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Capítulo 3

24 DE ENERO, 2021

Después con mi encuentro con la chica nueva, Jamie, que en serio esperaba que fuera a East High, solo por la razón de que la sentía de una manera extrañamente cercana a mí, caminé durante unos minutos más hasta llegar a la calle donde se encontraba mi casa. 

Pasé por varias estaciones de gasolina, e incluso la tienda donde Luke solía comprar sus bolsas de té exótico traído desde Asia, al igual que era necesario pasar por East High, la rutina de todos los días que me recordaba que faltaban pocas horas para regresar después de un gran fin de semana, sin embargo, sabía que mañana iba a ser diferente. 

Josh regresaría a grabar High School Musical: The Musical: The Series Temporada 2, volveríamos a las reglas, a no poder entrar a todos los salones de clase, y aunque no fuera ningún hecho todavía, estaba completamente segura de que me tendrían a Joshua y a mí en la mira, y en realidad me sorprende que no me hayan mandado algún aviso de que me transferirían a West High mientras graban la serie. 

No hablaré demasiado pronto. 

En fin, di la vuelta en una esquina que colindaba con la calle de Max Gates, pasé una casa, otra, una tercera, hasta por fin llegar a mi casa. 

Abrí mis ojos de par en par al igual que mi boca que esa fue completamente involuntaria, todo por la imagen de mi casa que estaba frente a mí, a lo que nunca llegué a creer que sucedería pues no estaba en mis planes hacer fiestas en algún momento de mi vida. Mas sin embargo, la pesadilla de ver mi casa por completo destruida, se había vuelto realidad. 

Las casas en el centro de Salt Lake City eran famosas por no ser comunes, quiero decir, era la típica casa americana con unos arreglos distintos que las casas en los suburbios no tenían. Mi familia siempre le había reconocido eso a mis padres, a los dos, no solo a uno, escoger una buena casa, en una buena locación, demasiado bonita... si tan solo mi familia viera mi casa ahora. 

Había papel de baño por todo el jardín delantero, al igual que los típicos vasos rojos sobre todo el césped lleno de nieve, junto con varias botellas del alcohol; una ventana de la habitación de mi padre y Marissa estaba abierta, con una persona dormida con medio cuerpo de fuera, la nieve que había sobre el pórtico estaba llena de sangre, una ventana que daba a la sala rota; en algunos de los arbustos había otra persona, un par de pantalones en el tejado de la casa al igual que varios prendas de ropa interior, y para varias en el garaje había varias palabras escritas con pintura negra. 

Si así estaba toda la casa por fuera, mi yo interior no quería saber como estaría el interior. No obstante, sabía que mi padre y Marissa llegarían, y si veían la casa en el estado en la que la dejó Nick, no volverían a dejarlo solo hasta que él tuviera su propia casa, lo que significaría no poder ir a casa de Joshua, no verlo, no besarlo, y no pasar mis mejores momentos con él. 

Debía de ayudarlo, por el bien de ambos, al final de cuentas era mi hermanastro. Casi mi familia. 

–Aquí voy– dije para mí misma. 

Tomé una gran cantidad de aire, me moví un poco en mi lugar indecisa sobre si entrar a mi casa o no, cuando sin titubear y pensar en mi futuro, hablé en mi memoria: "por Josh". Y sin pensarlo ya, di varios pasos hacia el frente, pasé por la nieve que había en todo el pasto hasta llegar al pórtico, donde tomé la perilla de la puerta y dudosa, al igual que no muy convencida, la abrí. 

–No puede ser–. 

Hice una mueca involuntaria con mi boca al momento en el que puse un pide dentro de la casa, como lo imaginé, todo estaba peor que de lo que era afuera, no podía casi caminar por toda la basura que había en el suelo, había todavía más gente dormida en el suelo, algunos sin nada de ropa, otros completamente inconscientes. 

Como pude, hice mi paso a la cocina entre todos los adultos adolescentes que estaban en el suelo, pise la mano de uno sin darme cuenta, algunos cabellos, incluso piernas, era una tortura, hasta que por fin logré llegar a mi destino. 

Me encontraba parada sobre el marco de la puerta aún sorprendida por lo que había pasado, giré mi mirada al interior de la cocina, donde para mi gran sorpresa encontré a un Nick sentado en la barra de ahí, con un plato de cereal en la boca, que casualidad.  

–Oh, hola hermanita– exclamó haciéndose el sorprendido –por fin vuelves ¿qué tal tu fin de semana fuera de la casa?–.

Parpadeé consecutivamente ignorando por completo su pregunta. 

–¿Qué rayos pasó aquí, Nick?– señalé al pasillo que daba a una parte del desastre. 

Mi hermanastro alzó las cejas e hizo una ademán con la mano restándole importancia. 

–No te preocupes– habló de la misma manera –estoy seguro que despertarán en cualquier momento, no creo que...–. 

–¡Hablo de la casa!– dije en un tono más alzado –¿qué le hiciste a mí casa? ¡Mí casa!–. 

–Nuestra casa– corrigió divertido, a lo que me hizo rodar los ojos fastidiada –okay ya, cálmate, jeez, solo fue una pequeña fiesta, que...– Nick expresó una mirada de orgullo –... voy a ser reconocido en todo el campus...–. 

Palabras tras palabra, dejé de escuchar lo que decía Nick acerca de su reconocimiento en la escuela y de como ahora se convertiría en el más popular de su carrera, lo que merece un mérito, estoy de acuerdo, pero podía hacerlo de otra manera, además, no es como si no fuera ya una persona popular, él era el clásico cliché de un fuckboy popular. 

–¿Estás consciente de que Marissa y mi papá van a llegar? Aquí, a esta casa, que está literalmente al revés–. 

Asintió nervioso –buen punto–. 

–Y que si la encuentran así ¿no volverán a confiar en nosotros?–. 

–Bastante justo– frunció el ceño confundido –me arruinaste mi día, tenías que llegar siendo la aguafiestas de siempre, además, solo tenemos que limpiar todo esto, y sacar a las personas de aquí–. 

Asentí sarcástica –así como encontrar pintura del mismo color que la puerta del garaje ¡para limpiarla de la pintura negra que tiene escrita!–. 

Tal y como lo esperaba, los ojos de Nick se abrieron de par en par, para después dejar a un lado su plato de cereal, bajarse de la barra, y correr a la ventana que tenía una ligera vista al garaje, donde efectivamente estaba todo eso que le había mencionado. 

–¡Mierda!– exclamó sorprendido –¡no puede ser!–. 

–Ahora estamos en la misma sintonía–.

–Debemos sacar a todas estas personas de aquí– caminó hasta el marco de la puerta de la cocina –¿puedes ayudarme?–. 

Encogí mis hombros –quiero más fines de semana sin adultos–. 

–Esa es la actitud–. 

Saqué mi teléfono del bolsillo trasero de mi pantalón, lo desbloqueé y busqué el número de las dos personas que sabía que no me defraudarían por nada del mundo para mandarles a ambos el mismo mensaje, necesitaría refuerzos en esto, además me la debían, llevaba haciendo sus tareas de todo el mes, literalmente. 

"911, mi casa, Nick". 

Con eso entenderían el nivel de urgencia de la situación. 

... 

–¿Por qué estoy aquí despertando adolescentes en crisis? En una casa que no es mía–. 

–Porque hice tu tarea de cálculo todo este mes–. 

–____, eso no tiene nada que ver, no es lo mismo–. 

Ladeé mi cabeza –no, pero a menos que quieras seguir pasando con A+'s seguidas hasta la universidad, sigue vaciando agua en sus cabezas, Luke–. 

–Es bastante justo, además si queremos que siga feliz con Joshua, debemos ayudarla–. 

–Gracias, Kate–.

Mi amiga me sonrió –no hay problema–. 

Mis dos mejores amigos habían llegado a mi rescate, era gracioso ya que a pesar de que no fuera su asunto, los dos llegaron sin siquiera darles contexto de la situación. Claramente está que sus expresiones cambiaron al instante en el que les expliqué lo que debían ayudarme a hacer; al inicio se opusieron, más que nada Luke, pero cuando les di mis razones por lo que debían ayudarme, no tuvieron otra opción. 

Black mail, pero ahora somos cuatro limpiando y no dos. 

Así que ya con ellos aquí, todo sería más sencillo, mientras que yo recogía toda la basura, Katelyn limpiaba las paredes, Luke despertaba a los adolescentes así que técnicamente limpiaba el suelo y Nick había ido corriendo por la pintura para la puerta del garaje o algo que funcionara para quitar todo eso. 

–¡Despierta!– Luke gritó vertiendo agua sobre la cabeza de un chico –¡ve a tu casa y no regreses!–. 

Ese tipo despertó enseguida asustado, se levantó del suelo y como pudo salió por la puerta principal de mi casa. 

–Así es como se limpia una casa– dijo mi amigo orgulloso –entonces cuéntanos, ____ ¿qué tal estuvo tu fin de semana romántico?–. 

Sonreí a sus palabras –muy bien, estuvimos juntos–. 

–¿Pasó?– preguntó Katelyn refiriéndose a ese... tema. 

Levanté mi mirada a ella y le dirigí una mirada de "¿tú qué crees?". 

Mi amiga asintió –es bueno saber que los dos se divierten–. 

–Dime que esta vez te cuidaste... ¡despierta!–. 

–Si, claro que si, cada vez que sucede, no estoy lista para tener un hijo ahora claro que no–. 

–No me molestaría que tuvieras un hijo un de Joshua, un lindo sobrino no estaría mal– dijo Luke –pero no ahora, tienes mucho futuro con esa cabeza–. 

–Gracias por la sugerencia– contesté sarcástica. 

–De nada–. 

Desde la primera vez que sucedió con Joshua, no había permitido que "eso" pasara sin que alguno de los dos estuviera protegido de crear a nuestros próximos... hijos, sin embargo, no era el momento indicado, quizás en un par de años, si es que seguía con él, no me molestaría en serio que él y yo... ya saben. 

Solo debíamos se asegurarnos de estar juntos. Me estoy desviando. No quiero pensar en eso, sólo con tener la idea de que en algún momento él y yo... suficiente. 

–¿Qué harán mañana?– preguntó Katelyn rompiendo el silencio –ya hay trailers en la escuela, luces, todo eso–. 

Negué ligeramente con la cabeza –no tengo ni la menor idea–.

–No creo que sea tan malo– habló Luke –¡despierta!... ¡adiós!... si fueran a tomar cartas en el asunto ya te hubieran dicho algo–. 

–Precisamente– completé su idea –eso es lo extraño, no tengo correos, no tengo cartas, no tengo nada que me diga que tengo prohibido acercarme a él–. 

–Yo creo que te dieron una oportunidad, al final eres la persona más lista de la escuela–. 

Asentí no muy convencida –como sea, solo será esperar a mañana y ver que sucede–. 

–Esperar–. 

Los nervios no se iban de mi cuerpo por más que lo intentaba, pensaba en algo más, pero la idea de que Joshua estará en la escuela mañana no se iba de mi cabeza. Si era algo extraño que no tuviera alguna orden de restricción en su contra, por así decirlo, no tenía sentido. 

En fin, Luke terminó de sacar a todos los semi adolescentes de la casa minutos después de nuestra plática, ahora todos limpiábamos el salino principal tratando de que no quedara tan obvio de que alguien había limpiado, no podíamos dejar pistas de nada. 

Barríamos los suelos, tallábamos las paredes y los sillones, las mesas, quitábamos líquidos que no queríamos saber la procedencia de todos lados, éramos un gran equipo, aunque Nick aún no regresaba, la casa estaba casi terminada, lo único que faltaba era el patio y la planta alta y el tejado y el patio trasero y la sangre con nieve... no puede ser. 

Pasaba por las escaleras con la escoba para ir a la planta alta, cuando de la nada, una figura se posicionó en el marco de la puerta principal. Fruncí mi ceño confundida por lo que había visto, y me giré lentamente a donde esa persona se encontraba. 

–¡¿Qué haces aquí?!– grité soltando todo lo que tenía en las manos y bajando las escaleras. 

–Terminé de aprender mis líneas–. 




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