💧Elf💧
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[Contenido Sexual. Se ruega discreción]
–...Sabía que te gustaba. –Ambos intercambiaron una carcajada antes de mirarse con anhelo a los ojos y fundirse de nuevo en un beso.
Recordaba la piel mojada de Giyuu mejor que nunca...
Las manos de Giyuu viajaron hacia su cintura y comenzaron a escalar por su abdomen, acariciando suavemente la yema de sus dedos contra su suave piel húmeda y cálida.
–Giyuu. –Suspiró besando con intensidad contrario, agarrándose fuerte a sus hombros mientras pequeñas nubes de vapor salían de sus bocas. El joven desvió la suya a su cuello y comenzó a morder muy lentamente, como en la noche de la feria. Los ojos de (T/n) se pusieron en blanco cuando los dientes traviesos de Giyuu alcanzaron su punto dulce, más placentero en todo su cuello, y un suave gemido prueba de aquella sensación extásica se escapó de sus labios antes de volver a hablar. –Tú... Me besaste en la noria aquella noche ¿Verdad?
–Sí... –Sonrió en un jadeo mientras volvía a besarla en los labios, apresando su cuerpo contra la pizarra negra de la ducha.
El cabello de (T/n) comenzó a pegarse empapado a su espalda, y Giyuu no tuvo ningún inconveniente en volver a besar su cuello, rodeando su cintura con uno de sus brazos fuertes.
Extrañada, (T/n) miró al joven a los ojos. ¿Por qué había rodeado su cintura? Se lo preguntó.
Una sonrisa con una mezcla intensa de malicia, emoción y cariño abatió a (T/n) de la mano de aquellos hermosos ojos azules.
–Tonta, para que te sujetes a mí, y no te caigas. –Rio contra sus labios mientras se volvía a atacar su cuello con suaves mordidas... Y sus dedos comenzaban a presentarse como intrusos entre sus rodillas, subiendo tortuosamente lentos hacia sus muslos internos.
Un jadeo se escapó de sus labios cuando los dedos de Giyuu contornearon sus suaves y húmedos pliegues, usando únicamente el extremo de sus uñas y las yemas de sus dedos. Aquel sutil pero delicioso roce arrancó un suspiro de la boca de (T/n), sofocado por Giyuu con un beso al instante.
Giyuu acunó su rostro en el hueco de su cuello para poder besar y morder su oído. Su aliento caliente golpeaba sin ningún pudor su sentido auditivo, y su voz se derramaba en su sien y goteaba en el lóbulo. Sentía cada uno de los jadeos del joven dentro de su cabeza. Fue cuando el su pulgar rozó con suavidad su clítoris que la joven se agarró al brazo y la espalda de Giyuu con todas sus fuerzas.
Le sintió sonreir, había encontrado aquel pequeño botoncito de carne y no iba a dejarlo ir tan fácilmente. Suspiró en una sonrisa de nuevo mientras comenzaba a estimular aquel cúmulo de nervios suavemente, con pequeños roces para que no fuera doloroso, sin embargo un pequeño chillido se escapó de sus labios.
–Giyuu... –Gimió (T/n) con un ligero dolor.
Él inmediatamente paró sus acciones y subió sus manos a sus mejillas para besar sus labios y juntar sus frentes.
–(T/n), si no quieres hacerlo, yo... –Ella lo calló con otro beso.
–No... Me refiero a que tienes las manos muy frías. –Rió ligeramente contra sus labios. –Puedes seguir, me acostumbraré.
–Ahora arreglo eso. –Enunció antes de un nuevo beso, mientras se arrodillaba ante (T/n) y tomaba una de sus piernas flexionada en su hombro. Volvió a explorar entre sus labios inferiores con sus dedos fríos hasta que finalmente encontró el lugar donde se había quedado.
Arremolinó sus labios alrededor de su clítoris suavemente, invadiendo el pequeño bulto con su aliento para después succionar muy lentamente.
El tacto suave, húmedo y cálido del interior de la boca de Giyuu comenzó a sentirse más que increíble a su alrededor, y sintió cómo su espalda resbalaba cada vez un poco más con cada oleada de placer que aquello le transmitía.
Gemir su nombre únicamente apremió al joven para extender su cálida y humeda lengua por su intimidad, asegurándose de que ni uno solo de sus puntos de mayor placer quedasen insatisfechos.
Las piernas de (T/n) comenzaron a temblar cuando introdujo dos dedos en su cavidad vaginal y comenzó a moverlos de manera regular y pausada.
Para cuando Giyuu decidió incrementar la velocidad, las lágrimas de éxtasis habían salido de los ojos de (T/n), que clamaban al cielo por piedad y a la vez crueldad por parte de Giyuu al continuar.
Justo cuando el orgasmo parecía a apresurarse a golpear de lleno a la joven, Giyuu detuvo completamente sus acciones; no podía soportarlo más.
Pasó su muñeca por sus labios mientras subía su vista a los ojos desorbitados y entrecerrados de (T/n) y la volvió a besar en la boca.
Mordió cada una de las segmentaciones que los dientes furiosos de la joven habian
habían magullado.
Esos preciosos labios suyos habían sido heridos y no podía permitirlo.
Con vehemencia, recorrió su cuerpo con sus manos, y de vez en cuando, bajó su rostro para besar sus cicatrices. Sonrió al ver cómo sus moratones mejoraban, y finalmente, junto su frente ardiente con la suya y subió sus muslos a sus caderas.
Tn rápidamente enredó sus piernas alrededor de la cintura de Giyuu y suspiró cuando sintió el calor emanar del cuerpo de Giyuu contra ella en sus labios internos.
Movió sus caderas con suavizad únicamente para arrancar un suave suspiro de los labios de Giyuu que le pareció la voz más celestial e infernal a la vez que jamás pudo escuchar.
Murió cuando mordió sus clavículas y su aliento se escapó en un jadeo necesitado cuando Tn volvió a balancear suavemente sus caderas a lo largo de la extensión de Giyuu.
Haciendo fuerza por empujar su espalda contra los gélido azulejos de la ducha, Tn arañó la espalda de Giyuu una vez él hubo besado sus labios y hubiera decidido que ya estaba cansado de que se burlara de él.
A esas alturas, el dolor no le importaba, de hecho apenas lo sentía. Sería un buen y un mal momento para preguntarle a Giyuu si era virgen, porque era algo que no recordaba, pero que sí había fantaseado con que Giyuu estuviera entre sus piernas.
La temperatura de (T/n) se disparó al igual que su pulso y su respiración cuando le sintió empujar dentro y fuera de ella, el pecho de Giyuu ardía contra el suyo, y solo podía jadear, mirándole a los ojos, y sonriendo de lado de vez en cuando cada vez que trataba de incrementar la velocidad.
Las dulces paredes de (T/n) se abrazaron a Giyuu con cada estocada, a cual más veloz con las cuales la empujaba cada vez más a caer en un acantilado de lujuria.
Entonces, el codo del joven disparó la válvula de la temperatura del agua que aún caía sobre ellos, y los bañó con agua fría, como una dosis enfermiza de feromonas que únicamente consiguió que cada palmo de la piel de ambos se volviera hipersensible.
Pronto lo único en lo que Giyuu y (T/n) podían pensar era en las oleadas de éxtasis que cada uno enviaba al cuerpo del otro, se sentía como si fueran a fundirse en uno. El orgasmo se acercaba a los jóvenes cuando Giyuu finamente encontró la llave al mayor placer que pudiera sentir (T/n) y la usó para abrir cada una de sus puertas al clímax cuando rozó su punto g para luego pasar a golpearlo.
Las uñas de (T/n) hicieron surcos más profundos en su espalda y la excitación para Giyuu tan sol subió más.
Ambos se derrumbaron en el agua acumulada de la ducha cuando llegaron al orgasmo. Y únicamente pudieron jadear en la piel mojada del otro.
Una gota de agua se deslizó por una superficie suave y fría, que adquirió pinceladas de calor acogedor y reconfortante a medida que su mano permanece presionada contra ella.
El contraste del dulce calor al frío del agua hacía que esa superficie tersa de piel sensibilizase aún más con la suya.
Ella se agarró con todas sus fuerzas a aquella figura de piel mojada, agradecida, sus lágrimas saladas pero cálidas se funden con el agua que traza en surcos su pecho.
Su brazo rodeó su cintura, y sintió sus cabellos empapados acariciar su piel, las gotas de agua bajaron por las suaves hebras de cabellos negros como una noche sin luna hacia el final de estas, provocando cada una de las partículas minúsculas de agua que bajaban adquiriendo velocidad por la piel húmeda y fría de Giyuu, presionada aún contra la suya cándida...
–Siempre fuiste tú todo este tiempo... Te quiero Giyuu... –Pronunció aquellas palabras. Convencida estaba de que descubrir cómo ansiaba tenerle era todo lo que necesitaba para que su amnesia no importara.
–Te quiero, (T/n).
Susurraron.
Y esta vez, nada era un sueño. Ni ella, ni el agua, ni Giyuu y su piel mojada.
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