente para mayor, quien soltó lo que tenía en sus manos ante el nombre.

-¿Branch?- jadeo con sorpresa, avanzando con pasos cuidadosos, analizando a aquel hermano que solo era un bebé la última vez que lo vio. -Tu...- no sabe si llorar o no, sus orejas bajando mientras su expresión decía. -¿Qué te sucedió?- esta angustiado, sin haber esperado ver al bebé de la familia en ese estado y mucho menos gris. -Eres...gris- parece al borde de las lágrimas, sus manos estiradas pero sin tocar al otro por el momento, luciendo como si estuviera entre abrazarlo o revisarlo, el menor no lo tiene muy en claro.

-No me digas- Branch bufo con sarcasmo. Miro de reojo a su alrededor, volviendo a mirar al mayor al verlo acercarse unos pasos más, con las manos en alto y una intención no muy clara pero ahí es cuando pone el límite. No los quiere cerca, no cuando aún esta dolido, y no duda. Sus orejas se aplanan contra su cabeza, mostrando apenas los dientes y dejando escapar un gruñido profundo en una señal clara de amenaza, el sonido apagándose lentamente mientras Spruce parecía pensarlo mejor y se alejaba unos cuantos pasos con las manos en alto, luciendo confundido y herido.

-¡Eso fue genial!- de sobresalto ante la voz infantil, volteándose, un poco intimidado ante la cantidad de niños que de repente lo estaban observando. Tenían diferentes edades, alturas y colores pero un peinado muy familia y aunque eran niños, aun eran mucho más altos que ellos. -¿Puedes hacerlo de nuevo?- la más pequeña, una niña quizás, se agacha para verlo de frente con emoción notable en sus ojos.

-Bueno...- miro de reojo a su familia, quienes le hicieron señas con sonrisas divertidas pero de apoyo y él volvió a mirar a los menores, agitando la cola con cierta ansiedad. Volvió a repetir el gesto anterior, gruñendo una vez más, y aunque se suponía que era amenazante, ellos parecían encantados.

-¡Es asombroso!- estaban fascinados, casi con estrellas brillando en sus ojos.

-¿Tu puedes hacer eso, papá?- miraron al de cabello violeta, con altas expectativas, él luciendo un poco nervioso mientras se rascaba la nuca. Eso era nuevo, uno de ellos era padre, y Branch se abstiene de hacer una broma cruel sobre eso, solo porque hay niños presentes.

-No, los trolls...se suponen que no pueden hacer ese tipo de sonidos- se rasco la nuca, mirando al menor con expresión pensativa, sin entender su comportamiento pero a Branch no le importa, lo ignora, solo mirando a los niños.

-Soy diferente- tarareo con una sonrisa divertida, volviendo a ser el centro de atención entre los menores. Los niños siempre parecían estar interesados en él por alguna u otra razón, había sido seguido durante horas por los pequeños funk, los menores clásicos había decidido hacerle un cambio de imagen elegante, los pequeños del country habían decidido que él era el juego más entretenido que tenían, hasta los techno lo adoraban. Era extraño y algo que no entendía del todo.

-¿Es porque eres gris?- uno de ellos de atrevió a preguntar y aunque la isleña tras la barra lo llamo, escandalizada, el troll no se lo tomo como algo personal.

-Nha, viví mucho tiempo en el bosque- se encogió de hombros con tranquilidad, ignorando las miradas angustiada de los mayores, quienes tenían muchas preguntas que hacer pero no se animaban en ese momento. Sus palabras solo activan la curiosidad de ellos, quienes no tardan mucho en llenarlo de preguntas que lucha un poco por contestas pero prefiere lidiar con ellos y no con sus supuestos hermanos.

Aun quiere golpearlos.