Bajo sus patas,las ramas se rompían,ya había llegado, caminaba con lentitud esperando que Jungkook apareciera frente a ellas.

El sonido del agua golpeando las rocas creaba una escena profunda.

-¿Quien eres?

Ahí estaba él, Jungkook tenía sus ojos rojos, Adhara podía olerlo.

"Está en celo"

-¡¿Que?!

"Es mejor irnos"

-Ji-ah...

Su voz asustada hizo que la loba se detuviera, miraba al chico,este temblaba tratando de detener su celo.

"Es tu decisión"

-Quiero ayudar lo.

La loba quería seguir con su camino pero había aceptado todo lo que Ji-ah quisiera.

Adhara dejo que el cuerpo de Ji-ah se revelará, ella con cuidado se fue acercando a Jungkook.

-Vete...no quiero hacerte daño.

-JungKook estoy aquí para ayudarte, se cuan doloroso es reprimir tu celo y se cuan doloroso es no tener a tu mate...pero permíteme ser yo quien te ayude a pasarlo.-Este la veía con sus ojos llenos de lágrimas, Ji-ah se acercó a él cubriendo su mejilla con su mano-Toma me...libera tu dolor.

Jungkook se acercó a ella con su cuerpo temblando, acunó su rostro y junto sus labios con los de ella, un quejido soltó,había pasado mucho tiempo que no había tocado a una mujer y ese simple roce lo tenía alerta.

De forma rápida se puso encima de ella.

-No quiero hacerte daño... Ji-ah no quiero utilizar te.

-Quiero hacerlo...quiero estar contigo, ayudarte.

Ella engancho sus brazos a su cuello solo para atraerlo a ella y poder besar lo. Podía sentir y oler sus feromonas, él estaba dejando salir su celo lentamente aunque también olía el miedo.

Estaba asustado por lo que pasaría, por como actuaría,tenía miedo de lastimarla.

-Deja te llevar,toma mi cuerpo como tuyo.

-Ji-ah...

-JungKook...hazme tuya.

Si bien sus lobos aún amaban a sus mates, brindaban por su unión, eran dos seres rotos por la codicia de un tercero,se les arrebató la felicidad eterna y ahora solo ella podían llenar ese vacío.

Era así que Jungkook había elegido pasar su vida con la chica estaba ahí.

Con ese deseo que mantuvo oculto tocó su cuerpo desnudo, tomo con fuerza sus caderas para alzarla y cargarla, aún besando sus labios camino hasta la cueva para dejar solo entre ellos ese momento carnal.

Con sus colmillos presentes mordía su cuello disfrutando los sonidos que ella soltaba.

Sin poder aguantar lo deslizó su falo por su intimidad adentrando se lentamente, sintiendo como está lo apretaba gustosa.

-Ah...

Quería ir despacio pero cada roce se lo volvía difícil. No sabía cómo terminarían las cosas pero al menos ya no estaría solo.