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Un dulce olor a palomitas de maíz inunda el ambiente, mezclándose con el empalagoso perfume azucarado del algodón de suaves colores pastel.
El latido de la música en miles de altavoces del recinto repartidos por todo ferial marca el ritmo de una música electrónica pegadiza y jovial.

Siente su estómago dar un vuelco al ver como de repente su cuerpo se aleja de todo eso... Sus pies cuelgan, y siente sus muslos tensarse contra una superficie de metal helada. Su respiración se agita cuando siente que su cuerpo asciende y desciende sin que ella mueva otro musculo que no sea para aferrarse a los barrotes de seguridad de aquella atracción.

Cuando consigue abrir los ojos, miles de luces opacadas por una capa borrosa se extienden allá donde mira... Y en el horizonte... El mar.
El mar reflejándose en el cielo negro de la noche. Cada vez esa capa de bruma se va haciendo más y más fina...

-(T/n), ¿Estás bien?... -Una suave risa se escucha a su lado. -¿Sabes? No tenías que haber subido si te daba miedo... Hey... Hey, cálmate. Estoy aquí contigo... Trata de pensar en otra cosa...

Era la voz de Giyuu, más tierna y dulce que nunca.
Se acercaba cada vez más a su rostro, casi como si el joven tratase de derramar sus susurros en su oído...

Antes de poder enfocar sus ojos azules la joven se despertó.
Miró a su alrededor. Asustada de estar de nuevo en el hospital...

Pero estaba en Ahlbeck. En esa casa frente a la playa alemana. No sabía si soñaba o recordaba...

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-¿Cómo te sentiste cuando te despertaste de la anestesia? -Preguntó el joven mientras paseaba a su lado por la pequeña pasarela de madera y juncos junto a la playa.

Hacía mucho viento ese día, las familias habrían decidido no ir a la playa por consecuencia de lo furioso y picado que el mar lucía aquellos días ventosos.
Todo había perdido su color, el cielo estaba completamente blanco y el reflejo niveo del cielo cubría Ahlbeck.

Aunque tuvieron que abrigarse un poco más, el paisaje seguía siendo hermoso, el viento y el sonido de las olas sin la muchedumbre turística en la lejanía eran unas tranquilidades que (T/n) realmente apreciaba.

-Embotada. Cuando me incorporé la sangre no me llegaba bien a la cabeza y era incapaz de ver nada. Tenía el cuerpo lleno de quemaduras y raspones de la propia tapicería del coche, alguna herida leve... Poca cosa, y también me abrí la muñeca.

-¿Te estás poniendo la crema para los...? ¡Maldición!, espera. -Giyuu volvió unos pasos atras en la pasarela y recogió algo del suelo. Lo inspeccionó en sus manos.

-¿Se te ha caído algo?
-Preguntó (T/n) girándose y acercándose a él.

-Sí, el colgante otra vez. Se me ha vuelto a caer porque el cierre está un poco dado de sí... No me extraña tampoco pero... -Suspiró mirando un poco desanimado como el cierre de su preciado prisma de cuarzo azul cada vez se accionaba peor.

-Cómprate otro. -Giyuu negó con la cabeza descartando esa idea inmediatamente.

-Si me compro otro es para cambiarle el cordel y el cierre, pero no voy a dejar este de lado. -Dijo tomándole entre sus dedos y enroscandolo alrededor de su muñeca, apretando un nudo con los dientes para que no se cayese al suelo de nuevo.

-¿Por qué es tan importante para ti? Cuando se te cayó e ibas corriendo y yo te lo recogí no pareció importarte demasiado. -Bromeó la joven. Sin embargo él mantenía un semblante serio.

-Tú tenías uno igual. Nos lo compramos en una feria ambulante que vino a Ahlbeck un verano. Es lo más personal que me quedaba de ti aparte de la carta. -Explicó Giyuu deshaciendo el nudo de su muñeca para ponérselo en las manos y dejar que ella lo viera.

(T/n) tomó el colgante entre sus manos.

-¿Tenía uno igual?

-Sí.

-¿Qué pasó con él? -Giyuu tardó en contestar, y (T/n) se temió lo peor.

-Se te perdió en el mar. Una ola te lo arrancó del cuello. -(T/n) se sintió extrañamente aliviada. Agradecía no haberlo tirado o algo así.
Ella le devolvió el colgante a Giyuu tomando su muñeca para hacerle un nudo con el cordel, metiendo las esquinas para que no se escapase de su mano. -La feria ambulante viene para estas fechas, hablando del tema. ¿Te gustaría ir? Quizá eso ayude a recordar... -Comentó Giyuu tratando de cambiar de asunto de una manera que no fuese muy obvia.

(T/n) miró a Giyuu a los ojos.
Empezaba a recordar algunas cosas. Tenía pequeñas pinceladas sobre lo que le gudtaba hacer.

-¿Me gustaban las sillas voladoras? Recuerdo que eran mi atracción favorita del parque... -Dijo (T/n) mirando al cielo mientras trataba de hacer un esfuerzo por vestir con palabras aquellos vagos recuerdos.

-Vaya, ¿Empiezas a recordar algo?

-Sí. Era la atracción que a ti más te gustaba... Pero tengo recuerdos de la noria. -Dijo frunciendo ligeramente el ceño. -¿Me gustaba la noria? No mucho, ¿Verdad? Pero hacía un esfuerzo por subir porque a ti sí te gustaba y tampoco quería quedarme sola abajo. -Añadió consiguiendo que Giyuu dejase de mirar al frente y la mirase a ella.

-Te daba vértigo porque estábamos muy alto. Y creías que nuestros asientos iban a salir disparados. -Dijo él tratando de exprimir todo lo que pudiera de los recuerdos de la feria. -¿Te acuerdas de lo que solíamos comer?

-No comíamos nada porque no nos fíabamos de la comida de la feria. Al final acabábamos con el estómago lleno de aceite y se nos estropeaba la noche. -Giyuu asintió con una sonrisa. -Pero sí solíamos beber. Incluso aunque tuviéramos diecisiete, porque tú siempre aparentaste más edad y te vendían alcohol. Yo sin embargo...

-No, tú no pasabas. Tenía que ir yo a comprar tu bebida. -Agregó con una sonrisa imperceptible al recordarla tan emocionada cuando venía con ambos vasos de plástico fosforito con más hielo que bebida. -¿Te acuerdas de algo más?

-Algo más... Una vez creo que nos quedamos parados en la cima de la noria, ¿Me equivoco? ¿Voy bien?... -Preguntó no muy segura. Aquello no lo recordaba muy bien.

-¿Recuerdas lo que ocurrió? -Preguntó Giyuu momentáneamente nervioso, parándose en seco en la pasarela. Casi parecía que le faltaba el aire.

-Solo recuerdo que estabas tú conmigo... Que tenía miedo... Y me dijiste que tratase de pensar en otra cosa... Y luego me decías algo pero... -Contestó ella lo más rápido que pudo por la momentánea alteración de Giyuu.

Él habría deseado decirle muchas cosas que pasaron en aquel momento, cruciales para varios recuerdos que Giyuu tenía miedo de desbloquear.

-No te preocupes. Has recordado hoy mucho. Estás avanzando... A las ocho te recojo en tu casa y vamos a la feria. ¿Te parece?

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Una gota de agua se desliza por una superficie suave y fría, que adquiere pinceladas de calor acogedor y reconfortante a medida que su mano permanece presionada contra ella.

El contraste del dulce calor al frío salado del agua hace que esa superficie tersa de piel sensibilizase aún más con la suya.

Ella se agarra con todas sus fuerzas a aquella figura de piel mojada, agradecida, sus lágrimas saladas pero cálidas se funden con el agua que traza en surcos su pecho.

Su brazo rodea su cintura, y siente sus cabellos empapados acariciar su piel, las gotas de agua bajan por las suaves hebras de cabellos negros como una noche sin luna hacia el final de estas, provocando cada una de las partículas minúsculas de agua que bajan adquiriendo velocidad por la piel húmeda y fría de Giyuu, presionada contra la suya cándida..

Había vuelto a soñar con él.

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