Espero que les guste~

Branch suele ser un madrugador, se esos que se despierta muy temprano y se levanta lo más pronto posible para aprovechar cada segundo del día, terminando de activar su mente con una dosis diaria de cafeína pura antes de empezar con sus actividades del día.

Aunque, en ese mismo momento, despertar es un proceso lento y dificultoso.

-Agh...- se retuerce, luchando para que sus extremidades obedecieran, estirándose hasta donde puede antes de empujarse con sus manos y sentarse, sintiéndose aturdido y muy perdido. Es la primera vez en mucho tiempo que tiene un sueño tan profundo y tranquilo, es raro.

-¿Café?- su nariz capta ese olor familiar y estira las manos ciegamente para agarrarlo, escuchando a medias una risa ligera a su lado. -Ya, ya. Aquí tienes- hay manos que guían las suyas y pronto, esta sosteniendo una taza cálida que no duda en acercar a su rostro y darle un sorbo, suspirando con satisfacción. Tarda un poco en hacer efecto pero al cabo de unos minutos, se siente mucho más despierto que antes y con eso, vuelve a ser consiente de donde esta...o bueno, de donde no esta.

-¿Qué paso?- mira a su alrededor, sin entender en que momento se durmió, porque estaba seguro que había tomado la suficiente cafeína como para una noches de insomnio, con parte de su paranoica y desconfianza ayudándolo a mantenerse despierto pero algo pareció fallar.

-Chaz- Hickory se siente a su lado, con una guitarra sacada de quien sabe donde entre sus manos, tocando las cuerdas de manera distraída, luciendo tranquilo. -Un cazarrecompensas que vienen por tu amiga y su cuerda- explico ante la confusión en el rostro ajeno.

-Ah, lo que nos faltaba- bufo, otro problema más en su camino, como las cosas no estuvieran complicadas de por si. -Creo haber escuchado...¿música?- una melodía lenta y suave que había vuelto su mente lenta.

-Jazz suave, es hipnotizante- Hickory empujo un poco su sombrero hacia atrás, mirando al troll con algo suave y que parecía ser preocupación. -Te hizo dormir, no pudimos despertarte.

-¿Lo golpeaste?- lo miro con seriedad y el otro parpadeo, sorprendido, antes de soltar una carcajada involuntaria.

-Por supuesto- no dudo en decir, extrañamente divertido por la repentina pregunta.

-Genial- asintió con cierta satisfacción, tomando un poco más de su café. Puede sentir a Tina aun en su cabello, se pregunta si se quedo allí todo este tiempo, pero mientras mira a su alrededor, nota la falta del par de locos a los que estaba acompañando.

-Te perdiste el drama, amigo- el de cabello naranja comento, como si pudiera leer la mente ajena por un segundo. -El grandote se fue anoche, enojado...- el sobreviviente parpadeo, algo sorprendido ¿Biggie se enojo? Eso era algo nuevo y poco común, algo que le hubiera gustado mucho ver si es sincero. -...y ella a estado silenciosa desde entonces- señalo a Poppy, quien estaba parada tras el timón, con la expresión en blanco y los ojos perdidos en frente, sin lucir como si estuviera prestando real atención.

-Supongo que el positivismo sin limite de Poppy canso un poco a Biggie, ¿eh?- bufo cuando vio al otro tararear, ya no tan sorprendido ahora. Biggie no había querido participar en esa loca aventura, solo se había dormido en el lugar equivocado, y no le habrá gustado nada todo lo que había vivido, el ataque de Chaz siendo la gota que colmo el vaso.

-¿Sabías que eso sucedería?- enarco una ceja, silbando con cierto asombro cuando el otro asintió.

-Poppy puede ser...demasiado- era la mejor manera de expresarlo sin ser grosero. -En especial cuando tiene una idea, es como si en ese mismo momento, ignorara todo lo demás y se centrara en una cosa, como en una visión túnel- era una simple y pura verdad. Hickory pareció algo aprensivo con esa información, luciendo como si quisiera decir algo pero alguien se le adelanto.

-¡Miren!- Poppy grito y entonces, levantaron la vista, parpadeando con sorpresa ante la gran cosa que aprecia ser una especie de nave de algún tuvo que sobrevolaba por encima de ellos, su puerta inferior abriéndose y con una extraña sustancia cayendo, rodeando la balsa.

-¿Burbujas?- Branch frunció el ceño, rápido en levantarse pero apenas pudo moverse ante de ser encerrado dentro de esta, tropezando ante la falta de suelo y empezando a elevarse, yendo directamente a la nave. Hickory fue el siguiente en caer, después de intentar reventar la burbuja con su guitarra, y por último Poppy, quien pareció encantada por un segundo antes de ser encerrada de igual manera.

Fueron llevados directamente hasta dentro de la nave, llevándose una sorpresa al darse cuenta de que era realmente inmensa por dentro, mostrando toda una aldea llena de colores y patrones algo únicos, con tonadas que resonaban por su alrededor y troll de largas extremidades siguiendo con su vida, algunos cantando sobre un gran escenario.

Son llevados hasta una habitación, Poppy quedando perfectamente sentada, mientras Hickory caía casi de cara y Branch era rápido en moverse para caer en cuatro patas, enderezándose lentamente y mirando a su alrededor con curiosidad, bufando cuando la manta violeta con la que se había despertado cayo encima suyo. Se apresuro a quitarse y doblarla con manos rápidas, guardándola en su cabello, justo a tiempo para escuchar pasos acercarse a donde están.

-Bienvenidos a la Villa de los Funk...- hay una voz amable y tranquila que les habla. -...son invitados del príncipe Cooper- alguien se acerca, con un aspecto tan familiar que hace que la reina jadee de la emoción y se rápida en levantarse.

-¡Cooper, no puedo creer que estés aquí!- ella se le acerca, aunque el sobreviviente la detiene con un ligero tirón.

-No es Cooper- señala al darse cuenta de los pequeños detalles, el troll funk sonriendo con algo parecido a la diversión y al encanto.

-Buen ojo~- le hace un guiño y el troll gris solo puede mirarlo por un segundo, antes de que una nueva voz se una a ellos.

-¡Branch!- el mencionado apenas tuvo tiempo de parpadear antes de ser repentinamente tacleado, sin caer al suelo en realidad, sino siendo rodeado por extremidades fuertes y medio ahogado entre pelaje con olor a pastelillos.

-...hey, Coop- logra darle una ligera y torpe palmada en donde puede alcanzar, obligándose a si mismo a relajarse ante el gesto extrañamente familiar. Este si era Cooper, podía reconocerlo. -Supongo que tu viaje tuvo éxito- se sacude un poco cuando el otro lo suelta, contento ante la gran sonrisa ajena.

-¡No tienes idea, amigo!- rio alegremente, dando pequeños y rápidos pasos llenos de emoción. -¡Tu mochila fue una gran idea!- parece recordar de repente, ignorante de la mirada curiosa y confundida de la reina, quien los observa en silencio. -Esas botellas de agua extra que me diste me salvaron en el desierto de brillantina-

-Es bueno saberlo- se siente aliviado de haber podido ayudar, incluso si en realidad no había estado allí. -¿Así que un troll funk?- enarco una ceja con cierta diversión.

-¿Puedes creerlo?- su sonrisa solo parece agrandarse. -Y la cosa mejora- se ríe de la pura emoción. -¡Oh!- sus ojos se iluminaron. -Te dije que te iba a presentar a mi familia si los encontraba- parece recordar sus palabras de aquella noche en su bunker y hace un gesto con una de sus manos, el otro troll del funk acortando la distancia con pasos rápidos, ambos dándose pequeños y juguetones empujones entre ellos. Verlos juntos hace que sea un poco más impresionante, con un gran parecido y pequeñas diferencias pero notablemente. -Él es mi hermano gemelo, Darnell- y eso solo parece llenarlo de más emoción.

-Príncipe D, a su servicio- les sonríe, con algo suave y amable en su simple expresión. Branch solo puede hacer un amague torpe, sonriendo con nerviosismo, moviendo su mano libre para agarrar su cola que se retorcía detrás suyo en señal de ligera ansiedad. Muchos lugares y rostros nuevos en tan poco tiempo.

-¿Cómo es esto posible?- Poppy decide preguntar, genuinamente curiosa pero feliz por su amigo que encontró a su familia.

-Es una historia muy complicada- Cooper hace una expresión seria. -Resulta que un pájaro me robo cuando era solo un huevo y por suerte, me dejo cerca de la Villa Pop...- Branch hace una mueca, maldiciendo a las aves en su mente, ya sabía que no eran de fiar y solo podían causar problemas. -...pero mientras viajaba, ellos me encontraron- termina con una sonrisa, entre hermanos riéndose por alguna razón, luciendo como niños pero trayendo sonrisas en los presentes. Ambos alzan la vista, corriendo hacia los nuevos trolls que se adentran a la habitación, los ojos de los pop abriéndose con sorpresa ante la apariencia de quienes están allí.