pov's jeon jungkook

—No me esperaba ese beso entre JaeHyun y tú, fue asombroso. —pronunciaba Gyeong-Hui, caminando al rededor de la porrista, está con sus comisuras elevadas asentía a todo lo que su inocente gemela decía— Eres la más bonita de entre todo el equipo.

Decidí dar por alto a la situación sujetando la mano de la menor, odiaba verla rebajándose para aumentar el ego de JiYu. Por eso, la pegué junto a mí, proveniendo cualquier acción de la contraria.

—¿A ti qué te pareció? —por el rabillo del ojo me observó.

—Estuvo bien.—me limité a decir, sin siquiera estar demasiado enojado, aparentaba aquello, cuando en realidad mi furia deseaba comentar actos poco éticos a este punto.

La pelinegra rió por lo bajo, disfrutando de todas mis reacciones, ella lo hizo adrede, beso a JaeHyun sabiendo que es uno de los chicos que más odio desde que llegué a la escuela. Saber que ellos se han besado, y que posiblemente ya lo hayan hecho antes, duele más de lo que quisiera. Cuando llegue a la escuela fue él quien comenzó algunos rumores con respecto a si era huérfano, lo era, por eso se divertía tanto insultandome a las espaldas.

No nací en cuna de oro como otros, más bien, fui dado a la iglesia y criado en casas aleatorias. Su gusto por JiYu lo hizo sentir celoso de mi por vivir con ella, decía que un mendigo no podía convivir con alguien como la reina del instituto, pues soy de un nivel mucho más bajo. No quise darle mucha importancia a lo que decía, después de todo no me siento avergonzado de mis raíces. Pero, en algún punto, comenzó a afectarme cuando hasta la mismísima JiYu le daba la razón, desde su trono egoísta asentía a todo lo malo que JaeHyun decía de mi. No entré al equipo por lo mismo, y me concentré en solo huir de personas como ellos.

En personas como yo hay mucha presión, lo que menos necesito es estar al tanto de jóvenes narcisistas. 

Volviendo a la realidad, un auto se detiene frente a nosotros, el chófer, quien esta vez no es nuestro padre, sale para abrirnos la puerta. Primero ingresa la gemela mayor, sentándose en la parte de atrás.

—Gyeong-Hui, vé adelante.

—¿En serio? —preguntó consternada, jamás la había dejado estar en su lugar antes. Ante el asentimiento de la femenina, la menor entró con una sonrisa en sus labios.

No tuve más opción que sentarme con ella, a solo centímetros de diferencia por el espacio del asiento del medio. Mi pierna temblaba moviéndose mientras el recorrido a casa comenzaba, no pude ver el momento en que se había acercando más a mi, discretamente, aprovechando que ni el chófer o su hermana están al tanto de lo que pasa atrás con la poca luz que ingresa de afuera. Mi respiración se acelera a medida que el perfume que lleva inunda todas mis fosas nasales.

—No finjas ser fuerte, ambos sabemos que estas herido. —susurró contra mi oído, causandome un escalofrío que recorrió todo mi cuerpo— Dime, ¿Qué tan enojado estás?

Una de sus manos comenzó a deslizarse por mi muslo, subiendo lentamente hacia mi entrepierna. Quise detenerla, pero no pude, porque no quería. Cerré mis ojos, con el corazón latiendo a toda velocidad y la sensación de adrenalina en mi organismo, solo dejé que prosiguieron sabiendo que está la otra gemela más adelante, cantando sus canciones de grupos masculinos a todo volumen.

—Nos van a descubrir, detente. —logre articular, nervioso.

Eso a ella no le importó, siguiendo su propia moral bajo el cierre a mis jeans para ingresar su mano dentro de mi ropa interior, jadeé, bajando la vista para ver como masajeaba algo que crecía con cada estimulación. Me sostuve del costado del asiento, la piel se me había puesto de gallina con sólo su respiración cerca, con mi otra mano libre cubrí mis labios para evitar que algún ruido fuerte se me escapara. Si es que ellos se daban cuenta de lo que pasaba aquí, estoy seguro de que no solo volveré a la calle, sino que también JiYu se burlara de mi por ser tan imbécil.

Apreté los labios, moviendo la cabeza hacia atrás, cerrando los ojos; un gemido quedó atascado en medio de mi garganta, deseaba tanto tomar su mano y hacerla mover más rápido. Sus delicados dedos bajan y suben, ocasionando un torturoso ritmo, ¿Qué clase de tortura es esta? Donde no hace más que ello para provocarme frustración. Bajé la mano que cubría mi boca para atrapar la suya, con el líquido pegajoso manchandole, comencé un ritmo más rápido, mandando un inevitable calor por todo mi abdomen, arqueé mi espalda cuando el placer fue más fuerte que antes.

Hice una pausa para mirarla, con su labio siendo mordido no aparta la vista de mi miembro. La punta hinchada es acariciada por su dedo pulgar, esparciendo el pre-semen por todos lados, indudablemente es mejor que ella lo haga a que yo me mansturbe a solas, tener que sentirla me genera un enorme morbo. Sonreí agitado, sin detener los movimientos, pasando desde mi tronco hasta las bolas, hice que tocara todo.

—Joder, JiYu, que bien se siente. —el abdomen se me tenso, imágenes pasan por mi cabeza, pensando en que la haría hacer esta noche, haciéndola pagar por ser una perra barata.

El Jungkook temeroso se había esfumado, estaba cegado por el placer. 

Cuando estaba decidido a venirme en su maldita mano, el auto se detuvo. Preocupado guarde mi pene dentro de los pantalones, JiYu se alejó con precaución y todos comenzaron a bajar.

Jodida mierda, ¿Ahora como esperaré hasta las tres?