____'S P.O.V

–Es tiempo–. 

–No, no, nope, no, me rehuso, no–. 

–____, estaban a nada de descubrirte, a ti y a Josh, es momento de hacerlo–. 

Negué rápidamente –Que casi nos hayan descubierto no significa que ella tenga que saberlo–. 

–Pero significa que necesitas más ayuda por los últimos dos meses de que estamos de graduarnos,  y así como van las cosas, Luke y yo no podemos seguir haciendo todo el trabajo– Kate me tomó por los hombros –____, debes decirle–. 

Paré mi paso de caminar de un lado a otro por los nervios y la ansiedad que tenía sobre saber qué hacer. Había pasado el peor momento de mi vida antes de llegar a mi casa, nunca me sentí tan desesperada e intranquila como me fue en el Carnval después de que casi me descubrieran con Joshua. 

Contando que si no hubiera sido por Luke y Katelyn la historia hubiera sido otra, solo que ahora teníamos otro problema, uno muy grande, uno que no podíamos ocultar tan fácil, y que se encontraba detrás de la puerta de mi habitación gritando para que la dejáramos entrar con nosotros. 

"¡ME MEREZCO UNA EXPLICACIÓN!" Jamie. 

Lo vio todo, absolutamente todo, vio a Joshua, lo vio tomándome de la mano, vio como lo reconocían ¡Por favor! Es la fan más grande de High School Musical: The Musical: The Series, volteó al instante en el que la chica gritó Joshua Bassett, lo hubiera hecho si fueran cualquiera de los otros chicos. 

–Tienes que decirle, ____, no le puedes seguir mintiendo– dijo Luke desesperado –no hay forma en el que le podamos mentir ahora–. 

–Ustedes me dijeron que no podíamos decirle, que era nuestro secreto y me rogaron para no decirle– Luke y Katelyn asintieron de forma obvia –¡Y ahora quieren que le diga!–. 

–¡Eres la persona más inteligente del estado!– exclamó mi mejor amigo –____, si no le dices puede ir a decirle a otras personas lo que vio–. 

Kate chasqueó los dedos –y por más que haya sido un "accidente" y todos los de ahí vieron a Josh, nadie más te vio con él más que ella–. 

Cerré mis ojos abrumada –odio que tengan razón– empecé a morder la uña de mi pulgar –odio, lo odio, lo odio–. 

–Okay, primero, tienes que calmarte, por favor. Segundo, no le dirás sola, estaremos ahí los dos para ti–. 

–Katelyn tiene razón, si uno se va abajo, los otros dos también, si te odia a ti, nos odiará a nosotros también– Luke soltó un bufido –y volvemos a ser tres, nos quedamos siendo la trinidad, me había acostumbrado a ella–. 

Suspiré –créeme querido amigo, también yo–. 

Era una cuestión muy simple, donde no quedaban más opciones más que las obvias y las más probables, se reducía my fácil, y si había aprendido algo en esos semestres de Probabilidad Avanzada, era que las probabilidades a esto no eran tan buenas como los resultados. 

No sabíamos como podía reaccionar Jamie, podía ser bueno, y que lo tomara de la mejor forma jurando que no diría nada de mi relación con Joshua. Opción dos, odiarme, odiar a mis amigos, revelarle el secreto a todas las personas que se le cruzaran en el camino, arruinando por obvias razones mi futuro, y todo lo bueno que habíamos logrado Josh y yo en estos meses. 

Metida en mis pensamientos, me sobresalté al momento en el que mi teléfono vibró en el bolsillo de mi pantalón. Le dediqué una última mirada a mis amigos para después sacar mi teléfono y leer el mensaje de texto. 

California. Mantenme al tanto de lo que pase. 

California. No le digas si no parece que vio algo. 

California. Primero pregúntale si vio algo. 

California. O dile que si me vio y si te vio conmigo. 

California. ¡NO! Dile que no era yo y que vio solamente una ilusión. 

California. Ya sé, ya sé, dile la verdad y amenázala con que no diga nada. 

California. Aunque nos puede denunciar por eso y terminaría peor. 

California. ¡MEJOR NO LE DIGAS!

8 mensajes de Joshua seguidos, uno tras otro entrando en pánico desde que le dije que Jamie nos había visto, conociéndolo, también estaba entrando en cuestión de no saber qué hacer, no lo culpaba para nada, estaba igual. Los dos entrando en mucho pánico por la situación. 

Era un tiempo lleno de ansiedad que literal dependía nuestro futuro de ello. 

Así que para tratar de calmarlo, simplemente le contesté con: "Lo tengo bajo control, te mantendré al tanto de la situación, te amo". 

Y de es oración solo dos cosas no eran una mentira, el "te amo" y el "te mantendré al tanto", el "lo tengo bajo control", era yo tratando de estar bajo control, tratando de calmarme y pensar con claridad pero más que nada perspectiva. 

California. Te amo mucho más. 

Al menos eso me había dado algo de paz y esperanza, sus palabras eran todo lo que me hacía bien. 

Me giré a mis dos amigos que se encontraban detrás de mí, ambos mirándome esperando una respuesta a lo que sucedía; arrugué mis labios y solté un suspiro pesado, los miré durante unos segundos, hasta que asentí lentamente dándoles a entender cuál era la respuesta a la situación, ellos me contestaron de la misma manera. 

Luke se acercó a mí para poner una de sus manos sobre mi hombro y luego darme un abrazo, al que pronto se unió Katelyn. 

–Pase lo que pase, siempre seremos Trinity of Awesomeness– dijo mi mejor amigo.  

–Y si te mandan a otro país porque rompiste otra vez las reglas, haremos lo que sea para ir contigo– siguió Katelyn. 

–Ya lo hicimos, en tu sueño, cuando fuimos a California a perseguirte–. 

Sonreí por eso –son los mejores amigos que alguna persona pueda tener–. 

–La verdad sí, somos los mejores– decía Luke mientras nos soltábamos del abrazo –todo estará bien, espero que lo tome de la mejor manera–. 

–Lo hará– aseguró Kate –lo hará–. 

–Espero que sí, pero hay algo que me preocupa– arrugué mi nariz –ya no se escuchan los gritos al otro lado de la puerta–. 

Mierda. 

El ruido de Jamie al otro lado de la puerta había cesado tan repentinamente, que no nos dio tiempo de darnos cuenta por el momento nostálgico que había entre los tres. Se pudo haber ido ya, e irle a contar a todos, solo existía una forma de averiguarlo, y no estaba segura que fuera la mejor.

Hice mi camino despacio y seguro hasta la puerta, tomé la perilla de esta, y después de darle una última mirada a mis amigos, la abrí de par en par sin pensar en las consecuencias; la ola de nervios me ahogaba tanto que el sudor de mis manos era terrible, al igual que el temblor en estas mismas. 

Asomé mi cabeza por la puerta, buscando a Jamie en el pasillo, pero no había rastro de ella en ningún lado, creí que ya se había ido, hasta que de la nada, escuché un ligero quejido debajo de mí. 

Jamie, acostada en el suelo, con los ojos cerrados, balbuceando palabras sin sentido. Cualquiera la tomaría como loca si no entendieran lo que en verdad pasaba. 

–¿Jamie?– pregunté extrañada y asustada –¿Estás... estás ahí?–. 

La chica rubia abrió los ojos, no tardó en levantarse del suelo, no sin antes tambalearse un poco por lo mareada que eso le había causado, lo que me hizo sostenerla por el brazo, a la vez que ella se tomaba la cabeza. 

–En verdad lo siento– dijo ella apenada –espero no haber molestado a nadie en tu casa–. 

Arqueé mis cejas –bueno, tenemos suerte de que no están ahora–. 

–Ni siquiera tú hermano lindo–. 

–No, Jamie, tampoco él–. 

–Qué alivio– exhaló feliz –pero... pero... me tienes que explicar lo que vi–. 

–Y lo haré, te lo prometo...– hice señas a mis dos amigos para que me ayudaran a sentarla en la cama, así lo hicieron –... solo que estás en shock, y tienes que calmarte para que nos entiendas y... no entres en más shock–. 

–Les pido solamente una cosa– se detuvo por unos momentos –no más mentiras–. 

–No más mentiras, Jamie– soltó Luke –te lo prometemos–. 

De esa forma, me senté a un costado de mi amiga donde tomé su mano, y comencé a hablar, era tiempo de la verdad. 

... 

–Entonces...– sacudió su cabeza de un lado a otro –déjame ver si entendí, sales con Joshua Bassett en secreto– asentí –y obviamente nadie lo sabe– volví a asentir –pero todos saben que tuviste algo con él en el onceavo grado– tercera vez –entonces ahora están esperando a que te gradúes para poder hacerlo público porque tienen un amor prohibido–. 

–Pero no murmulla por las calles– habló Luke. 

–Y no son de distintas sociedades...– siguió Katelyn –bueno, quizás un poco–. 

–Eso no es lo importante– moví mi mano para que se callaran –pero prácticamente es eso–. 

Jamie me miró no muy convencida –¿toda la verdad?–. 

–Toda la verdad– contestó mi mejor por mí –claro, a menos que quieras escuchar la parte en la que estamos sentados en una cama donde...–. 

–¡No creo que quiera saber eso!– le grité haciéndolo callar. 

Habíamos terminado de hablar, le conté todo, absolutamente todo. Desde la puerta en East High de como lo conocí, la carta, las salidas a escondidas, el mal sueño al Sur de California, las salidas de ahora, como nos hicimos novios, todo, bueno, con excepción de las partes que estaba segura nadie quería saber y eso era más de Josh y mío. 

Sin embargo, fuera de todo eso, la verdad por fin había salido a la luz para Jamie, que ahora se encontraba en shock moviendo sus dedos de un lado a otro en lo que creía juntando las piezas del rompecabezas. 

No iba a decirlo, pero parecía Rico cuando se enteró que Miley era Hannah Montana, era algo gracioso de ver, no obstante, aún había que me tenía muy nerviosa, y eso era el que pasaría después de esto; ya que ahora conocía el secreto, pero no la dejaría ir sin pedirle su confidencialidad y silencio. 

–Sí, no quiero saber sobre eso– dijo Jamie –entiendo porqué no me lo dijeron, quiero decir, si yo tuviera un novio famoso en una relación secreta, y una amiga nueva que estuviera obsesionada, tampoco lo diría–. 

Miré a costado confundida –entonces... ¿no estás enojada?–. 

Jamie encogió los hombros –no realmente, digo, me mintieron, pero por una buena razón, se entiende en serio, además no podías confiar en mí porque sí nada más–.

–Una terrible disculpa, ¿qué?– cuestionó Luke –a ver, entonces ¿todo bien? ¿Segura sobre eso?–. 

–Claro, por qué no lo estaría–. 

Luke, Katelyn y yo nos volteamos a ver un tanto desconcertados por la actitud de Jamie, pues al parecer no había sido la única que quedó sorprendida por eso. SI podía ser sincera esperaba otra reacción completamente diferente a esto, y que estuviera demasiado tranquila me hacía levantar sospechas... 

O simplemente era yo sobre pensando las cosas igual que siempre. Jamie decía que lo entendía, okay, ¿Confiaba en ella? Mucho.