e p í l o g o
epílogo
¡ smut suave !
Mientras se lea de esta manera, serán o será un recuerdo.
JungKook podía sentir aquellas largas y fuertes manos pasar por su delicado cuerpo, de forma lenta, sintiéndolas apreciar cada parte de su ser.
Amaba tener este tipo de encuentros con su novio, porque le encantaba la manera en la que TaeHyung lo hacía sentir. Amaba el sentirse protegido, amado y valorado.
Los labios del mayor se encargaban de dejar marcas en su cuello, mientras él dejaba escapar suaves suspiros de satisfacción, la falta de ropa en ambos cuerpos cumpliendo extremadamente bien su trabajo al mandarles deliciosas descargas de placer con solo sus lentos roces.
Porque todo era lento y delicado cuando se trataba de hacer el amor.
Sintiendo los dedos del moreno surcar en su interior para dilatarlo, JungKook creía tocar las nubes. Tener este tipo de contacto con TaeHyung era el más puro y hermoso para él, dios, le encantaba, aquella intimidad de la cual nunca se cansaría siempre y cuando aquellos brazos que ahora lo atesoraban siempre se mantuvieran así, solo para amarlo y cuidarlo.
―T-Taehyungie~ ―gimió suave, echando su cabeza hacia atrás debido al extremo placer que lo invadió al sentir a su amante adentrarse en su interior, su entrada recibiendo con gusto el miembro ajeno.
―JungKookie~ ―gruñó bajito el moreno, sosteniendo a su enamorado entre sus brazos y acomodándolos para no estar en una posición incómoda, nunca dejando el ir despacio, porque TaeHyung sabía que su pareja lo amaba así, al igual que él.
Ir lento, con delicadeza, con amor.
Apenas JungKook movió sus caderas, y TaeHyung supo que estaba preparado, las embestidas del moreno no se hicieron esperar. Eran rápidas pero a la vez profundas, contando con una precisión exacta que al menor lo hacía delirar, sintiendo el miembro de su pareja recorrer su interior por completo, sintiéndolo en todo su ser.
Gemidos dulces escapaban de la boca de Jeon, mientras TaeHyung escondía su rostro en el cuello de su chico para dejar escapar leves gruñidos de placer. Las piernas de JungKook se mantenía enrolladas en la cintura ajena, y sus brazos se encargaban de darle la posibilidad a sus manos de dejar marcas de rasguños en la espalda de su amante.
―Oh~ Mmgh, T-tae~ ―las embestidas dando contra aquel punto que lo hacía rozar la cúspide de su satisfacción. JungKook se sentía desfallecer.
―Mi amor... ―susurró el contrario, buscando los labios de su novio, comenzando así un beso apasionado que irradiaba muchos sentimientos. Sin dejar de moverse y entrelazando una de sus manos con la de su chico, siguió― Te amo. ―finalizó apenas se separó de su precioso novio, quien lo miraba con sus ojitos brillosos y sus mejillas sonrojadas y mojadas de lágrimas.
―T-te amo más... TaeHyungie~ ―susurró, evitando con dolor ver las pequeñas marcas que el moreno portaba en el cuello, porque JungKook sabía que no eran de él. Aún así, no pudo evitar abrazarse a él, a quien más amaba, y quien más lo estaba destruyendo.
A TaeHyung.
» TaeHyung...
A pesar de todos estos años, aquel nombre, aquel ser, nunca abandonaba por completo su corazón.
¿Cómo hacerlo? JungKook lo había amado tanto, le había entregado todo de sí, ¿Cómo olvidar a alguien que marcó tan así su vida? «
Pero, por más que en algún momento sonó imposible, logró superarlo, logró tenerlo en su mente, pero no con otro tipo de objetivo más que el recordar, recapacitar y pensarlo como una lección en su juvenil vida.
Y aunque a veces tuvo problemas en confiar en las demás personas, no se rindió, siguió intentando hacer amigos y de apoco lo estaba logrando, olvidando todo lo sufrido y comenzando a vivir al máximo, porque así debe ser, o al menos se intenta que así sea.
Manteniendo en lo posible su vida estable, recordó el momento en el que logró conocer a un hermoso chico de hebras castañas y sonrisa cautivadora, de aura feliz y conmovedora que lo hizo sentir realmente bien desde el primer momento, HoSeok, era su nombre. Hace, exactamente, dos años, y no se arrepentía.
Jung HoSeok, un joven que llegó a su desolada vida como un rayito de sol, alumbrando sus días tristes, cambiando lo malo a bueno y haciéndole ver la vida un poco más entretenida, el mismo que se había ganado su total confianza, que lo había ayudado a superar todo a pasos pequeños pero seguros, quien le enseñó a volver a creer en el amor, en las amistades puras y sinceras, el mismo que ahora mantenía su pecho contra su espalda, su rostro en su desnudo cuello y sus brazos rodeando su adolorido cuerpo.
JungKook lo sintió moverse un poco, sonriendo de lado procedió a hablar.
―Buenos días, Solecito~ ―susurró pequeño y ronco. Suaves risitas escapando de sus rosaditos labios cuando la boca de su noviecito le dejaba múltiples besitos en el cuello, nuca y lo que alcanzaba de sus hombros y espalda― Yaaa~
―Buenos días, amor. ―correspondió el castaño, mirándolo con cariño.
¿Qué era de la vida de su ex-pareja, TaeHyung? No sabía, y la verdad era que no le importaba.
Ahora era feliz, y era lo único que le importaba. No era como los demás, era diferente, a su manera, y se sentía bien, realmente bien.
❝ que pena, taehyungie,
que pena, perdiendo
diamantes por fijarte
en piedras, ¿cómo no
te diste cuenta, cariño?❞
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro