Capítulo 7
Tras haber tenido esa plática tan llevadora de aprendizaje y sinceramente inesperada con Nick, que debo admitir jamás esperé tener con él esa clase de conexión y menos con su temperamento, entre todos logramos que la mancha de pintura negra desapareciera de la pared de mi casa, no fue tan fácil como esperábamos a que se quitara, sin embargo, las otras dos capas que se dieron fueron las que arreglaron todo el problema.
Podía parecer que ya todo iba a estar bien, con eso, con la casa limpia, no había y ningún rastro de que mi hermanastro hubiera tenido una fiesta destructiva, el único detalle, era que la nueva pintura de la pared que Nick haba comprado era un tono ligeramente diferente al original.
Así que entre Luke, Katelyn, Josh, Nick y yo, deseamos desde nuestros adentros a todas las energías posibles para que Marissa no se diera cuenta, ya que bueno, los hombres tienen menos vista para algunas cosas, una de ellas es distinguir los colores diferentes; entre nosotros nadie se había dado cuenta más que Kate y yo, y posiblemente Luke, no obstante, de ahí en fuera, consideraba este día un éxito.
–Pudo haber sido peor– dijo Katelyn recargando una de las escobas en la pared –lo creía peor–.
–Habla por ti– siguió Luke –tu no tuviste que levantar a cada uno de los adolescentes que dormían por toda la casa, una que repito, no es mía, y que no debí de haber limpiado–.
Di una sonrisa sarcástica –la que limpiaste con mucho gusto si es que quieres seguir subiendo tu GPA en cálculo y economía–.
Mi mejor amigo rodó los ojos fastidiado –es algo que yo puedo hacer solo, ____–.
–Cuando lo intentaste hacer solo casi repruebas el semestre pasado–.
–Y por algo tengo una amiga como tú–.
–No puedo creer que todavía no me acostumbro a sus peleas– habló Joshua entrando a la escena.
–Cree, en algún momento, te vas a acostumbras y serán sordos para tus oídos, toma tiempo– le respondió Kate.
Habíamos entrado a la casa con cuidado de que nadie que pasara por ahí distinguiera a Josh, ya sea un chico de la escuela o alguna vecina obsesionada con los rumores, sí, hablaba de mi vecina del lado izquierdo, la persona más chismosa del vecindario que cuando ocurrió lo de Joshua por primera vez, se encargó de que todos estuvieran al tanto de la situación, la Sra. Winfree... ¡LA SRA. WINFREE!
Abrí los ojos de par en par al percatarme del pequeño detalle del que me había olvidado, y justo en este momento recordé, la Sra. Winfree. Una señora de mediana edad no mucho más grande que mi padre que se encargaba de estropear todos los planes que algún adolescente pudiera tener en esta calle, era rubia, usaba vestidos extraños del diario aún así estuviera nevando afuera y parecía que disfrutaba bastante destruir la vida de las personas.
–¡Mierda!– exclamé logrando que todos mis amigos se callaran.
–____– habló Josh –¿estás bien?–.
–Si, si, si estoy bien nada más que... ¡mierda!– pasé una mano por mi frente mostrando desesperación –¡Nick! ¡NICK! ¡Tenemos un problema!–.
Entre mis gritos de llamado a mi hermanastro, los cuales también comenzaba a asustar a mi novio y a mis amigos, Nick llegó a la cocina a regañadientes con su teléfono en la mano y los audífonos en sus oídos.
–____, nada más porque haya aceptado la relación que tienes con California no significa que los ayude cuando tienen problemas...–.
–¿Qué?– fruncí el ceño confundida –no, no, nos olvidamos de algo–.
–De...–.
–Winfree–.
–Mierda– soltó en el mismo tono que yo.
"¡WINFREE!" gritaron mis dos amigos al mismo tiempo.
Y de un momento a otro, la cara de tranquilidad de Nick se empalideció soltando su teléfono al suelo, por el susto.
–¿Quién es Winfree?– preguntó Josh.
–Es una "Karen"– dijo Luke con cierto tono de "venganza".
Sacudí mi cabeza de un lado a otro y me giré a mi novio –es una señora que nos ha hecho la vida imposible desde que somos niños–.
–Y a mí desde que llegué a vivir en esta casa– completó Nick –una vez me delató con Robert por haber llegado con una chica a la casa sin pedirle permiso, él no me dijo nada, ni siquiera mamá, pero Winfree creyó que me delataría a un nivel peor–.
–¿Tan mala es?–.
–Te delata por lo que sea– habló Kate interviniendo en la conversación –tiene ojos por todos lados y gracias a ella todos saben todo–.
Joshua me miró confundido –¿y por qué cuando estuve aquí con mis amigos no le dijo nada a tu padre? Significa que puede quedarse callada ¿no es así?–.
Negué fríamente –estaba de vacaciones con su hijo en Wyoming... estás muerto Nicolas–.
–No, aún no–.
–¿A qué te refieres?–.
Mi hermanastro dio un paso al frente con esa mirada llena de picardía, que en lugar de cautivar a las chicas, en este caso también era su cara que indicaba que tenía una idea, a veces era malo por la gran enorme confusión que podía causar, además, quitando el tema de sus expresiones, las ideas de Nicolas podían ser buenas, como malas.
–Sólo ven conmigo, ____–.
–Pero...–.
–Ven conmigo, yo sé lo que hago–.
Luke me señaló –no confíes en él si te dice eso–.
–Ustedes dos también vengan– le dijo Nick a mis dos amigos.
Volteé a ver a Joshua tratando de pedir algo de apoyo en esto, a lo que él me respondió mostrando una sonrisa y encogiendo los hombros, al parecer se estaba divirtiendo bastante con la situación.
–Tu puedes con esto, Breslow– dijo Josh acercándose a mí –tú eres más inteligente que Nick, mucho más–.
–Si, lo soy– admití –pero Nick es raro en estas cosas, no confío en él–.
–Debes hacerlo si no queremos estar en problemas, porque eso significa que Winfree me vio entrar– buen punto.
Joshua me tomó de la mano y me alejó un poco de todos los demás con dirección a la puerta principal, estando ya ahí, tomó mis mejillas entre sus manos, acercó mi rostro hasta el suyo, para después plantar un beso largo que no tenía nada de tono alto, arriba de lo normal.
–Me tengo que ir– soltó al separarse de mis labios –se está haciendo tarde–.
Asentí –te veré mañana– Joshua me miró extrañado –en la tarde, en tu casa, no es la escuela–.
Arqueó las cejas –¡ah! Claro, por un momento me habías asustado–.
–No, California– sonreí –recuerda, ni una mirada nos podemos dirigir–.
Josh suspiró –va a ser más difícil de lo que se escucha–.
–Piensa que más tarde podremos estar juntos, en tu casa, mientras tanto, si queremos seguir juntos–.
–Debemos fingir que no estamos juntos– interrumpió completándome –lo sé–.
Al terminar sus palabras, me dediqué unos segundos a mirar a Joshua, sus facciones, su cabello, sus ligeras arrugas que se formaban en la comisura de sus ojos cuando sonreía, a lo que me hizo a mí, dar una pequeña sonrisa enamorada por lo que observaba. Pasé mi mano derecha por los rulos del castaño, lo que causó que alzara la vista y me mirara directamente a los ojos.
–Unos meses– dijo mientras mostraba una sonrisa.
–Unos meses– repetí.
Sin más que decir, por segunda vez en el instante, junté mis labios con los de Joshua para formar un beso más largo que el anterior, que podía decir todas las palabras que nosotros no nos atrevíamos a decir o simplemente no salían de nuestra boca; mi sentimiento favorito, tanto emocional como físico, el tacto de nuestros labios era algo que jamás podría comparar con nada, me encantaba, todo él me encantaba.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro