"I'M STILL LEARNING HOW TO LOVE FINALE"

PARTE 1

...

Semana 1

El día más esperado por todos nosotros había terminado. Oficialmente me había convertido en una graduada de preparatoria, después de tantos años de haber estado gastando mi energía a este momento, logré entrar a todas las escuelas importantes del país, elegí a una de las que había querido ir, con bendición de todos y una buena beca para pagarla y no hacer el trabajo tan difícil para papá. 

Las cosas estaban saliendo a la perfección, tan perfectas que era difícil de creer que estuviera sucediendo, pero lo suficiente para decir que no me importaba si se trataba de un mal sueño, no quería que se terminara nunca. 

Pellizqué mi brazo con cuidado. No, no es un sueño. 

Sin embargo, algunas cosas pueden parecer mejores que otras, y es que quien quiera que viera esto diría que estaba a punto de morir por la presión y la vergüenza, o quizás era que por primera vez en mucho tiempo estaba pasando lo que nunca creí que pasaría. 

Marissa, Nick, mi padre, Joshua y yo, sentados en una mesa, cenando en uno de los restaurantes más lindos de la zona. Todo por mi graduación, ya que después de que mi papá viera a Joshua en la graduación, parece que ya tenía planeado invitarlo a comer nosotros.  

―Y dime, Jonah― habló mi papá. 

―Joshua, papá, Joshua― le corregí entre dientes. 

―Sí, sí, cómo sea― ay Dios ―, ¿A qué te dedicas?―. 

Rodeé los ojos con fastidio ante la pregunta de mi padre. Como si no supiera a qué se dedicaba, si él mismo habló con su representante y sabía todo. Odiaba cuando se ponía de esta manera. 

―Um...― Josh tragó en seco ―, bueno, soy actor y hago música―. 

―Eres cantante y actor― dijo papá con ironía ―¿Quién lo diría?―. 

―Papá, no―. 

―¿Qué, ____? Sólo le estoy preguntando a tu novio qué es lo que hace, no creo que a él le moleste ¿O sí?―. 

Joshua negó rápidamente ―No, no, no, no, para nada, está bien―. 

―Me alegro― la sonrisa falsa de mi papá estaba a punto de sacarme de mis casillas ―. Dime, Jonah― no me iba a molestar ―, ¿Desde cuándo actúas? ¿Piensas dedicarte a esto toda tu vida? ¿O vas a entrar a la universidad pronto? ¿Cuántos años dices que tienes? ¿Piensas casarte con mi hija?―. 

Fruncí mi ceño ante esa última pregunta, que no tenía ni el más mínimo del sentido común. 

La mano de Joshua tomó la mía por debajo de la mesa. En sentido de que no sabía que responder y comenzaba a ponerse nervioso, por la forma en la que la apretó. Mordí mi labio inferior ligeramente para dirigirle una mala mirada a mi padre, y terminar con acariciar la mano de mi novio calmándola. 

―Okay, Robert― habló Marissa ―. Estás poniendo nervioso al chico; discúlpalo Josh―. 

―No- no hay problema―. 

―Se pone así porque es el primer novio que ____ quiere― le dijo Nick a Josh.

Arqueé mis cejas ―¿Qué me dices de...?―. 

―Todo mundo sabe que no quisiste a Zach, ____, no te mientas a ti misma―. 

Joshua volteó a verme y con una mueca en sus labios asintió dándole la razón a Nick. Ladeé mi cabeza a un costado en señal de qué tenían razón, por más que me gustara Zach, nunca lo quise de la forma en la que amo a Joshua. 

―Bueno, bueno, ya― soltó mi padre molesto ―, Joshua...―. 

―Sí― respondió mi novio nervioso. 

―No tienes que contestar si no quieres― me apresuré a decir. 

 ―Perdón, um... no no importa― me sonrió literalmente ―. Sí, actúo desde hace mucho tiempo, he tenido papeles pequeños en series diferentes pero hasta ahora estoy actuando como principal en el spin off de High School Musical. Me gustaría, me gustaría dedicarme a eso no toda mi vida pero si gran parte de, me encanta lo que hago. Sobre la universidad, por el momento creo que con lo estudiado que tengo me es suficiente, mientras haga lo que me encanta hacer mis padres aprobaron que no entrara, más para dedicarme a mi música que... bueno, es famosa.― Mi novio y la modestia ―Tengo 20 años, este año cumplo 21, pero no se preocupe, no tengo malas intenciones con ____ de esa forma por ser mayor que ella, podría decir incluso que ella es más madura que yo. 

Asentí ―A veces―. 

―Y con respecto a la última pregunta...― su voz empezaba a cortarse ―bueno, no creo que sea una respuesta que pueda dar ahora. Decir que ahora quisiera casarme con ____ no sería lo correcto por ahora pues los dos somos muy jóvenes y, a menos por lo que conozco de ____, sé que tiene un futuro largo por delante―. 

La media sonrisa de mi papá me daba toda su respuesta. Lo conocía tan perfectamente bien que no había nada mejor a la respuesta de Josh como la que dio, pues precisamente eso era lo que él quería escuchar. Claro que por el otro lado, Joshua podría decir en verdad que se quería casar conmigo ahora. 

Garantizado. 

―De acuerdo― mi papá suspiró ―, aunque yo ya te hacía fuera de la vida de mi hija, veo que no habrá forma de sacarte tan fácil. 

Él hizo una pausa asintiendo lentamente, a la vez que mi ritmo cardiaco aumentaba más conforme esperaba a su respuesta, y la mano de Joshua no dejaba de apretarme la mía por el mismo sentimiento. 

―Me agradas― sentenció mi padre. 

El aire regresó a mi cuerpo al igual que mi alma. Fue el alivio el que hizo que Joshua soltara mi mano por fin, la que creí que rompería, pero al final de cuenta resultó ser bueno como lo imaginábamos. 

A papá le agradaba Joshua, con solo conocerlo en un momento, ayudándome a darme cuenta, que todas esas preguntas fueron parte de su show para ponerlo nervioso. Le había caído bien desde un inicio. 

... 

Semana 3 

El verano había comenzado en todo el país y la mayor parte del mundo, y se sentía más que cualquier otra cosa en el ambiente. El aire acondicionado permanecía encendido todos los días de la semana a cada hora del día gracias al calor infernal de a diario; se sentía un mal calor por ser una región de clima seco y por lo menos yo daría todo por estar en una cálida playa. 

Los primeros días habíamos pasado mis amigos y yo casi todo el día en la alberca de mi casa, la misma alberca que hacía años no usábamos, pues hace años no hacía tanto calor como ahora. 

En algunas ocasiones iba solo con Josh, otras veces no, y es que el insistía a estar aquí en Utah porque yo no podía ir a su casa aún en Los Ángeles u Oceanside por cuestiones de la universidad. 

Así que pasaba la mayoría de los días en mi casa, comiendo de mi comida, usando mis cosas y viviendo prácticamente aquí. A mi obviamente no me molestaba, pero a mi papá tal vez un poco, un día le preguntó:

>>¿Qué tu no tienes casa?<<

Y Joshua le respondía siempre que estaban reparando el aire condicionado. Cosa que fue verdad durante una semana, el resto, solo iba ahí pro ropa o bañarse y regresaba. 

Por su puesto que el día de hoy no era la excepción. 

―No tenemos que comer helado de fresa todos los días, Josh, podemos comer de otro, hay miles de sabores en el refrigerador―. 

―Sí, pero tu papá se enoja si agarro de uno que a el le guste, por eso agarro el de fresa, porque ese no le gusta―. 

―Tu forma de complacer a mi papá me pregunta si es porque quieres caerle mejor o porque le tienes miedo―. 

Mi novio arrugó su nariz ―un poco de ambos― eso tenía sentido ―, además, no podemos no comer helado hoy, es el capítulo importante―. 

―Lo sé, Bestia― le guiñé un ojo, él sonrió como un niño pequeño ―. Es el día en el que te vamos a ver transformarte en eso, es muy importante―. 

―¿Estás segura que no te esperaste a verlo anoche?―. 

Bufé ―Claro que no―. 

Joshua alzó las cejas y me miró con una expresión de "¿en serio?", medio sarcástica que decía que no creía la mitad de lo que se decía y estaba en todo su derecho. Anoche cuando salió el capítulo estaba a punto de verlo, pero mi promesa a Joshua de no verlo no la rompería así nada más. 

―Estuve tentada― admití ―, pero no lo vi, te lo prometo―. 

―¿Te puedo creer?―. 

―¿En serio?―. 

―Ya, ya, ya, ya, lo siento― comenzó a reírse ―. Sabes que sí te creo, solo te quiero molestar―. 

―Lo estás logrando―. 

―Sabes que me amas―. 

―Algo que dices bien― le di un corto beso en los labios cuando se sentó a lado de mí ―, no te equivocas―. 

―Es demasiado obvio―. 

―De acuerdo, Beastie, pon play a tu capítulo para sentirme orgullosa de ti―. 

Tomando acción a mis palabras, Joshua puso play al nuevo capítulo de High School Musical, diciendo e insistiendo que me sentiría orgullosa de él. Si tan solo supiera que lo estoy todos los días. 

40 Minutos después... 

―¡Deja de reírte!... ¡____, deja de reírte!... ¡Sólo me caí de de un arnés!... ¡BRESLOW!―.

 Por más que quisiera no reírme, era simplemente inevitable por tremenda escena que acababa de ver. Muchos me llamarán mala novia, pero no era en lo absoluto, ver a mi novio caer desde un cable cuando era su supuesta transformación en la pantalla me había hecho por completo el día. 

Y definitivamente era una imagen que no iba a querer borrar de mi memoria en mucho tiempo. 

―¡Ya, ____!― me gritaba divertido ―¡No fue divertido!―. 

―Cla... cla...― decía yo entre risas ―, claro que... sí fue...―. 

―¡No lo fue!―. 

―¡JOSH!― grité dejando de reír más o menos ―Caíste de un lugar muy alto, gritaste muy gracioso y la cara de todos fue lo mejor―. 

―Se le llama actuación―. 

―Sí, sí, sí, como digas― hice un ademán restándole importancia ―"actuación"―. 

―¡Es actuación!― se lanzó sobre mí fingiendo estar molesto. 

―¡No te estoy molestando! Actúas muy bien―. 

―Lo dijiste no muy convencida―. 

―¿A ti qué te picó?―. 

―La actuación, la música y el amor, tu amor―. 

Rodeé mis ojos divertida ―Ahora estás siendo muy cursi―. 

―Mi especialidad―. 

Con mi novio sobre mí actuando de forma extraña, opté por tomarlo Joshua por las mejillas y atraje su cabeza hasta quedar a escasos centímetros de mi rostro, para terminar plantándole un beso directo a los labios y tomarlo por sorpresa. 

―Te amo― dijo cuando lo desaté del beso ―. En verdad, te amo, no sabes cuánto te amo―. 

―Yo te amo más, mucho más―. 

Bajé la cabeza un tanto abrumada por un pensamiento que me estaba agobiando las últimas semanas del verano. De una manera en la que no sabía como abordar el tema para ambos o tan siquiera qué empezar a decir para no hacerlo sentir mal, peor aún, cómo no hacerme sentir mal a mí. 

Sin embargo, este momento se sentía como el momento adecuado para hablarlo, si no el verano seguiría pasando hasta el último día y ya sería demasiado tarde. 

―¿Qué va a pasar?― solté de repente. 

―¿A qué te refieres?

―¿Qué va a pasar ahora que me vaya a Nueva York?―. 

Joshua tomó una de mis mejillas con cuidado y acarició parte de esta con delicadeza. Inclinó su cabeza para rosar sus labios con mi frente y depositar un pequeño beso en esta. 

Sabía que de alguna manera u otra Joshua pensaba lo mismo que yo. Mala manera en la que debía de ser, pues ser a distancia escondidos era una cosa, estando en público lo era otra, no había mucha diferencia, sin embargo, lo que no debería de existir, el miedo, se trataba de lo que más nos inundaba la cabeza. A pesar de confiar en ambos. 

―No tienes por qué preocuparte por eso― dijo mirándome directamente a los ojos ―. Somos Bassett y Breslow, prácticamente invencibles, nada nunca nos separó ni podrá separarnos, ni en un millón de años. 

Tomé la palabra de Josh aquella vez como una completa verdad que quería conservar para siempre. Algo que así hice en el momento, y que esperaba por un momento guardarlo conmigo hasta la eternidad. 

... 

Semana 8

―¡Me estoy mojando!

―¡Sólo corre!

―¡Voy a resbalar aquí!

―¡Tú sigue corriendo!... ¡Casi llegamos!

―¡Joshua, esto no tiene cara de que va a parar!

―¡Es porque no va a parar, ____! 

―¿¡Dónde dejaste tu auto?!

―¡Ojalá lo supiera!

―¿¡Qué?! ¡JOSHUA BASSETT!

―¡Sigue corriendo!... ¡Veo un lugar donde podemos quedarnos!... ¡No te vayas a caer!

Algunas películas nos engañan, en realidad, todas las películas, los libros y las series nos engañan. El famoso momento de pareja repentino bajo la lluvia puede ser feliz y lindo cuando tienes a personas a tu alrededor que pueden secarte en cualquier momento, pero al momento en el que una larga franja llamada: "vida real" aparece, ya no es nada divertido, mucho menos romántico. 

Mis cuerpo estaba mojado de pies a cabeza, las calcetas, la ropa interior, el short de verano que raspaba mis muslos conforme me movía por lo mojado, y las pequeñas ráfagas de viento no ayudaban para nada. Amaba la lluvia, pero verla desde mi habitación, refugiándome en mi casa, no empapándome en ella; era un martirio para mí. 

Tal y como lo dijo mi novio, habíamos llegado a un punto en donde la lluvia no podía alcanzar más parte de nuestros cuerpos mojados, cuando de repente, sentí un brazo alrededor de mis hombros atraerme a su cuerpo. 

―¿No es genial?― preguntó sonriendo ―Amo la lluvia―. 

Reí sarcástica ―También yo, pero no así―. 

―¿A quién engaño? Tampoco yo― admitió ―, pero es lindo verlo de esta manera, ¿No lo crees?―. 

―Quizás un poco―. 

Dejé caer mi peso sobre el pecho de Joshua sintiendo su calor recorrer mi cuerpo. Él alzó mi mentón con su mano disponible y me obligó a tenerlo más cerca, con cuidado como siempre y no en movimientos bruscos. 

―Feliz 1 año, Breslow―. 

―Feliz 1 año a tu lado, California―. 

Joshua y yo juntamos nuestros labios en un tierno y cálido beso que amortiguó el estar rodeados por la lluvia. Un beso largo y lleno de amor, de aquellos que nos dábamos en ocasiones especiales y que podían significar miles de cosas en sólo un acto. 

Sí, Joshua y yo cumplíamos hoy un año de estar juntos. Un año lleno de miles de bajos y altibajos, pero a pesar de eso seguimos juntos. Un año lleno de amor y cariño, un año de los que no se van a poder comparar con nada nunca más, y un año que espero se cumplan muchos más con el paso del tiempo.