Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 34

Joshua conducía por las montañas, en las montañas que tenían poca nieve de la que sobraba del invierno, sin decir ni una sola palabra, más que solamente cantar a las canciones que salían en la radio. Tampoco a dirigirme una mirada, pero no quitaba su sonrisa y al igual que Luke como hace rato: se veía feliz, demasiado feliz. 

―Josh―. 

―____― contestó ―... wouldn't it be nice...―. 

―¿A dónde vamos?―. 

―¿A dónde crees que vamos?―. 

Cerré mis ojos rápidamente para volverlos a abrir ―No lo sé, por eso te pregunto a donde vamos―. 

―Tú has vivido aquí toda tu vida― me dio una ligera mirada ―, yo solamente los últimos casi dos años, ¿A dónde crees que vamos?―. 

Este chico me iba a matar con su misterio en cualquier momento. Apreté mis puños al igual que mi mandíbula para no descontrolarme y gritarle, porque no quería hacerlo, y aunque fuera un lindo gesto de su parte, estaba a punto de sacarme de mis casillas. No era broma. 

―Estamos en Midway― asintió a mi respuesta ―, en las montañas... ya, es todo lo que tengo―. 

Joshua negó divertido ―acertaste, pero no sabes qué estamos haciendo aquí―. 

―¡Porque no me lo dices!―. 

―¡No te lo digo, porque ya llegamos!―. 

Miré por la ventana, quitando la desesperación, en efecto nos habíamos detenido, el auto deja de moverse, estaba tan desesperada y llena de ansiedad que no me di cuenta de eso. Qué pena por mi parte. 

Josh estaba sonriendo y riéndose por lo bajo, burlándose de mí. Le causaba gracia todo esto lo sabía, porque así era siempre, el amor entre nosotros era muy extraño; así como a él le daba risa esto, yo también me burlaba de él a veces. Katelyn lo llamaba: "amor apache". Claro, solo a veces. 

Fingiendo estar molesta con él, le di un golpe no fuerte en el estómago un poco cerca del entrepierna... olvídenlo, sí fue en el entrepierna, lo que lo hizo doblegarse un poco para sobarse por ahí. 

―¿Quieres quedarte sin hijos?― preguntó a lo alto, sin dejar de sobarse ahí. 

―No te hubieras burlado de mí― respondí defendiéndome.

―¡Es imposible no hacerlo!― levantó los brazos de sus piernas ―Te ves tan tierna cuando te confundes, y es lindo verlo y divertido―.

Entrecerré mis ojos ―no quieras cambiarle, California―. 

―¡No lo estoy haciendo!― se detuvo por unos momentos ―Es la verdad y me da risa porque te amo, no por nada más―. 

Asentí ―ya, okay, pasas― dije terminando de rendirme ―, yo también te amo y lamento casi dejarnos sin hijos―. 

―Si no querías a Joshua Bassett Junior o ____ Bassett Junior solo lo hubieras dicho― abrió la puerta del auto, salió por este y regresó rápido a la ventana, con una expresión asustada ―Si quieres tenerlos, ¿Verdad?―. 

Ahora yo me estaba riendo ―No podemos hablar de nuestros hijos ahora― también salí del auto ―¡Me llevas matando con la intriga desde que me recogiste en East High! ¡Estamos en medio de las montañas! ¡Está desértico todo! ¡Tengo que acabar un discurso! ¡Tú tienes que lanzar un "álbum"! ¡Y no estamos ni cerca de empezar como de terminar!―. 

Como lo esperaba, Joshua me miraba con las cejas levantadas por todo lo que solté y una expresión de sorpresa, tenía demasiado dentro y no lo contaba, y he de admitir que la desesperación me mataba... creo que eso ya lo dije, bueno lo repito, porque así estaba en estos momentos. 

Mi novio se acercó a mí con miedo, tomando su distancia, me tomó por los hombros y me hizo verlo directo a los ojos. 

―Te traje aquí porque nunca hemos tenido una cita― dijo de repente ―, una cita real, en un lugar que no sea o mi casa o la tuya. Sé que los dos tenemos muchas cosas que hacer, pero estando en Los Ángeles me hizo extrañarte demasiado y quería pasar tiempo contigo, de una forma diferente. ― lo voy a asesinar por lo perfecto que es ―Los dos tenemos mucho que hacer, pero podríamos distraernos un poco de eso mucho, y qué mejor que haciendo algo de lo que más te gusta―. 

Sin dejarme decir ni una palabra, Joshua me tomó de la mano y me llevó entre los árboles de la montaña. Confundida y no teniendo idea realmente de qué pensar, lo seguí, su confianza que me transmitía era única en ese sentido que no me negué, así fuera al lecho de mi muerte, con Joshua sabía que eso jamás podría pasar. 

Continuamos caminando por los árboles y pinos aún cubiertos por la nieve, y es que aunque en la ciudad haya dejado de nevar, en las montañas jamás paraba hasta mediados de mayo, es decir, en unas semanas. El camino se hacía cada vez más largo, pero lo suficiente para saber que no importaba cuan lejos estuviéramos ahora alejados de la sociedad, era mucho mejor. 

―Ahora, cierra los ojos―. 

Nos detuvimos antes de acercarnos a un claro, y así como Joshua me pidió, cerré mis ojos sin objeción alguna por varios segundos, hasta que de la nada escuche una sonido que me daba más alegaría que nada. Claro, no tanto como Joshua. 

―Ábrelos―. 

Dudosa y nerviosa, abrí primero un ojo, seguido del otro, parpadeé para que se aclarara mi visión, hasta que por fin lo pude presenciar el paisaje que tenía frente a mí. 

―Un lago― dije mostrando una sonrisa. 

―Un lago congelado querida novia― corrigió Josh ―. Hablé con mi mejor amigo Luke O'Malley―. 

―Es mi mejor amigo― lo interrumpí. 

―Nuestro mejor amigo Luke O'Malley― rodeé los ojos divertida ―y le pregunté que qué sería mejor para todo esto―. 

Abrí mi boca indignada ―¿Él lo sabía?―. 

―Katelyn también, pero, pero, pero, antes de que quieras matarlos, porque ya vi tu furia, quiero que entiendas que fue mi idea lo de la cita, a ellos solamente les pedí ayuda para los detalles―. 

¡Y actuaron como si nada! Podrían actuar, me la tragué completa, pero de todas formas no contaba con que habían mentido. No estaba molesta, jamás lo estaría, estaba impresionada por el gran trabajo que los tres hicieron, era de admirarse. 

―Me dijeron que hace mucho no patinabas y que adoras patinar en hielo, aunque eso ya lo sabía― me extendió un par de patines, pero no eran solo unos patines comunes, eran mis patines ―. No te podía llevar a la pista de la universidad porque habría gente y nos verían, no podemos arriesgarnos, así que, qué mejor que un lago para ti y para mí, en medio de la nada, sin interrupciones―. 

Lo odiaba, lo odiaba demasiado, lo odiaba a un nivel que no podía odiarlo porque ese odio se transformaba en amor y no era un odio de esos de querer asesinar, era el odio por amarlo porque no había nada que pudiera hacer para odiarlo. Lo amaba demasiado. 

No existían las palabras para describir lo que sentía en esos momentos, había sido lo más lindo que una persona hizo por mí en toda mi vida. Tanto así, que por el momento juraba que se me saldría el corazón del pecho por el sentimiento. 

Caminé hasta donde estaba Joshua con mis patines. Hice contacto visual directo con él, pasé mis brazos alrededor de su cuello, sin despegar la mirada, y me acerqué tanto como pude a su rostro. Él posicionó sus manos alrededor de mi cintura. 

Sentía su corazón latir tan rápido sobre mi pecho, y apostaba que él también el mío. 

―Es lo más lindo que alguien ha hecho por mí― hablé, rozando sus labios con los míos. 

Josh ya tenía los ojos cerrados ―siempre te vas a merecer más que esto, ____, siempre. Y no importa si así tenga que viajar al otro lado del mundo, siempre te vas a merecer más―.

―Contigo lo tengo todo― cerré mis ojos ―, todo en este mundo y con tenerte a ti, siempre será más que suficiente―. 

De la nada, sin previo aviso, Joshua jaló de mi cintura para atraerme más a él al mismo tiempo que yo lo atraje de su cuello, pronto nuestros labios estaban unidos en un beso que me hizo explotar de mil maneras. Un beso que me hizo sentir cosas que jamás había sentido con otro chico y el que me hizo darme cuenta que él era el indicado para mí y nadie lo quitaría jamás de ese puesto. 

... 

―No creí que patinaras tan bien― tomé un trago a la limonada frente a mí ―, quiero decir, tienes demasiados talentos, patinar es uno que se te da muy bien, deberías considerar las Olimpiadas de 2022―. 

―Deberías tú considerar las Olimpiadas― arqueó las cejas ―____, patinas excelente, pude jurar que vi a Nancy Kerrigan ahí―. 

―Mejor que sea Tonya Harding―. 

―Pude jurar que vi a Tonya Harding ahí― reí por su comentario corregido ―hablo en serio, eres genial, nunca me has dicho desde cuando y cómo empezaste a patinar, porque es increíble―. 

Ladeé mi cabeza ―tenía tres años― abrió las cuencas de sus ojos sorprendido ―lo sé, era demasiado joven, a penas y podía pararme en los patines―. 

―Wow― exclamó sin quitar ese tono de sorpresa ―, no puedo creer que tú papá te haya hecho patinar a esa edad―. 

Y aquí viene. Borré mi sonrisa de inmediato al escuchar esas palabras, por más que estuviera en el pasado, no podía evitar que sintiera un apretón en el corazón cuando se hablaba del tema, era por eso que trataba de evitarlo tanto como se pudiera. 

De hecho era de lo único en mi vida que no hablaba, al menos una vez cada dos años. 

―Fue mi mamá― respondí, hice una mueca y bajé la mirada ―, mi mamá me obligó a empezar a patinar desde pequeña, quería que fuera grande algo que nunca entendí. Me presionaba tanto y ahora creo que por eso mismo dejé de patinar, además de la escuela―. 

―Porque no lo hacías por gusto― dijo, asentí. 

―Y porque me recordaba a ella cuando se fue, era de las pocas cosas que nos unía, no de la mejor manera, pero recuerdo tener al menos esa gota de felicidad para estar con ella―. 

Josh tomó mi mano encima por la mesa ―Está bien si no quieres hablar de eso, perdóname por preguntar―. 

Levanté la mirada y sonreí levemente cuando vi a Josh consternado al verme, pero al mismo tiempo tratando de compartirme tranquilidad y por su puesto que lo estaba logrando. 

―No hay problema, ahora tengo un mejor recuerdo de patinar sobre hielo― reí burlona ―y una caída de tu parte que me va a costar superar―. 

―Oh, no― se quejó "ofendido", riéndose ―ahora definitivamente nos vamos a quedar sin hijos―. 

Volví a reír junto con él ―¡No! No vendría mal Joshua Bassett Junior o ____ Bassett Junior― me miró pícaramente y cambié mi cara a una nula ―no ahora―. 

―No dije nada― alzó los brazos mostrando inocencia. 

―Pero estabas a punto de hacerlo―.

―Solo pensé que querías empezar...―. 

―Qué conveniente―. 

―Aún no es tarde para ir a mi casa y...―. 

―¡Joshua Bassett!―. 

―Ya perdón―. 

Las risas no cesaron, tanto que casi me ahogo con la limonada ya por terminar que estaba tomando. 

Después de patinar por mucho tiempo en el lago, decidimos que era tiempo de irnos cuando este comenzó a tronar, lo que significaba que estaba a punto de romperse. Así que sin pensarlo dos veces, Joshua y yo terminamos saliendo de ahí a la velocidad de la luz para evitar una pronta muerte segura. 

Sin embargo, como no queríamos que esto acabase tan pronto, acordamos en regresar a la ciudad para comer algo y terminar la cita como se debía. 

Trolley Square es un lugar en Salt Lake City muy hermoso, era antes una estación de tren que lo transformaron en un mini centro comercial hipster; pero por ahí del 2008 hubo un tiroteo y las personas dejaron de ir, todos los días no pasaba ni un alma, más que a los pocos restaurantes que había. 

Convirtiéndolo en un lugar perfecto para Joshua y para mí. 

Salimos del restaurante, vacío obviamente, pagamos nuestra parte, y tomados de la mano nos dispusimos a caminar un poco entre el lugar, sin preocupaciones porque no había nadie, además de que nos aseguramos de eso antes. 

―Gracias por hoy, me divertí demasiado, y fue muy lindo―. 

―Tenemos que repetirlo― respondió ―solo que ahora, en una pista de hielo, y en la civilización―. 

―Falta poco― dije emocionada ―, unas semanas y somos libres―. 

―Llamaré a todos los paparazzis y las revistas de chismes para que se enteren de que mi novia es ____ Breslow, EX estudiante de East High―. 

 ―Yo podré decir que Joshua Bassett es mi novio...―. 

―Y que tienes las mejores canciones dedicadas― completó ―, porque eso es importante―. 

―Más que importante―. 

Josh y yo reímos por eso, la verdad, no recordaba el día en el que había sonreído y reído tanto como hoy, a la manera en la que mi cara comenzaba a entumirse, pero si así debía de quedarme sin movilidad por unos días valía cada maldito segundo. 

―Te amo, ____―. 

Sonreí, sí, de nuevo ―Yo te amo más, Josh, mucho más―.

Mi novio miró a sus costados para verificar que no hubiera nadie en los pasillos y en efecto así era. Así que cuando se aseguró de eso, empezó a bajar su cabeza para poder alcanzar la mía, mientras que yo hacía lo contrario al subirla; todo para juntar nuestro labios en otro beso. 

Otro de los maravillosos besos que él solo podía darme. 

Estuvimos en esa posición por lo menos treinta segundos, disfrutando de la cercanía y los labios del otro, cuando de la nada, un destello de luz me hizo abrir los ojos y mirar a mi alrededor confundida. 

―¿Qué pasa?― preguntó él extrañado. 

Negué lentamente ―creí ver... nada―. 

―Más Hermione Granger― dijo divertido quitando la tensión. 

―JA, sí, más Hermione Granger―. 

No sabía si era real, si había sido mi imaginación... si debía volver a usar mis lentes, pero de lo que estaba segura es que en verdad había sentido un destello de luz. La pregunta era ¿De dónde?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro