Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

💧Dreizehn💧

La joven miró a su lado, despertándose de su sueño mientras se desperezaba con una sonrisa.
La noche anterior había sido increíble.
Y la anterior... Y la anterior... Y la anterior...

Giyuu la miraba apoyando su mejilla en su puño mientras jugueteaba con su cabello.
Se acercó a ella con una sonrisa tranquila y besó su frente.

-Ojalá recordases lo mucho que te quería, (T/n). -La joven sonrió nostálgica, incluso si no sabía por qué.

-Estoy segura de que lo sabía.

La joven palideció de repente. Tanto que Giyuu incluso se asustó al verla así. La joven se incorporó y miró angustiada al joven.

-¿Qué día es? -Preguntó casi asustada. Entonces, su teléfono comenzó a vibrar en la mesilla de noche. Era su madre. La joven ansiosa descolgó el teléfono.

-¡Mamá!

-(T/n) reina, ¿Cómo estás? -Ella trató de sonar lo más natural y convincente posible.

-Emm... ¡Bien! Bien estoy bien mamá... ¿Por qué...? ¿Por qué has llamado? Es un poco pronto y...

-Ah, lo sé, lo siento. Espero no haberte despertado. Quería decirte que te casas el día doce de este mes. ¿Recuerdas? Con Pierre Delacroix. -(T/n) ni siquiera se acordaba del nombre de el chico con el que se casaba.

-¿Qué día es hoy...?

-Por eso te llamo. Hoy es siete cariño. Pero no te preocupes, te mandaré una captura a tu teléfono del billete y mañana volverás a Francia. Espero que te hayan gustado tus pequeñas vacaciones. ¿Has conseguido recordar algo, reina?

-... Sí... Algunas cosillas... Te recuerdo a ti... Y también las clases de piano en Francia... Que tú contrataste a un profesor privado... Que no me gustan los guisantes...

-¡Es cierto! Cuánto me alegro reina. Espero que no hayas hecho ningún noviete allí.... ¡O novieta! ¿Quién sabe?

-Lo cierto es que... He conocido... O... Bueno no sé exactamente cómo decirlo... Me he reencontrado con un amigo de la infancia. -Giyuu en ese momento se tensó.

-¿Cómo? -La voz de su madre se volvió tres mil veces más fría. -¿Giyuu Tomioka?

-S-sí...

-¿Y has recordado algo de él? ¿Él te ha dicho algo?

-Solo que tuvimos un amor de verano... Y que me enseñó a tocar el piano... Y ya está.

-¿No te ha contado nada más?

(T/n) miró a Giyuu sospechando de él.

-No...

-¿Seguro?

-¿Ocurre algo mamá? -La mujer esperó unos segundos al otro lado de la línea.

-¡En absoluto cielo! No hay que forzar nada. Ya lo recordarás todo, no te preocupes. ¡En fin! No pierdas tiempo. Haz las maletas, come bien y al avión. Te pasaré la captura. El avión sale mañana a las siete de la madrugada. ¿Está bien?

-Sí...

-Perfecto, cariño. Mañana nos vemos.

-Adios mamá.

-Adios reina.

(T/n) extrañada miró a Giyuu que se rascaba la nuca. Nervioso.

-¿A qué se refería mi madre? ¿Es que no me lo has contado todo?

-Sí te lo he contado todo. -Repetir la frase después de una afirmación o una negación también era indicio de mentira.

-No.

-(T/n) yo no sé por qué te fuiste de Ahlbeck. No sé por qué un día desapareciste y me dejaste. Y aún no lo has recordado.

Giyuu recordó la angustia al despertarse del coma en el hospital, con esa carta de (T/n) en la mesilla. Sin embargo eso ella no lo sabía...

Sin embargo ella se mordió la punta del dedo pulgar mientras pensaba. Tenía razón. Aún no había recordado el por qué de aquella carta.
No recordaba por qué la había escrito, qué le había hecho escribirla y mucho menos qué le había hecho Giyuu para decirle cosas tan horribles en esa carta.

-Giyuu quiero que me cuentes qué ocurrió.

-No lo haré, porque ni siquiera sé por qué te fuiste.

-Algo tienes que saber, Giyuu. La gente no manda una carta así sin pensar.

-¡Te fuiste de buenas a primeras, (T/n)! Y en la carta, me pedías que no te buscase, que no volviera a escribirte y que te olvidase. Desde luego que una carta así no se escribe sin pensar, pero han pasado cinco años, y tú jamás me diste una explicación. La única que podía explicarlo eres tú, y has perdido la memoria.

-En ese caso no pinto nada aquí.

El joven calló. No quería decir nada más, y sus heridas comenzaban a abrirse de nuevo. Esos meses que había pasado con ella habían servido para recomponer su corazón de nuevo en una sola pieza...

Pero volvía a resquebrajarse.

-Iré a ducharme y a hacer las maletas. El avión sale mañana por la mañana, tengo que prepararme.

No durmió nada esa noche.
El frío comenzaba a hacerse presente en Alemania con la llegada del invierno... Y Giyuu no durmió a su lado.

Pero sí la acompañó al aeropuerto.

Se arrepentía profundamente de causarle aquella confusión. Sea lo que sea que él la hubiera hecho hace cinco años...
Tenían diecisiete, no había una edad más inmadura que esa. ¿Cuánto daño podía haberla hecho un chiquillo de diecisiete o dieciocho años que la había arrastrado tanto rencor hasta entonces?

Ninguno de los dos eran adolescentes ahora.
Ninguno de los dos eran los colegiales risueños de entonces.

Las escaleras del avión se alzaban imperiales sobre sus cabezas. (T/n) miró hacia atrás y vio a Giyuu con la vista bajada, quien le tendía sus maletas.
Ella las tomó entre sus manos y miró a Giyuu.

-Giyuu, yo...

-Vas a perder el avión.

Una lágrima se aventuró a salir de su mejilla. (T/n) dejó las maletas en el suelo y se acercó a él. Sin embargo una vez le tuvo delante, no supo qué decirle.

-Adios Giyuu. -(T/n) se acercó para besar su mejilla, y Giyuu giró ligeramente en la cabeza cuando sintió ese beso en la comisura de sus labios.

Atesoraría aquello como un milagro.
Estaba siendo muy desagradecido con el destino. Se suponía que ella jamás volvería... Y ahí había estado esos tres meses de verano.

-Cuídate. Y... Felicidades por tu boda.

El joven de ojos azules llorosos y enrojecidos entró haciendo sonar la campanita de la puerta del bar.

Un hombre alto y rollizo secaba con un trapo unas jarras de cerveza de cristal, y las colocaba en una estantería, se detuvo al ver al joven.

-¡Tomioka ! -Saludó con un fuerte acento alemán, mientras daba un fuerte golpe con la mano en la barra.

El joven reunió suficiente valor para dibujar una leve sonrisa en sus labios, el camarero le revolvió los cabellos negros.

-Lo de siempre.

-Llevas mucho tiempo sin venir, ya no me acuerdo cuál era tu habitual.

-Bruichladdich. -Dijo sentándose y esperando a que se la sirvieran.

-Esa es muy fuerte, amigo. Además llevas mucho tiempo sin beber. Prácticamente tres meses.

-Todo el verano.

-Ya creía que había perdido a uno de mis mejores clientes... -El hombre suspiró mirándole. -No tienes buena cara.

El joven subió su vista, definitivamente había tenido días mucho mejores.

-Ayer... Ayer me pasaron una muy buena.

-¿Muy buena?

-Entra bien. Porque tampoco es muy pura... Y tú llevas mucho tiempo sin... Y con lo que te vas a beber... Seguro que te anima.

-¿Cuánto?

-Puedo darte un gramo. Que llevas mucho tiempo limpio.

-No, que cuánto puede costarme

-Tomioka... Con que me pagues el ron amigo... -Dijo mirándole con lástima.

El joven se lo pensó, pero aquello únicamente sirvió para acentuar que definitivamente necesitaba olvidarse de (T/n) de alguna manera.

-Dices que no es muy pura.

-A ver... Bueno... -El hombre se rascó la nuca.

-Entonces dame dos gramos.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro