🔹Five years ago.

(T/n) corrió hacia su habitación y a vez hubo terminado toda aquella pesadilla. Sin poder contener las lágrimas, se quitó lo más rápido que pudo sus ropas negras. Las medias, el vestido, los zapatos de tacón y se quitó esa estúpida trenza que le habían hecho en el pelo para la ocasión.

Solo quería llorar, llorar y gritar.

Quería escapar de ese mundo, pensar que no era todo más que un sueño del que se despertaría pronto pero no era así. Hoy nada era un sueño.

Al desvestirse, la esquina de su escritorio se clavó en si cintura, y ella gimió de pura rabia y dolor. Sentía que su cuerpo iba a estallar, que toda la conmoción que sentía acabaría por volverla loca.
Y así fue, o al menos así se sintió. Porque (T/n) rápidamente se encontró con que no podía respirar.

Las lágrimas y los gritos se atragantaban en un nudo en su laringe, y por mucho que tratase de calmarse tragando saliva, el mero hecho de volver a pensar en su padre volvía a encerrarla en aquel complejo laberinto del que intentaba ansiosa escapar.

Se tiró a la cama en ropa interior y se tapó con todos los edredones. Un profundo dolor oprimía su corazón y sus pulmones, y al gritar lo único que salía era un hilo de voz que encerraba a (T/n) en una angustia infinita.

Venía corriendo del cementerio. No había sido capaz de decirle adiós a su padre.

¿A dónde había ido? ¿Estaría bien? ¿Y si cuando muere, la gente muere del todo? ¡Basta ya de cinismos! Era muy fácil decir que una segunda oportunidad no existía cuando no había una razón verdadera para agarrarse a esa idea. ¿Pero ella? Había perdido a su padre, mucho antes de lo que debería haber aconteció.

¿Por qué? ¿Por qué había personas malvadas que vivían hasta los noventa y muchos? ¿Por qué su padre había tenido que morir a los cuarenta? ¿Qué clase de lógica era esa? ¿¡Dónde diablos estaba su padre ahora!? ¿Acaso ese cuerpo pálido era lo único que quedaba de él?

¿Por qué? ¿Por qué se nace para morir? ¿De qué sirve esta asqueroso vida si no es para sufrir hasta que ese sufrimiento acabe por consumirte?

No podía quedarse ahí. Necesitaba despejarse, salir de esas cuatro paredes a ver al único que la entendía; el mar. El mar era el único que podía calmarla. El mar de Ahlbeck, ninguno otro.
Pensar que en ese mar, su padre la enseñó a nadar tan sólo aumentaba en ella el deseo de sumergirse en sus aguas para sentir por unos instantes que su padre no había muerto de cáncer.

Que seguía allí.
Sin embargo (T/n) sabía, que por mucho que él mar la ayudase a recordar, su padre ahora no era más que un cadáver a puertas de la descomposición

🔹🔹🔹

El joven de apenas diecisiete años recién cumplidos corrió hacia la casa de (T/n). No la había visto fuera del funeral cuando terminó, y tenía miedo de que algo la hubiera ocurrido. No era bueno estar solo en un momento como ese, no cuando la muerte de su padre había roto cualquier estabilidad en (T/n).

Comprobó al llegar con angustia que (T/n) no estaba. No estaba en su cuarto, ni encerrada llorando en la ducha, ni tampoco podía encontrarla por los alrededores.

Giyuu salió de la casa a toda prisa, empujando sin querer a algunos de los miembros de la familia para abrirse paso hacia su moto. Sin pensárselo dos veces, subió al vehículo de dos ruedas y giró la llave dentro de la cerradura.

El colgante azul golpeó furioso su pecho cuando la moto comenzó a correr a toda velocidad. Ni siquiera se había puesto el casco cuando decidió recorrer cada lugar en Ahlbeck en el que pudiera estar (T/n).

¿Y si la había ocurrido algo? Ojalá simplemente necesitase pensar. Todo el mundo necesitaba estar solo a veces, incluso quizá en una situación como esa, realmente (T/n) sí necesitase estar sola ahora que lo pensaba dos veces.
Pero no con esa tormenta.

No ese día que el viento arrancaba las ramas de los árboles. No cuando las banderas rojas ondeaban indicando que era peligroso estar cerca del mar.

Corrió hacia la cabaña del bosque exhausto, pensando en encontrarla allí, o al menos por el camino. Pero nada. (T/n) no estaba por ningún sitio. Volvió a montarse de vuelta cuando no la encontró. Bordeó el bosque surfeando las curvas de la carretera lo más rápido posible y con una gran habilidad.

Sin embargo, las posibilidades de Giyuu de matarse en un accidente eran máximas.
Pero estaba claro que su momento no era ese.

No, desde luego que no lo era. Una mirada al mar le dio la respuesta exacta de dónde estaba (T/n).
Una única figura surcada el furioso océano. No era la primera vez que (T/n) ahogaba sus penas en agua salada y lágrimas, pero temía que algo malo le ocurriese entre esas olas tormentosas, y aún peor.
Temía que la intención de (T/n) fuera aquella.

Aceleró y bajó hasta el mar tan rápidamente como su motocicleta y sus propias piernas le permitieron. Ni siquiera se había quitado las zapatillas cuando se lanzó al mar a buscar a alcanzar a (T/n).

–¿A dónde demonios vas?

🔹🔹🔹

(T/n) dejó de nadar unos segundos para tomar aire, pero luego siguió nadando a crol para llegar lo más al interior posible. Necesitaba estar allí, el mar era lo que la joven más amaba, necesitaba llorar y gritar allí para que sus lágrimas sirvieran para algún propósito.

Fue cuando sus pies dejaron de tocar el fondo que comenzó a asustarse.
La corriente era demasiado fuerte, y cada vez tenía que empujar más sus piernas y su torso hacia arriba para respirar.
Entonces, una ola la arrolló empujando a (T/n) al fondo y arrancando de su cuello el collar que Giyuu le regaló.

No podía perder ese colgante. No podía. Ya había perdido a su padre, no quería perder aquel obsequio de parte de Giyuu. Se lo regaló el día que empezaron a salir. Simplemente no podía.

(T/n) tenía miedo de ver en su memoria cada vez más borroso el rostro de su padre. No quería que eso ocuriese con el colgante también.
Así que se lanzó de nuevo a la carga, decidida a recuperar el colgante.

Pero otra ola volvió a tumbarla, (T/n) no tuvo tiempo de cerrar la boca cuando el agua salada se coló en su boca y en sus pulmones al intentar respirar. Alargó el brazo para alcanzar el colgante, pero el cordón comenzó a pesar, hundiendo la gema en un fondo que ni ella era capaz de palpar con sus pies desnudos.

Pronto, (T/n) fue incapaz de escapar de la corriente.

Las olas la arrastraban más lejos de la orilla, y más profundamente hasta aquel fondo inseguro.
Los intervalos que pasaba sin respirar eran cada vez más frecuentes, justo cuando sus pulmones amenazaban con llenarse de agua para siempre, cuando sentía que la vida se escapaba de cada una de las trémulas respiraciones que no eran suficientes para que el oxígeno llegase a sus pulmones...

Alguien agarró a (T/n) de un brazo.

U

na gota de agua se deslizó por una superficie suave y fría, que adquirió pinceladas de calor acogedor y reconfortante a medida que su mano permanece presionada contra ella.

El contraste del dulce calor al frío del agua hacía que esa superficie tersa de piel sensibilizase aún más con la suya.

Ella se agarró con todas sus fuerzas a aquella figura de piel mojada, agradecida, sus lágrimas saladas pero cálidas se funden con el agua que traza en surcos su pecho.

Su brazo rodeó su cintura, y sintió sus  cabellos empapados acariciar su piel, las gotas de agua bajaron por las suaves hebras de cabellos negros como una noche sin luna hacia el final de estas, provocando cada una de las partículas minúsculas de agua que bajaban adquiriendo velocidad por la piel húmeda y fría de Giyuu, presionada aún contra la suya cándida...

(T/n) y Giyuu perdieron el conocimiento cuando llegaron a salvo a la orilla, y cayeron desmayados.

Pero él tardaría al menos un año en despertarse.
Aquel día, Giyuu Tomioka entró en coma y (T/n) Alden Brooke dejó Ahlbeck para no volver.

Cuando el joven despertó, lo único que quedaba de (T/n) era una carta.

Damn, sinners. Yo cada vez tengo menos ánimo para escribir. 🤟🏻✨💋