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Intruso

Espero que les guste~

Nota: Lo siento pero Biggie me cae medio mal xD

Nota-2: Voy a ser muy sincera...tengo unos cuantos capítulos terminados que se me acumulan, porque puede o no que me haya inspirado un poco de más :3

Viajaron durante toda la noche, más que nada dejando que el viento los guiará, porque resulta que la reina en realidad no sabía como manejar el globo. Por suerte, el globo con un instructivo un poco extenso, de 246 páginas para ser más exactos, pero solo uno está a dispuesto a leerlo.

Branch se sentó con el libro entre sus manos, un poco de emocionado si debía ser sincero, aprender cosas nuevas y en especial algo así de interesante como manejar ese globo raro lleno de botones, llamaba mucho su atención.

-Dulce conocimiento- tarareo con cierto encanto, acariciando la tapa un poco antes de abrirlo, acomodándose para empezar a leer y aprender.

-Es muy largo- Poppy hizo un puchero, quejumbrosa, de seguro empezando a aburrirse por la falta de canción y baile mañanero al que de seguro estaba acostumbrada. -No necesitamos instrucciones, solo hay que apretar y aprender- se acerco al tablero, su sonrisa grande y juguetona, su cola agitándose y sus dedos listos para lo que seguía. El sobreviviente bufo, preparándose para lo que venía. La reina apretó cada botón que había allí, accionando las palancas de igual manera causando un efecto inmediato. Se movió a gran velocidad, dando vueltas y sacudones, los trolls sin salir volando solo porque se aferraron con fuerza pero en algún punto, para su alivio, se detiene y vuelven a flotar tranquilos.

-¡Ya no toques nada, Poppy!- suplico el globo, sonando entre mareado y cansado, demasiadas vueltas a esa velocidad no debió ser bueno, ni siquiera para el globo que los llevaba.

-Lo siento- bajo las orejas con cierta vergüenza.

-Y es por eso que se necesita leer las instrucciones- el sobreviviente volvió toda su atención a lo que tenia entre sus manos, moviendo apenas la punta de su de manera distraída. Mientras, la reina hizo un puchero, acercándose al otro con una sola intención. Robarle el libro y tirarlo lejos.

-¡Solo hay dejarse llevar y...!- Branch aplastó sus orejas contra su cabeza, a la defensiva, dejando escapar un gruñido profundo y resonante, mostrando los dientes en una demostración salvaje. Podía ser demasiado pero ella retrocedió con cierto miedo, levantando la manos en señal de inocencia y esa fue su intención. -...esta bien, te dejaré con tu libro- apoyo sus manos en el borde de la canasta, intimidada. Cree que estuvo a punto de cruzar un límite.

-Gracias- soltó con cierto sarcasmo, respirando profundo para calmarse, concentrandose en el libro una vez más. Alcanza a leer unas cuantas páginas, la reina aburrida mirando a la nada y tarareando de una manera distraída, su momento de paz y ligero silencio rotó por lo que parece ser un ronquido, de esos ruidosos y que casi parecen sacudir todo a su alrededor. -¿Qué rayos...?- se levantó, guardando el manual entre su cabello, agitando apenas las orejas mientras seguir el ruido y frunciendo el ceño al notar que parecía venir de entre las cosas que Poppy había subido, muchos dulces de todo tipo. La reina se acerco con confianza y curiosidad, agarrando parte del algodón de azúcar rosa para hacerlo a un lado, sus ojos brillando al instante.

-¡Biggie!- ahí estaba su mejor amigo de piel azul, manchado con el dulce rosa, acunando a su mascota con un brazo y uno de sus dedos metidos en la boca de este por alguna razón. Branch no pude evitar hacer una mueca, sin saber como el otro puede dormir tan tranquilo con esa cosa pegajosa encima, él no podría. -¡Despierta, despierta!- lo empuja y el gran troll se queja, gruñendo, pero abriendo los ojos y parpadeando para orientarse.

-Oh, hola Poppy- sonrió al verla, bostezando antes de levantarse, aquella cosa rosa cubriendo casi toda su piel. -Lo siento, me emocione, ya sabes como me pongo con el algodón de azúcar- rio sin vergüenza, bajando la vista al notar que su mascota esta pegada a su pecho. -Ah, quedamos todo pegajosos- lucha por quitarlo, agitándose, abriendo los ojos con horror cuando su adorada mascota cae por el borde. -¡Mr. Dinkles!- se lanza, suspirando de alivio al ver que este quedó pegado en el costado de la cansaste. -Mr. Dinkles, por un momento pensé que te había perdido- lo toma entre sus manos, aunque su atención se desvía por un segundo. Nota entonces la altura en la que están, bajando las orejas ante el entorno desconocido, su cola agitándose con ansiedad. -¡Poppy!- se voltea a verla, abrazando a su mascota contaré su pecho, luciendo como si estuviera buscando consuelo. -¡¿Dónde estamos?!- jadea.

-Estamos en una misión para ayudar a Barb a unir a todos los trolls- su sonrisa es grande, mientras la expresión del más alto decae con cierto espanto.

-Bienvenido a este desastre- Branch se cruzó de brazos, sin saber como sentirse. No tenía mucha relación con este troll en particular y aunque sonara mal, prefería mantener una cierta distancia, recordando muchos de sus comentarios mal disimulados. Les da la espalda, ignorando su conversación, ella hablando de como va a repartir dulces con la otra reina y va a abrazar a todos los posibles, mientras él lucha por intentar entender del todo lo que esta sucediendo y solo queriendo volver a casa pero el sobreviviente deja de escuchar cuando un nuevo paisaje aparece ante su vista, haciéndose más claro a medida que se adelantan. -Poppy...- llama, frunciendo el ceño mientras ella sigue divagando. -¡Poppy!- la reina se detiene, mirándolo con los ojos bien abiertos. -Mira- hace un gesto y ella se para a su lado, su expresión feliz desapareciendo. Parece ser un pueblo, el de los clásicos supone mientras el trolls gris se esfuerza por recordar el mapa, pero todo luce destrozado y quemado, abandonado también.

-¿Qué sucedió?- Biggie hace la pregunta que corre por la mente del troll gris pero él solo aprieta los labios, siendo el primero en salir en cuando el globo desciende y tocan tierra.

-Algo muy malo- se inclina, agarrando algo que parece ser parte de una partitura, los bordes quemados hasta el punto de ser difícil de ver la melodía escrita allí alguna vez. Hay muchos de esos, siendo llevados por el viento. Poppy luce aprensiva, triste mientras observa los destrozos, su cola baja y rozando el suelo, casi acurrucándose dentro de su capa. Allí, en ese mismo instante, todo se siente mal e incorrecto.

-¡¿Quién está allí?!- una voz resuena y Branch alza las orejas, alerta, frunciendo el ceño al no ver a nadie por el momento. -¿Son buenos o son malos?- la voz suena cautelosa, casi infantil también.

-¡Somos buenos!- la reina se adelanta. -Somos trolls del pop, solo...queremos ayudar- habla, esperando que eso pudiera ayudar.

-Oh...- y de una pequeña colina, algo rueda, lento y tranquilo hasta detenerse frente a ellos. -Hola- es una flauta con vida de alguna manera, los grandes ojos bien abiertos y asustados, el corazón de la reina casi rompiéndose cuando se agacha y la toma entre sus manos, sintiéndola temblar.

-¿Estás bien?- es amable, suave, logrando que una pequeña sonrisa se dibujara en el rostro  del instrumento que asiente. -¿Crees que puedes decirme que es este lugar?-

-Sinfonopolis, hogar de los trolls de la música clásica...- tose, sonando algo ahogado y Poppy siente preocupación, porque no sabe como ayudarlo pero el instrumento parece recomponerse por si mismo, para poder continuar. -...pero eso quedo en el pasado- hace una mueca

-¿Qué ocurrió aquí?- Biggie acurruca a su mascota, opresivo por el lugar desconocido pero por sobre todo, triste por como todo se ve. Quemado, destruido, le recuerda un poco a cuando su aldea fue atacada y esa berteno destrozo todo a su paso. Son malos recuerdos.

-Este era el lugar más prodigioso de todos- sonríe, luciendo soñados, como si estuviera recordando como se veía todo antes de todo. -Un lugar donde todos los trolls de la música clásica podían vivir en perfecta armonía, donde todos podían tocar juntos y con libertad. A donde nos condujera el conductor, lo seguíamos pero entonces...- su sonrisa de desvaneció lentamente, dejando algo más triste en su lugar. -...la reina Barb apareció- Poppy sintió algo en su interior estremecerse, teniendo un extraño presentimiento que se negó a reconocer como malo. Mientras tanto, Branch se tensa, frunciendo el ceño entre estar pensativo y enojado. -Fue mala, destruyo todo nuestro hogar, encarcelo a todos los trolls que aquí vivían e los instrumentos...- sollozo, dolida. -...nuestro director se negó a darles lo que quería pero ella no tuvo piedad y se lo arrebato de sus manos- la reina cayo de rodillas, el peso de la verdad llegando lentamente a sus hombros. -Se llevo nuestra cuerda, nuestra muisca, a nuestra gente...se lo llevo todo- su llanto se corta con una toz profunda.

-Oye, oye- Branch se acerca entonces y con manos amables, toma la flauta, haciendo una mueca al ver a la reina inmóvil y en shock. -Intenta tranquilizarte- se siente torpe sujetando un instrumento, un poco asombrado también de que este tuviera vida pero teniendo en cuenta todo lo que a visto hasta el momento, en realidad no es lo más raro del mundo. Lo sujeta, acariciando lo que sería su espalda, ayudando a que la toz pasara.

-¿Poppy?- Biggie se acerca a su amiga, preocupado de verlo tan quieta.

-Barba no quiere unirnos...- es horrible la realización que llega a ella y por un segundo, le hubiera gustado vivir un poco más en su idea anterior. -...quiere destruirnos-

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