Capítulo 32
____'s P.O.V
Una carta, dos cartas, tres cartas, cuatro cartas, cinco cartas, cartas de las que ni siquiera había aplicado, y la de mi estado dándome una una beca completa al igual que la mayoría de las importantes del país, se estaban peleando por mí, y debo admitir que era casi como lo imaginaba antes.
En el transcurso de esas dos semanas, ya habían llegado las cartas a la aceptación de las universidades, lo sé, estaba demasiado nerviosa al igual que mis otros tres amigos y mi novio mismo, que no dejaba de preguntarme todos los días de que universidades me había llegado.
Y es que justamente en esta semana él se tuvo que ir a Los Ángeles por la ya pronta llegada de su EP, cosas del trabajo y cosas de ser alguien famoso, en mi caso, cosas de ser novia de un famoso en secreto.
Como sea, hoy era viernes, el último día cuando me llegó mi última carta, de la universidad a la que más quería ir después de una larga charla con Joshua, pero lo único que hice fue ponerla en el montón con las demás sobre mi escritorio.
Estaba acostada en mi cama viendo la televisión, This Is Us, la última temporada, una historia muy bonita de una familia disfuncional pero hermosa, me llegaba al corazón siempre, cuando de repente, me llegó un mensaje de texto, en este decía que bajara para abrir la puerta.
Ya era hora.
Me levanté de mi cama y bajé las escaleras hasta llegar a la puerta principal, no sin antes dirigirle una mirada a la sala de televisión, donde estaba mi hermanastro jugando videojuegos como todo un profesional.
¿Que no va a la escuela?
Rodeé los ojos por eso, pero simplemente seguí caminando hasta la puerta, donde llegando la abrí y me encontré con dos de mis amigos jadeando por la falta de aire.
–¿Llegamos tarde?– preguntó Luke –¿ya llegó?–.
–Son los primeros– respondí, haciéndome a un lado para que pudieran pasar –¿Dónde está Katelyn?–.
–Viene de Park City– comenzó –su abuela la atrapó en la tienda, y luego tiene que ir a su casa por las cartas–.
Alcé mis cejas –que por cierto, díganme que las trajeron–.
Jamie y Luke levantaron sus manos enseñando las cartas que tenían en las manos. El futuro de ambos estaba en ese pedazo de papel, al igual que todo el esfuerzo que los dos hicieron, así como las mías de arriba, que a pesar de tener una idea de las respuestas aún me tenía nerviosa si no era como lo esperaba.
Subimos las escaleras no sin antes de que Jamie hiciera un comentario sobre Nick estando cerca de ahí, lo que me hizo rodar los ojos de fastidio. Había olvidado por un momento que estaba enamorada de él, y aunque dije que no me molestaba que le gustara, no quisiera que una de mis amigas tuviera algo con un tipo como él.
Lo decía más por su bienestar mental y a no quedar lastimada.
En fin, llegamos a mi habitación a donde se supone que abriríamos las cartas. Luke se sentó sobre mi cama, mientras que Jamie en la silla del escritorio y yo a un lado de Luke que no dejaba de mover sus papeles de un lado a otro, podía decir que estaba nervioso.
–¿Cuáles tienes ahí?– le pregunté.
–Todas– respondió, y suspiró. –Carolina del Norte, Georgia, New Hampshire, Vermont, Pittsburgh y...– se detuvo por unos momentos –NYU–.
Luke había querido siempre entrar a NYU, desde que tengo memoria lo recuerdo decir que su sueño era estudiar las Bellas Artes en esa universidad. Me temía que si no entraba ahí se decepcionaría demasiado con él mismo y conociéndolo se tardaría en recuperar de esa decepción.
Lo abracé por los hombros –vas a entrar, yo sé que lo harás ¿Por qué elegiste solo escuelas de la costa Este?–.
–Porque sé que si entro a alguna de esas transferirme a NYU será más fácil si no entro–.
–Bastante justo–.
Sabía que mi mejor amigo estaba nervioso y que al mismo tiempo no quería abrir esa carta por miedo a su futuro, sin embargo, no mentía cuando le dije que en verdad lo haría, quiero decir, es una persona muy astuta, lógica e inteligente, y todo eso le daba para seguir siendo como es, confiaba en él.
Me giré a Jamie quien a comparación de Luke estaba con la mirada sobre su teléfono, con su dedo subiendo y bajando por la pantalla, despreocupada por completo.
–¿Tú, Jamie?– le pregunté.
Alzó la vista de su teléfono –oh, sí– contestó –um... Utah, Arizona, Portland y UC San Diego–.
Fruncí el ceño –no sabía que ibas a aplicar a San Diego, creí que no te gustaba ese lado del país–.
–¿Qué te puedo decir?– encogió los hombros –preferí ahorrarme una parte del sufrimiento de una IVY League o las difíciles de la Costa Este–.
Asentí –movimiento inteligente–.
–Gracias– dijo orgullosa –claro que también apliqué a New Hampshire para que no me extrañen–.
Luke soltó un gruñido –ojalá fuera tan fácil escoger solo entre dos escuelas, así cómo Katelyn–.
–¿De qué tiene cartas ella?– le preguntó Jamie.
–Solo tiene dos, de Long Island y de Colgate– respondí, y sacudí mi cabeza de un lado a otro –ambos en Nueva York, nunca ha pensado en otras más que en esas dos, y es que tienen el mejor programa de Ciencias Políticas de la zona y conoces a Katelyn, si no es esas, es ninguna–.
–Harsh–.
–Un poco–.
Entre risas y alivianando la tensión que había entre todo esto, me quedé pensando por unos segundos en como dos de mis amigos se ahorraron la mayor parte del problema al solo aplicar a pocas escuelas, mientras que yo... bueno, tenía la lista más larga a poder elegir.
Me ponía nerviosa tan solo pensar en que debía de elegir entre tantas, aunque para decir verdad, había pocas en mi mente que me permitían hacer lo que yo quería más estar cerca de la persona que adoro.
No se lo había dicho a ninguno de mis amigos, pero si entraba a una de las opciones para quedar cerca de él, iría a esas sin dudarlo, mas me quedaría con las ganas de ir a la otra, simplemente que no había mucha diferencia. Espero.
Sé lo que dirán: "____, no puedes elegir tu futuro solo por una persona", y lo tenía muy claro, pero no quería ya quedarme lejos de él.
Si elegía a la que quería ir quedaría al otro extremo y sería peor que cuando se iba solo pocos días a Los Ángeles, así que, qué mejor que quedar con lo mismo pero en otro estado.
En fin, mientras que miles de cosas pasaban por mi cabeza y trataba de no atormentarme, un ruido se escuchó provenir en mi ventana, al igual que varios pasos por el pasillo.
Mis dos amigos y yo levantamos la cabeza prestando atención, asombrados desconcertados por los ruidos repentinos, logrando que nos volteáramos a ver confundidos.
–¿Escucharon eso?– preguntó Luke.
Jamie asintió –¿qué fue eso?–.
–No lo sé–.
Los ruidos siguieron por más tiempo, unos cuantos segundos, aumentaba cada vez más, las ramas se movían de la ventana y los pasos subían al otro lado. El miedo me invadía aunque no dejaba que lo hiciera, pues cualquier cosa podía pasar y no creo que sea nada bueno.
De un momento a otro, la puerta de mi habitación se abrió de golpe, dejando ver a una Katelyn suspendida en el suelo con la respiración entrecortada. Segundos después, en la ventana se escuchó un golpe, seguido de un: "auch" bastante audible para captar nuestra atención.
"¿Pueden abrir la ventana?".
Sonreí por inercia al mismo tiempo que rodaba los ojos y caminaba hasta la ventana. Abrí ésta con cuidado para no golpear más a mi novio.
–¿En qué momento creíste que estaría bien entrar por ahí?–.
–En el que encontré a Katelyn y me dijo que hiciéramos una carrera para ver quien ganaba–.
Volteé a ver a mi amiga –¿en serio?–.
–¡Y te gané Bassett!– exclamó ella, ignorando mi pregunta.
–Sí, sí, me ganaste, como quieras– Joshua hizo un ademán con la mano para después girarse a mí –dime que no llegué tarde–.
–No llegaste tarde– le sonreí –ni siquiera hemos empezado–.
–Genial, ¿Dónde están?–.
–Ahí– señalé a mi escritorio.
–Bien, bien, bien– Josh caminó directo al escritorio –Hola Luke, Jamie–.
"Hola, amigo", "Hola" respondieron ambos saludando.
–Por cierto, ____– habló mi mejor amigo –¿ya nos dirás de qué universidades tienes cartas?–.
–Um...– titubeé –ya saben, no muchas–.
–¿¡No muchas?! ____, hay como más de 10 cartas aquí–.
Joshua abrió su boca incrédulo mientras levantaba mis cartas en el aire. Cerré mis ojos y tomé una gran cantidad de aire tratando de calmarme y de no entrar en pánico para que ninguno lo notara.
No quería que ninguno de mis amigos supiera cuántas cartas me habían llegado, y es que como mencioné, en realidad no había aplicado como tal a la mayoría... bueno, quizás sí, pero Joshua solo sabía sobre eso, y mis amigos, aunque solo mencioné quizás aplicar a esas, sin embargo, no estaba asegurado.
–Dinos, California– habló Luke con ironía –¿de qué escuelas hay en ese pequeño paquete de cartas que tienes en tus manos de la querida ____?–.
–Qué bueno que lo preguntes, mejor amigo– decía Joshua, de la misma forma –veamos, um... tenemos: UCLA–.
–Oh vaya–.
Rodeé mis ojos –no, oigan...–.
–¡UC Berkeley!–.
–Joshua–.
–Stanford, UCS, NYU– pero me seguía ignorando, arqueó las cejas –wow, ____, las importantes–.
–No sigas–.
–¡Sigue, Josh!– exclamó Katelyn.
Definitivamente mis amigos y mi novio amaban molestarme, pues me conocían, y sabían que me molestaba que dijeran que fuera inteligente y toda esa mierda que lo conllevaba.
Aclaró su garganta –¡Primer carta IVY!–.
–¡No!–.
"¡Sí!" gritaron Luke y Katelyn, mientras que Jamie solo veía divertida.
–¡Brown!– anunció Joshua a la vez que levantaba el sobre en la mano y así consecutivamente con cada una –¡Dartmouth! ¡Princeton! ¡Cornell!... ¡YALE! ¡HARVARD! Y... ¡COLUMBIA!–.
Los tres chicos comenzaron a festejar y a reírse al mismo tiempo, yo solo los miré con una expresión nula y mis brazos cruzados, viendo como festejaban y corrían de un lado a otro como niños pequeños cuando comían demasiados dulces.
Joshua se acercó a mí, en medio de todo el bullicio; me tomó por los hombros y me dio un pequeño beso en los labios.
–Si aplicaste a todas al final– dijo sonriente.
–Lo hice– copié su gesto –pero todavía tenemos que abrir los sobres para asegurarme de que he entrado, y no hacerme ideas desde ahora–.
Encogió los hombros –sea lo que sea, voy a estar muy feliz por ti–.
–Te amo– ahora yo le di un beso en los labios –llegaste antes–.
–No podía perderme abrir las cartas más importantes de mi novia– .
–Eres irreal, en verdad–.
–Nada más soy el mejor novio del universo–.
–Y tienes toda la razón–.
Pasé mis brazos por el cuello de Joshua atrayéndolo hacia mí sin previo aviso, junté mis labios con los suyos, los que me aceptó sin ningún problema, hundiéndonos a ambos en un beso bastante cálido, seguro, largo y tierno, que solamente existía en nuestro propio mundo, sin importar que o cuál fuera la decisión tomada.
...
Luke, Katelyn y Jamie se habían ido, después de haber estado prácticamente festejando por las aceptaciones a las universidades se habían ido después de un largo rato, quedando solamente Joshua y yo en mi habitación, ambos acostados en mi cama, con el brazo de Joshua a mi alrededor de mis hombros, mi cabeza recargada sobre su pecho, sin dejar de leer las cartas que no quitaban la sonrisa de mis labios.
–Harvard, Yale, Cornell, Dartmouth, Brown, UCLA, Berkeley, Stanford, NYU, Columbia...– hizo una pausa –Princeton, UC San Diego y... ¿me falta una?–.
Negué –no, es todo–.
–Mi novia, ____ Breslow, aceptada en cada universidad, creí que ibas a mandar a Oxford o Cambridge–.
–Lo pensé, pero estaría demasiado lejos de ti–.
–Gracias por pensar en mí– me dio un beso en la frente –¿Y bien? ¿A cuál quieres ir?–.
–No lo sé– respondí viendo mis cartas –todas son...–.
–Lo sé, lo sé– intervino él –¿entonces cuál es a la que siempre has querido ir?–.
Y ahí estaba, el gran interrogante que venía ignorando hace tiempo, mejor dicho, no quería decirle. Columbia era el lugar al que quería ir, al igual que Harvard o Yale, sin embargo, cualquiera de las tres me parecía una buena opción, pero en realidad, a la que más quería ir era Columbia sin dudas.
–Eso no importa– dije después de unos segundos –iré a UCLA o UC San Diego, para no estar tan lejos de ti–.
–¿Qué?– preguntó confundido –¿de qué hablas?–.
–Iré a una de esas dos escuelas, cualquiera está bien–.
–No, no, no, ____– se incorporó –no puedo dejarte hacer eso, no es lo que quieres–.
–Es lo que quiero, Joshua, en serio–.
–____, te conozco, lo suficiente para decir que no estás conforme y lo entiendo, y cualquier cosa que elijas seré feliz, pero te lo pido yo, no te quedes en un lugar en el que no estás conforme por mí. Sé que es de tus opciones, lo sé, y te amo lo suficiente para respetar tu decisión y porque es lo que debo hacer además de alentarte a lo que en verdad quieres en lugar de que no lo hagas– tomó mi mejilla –así que, por favor, no hagas nada de lo que pronto te arrepientas, piensa en ti, y obviamente en nosotros, pero más en ti. Te amo, más de lo que alguna vez amé a alguien, eres mi vida entera, y te lo digo desde ahora, que cualquier cosa que elijas, Breslow, te apoyaré hasta el más mínimo de los segundos, te lo prometo–.
Miré a Joshua directamente a los ojos por varios segundos, quedando pasmada por sus palabras pues no esperaba nada de eso, simplemente me quedé ahí, hundiéndome en su mirada profunda y llena de luz que solo él podía dar.
Con mil dudas en mi cabeza, pero solo una respuesta clara.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro