Joshua's P.O.V

–¿Me dejarás pasar o simplemente vas a seguir viéndome con la boca abierta para que entren las moscas?–.  

Me hice a un lado –sí, sí, lo siento, pasa–. 

–Gracias–. 

Sabrina estaba aquí, en mi departamento, de noche, llegando sin previo aviso, literalmente por sorpresa. No sabía cómo sentirme al respecto sobre eso, o si debía sentir algo que no fueran nervios y náuseas por eso, mi corazón latía demasiado fuerte que podía sentir el latido en mis oídos, yo no era dueño de mi cuerpo en esos momentos. Era como si este estuviera actuando por si solo, el cual no me sorprendería para nada. 

La chica rubia entró a mi departamento, lo observó por unos instantes, y lo único que hizo fue asentir, como si estuviera aprobando lo que veía, eso me relajó un poco. Recién lo había comprado el año pasado cuando decidí no más quedarme en un AirBnb con los chicos, además obtuve ayuda de ____ al elegirlo e igual al decorarlo. 

"¡Mierda! ¡____!" Pensé para mí mismo.

Había colgado la llamada con ella tan abruptamente y sin darle explicación alguna. Solo espero que no haya escuchado la voz de Sabrina o si lo hizo... bueno, conociendo a mi novia, podían pasar muchas cosas que no quería imaginarme. Su cerebro inteligente la hacía ver cosas que nosotros no, y llegaría a una conclusión que seguramente no era la real, ó quizás sí. 

Definitivamente debía llamarla de nuevo. 

Puede que se vea demasiado sospechoso, levantaría sospechas sobre lo que pasó, bueno realmente no se trata de algo como si lo estuviera ocultando, al final del día le diría todo ¿o no? La presión en mi pecho apareció de nuevo, y ahora estaba más ansioso que nada, sin tener exactamente una idea de qué hacer. 

Lo haré. La llamaré de nuevo. 

Saqué mi teléfono de mi pantalón, lo desbloqueé y busqué en mis llamadas recientes a "Breslow", sin embargo, antes de que pudiera presionar el botón, fui interrumpido por mi compañía de hoy. 

–No puede ser, Joshua, está bien que no quieras tenerme aquí hoy, pero no tienes que expresarlo con no hablarme–. 

Me giré hacia ella –lo siento, es solo que...– negué lentamente y guardé mi teléfono –no importa,  es bueno volver a verte, Sabrina–. 

–Lo mismo digo, Josh, ha pasado tanto tiempo, ¿Cuántos tenías la última vez? ¿16?–. 

Asentí –estaba a unos meses de cumplir 17–. 

–Fue muy divertido– Sabrina rió –a penas llegabas a Disney, eras todo un bebé–. 

–Yo no lo llamaría así–. 

–Y mírate ahora, escribes música, actúas en una serie muy popular, todo el mundo conoce tu nombre– dijo con un tono orgulloso –él famoso Joshua Bassett–. 

Sonreí un poco tímido ante sus palabras, pero sí, ese era mi nombre, sí. 

Aún me costaba un poco asimilar el hecho de que mi vida había cambiado por completo en los últimos años, aún recuerdo cuando solamente iba a la preparatoria normal en Oceanside antes de que toda mi vida cambiara, luego terminé la preparatoria en una escuela especial, así la llamaremos, y fui obteniendo pequeños lugares en series. 

De mis favoritos, Grey's Anatomy... huh, una de las series favoritas de ____ y sus amigos. 

Y ahora aquí estaba, viviendo solo, entre lugares, con canciones famosas, una novia increíble, un trabajo que me gustaba en serio, cuando a veces, solo a veces, me siento todavía como ese chico en Oceanside que estaba persiguiendo sus sueños. 

–¿Bien?– habló Sabrina sacándome de mis pensamientos –y así como tienes todo un éxito, quiero saberlo todo–. 

Fruncí el ceño –¿qué parte de todo?–. 

–Oh– encogió los hombros –ya lo sabes, todo sobre todo, el siguiente proyecto, estás a punto de acabar la temporada 2... tienes una novia secreta–. 

Mierda. Mis ojos se abrieron de par en par, el aire comenzó a faltarme un poco, y sentí ligero mareo que casi me hace tambalearme. El secreto mejor guardado había sido revelado, o no por completo, no, no entendía nada de lo que pasaba o si acaso era real, pero en ese momento lo parecía demasiado. 

–¿Cómo lo... cómo sabes...?– traté de formular. Simplemente titubeaba –¿Qué?– reí nervioso –eso... no...–.

 –Ahórrate las excusas– sentenció de manera firme, que me hizo sobresaltar –parece que olvidaste que nuestro mundo es muy pequeño, Joshua–. 

–Pero, en serio como...–. 

–No diré nada, si es lo que te preocupa– dijo mientras se inclinaba un poco al frente, calmando el tono de su voz –solamente quiero saber cómo pasó en verdad–. 

–Okay, woah, woah– alcé mis manos frente a mí –es demasiada información para una visita rápida– asintió –primero dime cómo sabes eso–. 

Ladeó su cabeza –pues, escuché un rumor– así como en la serie –que un actor en Utah casi era despedido de su serie por salir con una estudiante de donde grababan, ahora, no están grabando nada aquí que no sea High School Musical: The Musical: The Series, y bueno East High es la única escuela del estado famosa por Disney–. 

–Touché–. 

–Después, incliné a una conclusión de todos tus compañeros, todos salen con alguien menos tú– si que era inteligente –así que dime, pequeño Bassett, ¿quién es la chica? Y quiero la historia completa–. 

Mi cabeza estaba llena de preguntas en esos momentos. Comenzado por el simple hecho de que me sorprendía su forma tan rápida de llegar a conclusiones que ni si quiera a mi se me hubieran ocurrido. Seguido de que era demasiado obvio que el rumor llegaría a todos en este mundo, no dudaría que incluso mis amigos en Nickelodeon lo sabían. 

Sabrina tenía toda la razón, trabajábamos en un mundo pequeño. Aunque para ser sinceros, creí siempre ser demasiado cauteloso con respecto al tema, por lo menos sabía que mi nombre se desconocía al igual que el de ____, una enorme ventaja. 

No podía fingir que era falso, en el tiempo que pasé con Sabrina, me conoció lo suficiente como para saber que estaba mintiendo, y ni en un millón de años negaría a mi novia. 

–Okay, de acuerdo– suspiré, me fui a sentar al sofá a un costado de ella –tienes razón en todo–. 

–Lo sabía– sonrió orgullosa –lo deduje bien–. 

–Y mejor de lo que esperaba–. 

–¿Entonces? ¿Me vas a contar la historia–. 

Asentí dudoso –sí, bien, lo haré–. 

–¡Bien! ¡Ahora estamos hablando!– exclamó celebrando –espero que sea con todo lo incluido–. 

–Oh, créeme, no querrás escuchar todo eso–.