—¿Crees que sea buena idea?

—Es la mejor idea que he escuchado, te encantan los niños y ahora se que ellos te aman..serás una excelente maestra, imagínate lo ¡maestra Ji-ah!¡Maestra Ji-ah gracias por enseñarme!¡La quiero maestra!—hablaba fingiendo la voz de un niño haciendo reír a su amiga.

—Basta.

—Yo digo que lo hables con él profesor, aún que no creo que sea necesario, nos hemos cruzado hace poco y ha hablado muy bien de tí—KyungSoo le decía mientras abrazaba a Moon por la espalda —Y si te asusta lo que digan los demás, no te preocupes yo me encargaré de ellos.

Si ,ya había tomado la decisión de ejercer una profesión pero aún tenía mucho por resolver, más aquello parecía vago ahora que sus amigos le animaban a intentarlo.

Esa noche paso de forma rápida, ir a la escuela de cachorros fue un momento de tensión dónde sus nervios la controlaban por completo.

Más al entrar dos hombres se encontraban hablando con el profesor, este parecía aceptar todo lo que le decían para al final sonreír enormemente.

—Ya no tarda en llegar. ¡Oh! Ji-ah ven aquí—le indico acercarse —Ellos son Dogyeom y Sokya, son los encargados del control estudiantil, vinieron hasta aquí para decirte algo.

—Es un gusto conocerla señorita, ¿le molestaría regalarnos un momento de su tiempo?

—Si, claro.

—Bien, hace algún tiempo varios padres de familia se acercaron a nosotros para hablar del trato que sus hijos recibían de usted...nos alegramos al escuchar la forma en que los pequeños alaban su trabajo y queríamos ofrecerle un puesto en nuestras filas, claramente pasará por una enseñanza especializada pero no tomara más de dos meses .

—Todo esto se ejercerá en la biblioteca de la manada, será asistida por nuestro maestro Jang, un noble anciano que ha servido por años a la familia Park.

"¿Park?"

—Eso sería genial...yo, no se que decir, gracias,muchas gracias.

—Al contrario,gracias por amar a nuestros cachorros y tratarlos con delicadeza, por ahora la dejaremos trabajar, mañana irán por usted para llevarla a la biblioteca.

Su vida iba por buen camino, todo ese día sonrió desbordando alegría y jugando con los niños contagiando los de ese sentimiento.

A la mañana siguiente, las seis de la mañana en punto una joven rubia apareció frente a su puerta, su vestimenta era pulcra y bastante correcta, una falda lisa y una camisa blanca, era la primera vez que veía a una persona vestida así.

—Buenos días, mi nombre es Bun,estaré a sus servicios.

—Un gusto, mi nombre es Ji-ah.

Más ella no lo recibió con gustó, la miró de arriba hacia abajo dejando en claro su disgusto —Si no le importa, tenemos el tiempo contado.

—Claro lo siento.

Un nuevo inicio, una vida tranquila, eso era lo que pedía.